EL PAN, POR ENCIMA DE LA MARCA

Carlos Arce Macías

Recientemente Diego Sinhué Rodríguez, gobernador del estado y autonombrado “líder moral” del Partido Acción Nacional en estas tierras, dio una entrevista al periodista Arnoldo Cuéllar, en donde explicitó, entre otros temas, su visión sobre el instituto político que lo encumbró, por designación, como ejecutivo estatal. Perdió varias oportunidades para guardar silencio, y decidió ser esclavo de sus palabras. Sentenció: “Ni Carlos Medina, ni nadie está sobre la marca en Guanajuato”.

“Nadie sobre la marca”

En esa sola frase compendió su profundísima filosofía partidista: Acción Nacional es un sistema de franquicias, bajo la cobertura de la marca “PAN”. Punto. Y ese sistema le permite, como “líder moral”, entrometerse en la vida partidista, utilizando su nomina estatal y el poder del presupuesto público para manipular a su antojo “la marca”, violentando el numeral 31 del Código de Ética panista.

Pero el gobernante se equivoca, el partido político “Acción Nacional”, es una entidad de interés público y organización ciudadana (artículo 41 Constitucional), que en su operación utiliza dineros de los presupuestos del Estado, y no tiene como objetivo principal la operación electoral. No es una marca. Acción Nacional permaneció decenios fuera del poder, dando luchas testimoniales, pero enseñando civismo y rectitud política al pueblo. Si para ganar elecciones hoy, es necesario robar dineros de las arcas y pactar contratos públicos con sobreprecios (moches), deberíamos dejar de ganar elecciones; pero a cambio nos debemos transformar en fieros opositores a gobiernos dedicados a medrar desde el poder, combatiendo con rabia el peculado y los abusos, hasta que esto cambie. Porque en el verdadero PAN no robamos. Cuando hemos ocupado puestos públicos, solo hemos recibido la paga que se nos ha asignado. No hemos hecho negocios desde el gobierno, porque siempre hemos tenido muy claro el significado de la honestidad. La asumimos a plenitud.

Y más tardó en sentenciar el gobernador que nadie, ni Medina está sobre “su marca”, cuando el propio Carlos Medina Plascencia, acompañado por Juan Carlos Romero Hicks, una decena de exgobernadores e importantes exlegisladores y exfuncionarios panistas, cuya buena fama está a buen recaudo, saltaron a la palestra para plantear las necesarias reformas que le urgen al histórico instituto político. Para empezar, Juan Antonio García Villa expresó que se debe de levantar la selectiva aduana que se ha construido para evitar nuevas afiliaciones al partido. Entendemos que el sistema de franquicias no comulgue con esta exigencia. Este prefiere el reparto territorial y voluntarista de “la marca” a través de padroneros. Pero no importa, habrá que dar la batalla para lograr los cambios necesarios y así recobrar la democracia interna, cancelada por los gerentes de la franquicia.

Por encima de la marca

Medina, el primer gobernador panista de Guanajuato, volando por encima de la marca azul, propuso: “Tenemosque cuidar nuestra democracia, cuidemos la democracia en libertad, y salvar a la democracia tiene que ver con un sistema de partidos sano, – y eso es lo que nos preocupa a nosotros- que tengamos condiciones y cambios legislativos para conformar una democracia, más que representativa, participativa. Nuestra inquietud es cómo transitar en el partido para sostener la democracia en el país”.

Juan Carlos Romero Hicks, ahora presidente de la Comisión de Transparencia y Anticorrupción en el Congreso, será el comisionado de este selecto grupo, para inyectar en el PAN las estrategias y acciones que eliminen las prácticas de cohecho y tráfico de influencias que han infectado a muchos de sus dirigentes y funcionarios.

En tanto, aprovechando el espacio, el exgobernador de Morelos Marco Antonio Adame lanzó la flecha: “Tenemos diferencias respecto a la dirigencia del partido, pero mantenemos el diálogo y la propuesta, que es lo que enriquece la vida de Acción Nacional”. Diplomático pero contundente.

El exlegislador Carlos Angulo, quién en carne propia padeció el proceso de pudrición de la LXII Legislatura Federal, recordada por los moches y las teiboleras, y que es testigo de lo que sucedió allí, planteó una propuesta de reforma electoral para obligar a los partidos a realizar elecciones primarias, simultáneas y abiertas a la ciudadanía (PASO), para forzar la democracia interna y descartar la oprobiosa partidocracia. Dijo: “De esa forma se evitará que las cúpulas impongan candidatos. Los partidos políticos se han desprestigiado porque han sido asaltados por grupos de intereses particulares en cada uno de esos partidos, incluyendo el nuestro, por desgracia, que han excluido a los ciudadanos de la participación política. Las elecciones primarias son un vehículo para romper con ese paradigma”.

Y la enjundiosa exlegisladora Esther Quintana, otra sobreviviente del naufragio de la LXII Legislatura, lo secundó diciendo: “El partido le da su aval a candidatos para que representen a la ciudadanía, y ha llegado cada zángano y sinvergüenza a mi partido, y este se ha quedado cruzado de brazos, no ha hecho absolutamente nada, cuando debería pedir disculpas por lo que ha hecho mal, como un gesto de humildad”.

Mientras, en Guanajuato, el gobernador continúa declarando a Cuellar sus temores: “Veo un PAN viejo, eso me preocupa… viendo la elección juvenil con solo 400 o 500jóvenes, te asusta”. El gerente de la marca es incapaz de entender que, abanderando agendas de ultraderecha nunca enrolará a jóvenes valiosos. Si la unidad partidaria consiste en seguir la consigna de que “el que obedece no se equivoca”, debería tomar consciencia que este solo enunciado es el percutor de una estampida de jóvenes en cualquier organización. Aparte, la franquicia encara un penoso proceso penal, que ronda a su ámbito juvenil.

Por lo pronto, se ha construido un grupo espléndido de panistas genuinos, que se ubican muy por encima de una marca ramplona, pirateada al verdadero PAN, al que es necesario recobrar como instrumento de la ciudadanía para realizar el Bien Común.

Más allá de la “marca”

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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VOTO Y NO VOTO

Carlos Arce Macías

La política no es una aventura, sino una ciencia difícil, una moral rígida, una ardua misión.

Manuel Gómez Morín

El voto. En la capital del estado de Guanajuato, el Partido Acción Nacional (PAN) presenta la candidatura de Juan Carlos Romero Hicks para diputado del IV Distrito Federal de Guanajuato. Este político se ha conducido con seriedad y pulcritud en el desempeño del cargo, mostrando magníficas cualidades como contrapeso del partido oficial en la Cámara de Diputados. Romero ha sido un destacado diputado de oposición. Quienes consideramos que el Ejecutivo Federal, por su mala gestión y ansias autoritarias debe de ser acotado, debemos votar por esa opción, es la mejor.

Opositor en serio

El no voto. Hay algunas cuestiones que paso a enumerar en el caso de la elección de ayuntamiento para Guanajuato Capital, que nos conducen a no votar por el PAN. La principal razón es que su candidato a alcalde y algunos miembros de su planilla no inspiran confianza ni respeto. El munícipe que pretende la reelección no es persona proba que se hayan conducido con honestidad en los cargos públicos que ha ostentado.

Muchos no concordamos con el proyecto de convertir a Guanajuato en una gran cantina, un antro perpetuo, que derrame ganancias solo al sector turístico, en lugar de respetar su naturaleza de centro cultural, construido desde su universidad y riqueza histórica y patrimonial que dignifica a nuestra comuna y expande sus luces sobre la zona central del Bajío, como lo ha hecho tradicionalmente.

Me resisto a votar por un plan que no respeta el entorno ecológico y paisajístico de nuestra sierra y macizos rocosos. Desde la actual administración, se ha intentado agredirlos constantemente, en complicidad con algunos urbanizadores voraces. Solo los negocios conectados al desarrollo urbano, basados en la compra de terrenos de reserva ecológica para luego cambiarlos a habitacionales, es lo que les interesa; a fin de obtener altas ganancias especulativas entre empresarios y políticos indecentes.

Respetar el macizo rocoso

Esta planilla, salvo algunas dignísimas excepciones, evade el principio toral para realizar un buen gobierno: la prohibición de hacer negocios desde el poder, desde el seno mismo del ayuntamiento. Contra ello, devela la intención manifiesta de convertir al cabildo en una junta de distribución de ofertas comerciales, para patrocinar transacciones familiares y empresariales a cambio de sustanciosas e ilegales dádivas.

No se puede apoyar a un candidato a presidir el ayuntamiento, que ha banalizado la política, convirtiéndola en un circo dirigido por el payaso mayor, dedicado a prometer la repartición de calentadores solares, despensas y otro tipo de regalos, por cierto, ilegales. No está en su esencia darle contenido ético al quehacer público, construyendo ciudadanía. Al revés, sus afanes se significan por tratar de corromper a los ciudadanos, coartando la libertad al condicionar y comprar su voto, no convenciendo por su buena gestión gubernamental, sino por el sinnúmero de regalos y promesas de obra que compromete a sabiendas de los escasos recursos con que contará. Eso no es el PAN, más parece una versión local del lopezobradorismo, populismo ramplón.

Calentadores por votos

No obstante, las continuas advertencias realizadas a la dirigencia estatal panista, para evitar candidaturas vergonzantes, todas fueron desatendidas, permitiendo, de ganar esta opción, la conformación de una cleptocracia (gobierno de ladrones) en la administración local de la capital del estado. Estas conductas, revelan la complicidad de los dirigentes y el gobernador con el postulante a alcalde, que deberá ser saldada con el desprestigio personal por el oprobio hacia la ciudadanía, que desesperada, busca gobiernos limpios para procurar tener un buen gobierno.

Total, porque el candidato a presidir el ayuntamiento y sus incondicionales, no son buenas personas; tampoco dignas de gobernar esta comuna, porque traicionan los principios de su partido, Acción Nacional que considera en sus Principios de Doctrina que “El municipio es la forma primera de la sociedad civil, con autoridades propias y funciones específicas, cuya misión consiste en proteger y fomentar LOS VALORES de la convivencia local y prestar a la comunidad los servicios básicos que la capacidad de las familias no alcanza a proporcionar. El municipio, base de la organización política nacional, debe de ser COMUNIDAD DE VIDA y no simple circunscripción política, fuente de apoyo de libertad, de EFICIENCIA en el gobierno y de LIMPIEZA en la vida pública”. Por su incongruencia con estos ideales, no se debe votar por ellos.

Deshechos de Guanajuato

COMO EN FERIA

Carlos Arce Macías

No por nada, el PAN bascula sobre las espaldas de Juan Carlos Romero Hicks. Hoy la imagen de Acción Nacional, puede identificarse en el discurso del diputado guanajuatense que, mediante disertaciones bien pensadas y bien expresadas, responde una y otra vez a la sarta de ocurrencias gubernamentales, que cada mañana se lanzan para acrecentar el caos en el que nos vamos sumergiendo. Bajo sus críticas certeras y agudas, les va como en feria a sus adversarios.

 

Pero su función no es fácil. Ahora, hacer oposición, significa caminar en el desierto. Hay que sufrir soledades y realizar esfuerzos sobre humanos, para ir convenciendo, con grandes dificultades, a los ciudadanos que han sido cruelmente engañados. Hay que decirles que el paraíso prometido, cada día es más lejano; que la economía se nos esfuma ante la desconfianza generalizada; que el gobierno ha perdido talento y potencia a base de hachazos diarios, en contra de una burocracia federal, aterrada por cualquier sentencia matutina.

 

Hay que aclarar al esperanzado “pueblo bueno”, que su ingenuidad ha encumbrado a un irresponsable, para hacerse cargo del timón de la nación, mientras en unos cuantos meses, la delincuencia prolifera, los hospitales públicos se vuelven mudos testigos de la muerte y la enfermedad, y la ciencia y tecnología languidecen a base de una política enjundiosa de recorte presupuestal y persecución demencial. De migración, ya mejor ni hablamos.

 

Romero Hicks, desde su experiencia como rector de universidad, gobernador de estado, director del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología y senador de la República conoce de cerca la dificultad para construir políticas públicas sólidas de asistencia médica, de seguridad, de fomento científico y tecnológico. No le cuentan cuentos, ni venden espejitos. Sabe más que ellos, que los de la cuatro té.

 

Por eso su voz y sus acciones parlamentarias se convierten, cada ocasión que toma la palabra, en tiros de precisión sobre un gobierno sin rumbo definido, uncido a la voluntad de un personaje que se resiste a entender que la realidad es compleja, y no puede ser enfrentada con simpladas, salidas como de la chistera de un mago. La magia es engaño, por eso México se precipita al vacío.

 

Convencer a millones de electores, de que el milagro no va a ser posible, que no basta con creer para que algo suceda; que la voluntad presidencial no es capaz de transformar toda perversión de la noche a la mañana; que no basta la biografía de activista social para diseñar un gobierno eficaz para combatir una extendida red de complicidades para prevaricar y hacer negocios desde los gobiernos, no resulta fácil de explicar al ciudadano común. Es una ruda y difícil tarea, para la que hay que prepararse.

 

De pronto, los mexicanos, deberán despertar y enfrentar el desasosiego de la esperanza segada. Se darán cuenta que en el gobierno, los milagros no existen. Que todo es resultado de un esfuerzo extraordinario, sostenido durante mucho tiempo, para obtener logros limitados pero permanentes. Que los pueblos solo pueden avanzar gracias a la designación de equipos de gobierno honestos, capaces  y persistentes, que puedan crear administraciones de alta intensidad, que bajo la luz de la inteligencia, puedan fijar con certeza el rumbo. Que el discurso de odio y revancha, los mensajes patrioteros y emotivos, son cuidadosamente dirigidos a la amígdala cerebral y tienen como efecto inmediato, bloquear las zonas de raciocinio de la mente, que traban las capacidades de pensar. Así los ingenuos acaban cinchados a la palabra, y desprecian los hechos, que, al final, son los que generan realidad. Solo así se explica como amplias capas de la ciudadanía optan por apoyar propuestas vanas, tonterías.

 

Un golpe tan duro es difícil de explicar. Más cuando el portador de la noticia, debe de poseer atributos muy encomiables, como la decencia y honradez, para no motivar mayor incredulidad. Para el PAN, significa lanzar a la hoguera la deplorable experiencia de cercanía y complicidad con el PRI. Renunciar a las componendas de antaño, a las fiestas tropicales, a las presidencias de comisiones desde donde se negociaban favores, a la aceptación de prebendas a cambio de la sumisión legislativa. Mea culpa, acto de contrición, genuina intención de retornar a los valores originales. Por eso hay que desterrar todo vestigio de la perversa alianza, pactada en lo obscurito.

 

En este peligroso momento para nuestro país, el PAN debe de ser oposición sin adjetivos. Duro, directo y sin concesiones, para poder convencer y reposicionarse en el ánimo de la gente. Exactamente como Juan Carlos Romero Hicks, hombre recto, lo hace desde su curul de diputado y a cargo del grupo parlamentario de Acción Nacional. Va bien.

 

Mientras tanto, un miembro del selecto grupo de diputados federales panistas, en el momento mas duro y cuando la batalla se vuelve fragorosa, opta por desertar, quitarse el yelmo, tirar el escudo y arrojar el peto. Prefiere el suave y mullido rincón provinciano, e intentar ser nominado para administrar los ánimos festivos del pueblo, dirigiendo una feria provinciana. Juzguen ustedes y el ayuntamiento, el temple del personaje. Decidan en libertad.

ROMERO HICKS

 Carlos Arce Macías

La disputa en el PAN se ha trabado entre Margarita Zavala y Ricardo Anaya. El resultado de esa contienda está generando más divisiones y enconos, que beneficios, toda vez que la condición de la lucha, no podrá ser resuelta por un mecanismo democrático y equitativo. El desempeño imprudente de la actual dirigencia blanquiazul, ha promovido el conflicto, y utilizado su posición privilegiada como presidente de ese instituto político, para posicionarse injustamente, como candidato. El árbitro se volvió jugador.

 De esa forma, hacia el futuro, no se avizora solución alguna, ya que el reclamo de la grey de Margarita a cada momento se trona más punzante y radical. La unidad del PAN, frente a la carrera presidencial de 2018, se advierte lejana e improbable. Sin esta condición, resulta muy difícil salir avante, frente a lo cerrado de la pelea. Todo supone una competencia a tercios, en donde no habrá lugar para titubeos, y en la cual, la pérdida de unos cuantos puntos porcentuales de intención de voto, significará el desplome del partido y su candidato.


 Por eso, la noticia que ahora se filtra, sobre la posible postulación en el PAN de un nuevo precandidato, en la persona del senador Juan Carlos Romero Hicks, nos hace albergar esperanzas de que el PAN pudiera presentar un candidato muy sólido, que logre conjuntar el apoyo de amplios sectores de esa organización partidista, y que neutralice la radicalización actual de la competencia interna, que está siendo devastadora.

 Juan Carlos, posee atributos únicos, que lo hacen ver como un candidato casi ideal, para estos momentos. Enumero y comento estas condiciones. Primero, su trayectoria está bien cimentada en la administración pública. Ha sido rector universitario, gobernador de un estado y parlamentario de alto perfil. Con mano de seda, ha sido crítico y duro, sin necesidad de agraviar con grosería. En el desempeño de los cargos públicos, siempre ha impuesto el diálogo como la forma de operación política, para lograr resultados. Su gubernatura, fue calificada como positiva, fomentando el hiper desarrollo industrial de la entidad.

 En muy poco tiempo, logró el respeto de funcionarios gubernamentales y de senadores de otros partidos, gracias a su conducta tolerante y el cumplimiento puntual de acuerdos. Su palabra vale, y eso es muy importante para un político que se precie de serlo. No traiciona, y eso, en los momentos que vive el país, resulta de gran valía; esa es una rara virtud que difícilmente florece en nuestro entorno.


 Pero destaca también el carácter binacional de su persona. Y creo que esa es una circunstancia que debe de evaluarse con minuciosidad. Hijo de madre americana, y casado con estadunidense, ha mostrado su desempeño político en Estados Unidos, sin complejo alguno. Esta consideración es sumamente significativa. El conocimiento de la psique norteamericana, de la cultura de nuestros vecinos del norte, de sus reacciones y fobias, en estos momentos de la relación entre México y los Estados unidos, ubican a Romero Hicks, en una posición privilegiada. Surge de pronto, un liderazgo político, que puede hablarse de frente, y en su mismo idioma, con Donald Trump y su gobierno. Su reciente discurso, ante el senado de Arizona, fue una muestra de ello. Fue serio y convincente.


 Independientemente del anuncio, de su nuevo empeño, la identificación de un nuevo personaje en la búsqueda de la presidencia, de las características morales y éticas de Juan Carlos Romero Hicks, descubren a un nuevo actor, difícil de encontrar, en el páramo de la clase política actual. Esta es una buena noticia.

Twitter: @carce55