LO IMPORTANTE NO ES SUBIR, SINO BAJAR SANO Y SALVO

LLEGAR A LA CIMA
Carlos Arce Macías

El pasado jueves asistí al mensaje que dio el gobernador Miguel Márquez con motivo de la entrega de su segundo informe de gobierno. Su mensaje fue directo, bien construido y prudentemente corto, bien adaptado a la personalidad sencilla y sin dobleces que ha tratado de imponer el ejecutivo guanajuatense.

Como todo acto de éste tipo, nos encontramos rodeados de presidentes municipales, miembros del gabinete, diputados, funcionarios públicos y viejos políticos perseverantes en continuar en la brega. Aparecían también gobernadores de otros estados e invitados especiales. Por suerte, me tocó la vecindad de dos personajes interesantísimos: Laura González y Yuri Contreras. Ambos son himalayistas. Ella, es la primera latinoamericana en conquistar dos veces el Everest, escalándolo por dos rutas diferentes, la sur, nepalesa y la norte, china. El, ha hecho cumbre cuatro veces en la montaña más alta del mundo, ascendiendo por las dos rutas. Son dos atletas de alto rendimiento.

Así, de pronto, mi interés de interactuar un poco con la conocida clase política guanajuatense, se trasladó a extraer sumariamente las experiencias de los montañistas en sus conquistas de los picos más altos del mundo. La pareja se desempeña en el selecto grupo de grandes escaladores, en los que sobresale antes que nadie el italiano Reinhold Messner, conquistador, sin ayuda de oxígeno, de las 14 cumbres mayores a los 8,000 metros de altura; también Jerzy Kukuczca, el polaco que en solo ocho años conquisto los mismos catorce picos; y el gran Carlos Carsolio, mexicano, uno de los miembros más joven del club 14+8000. Laura y Yuri ya han logrado hacer cima en ocho de éstas desafiantes montañas situadas en las cordilleras del Himalaya y del Karakorum, y este año acometerán dos retos, nuevamente el Everest, pero sin oxígeno, y la montaña más peligrosa y complicada de escalar, el impresionante K2.

En emocionada y desgraciadamente corta charla, los montañistas señalaban su convicción de cómo enfrentar el reto de escalar las cumbres más altas de nuestro planeta. El éxito, comentan, no se logra cuando se llega a la cima, sino cuando regresas al campamento base. Normalmente, al llegar a la cúspide el escalador se drena, nos decían, y si no está bien administrado, no podrá enfrentar la parte más complicada y peligrosa del trayecto, el descenso. Así parece haberle ocurrido en 1924 al legendario alpinista inglés, George Mallory, presuntamente el primero en conquistar el Everest. Pero nunca bajó.

Lo curioso aquí es que la receta se aplica igual en la política. El problema no es llegar, sino salir bien del cargo. Nuestro joven gobernador esta en el culmen de su carrera política. Ya ha llegado a la cima. Ahora sus afanes deberán centrarse en controlar y conducir adecuadamente a su administración para poder hacer un buen gobierno. Según el aplausómetro del evento, el tema más sentido por los ciudadanos es el de la corrupción. Los guanajuatenses exigimos poner coto a moches, diezmos y tranzas. El mecanismo de la corruptela anida en las administraciones gubernamentales, y los países más avanzados nos han enseñado que se puede contener y minimizar. Como lo externó el gobernador “se vale meter la pata, pero no la mano”. Estamos de acuerdo. Ahora habrá que descender con cuidado, organizando bien a la administración, hasta llegar al campamento base.

Para rematar, Laura y Yuri nos comentaban que las malas decisiones en la alta montaña, se basan en la soberbia. También eso sucede en política, sobre todo cuando se logra la cima. Por eso hay que controlar el ego y ser sordo al canto de las sirenas. Edmund Hillary, el vencedor del Everest lo decía: “la escalada completa de una montaña supone llegar a la cima y volver abajo sano y salvo”.
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