Carlos Arce Macías
Aunque muchos no lo crean, la especie humana vive su mejor época sobre el planeta que habita. Los números que Steven Pinker, el famoso científico cognitivo de la Universidad de Harvard, aporta en su participación en una videoconferencia ante el Movimiento Mundial Federalista, así lo corroboran. Las guerras han decrecido en las últimas décadas. Durante los siglos XVI al XVIII, en el 80% de los años hubo combates entre las grandes potencias. Entre los siglos XIX y XX, solo el 25% de los años se generaron escenarios bélicos, mientras que desde el último tercio del siglo XX a nuestro días, en pleno siglo XXI, las grandes conflagraciones mundiales han cesado. Esto no significa que no haya conflictos, pero su impacto en muertes y destrucción ha sido significativamente reducido.

Pero no solamente eso, existe otro dato más venturoso. No se ha producido la Tercera Guerra Mundial, que tantos futurólogos predecían. El mundo ha controlado su inmenso poder autodestructivo. Claramente la posibilidad del uso de armas nucleares, y la capacidad de ellas para borrar a nuestraespecie entera de la faz de la tierra, ha sido un factor determinante, que ha evitado un conflicto de grandes dimensiones.
Llama la atención, que desde el final de la guerra entre Irak e Irán, las naciones han dejado de pelear entre sí. Ha habido acciones de la comunidad mundial contra algún país rebelde, pero no luchas entre naciones concretas.

Otra circunstancia es que no obstante el aumento en la capacidad letal de nuevas armas de fuego, la cantidad de bajas habidas en los últimos decenios, en nada se comparan con los decesos de las dos grandes guerras mundiales.
Bajo estas circunstancias, el ser humano en general ha logrado mejorar sus estándares de vida exponencialmente. Hay pobreza, sí, pero en muchas partes se asume con normalidad, como en la India, y en otras hay avance lento pero constante. Lo que es cierto es que, proporcionalmente,nunca había habido tan pocos pobres. Las guerras globales habían multiplicado hambre y pobreza, y con ello la muerte.

¿Qué se ha hecho para lograr pacificar a los humanos? Ya Emmanuel Kant había concebido en 1795, la idea de “La Paz Perpetua”. Y esta apunta a lograrse gracias a los siguientes factores señalados por Pinker: Democracia, comercio mundial y gobernanza global. Ahora hay más países del mundo, que nunca antes, afiliados a regímenes democráticos, aunque estos sean imperfectos. La estabilidad de los mercados económicos y la necesidad de resguardar rutas comerciales y proveeduría del extranjero, han impactado en la reducción de guerras en esta época. Las acciones de los organismos internacionales, concretamente del Consejo de Seguridad de la ONU, que no justifica el estallido de un conflicto internacional unilateral sin ser tratado ante esa instancia, ha motivado que la diplomacia mundial accione y controle cualquier amenaza que aparezca en el horizonte.

En contraposición a los datos contundentes que se aportan, corre el discurso de los que no apuestan por la libertad y la democracia. Son los políticos que intentan extender la oscuridad sobre la humanidad para regresar al egoísmo nacionalista que termina siempre mal. Son aquellos que intentan imponer a los ciudadanos una narrativa pesimista, haciéndoles creer exactamente lo contrario a lo que los datos fríos arrojan: que estamos en mejores condiciones que nunca.
Por eso resulta importante frenar a los populismos radicales, de derecha o izquierda, que llevaron a los humanos a masificar la matanza entre individuos de la misma especie. Por eso había que vencer democráticamente a DonaldTrump. Y también debemos acotar pronto a nuestro presidente, cada vez más aislado, pero siempre peligroso para la paz del país, para nuestra libertades, para la joven democracia que hemos ido construyendo y, finalmente, para la unidad de la nación. Por lo pronto, hay que desarmarlo legislativamente en el 21´.
