LA BATALLA DE CHIHUAHUA

Carlos Arce Macías

A la familia Muñoz, de Delicias

El presidente de México decidió romper lanzas con los chihuahuenses. Colérico, enfiló esta semana varias de sus conferencias mañaneras en contra de las movilizaciones de agricultores que tomaron las instalaciones de la presa de La Boquilla en Camargo y de Las Vírgenes en Delicias.

En contra de los chihuahuenses

Quién conoce esa zona sabe que se trata de un territorio ganado al desierto con las obras de infraestructura de los años 30´s del siglo pasado, que permitieron formar varios distritos de riego que posteriormente se convirtieron en potente región agroindustrial, de alto potencial económico para el estado.

Gente muy trabajadora, comprometida con sus tierras y sus negocios, los vencedores del desierto están acostumbrados a la lucha diaria contra una naturaleza difícil y demandante de esfuerzo y labor. A diferencia de la feracidad de los suelos del sureste mexicano, en donde todo crece sin problemas, en la tierra de apaches, vencidos en Tres Castillos en 1880 por el coronel Joaquín Terrazas, se requiere persistencia y cuidado para que la alfalfa, el chile y la nuez puedan cultivarse.

El presidente López Obrador, émulo de Luis Echeverría, e inspirado en sus invasiones de tierras en contra de los agricultores de Sonora y Sinaloa en1976; decidió enviar a su Guardia Nacional a controlar y reprimir el movimiento de resistencia al desfogue de las presas, para cumplir con un tratado internacional pactado con los americanos. Quien había jurado no utilizar a los militares para reprimir al pueblo, ahora, sin recato, los utiliza para amagar y asesinar a ciudadanos comunes, que se manifiestan en contra de sus decisiones. Parece Don Porfirio.

1976, contra agricultores de Sinaloa y Sonora

Por lo pronto, los objetivos de sus agresiones matinales han sido los propietarios de tierras a la vera del río Conchos. Increíblemente descritos como si fueran una corrupta mafia aburguesada del PRIAN, que simulaba desencuentros electorales entre ellos, solo para controlar al empobrecido pueblo que sobrevive en la zona. Así el ejecutivo federal intenta justificar el abatimiento de las presas y pone en riesgo el ciclo agrícola de 2021.

Las autoridades estatales no se salvan de la mansalva de epítetos del gobernante que vive y despacha desde su palacio. Los dibuja como cómplices de la caterva de vividores de los distritos de riego, al cabo protectores de la corrupción que impera en la comarca. Su verborrea no conoce la moderación, está desbocado.

Pero el presidente López parece olvidar la realidad del estado más extenso de nuestra República. Viene de una dura contienda electoral en contra de un PRI, decidido a conservar el poder, para encubrir los desmanes y la rapiña de César Duarte, un deshonesto gobernador. También el actual gobernante, ha impulsado la “Justicia para Chihuahua”, un plan para perseguir y atrapar a los culpables, y resarcir el despojo hecho a los chihuahuenses. Nunca hubo concesiones por parte del gobernador Javier Corral. La justicia del estado fue por ellos, los atrapó y los tiene en la cárcel, con excepción del exgobernador, quién se encuentra en espera de su extradición desde Estados Unidos.

Contra la corrupción, en serio

López Obrador se da baños de pureza y presume de su combate en contra de la corrupción. Esto puede ser una arma poderosa frente a muchos gobernadores, con la cola larga para respingar frente a las diatribas del presidente. Pero en el caso de Corral no funcionan. Ha sido el único gobernador, que de verdad ha atajado la corrupción, luchando contra el régimen peñista, que intentó proteger a los suyos.

Enfrentarse a un gobernador honrado será un reto difícil para un presidente cuyos familiares no le ayudan a sostener su honorabilidad. Combatir a los aguerridos chihuahuenses, será diferente; allá empezó la revolución. Ya lo verá.

Los bárbaros del norte
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EL ANTÍDOTO PERFECTO

Carlos Arce Macías

Demoledora para Guanajuato, resultó la reciente encuesta  sobre Calidad e Impacto Gubernamental (ENCIG) del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI). Los datos fueron funestos, resultó ser el estado con mayor aumento percibido de corrupción entre 2017 y 2019; el crecimiento fue del 80%.

Regresión peligrosa

La zona con mayor percepción de corrupción , resultó ser la policía (82%), seguida de los partidos políticos con el 78%, los diputados y senadores con  el 70%, el gobierno estatal con 65% y los municipales con 61%. Los datos arrojan el siguiente aserto: no estamos bien, las cosas no caminan correctamente, y lo que es peor, no se ven hasta ahora, verdaderos afanes por combatir con seriedad a la corrupción para mejorar nuestros gobiernos y diferenciarnos de la paupérrima administración federal. 

Como nos hemos cansado de sentenciarlo, los malos gobiernos son incapaces de crear buenas policías. El cauce en pos de la paz pública, se aleja cada día más de nuestra comunidad. Y es que el arreglo a tan trágica condición, depende esencialmente del saneamiento y compostura de los partidos políticos, también sumidos en una deshonestidad galopante, que evita la construcción de oposiciones efectivas y mejores administraciones públicas.

Sin embargo hay un buen augurio  que pudiera servirnos. Javier Corral, gobernador de Chihuahua ha lanzado su iniciativa PASO* que busca cercenar, de una vez por todas, la partidocracia que ha propiciado la zahúrda en que se han convertido los institutos políticos. Se trata de una iniciativa que establece la apertura de las candidaturas a los ciudadanos, quebrando de un solo golpe el pactismo y contubernio que actualmente se da dentro de los partidos, especialmente, en el caso guanajuatense, en el PAN.

Corral va a fondo. Propone que las candidaturas de todos los partidos sean votadas libremente por los ciudadanos interesados en cada opción. Todos a la vez, en una sola jornada electoral, organizada por la autoridad estatal. Nadie podrá asegurar candidaturas sin el verdadero apoyo de la ciudadanía; tan solo acordando, en lo obscurito, con los “liderazgos partidarios”, comprometiéndose a la entrega de canonjías, monopolios y privilegios, cuando se llegue al poder. Una secta política, por ejemplo, no podría ser, bajo este esquema, quién decrete el destino de todo un pueblo.

Un gran PASO

Se trata pues, de una reforma política que obligue a la celebración de elecciones primarias, la cualfortalecería a los ciudadanos y debilitaría las estructuras autoritarias que han propiciado la autocracia que hoy, desgobierna al país. La fórmula contra la pócima de la dictadura es sencilla: más democracia, mucha democracia, harta democracia.

La iniciativa del gobernador chihuahuense tiene otra gran ventaja: al reconstituir el tejido político de los partidos, permitiendo que los ciudadanos premien las virtudes cívicas contra las perversiones de los abusivos y ventajosos; el establecimiento de una verdadera política anticorrupción quedaría garantizado. Por otra parte, la ciudadanía se haría responsable directa, en su caso, de llevar a un impresentable a un puesto público. Para que después no se quejen.

Si Guanajuato de verdad quiere manifestarse como una sociedad moderna, digna de un gobierno eficiente y honesto, debería de exigir una reforma política, con elecciones primarias obligatorias, ahora. Solo así podrán seleccionarse los candidatos más potables para gobernarnos, y también para enfrentar a la dictadura que nos amenaza. Solo tenemos esta oportunidad. Hagámoslo sin titubeos. Es el antídoto perfecto para el veneno que tragamos en 2018.

*PASO (Primarias abiertas, simultáneas y obligatorias)

Partidos políticos corruptos

UN BARRIO DE CHIHUAHUA

Carlos Arce Macías

 

Durante el evento para dar a conocer los resultados de su Segundo Informe de Gobierno, Javier Corral lanza una de sus primeras frases: Para nosotros las personas son sujetos de derechos y no simples beneficiarios pasivos que reciben dadivas. El enunciado transforma completamente el enfoque que impera desde el gobierno federal y postula la idea fundamental de la Iluminación (Siglo XVIII), de entronizar la dignidad humana por sobre todo lo demás. Es el avance civilizatorio que hoy se intenta detener por medio de la limosna gubernamental. La imagen que esa política nos genera es ridícula: el rey lanzando monedas a los siervos. En el caso del actual gobierno, tarjetas de monedero electrónico cobrables en Banco Azteca. ¿Se dará cuenta el presidente que acabará, al final, atrapado por la mezquindad de una estrategia social tan denigrante? Recordemos, la nobleza acabó perdiendo la cabeza, en su momento.

 

El gobernador de Chihuahua sabe, que para contrabalancear al gobierno de Obrador, se deben evidenciar los contrastes. No se puede enfrentar una idea desde la similitud, como lo han venido intentando muchos de los gobernadores de bando diferente a Morena. O son muy torpes, o se encuentran atrapados por sus rémoras y negocios. Insisto: no tienen alas para volar.

 

Asumiendo ese contraste Corral señala: “Sin simulaciones ni engaños, nuestro gobierno ha promovido y respetado la división de poderes. Hoy vuelve a ser una realidad en Chihuahua, la autonomía de cada poder”. Entiende el gobernante fronterizo que la dinámica republicana, se convierte en el contrapeso más emblemático, frente al populismo ramplón. Mediante la inteligencia, facultad de los humanos, se ha superado históricamente esa etapa. Volver a ella es dar cientos de pasos en reversa, significa ubicarnos a la cola de la evolución. México no lo merece.

 

Y apunta con vigor el gobernante: “Tenemos un nuevo Auditor Superior del Estado y una nueva Fiscal Anticorrupción, auténticamente independientes que llegaron a estos puestos por méritos propios”. Asume así el gobierno de Chihuahua, que el sistema anticorrupción no será eficaz sin una fiscalía y una auditoría que, gracias a su independencia, investiguen, persigan y atrapen a los corruptos; desde ex gobernadores deshonestos, funcionarios y munícipes desleales, empresarios voraces y prestanombres embozados. Hay que liquidar la impunidad de manera seria, eficaz e inteligente. Todo ello frente a la promesa fácil del milagro absurdo sobre la eliminación de la corrupción por simple cambio en la titularidad del ejecutivo. Se debe de trabajar en ello bajo un esfuerzo constante hasta limitarla a su mínima expresión.

 

“Hemos reconstruido la relación del gobierno con la sociedad civil. Hemos hecho de nuestra alianza con la sociedad civil uno de nuestros mayores logros y es una de nuestras fortalezas(…) Ahora trabajamos de la mano de muchas organizaciones de la sociedad civil que eran ninguneadas, estigmatizadas, descalificadas o incluso perseguidas. La participación ciudadana en el gobierno, es una de nuestras reconstrucciones más importantes”. Corral entiende a cabalidad, que ante la asonada federal en contra de toda organización civil, de las que pregonan los alcances de la dignidad humana a todas las áreas de nuestra vida; el contrapunto de un gobierno diferente, consiste en potenciar el tejido social, la organización de asociaciones, no dependientes y manipuladas desde los gobiernos, sino que surjan espontáneamente para accionar sobre la realidad de su comunidad y entorno.

 

Javier Corral va pasos adelante en su lectura de la política mexicana, porque comprende que es la democracia y la vida republicana, ayudada por la ciudadanía activa y consciente, la única fórmula que será capaz de frenar los intentos de masificación y clientelismo servil, que se pretenden imponer. Los caminos son diferentes, siglos de historia, así lo demuestran. La ecuación es nítida: República-Anticorrupción-Participación.

 

Al día siguiente del informe de gobierno, Andrés Manuel arribó a Chihuahua. En el evento en donde promovía las Tandas para el Bienestar, reconoció el temple del gobernante norteño, franco y directo. Así lo dijo el presidente: “Saben qué, podemos tener diferencias, porque eso es la democracia, es pluralidad y no pensamiento único. Si Javier Corral hace un cuestionamiento al presidente o al gobierno federal, está en su derecho a disentir, y se le va a respetar siempre. Es más, merecen más respeto los opositores, que los abyectos”. Ya sabrán otros gobernadores donde ubicarse, y la imagen que de ellos, y de sus gobiernos, tendrá López Obrador.

 

Al finalizar el Segundo Informe de Corral, tuvimos el gusto de encontrarnos, en un fuerte abrazo con Francisco Barrio Terrazas, funcionario de larga trayectoria. Alcalde de Ciudad Juárez en 1983, gobernador de ese estado en 1992, secretario de la Contraloría en 2000, diputado federal hasta 2003 y embajador en Canadá entre 2009 y 2012. Luce en espléndida forma. Lo vimos por el largo pasillo del Centro de Convenciones caminando al lado de Corral mientras palmeaba su espalda en señal de aprobacióndel mensaje que acaba de pronunciar. Sentir el beneplácito de su tutor político, dejaba satisfecho al gobernante. Destaco la usanza norteña, siempre se hablan de usted, como buenos «bárbaros del norte».

 

En la frugal reunión, posterior al evento multitudinario, ambos chihuahuenses platican e intercambian opiniones. Llama la atención la serenidad de Barrio Terrazas. Sus palabras y frases caen como gruesas gotas de agua sobre el árido suelo del norte. Esta en su mejor momento. Prudente, apacible, sin presiones, con una madurez política que solo se alcanza desde la lejanía de los asuntos coyunturales, para evaluar con precisión las cuestiones torales que enfrentan Chihuahua y México.

 

Escuchándolo y atestiguando su interlocución, se nos agolpan las reminiscencias y surgen las preguntas en nuestra mente: ¿dónde quedó el partido que produjo un político de tan buenas hechuras como Barrio? ¿Qué hizo  tan mal el PAN para cambiar la manufactura de buenos, honestos y prudentes gobernantes, por una conjunción de funcionarios abyectos y cobardes? En esta nueva era, por lo menos queda un puñado, destacando entre ellos Javier Corral. Muchos esperamos que mantenga el paso.

PARTIDOS POLÍTICOS Y REDES DE CORRUPCIÓN

Carlos Arce Macías

Una de las revelaciones que nos ha aportado el gobernador Javier Corral mediante el caso de César Duarte en Chihuahua, ha sido la manifestación de la corrupción, a partir de una organización en red. No se trata como el común de las personas piensan, de conductas antisociales aisladas, donde individualmente, empleados o funcionarios desleales, expolian presupuestos públicos. No, no es así.

La corrupción es un sistema bien estructurado, aceitado, con múltiples derivaciones, que requiere la comisión de varios delitos, y que termina con el lavado de dinero, a fin de blanquear sumas muy considerables del dinero público pillado por la organización. Claro, siempre hay cabecillas, que se encuentran guiando la comisión del serial de irregularidades y violaciones que se necesitan cometer, para que opere adecuadamente la red.

Así sucede con las actividades ilícitas que se ejecutan en los gobiernos municipales, estatales y federal. Pero también alcanzan otros ámbitos del entorno público, como son los partidos políticos. Estas organizaciones han sido parte esencial de la corrupción que ha colonizado a los gobiernos, y sufren el mismo proceso de expoliación, que las administraciones públicas. Hagamos un repaso.

De la misma manera en que una red de corrupción se incrusta en un gobierno y lo convierte en una víctima a la que se le extrae recursos constantemente, los partidos son instrumentos claves para implementar la red, controlando el acceso al poder, garantizando de esa manera a los corruptos, los cargos públicos y de representación que se necesiten para ser eficaces. Por ejemplo, controlar las auditorias de los congresos es muy importante para no propiciar amenazas sobre la operación extractiva de la red. Los diputados incondicionales, serán los miembros de la comisión encargada del análisis de las cuentas públicas. En el caso de los ayuntamientos, tendremos ahí a los síndicos y regidores que están integrados al sistema corruptivo.

Pero paradójicamente, las propias organizaciones partidistas, son las primeras víctimas de este agresivo cáncer social, siendo rápidamente capturadas por las bandas de depredadores políticos. La presa es apetitosa. Los partidos reciben en México, cantidades inmensas de dinero, que los colocan, por ingresos, en las mismas coordenadas que muchas de las grandes empresas del país, pero con una diferencia, las finanzas internas pueden ser utilizadas con gran discrecionalidad desde los puestos de mando partidario. Un botín suculento para un grupo de vividores de las arcas públicas.

Los partidos recibirán casi 5000 millones de pesos para 2019. A cada uno le serán entregados cientos de millones de pesos. Pero sus bancadas federales también obtendrán una millonada. Para tener una idea, la LXIII Legislatura de diputados recibió, aparte de sueldos, por concepto de “subvenciones”, 3500 millones de pesos. La coordinación de cada grupo parlamentario manejó con total discrecionalidad la distribución de esa millonaria partida. Luego tenemos al Senado con cantidades muy importantes, más las aportaciones estatales a los partidos, que varían dependiendo de cada entidad. Total, un montón de dinero, susceptible de ser privatizado.

Si a estas particularidades le agregamos la negociación por la aprobación de leyes, tanto a nivel estatal como federal, o bien reglamentos municipales, los negocios por autorizaciones y permisos, el tráfico de influencias y los sobornos, advierto que nos encontramos ante la presencia de un anchuroso sistema de redes de corrupción.

Una cosa importante: los políticos honestos, también tienen un papel importante en el sistema. Sirven de cobertura. Dan un halo de virtud y siembran un poco de confianza en los ciudadanos. Lo importante es que sean sumisos y se adapten al rol asignado. No nos sorprenda entonces ver allí, a algunos perfiles de políticos que alcanzan a conservar buena fama, estos son imprescindibles para camuflar las operaciones expoliatorias de la red. Se les siembra estratégicamente, se les conserva y se les da exposición mediática. Pero al final, solo son una careta, que mal cubre el desfigurado rostro de la corrupción rampante que acosa a los partidos.

Debemos tomar consciencia de esta cruda realidad, y del modus operandi del tejido corrupto dentro de los partidos políticos. Solo así podemos entender las fuertes y duras luchas internas, que importantes agrupamientos de militantes, cansados de tanto escarnio, han iniciado con motivo de las disputas internas por la dirigencia partidista, como es el caso del PAN. La denuncia reiterada de la corrupción y la reivindicación de los ideales y principios, no son gratuitos. Son el antídoto del pragmatismo, forma de hacer política, que ha permitido toda clase de negociaciones, así como la rendición de los principios que norman a la organización.

No por nada, lo que más incomoda a estas redes profesionales de la extracción ilegal de rentas desde los presupuestos públicos, son los miembros rebeldes que actúan dentro de los partidos. Más, si son estridentes e irreverentes y denuncian la comparsa de dirigentes y militantes entregados a los malos manejos y al enriquecimiento individual. Hay que sostener el grito sonoro. Que cale y duela para que los ciudadanos se abstengan de votar por corruptos.

Finalmente, en estas semanas, en las que los panistas deberán elegir nueva dirigencia, será importante que militantes y ciudadanía tomen nota de cómo funciona la operación de redes de corrupción dentro de los partidos políticos. Servirá para definir el voto y saber, al final de la contienda, si la red fue por fin derrotada. Estén atentos.

LA RED

Carlos Arce Macías

El tema Chihuahua sigue “in crecendo”, motivo por el cual me veo obligado a seguir tratando ese conflicto en esta columna. El impacto que este nuevo e imprevisto fenómeno pueda tener en las campañas, resulta imposible de predecir. Conforme pasan los día, y las investigaciones avanzan, se revela nueva información sobre más personas involucradas en el grave expolio que sufrió el estado norteño.

La diferencia para lograr descubrir los minuciosos detalles, de las maquinaciones para extraer dinero público, es el enfoque con el que se dirige la investigación; mientras en otros estados, las autoridades se orientan en buscar a algunos funcionarios señalados como peculadores, para identificarlos, extraditarlos y ponerlos tras las rejas, en Chihuahua se tomó un rumbo diferente:  aparte de perseguir a los sospechosos de peculado, construyeron bases de datos, cruces de información, identificación de cómplices y otros actores, para obtener un complicado mapa de la red de corrupción que operaba en el estado.

Durante la pasada semana, con meticulosidad, fue explicado este proceso a los integrantes de la “Red por la Rendición de Cuentas”, una coordinadora que incorpora a órganos autónomos, organizaciones no gubernamentales y organismos internacionales, dedicados al seguimiento de las políticas de transparencia, rendición de cuentas y anticorrupción en México. Al evento acudió el gobernador Javier Corral, acompañado de su ya famoso fiscal César Augusto Peniche y de la siempre asertiva secretaria de la Función Pública, Stefany Olmos. Poco a poco, los chihuahuenses fueron revelando el rostro del monstruoso fenómeno que campea por todo el país.

-“El que quiera combatir la corrupción en México, se peleará con el mundo” -, espetó al inicio de su comparecencia el envalentonado gobernador norteño.

Y así lo fue evidenciando, al mostrarnos el esquema de relaciones con que opera el intrincado y profuso sistema de la corrupción. Esta se expande y coloniza  muchísimas áreas de la administración, dedicándose a extraer recursos del erario estatal. Pero la aportación más importante al estudio de la organización de redes en torno a la corrupción, es el conocimiento de un segundo sistema, que encubre, provee protección, y garantiza la impunidad. Lo describo.

CIRCULO DE CONFIANZA.- Inicialmente, el sistema opera desde el primer círculo de confianza del gobernante. Este se compone por familiares o amigos incondicionales, que han comprobado lealtad a toda prueba. Estos son ubicados en puestos claves de control de flujo de dinero. Desde ahí se ordenan y coordinan las diversas acciones de “extracción” de recursos públicos

NEUTRALIZACIÓN Y COPTACIÓN DE ÓRGANOS DE CONTROL.-Desde ese primer círculo, con cuatro o cinco incondicionales, se desagrega la red a todo el gobierno. Un punto muy sensible son los órganos internos de control. Estos deben de ser neutralizados y cooptados, para que se integren a la red de corrupción. De esa forma se brinda la seguridad necesaria para evitar cualquier investigación o auditoría, garantizando la impunidad de las acciones expoliadoras. En Chihuahua, gran parte de las operaciones obscuras, contaron con la colaboración de las áreas de contraloría y auditoría gubernamental.

LOS MEDIOS DE COMUNICACIÓN.- La capacidad de controlar a los medios de comunicación, resultó vital para permitir la tranquilidad de todos los participantes en el saqueo del erario chihuahuense. El gobierno de Duarte gastó 1107 millones de pesos anuales, para distribuir entre la prensa y medios electrónicos y digitales, logrando anular cualquier denuncia o investigación periodística, que evidenciara el desvalijamiento del patrimonio público o propiciara el ejercicio de una prensa libre.

CONTROL DE LA OPOSICIÓN.- Prohijar partidos de oposición sumisos al poder del gobernador Duarte, resultó ser una garantía para operar con tranquilidad la realización de peculados dentro del gobierno, sin temor a ser descubiertos o denunciados. Someter a los opositores requirió de la compra de incondicionalidad a través de dinero y prebendas. Solo el voto de aprobación del último endeudamiento multimillonario, fue pagado a mas de 2 millones de pesos por diputado.

PARTIDO GOBERNANTE.- El control absoluto de su partido, fue el postulado sobre el que se actuó durante el reinado de César Duarte. A fin de tener formas eficientes de premiar la incondicionalidad o castigar el disenso, se llevó a cabo una minuciosa operación sobre el PRI local, para mantenerlo sujeto a la voluntad del Ejecutivo, y colaborar en el encubrimiento de todas las maniobras tendientes a permitir la extracción de fondos gubernamentales. Las transferencias de apoyos y fondos fueron cotidianas.

COBERTURA PARTIDISTA NACIONAL.- Duarte logro una íntima coordinación con la dirigencia nacional de su partido, a la cual proveyó de fondos para enfrentar diversas batallas electorales. Bajo esas circunstancias, siempre contó con la complicidad de la instancia partidista nacional, que le aseguraba realizar el desfalco sin correr riesgo alguno.

De esta dramática narración del caso Chihuahua, presentada por el gobernador Corral y sus acompañantes, podríamos encontrar varios indicadores, que de resultar positivos, que pudieran advertir a la sociedad sobre la posible operación de una red de corrupción en su gobierno. Para ello, elaboramos el siguiente test:

CUESTIONARIO PARA IDENTIFICAR LA OPERACIÓN DE REDES DE CORRUPCIÓN EN UN GOBIERNO ESTATAL

1.- ¿Hay identificados dentro del círculo de confianza del gobernador, familiares o amigos incondicionales, con influencia sobre la administración pública estatal?

2.- ¿Existen síntomas de neutralización de las áreas de auditoría, control y fiscalización del gobierno, patentizando un ejercicio desganado, carente de iniciativa, que indique la posibilidad de desvío de recursos dentro de la administración pública, sin que haya reacción alguna?

3.- ¿Se actúa con opacidad y se identifican gastos desmedidos en comunicación social, realizando pagos excesivos a medios de dudoso impacto en la sociedad? ¿ ¿Hay criterios objetivos de contratación de publicidad oficial, que garanticen la eficacia  de comunicación de los mensajes y campañas del gobierno?

4.- ¿Se advierten signos de control y manipulación del Congreso desde el Ejecutivo, mediante la captura de los diputados de oposición, así como la incondicionalidad de los diputados del partido gobernante? ¿Considera que el titular del ejecutivo ha logrado un total control, que brinde cobertura a la corrupción, desde el Poder Legislativo? ¿Desde el Congreso se avalan consejeros anticorrupción incondicionales, designación de fiscales manipulables, nombramiento de magistrados a modo, para lograr intervenir a plenitud en el Poder Judicial?

5.- ¿La voluntad del gobernador define la designación de diputados y miembros de los ayuntamientos, borrándose cualquier síntoma de independencia en el seno del partido oficial? ¿Posee el poder omnímodo para designar a su sucesor, logrando el encubrimiento de los desvíos realizados durante su gestión? ¿Tiene asegurada una relación de colaboración y apoyo mutuo con las instancias partidistas nacionales, para que encubran, de ser necesario, cualquier crítica o acción punitiva sobre desempeño local?

Si usted identifica algunas de estas condiciones en la vida pública de su entidad federativa, preocúpese, es muy probable que en ese gobierno se encuentre operando una red de corrupción, expoliando, cómodamente y sin riesgo alguno, los dineros públicos que deberían utilizarse para mejorar las condiciones de la población, impulsando el desarrollo de la comunidad y construyendo el bien común; en vez de utilizarse para el enriquecimiento de funcionarios o engordar “cochinitos” para sostener carísimas campañas electorales. Póngase alerta, porque cuando los contrapesos institucionales y los controles internos de un gobierno, son nulificados, la corrupción reinará.

Texto de la columna publicada el 28/1/2018, en AM LEÓN.

@carce55

MAPEANDO LA RED DE CORRUPCIÓN

Imagen

Carlos Arce Macías

Cuando uno de los nuevos funcionarios del gobierno de Chihuahua inquirió a los mandos directivos de la administración del ex gobernador César Duarte, por qué habían maquinado de forma tan grotesca y descarada la extracción de dinero público, con el fin de surtir las arcas del PRI nacional, uno de ellos respondió:

– Porque nunca pensamos que pudiésemos perder la elección, y con ello el gobierno.

Llamo la atención sobre esta respuesta clarificadora que nos permite encontrar la punta de la hebra de la extensa red de corrupción que ahoga al país y desalienta profundamente a la ciudadanía. Debemos halar la hebra y seguirla para encontrar formas, razones y motivos, que sustentan este torcido sistema corruptivo, que ha capturado a casi toda la clase política mexicana. Pocos se salvan.

Para comenzar el recuenta, hay que puntualizar que solo el Instituto Nacional Electoral (INE), el Tribunal Electoral y toda su complejísima y costosa maquinaria de organización y fiscalización, no se enteran ni perciben, que todos los partidos condicionan y compran votos. Así mismo, negocian apoyos de medios de comunicación y encuestadores, disfrazando como simples opiniones, extensas y costosísimas campañas propagandísticas. Tanto dinero corre por la economía nacional, que el propio Banco de México, detecta sexenalmente, el incremento inaudito de dinero en efectivo, en el mercado interno. La transa se realiza en las narices de los encargados de organizar, supuestamente, elecciones limpias y sin trampas. Fingen no ver ni oír, ni darse cuenta de nada. Es un hecho innegable: no hay elecciones limpias en el país.

¿De dónde sale esta absurda cantidad de dinero para invertir en elecciones? La respuesta es simple, y se acredita con los descubrimientos en las recientes investigaciones de la Fiscalía General de Chihuahua, y el testimonio de diversos ex funcionarios, ya sentenciados, que revelaron el “modus operandi” de la corrupción electoral: se obtiene de las arcas gubernamentales, a través de dos métodos: empresas prestadoras de servicios, denominadas en el argot corporativo como “fantasmas”; y la contratación de obra pública, a precios inflados (30%), mediante compañías que se prestan a trasladar parte del importe, denominado “moche”, a los políticos que los recomiendan para ser contratados. No tengan duda, así es, y sucede bajo nuestras narices, todos los días.

Pero los más grave y pernicioso, es que el asunto no para en la parte electoral, sino que se traslada al ámbito de toda la vida pública, y afecta al conjunto del sistema político. Trataré de desglosar el efecto de la trampa electoral, sustentada en la galopante y extendida corrupción gubernamental, que roba dinero público y lo traslada a los partidos políticos, para ser gastado en las elecciones. Bajo este efecto, en el interior de los partidos, se identifica un  desplazamiento de aquellos militantes que se resisten a aceptar y ejecutar prácticas corruptas. Los políticos, educados bajo estrictos estándares éticos, quedan automáticamente desplazados por la operación de grupos partidarios, que sin escrúpulo alguno, utilizan parte de los dineros mal habidos, para comprar voluntades y ganar posiciones dentro de su instituto político. En pocas palabras, los corruptos señorean los partidos, son competitivos y pueden ganar elecciones, tanto internas como externas; mientras los militantes honestos, pierden sus cargos y candidaturas, siendo desplazados y segregados. Ya en el extremo del modelo, se suprimen las prácticas democráticas y se establecen métodos de designación por acuerdo de las cúpulas dirigentes.

Ahora bien, el éxito de la operación político-electoral, a través del robo ilimitado de dinero público, depende de dos cuestiones fundamentales: no perder la elección y conservar el poder, para mantener encubiertos los distintos latrocinios; o bien, si acaso se pierde, estrechar y solidificar un “pacto de impunidad” con los ganadores, que no evidencie desvío alguno, y conserve la simulada pureza de los derrotados. Así, en caso de perder o ganar, diferentes partidos políticos, conseguirán seguir esquilmando los presupuestos ad infinitum.

En el ámbito económico, la riqueza se concentra en la estructura cupular. Solo obtienen ventajas y mercados exclusivos, las oligarquías que pactan con los poderosos y se convierten en sus recaudadores de recursos sucios y lavadores de dinero. Se consolida la llamada “economía de compadres”, que cancela la competencia y el libre acceso a los mercados. La regulación se expide en beneficio de unos cuantos. La riqueza se concentra en pocas manos, liquidando la instauración de un capitalismo funcional, benéfico para todos.

Esta atroz maquinaria corruptiva, ha sumido al país entero en la más desoladora desesperanza, prohijando una clase política absolutamente carente de virtudes públicas, comenzando por la honestidad y la decencia. Así no podemos progresar.

Por eso resulta tan importante la batalla de Chihuahua. El gobernador Javier Corral, y sus funcionarios encargados de identificar y combatir la corrupción, han roto, violentamente, el “pacto de impunidad”, documentando, en procesos judiciales, la mecánica del delito, y exhibiendo la criminal operación desde los partidos políticos para trampear elecciones. La extradición de César Duarte, se convierte en tema fundamental para profundizar las pesquisas, y desnudar la profundidad y extensión de toda la red de corrupción. Por eso la virulenta reacción del gobierno federal contra Corral. Su lucha es solitaria, pero digna. El resto de los gobernadores de oposición prefieren el silencio. Son cobardes o tienen la cola larga.

No creemos desde esta atalaya, que ninguna organización política que mantenga posiciones de gobierno, se salve. Casi todos roban dinero del erario, y contadísimos son los que actúan con honestidad. Los pillos han colonizado a los partidos, y es la única forma que conocen de “hacer política”. Son unos tramposos.

Por lo pronto, con los datos que contamos por el momento, hemos concluido el mapa. Apoyen a Corral, nos conviene.

Columna editorial publicada en AM LEÓN, el 15/1/2018

@carce55

EL PRIMER ERROR

Carlos Arce Macías
En diez días el PAN ha quedado descoyuntado en su versión nacional, en el momento más inoportuno, a solo cinco minutos de comenzar la verdadera competencia por la Presidencia de la República. En estos instantes, un inesperado golpe de mano, acaba de suceder en el Senado, cuando, en contra de la dirección del grupo parlamentario de Acción Nacional, las demás fuerzas políticas nombraron como presidente de esa cámara al senador panista Ernesto Cordero. La ruptura partidista, quedó a la vista.

 Un viejo dicho en el argot político reza así: “En política solo se comete un error, lo demás son consecuencias”. Hay que identificar ese error primigenio, que acabó desmembrando a Acción Nacional, ubicándolo en una profunda crisis.

Haciendo un rápido recorrido por los sucesos que marcan el deterioro panista, hay que partir del momento en que Margarita Zavala trocó su participación como candidata a dirigir el PAN, para externar su intención de ser candidata a la Presidencia del país; propiciando el arribo de Ricardo Anaya al timón del blanquiazul. Consideramos que el primer error, el fundamental, se dio en esa elección. Paso a las consideraciones del caso.


Se ha hecho famosa una caricatura de Pepe Gómez de 2011, aparecida en el Diario de Querétaro, en donde se dibuja al joven Anaya abandonando la plaza rumbo a una posición en el gobierno federal, mientras deja un desastre tras de sí, en todos los puestos ocupados, representados por coches estrellados contra postes en el camino. La caricatura tiene como base el negativo desempeño político del queretano como secretario particular del gobernador, coordinador de campaña a la gubernatura, diputado estatal y presidente del PAN-Querétaro. En cada una de las posiciones tuvo descalabros. Hizo manejos discrecionales de fondos desde la secretaría particular, que provocaron fuertes críticas al gobierno de Garrido Patrón. Se perdió la gubernatura, bajo su coordinación, en 2009. Como líder de su grupo en la LVI legislatura estatal, dividió al grupo parlamentario en dos mitades (sic). Ya en la presidencia estatal de Acción Nacional, el partido sufrió profundas divisiones, provocadas por sus maquinaciones y juegos de intereses. Sus coterráneos lo conocen muy bien.


Pero en lo personal corrió con suerte y tuvo el talento de evitar, a través de la intriga palaciega, que el fracaso lo alcanzara. El hecho de que un joven político, en lugar de ser víctima de sus errores, sea premiado con un puesto tras otro, hasta ser elevado a la diputación federal, propicia una peligrosa pérdida del sentido de responsabilidad. Sus actos no constituyen consecuencias negativas para él, labrando un liderazgo proclive a la temeridad y sobre todo irresponsable. Se puede, pues, actuar a contentillo, en pos de las más caras ambiciones personales, sin pagar el costo de los dislates.

Durante la elección del 2015 para elegir presidente del PAN, se dio la oportunidad de ubicar en el puesto a un personaje maduro, bien templado en las andanzas políticas y electorales: Javier Corral. Sin embargo las estructuras estatales, manipuladas desde el Comité Ejecutivo Nacional, así como la utilización de una maquinaria operativa muy costosa, presuntamente fondeada desde el grupo parlamentario del Acción Nacional en la Cámara de los Diputados, propiciaron una contienda totalmente dispareja e inequitativa. Anaya arrasó, sin tener los méritos suficientes para acceder a un cargo que presupone una enorme templanza y sentido de responsabilidad.


El nuevo dirigente, en poco tiempo, se olvidó de la complejísima operación que requiere la conducción de un organismo tan intrincado, como lo es una organización partidista. Conjuntó un grupo de incondicionales, y estos se dedicaron a aglutinar directivos y operadores estatales, a cambio de prometer candidaturas y puestos. Ahora el PAN tiene ante sí un cuerpo de dirigentes ambiciosos, decididos a beneficiarse de los cargos públicos que puedan conseguir.

Finalmente, la intención del nuevo dirigente nacional, quedó develada: ser el candidato del PAN a la Presidencia de la República. Una pretensión que exigía el inmediato abandono de la dirección del PAN. Distorsionar la democracia, para intentar poseer todas las canicas en juego, y lograr así el control total de la contienda, augura casi siempre algún tipo de rompimiento interno en las organizaciones. Pero se decidió correr el lance, sin importar mancillar el delicado proceso para designar al candidato más adecuado para representar a Acción Nacional en la contienda por el ejecutivo federal.

Hoy, el problema se agiganta, ya que el PAN no posee un mecanismo capaz de garantizar una buena conducción. Su dirigente nacional está inmerso en la contienda interna, y no hay a la vista un personaje con el señorío necesario para poner orden interno, todos están abocados a la contienda intrapartidista, transformada en guerra de lodo. ¿Dónde está el Don Luis Álvarez o el Carlos Castillo, capaz de disciplinar a los rijosos? El presidente del PAN es el principal actor de la refriega.


Sin vacilar podemos identificar que en ese nombramiento se encuentra “el primer error”. La consecuencia es haberse otorgado la venia, de seguir a pie juntillas, el ejemplo del PRI en 2006: la autoimposición de Roberto Madrazo desde la presidencia misma de ese partido, como candidato a la Presidencia de la República. El PAN parece decidido a seguir los mismos pasos, predestinados al fracaso. Nadie ha podido, hasta ahora, atemperar las desbordadas ambiciones del joven Anaya, que lanzarán al caño, los esfuerzos y sueños de miles de leales militantes. Conocemos el resultado del experimento.


@carce55

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

EL AGUA Y EL ACEITE

Carlos Arce Macías

 Para mis queridos compañeros de la vetusta

generación 74´de la Escuela de Derecho de la UG

 Hace unas semanas, Andrés Manuel López Obrador, persistente candidato a la presidencia de México, realizó una gira a Chile. Ahí se entrevistó por 15 minutos con la señora Bachelet, presidenta de ese país, y se retrató en el Palacio de la Moneda, sede del gobierno chileno, bajo el retrato de Salvador Allende, el sacrificado presidente marxista, que murió en el ataque a la sede presidencial en septiembre de 1973, ante el golpe militar orquestado por la CIA y los militares chilenos, encabezados por Augusto Pinochet.

 López Obrador se declaró admirador de la figura de Allende, a quién erigió como apóstol de la democracia, equiparable a Francisco Madero. También celebró que “ahora se esté restableciendo”, durante el actual gobierno, la vida democrática en el país. Remató su declaración lisonjeando a Michele Bachelet, a quién considera el tabasqueño, la artífice del retorno a las libertades en Chile.


 Una semana después, el 4 de agosto en Chihuahua, fue convocado por el hiperactivo gobernador de esa entidad, Javier Corral un encuentro para discutir la conformación de un “Frente Amplio”, en donde participaron políticos y ciudadanos pertenecientes a diversas generaciones y posiciones políticas. Allí concurrieron tanto Cuauhtémoc Cárdenas como Gustavo Madero, Jorge Castañeda y Alejandra Barrales, Clara Jusidman, Ricardo Anaya, Emilio Álvarez Icaza, Agustín Basave, Santiago Creel, Guadalupe Acosta Naranjo, Alfredo Figueroa y Fernando Elizondo, quién destacó con un brillante posicionamiento.

 Ante ese significativo hecho político, desencadenado en Chihuahua, al proponerse un cambio de régimen, las interpretaciones y criticas se esparcieron por los medios de comunicación y las redes sociales, opinando algunos, que el acercamiento inicial entre PAN, PRD y distintas tendencias políticas que se dejaron sentir en el encuentro, eran equivalente a “juntar el agua con el aceite”, algo inconcebible en política, una verdadera contrahechura.


 Sin embargo, el estrecho y larguísimo país que es Chile, ubicado entre el mar Pacífico y la escarpada cordillera de Los Andes, nos proporciona la formula para combinar agua y aceite de forma virtuosa. Paso a proporcionar la información.

 Luego de la victoria del izquierdista partido de Unidad Popular (UP) en 1970 con el 36% de los votos (sic), Salvador Allende intentó un cambio radical en cuanto a la política y la economía del país, impulsando una agenda de corte nacionalista, estatista y de gasto desenfrenado. Al cabo de tres años, dejó a Chile con control de cambios, un marcado sobreendeudamiento, y una inflación del 606%. El país había decrecido el 5.5% en solo tres años. El caldo de cultivo para el golpe de estado, quedó perfilado, ante la muchedumbre de enfurecidas amas de casa, golpeando cacerolas en manifestaciones callejeras.

 De 1973 a 1990, la república andina padeció la feroz dictadura de Augusto Pinochet. Los derechos humanos fueron nulificados y violentados por la mano de hierro del autócrata. El camino de retorno a la democracia fue más complicado que escalar el Aconcagua. Muchos chilenos se vieron forzados a abandonar su país a causa de la persecución política. De aquéllas épocas, conocí a algunos verdaderamente extraordinarios, que encontraron cobijo en México.

 El drama chileno ocurrió bajo la combinación de dos tragedias: el forzar la imposición de una ideología diametralmente opuesta, sin contar con una mayoría suficiente que la respaldara; y la reacción a esa imprudencia con otra peor, inscrita en el contexto de la guerra fría y el acercamiento entre Cuba y Chile, retando la seguridad hemisférica de Estados Unidos, y propiciando un cruento golpe de estado, así como la imposición de una brutal dictadura que gobernó por 17 años.


 Sin embargo, se hizo la luz, y con ella la solución a esa infeliz circunstancia, mediante la construcción de un acuerdo político entre las fuerzas más disímbolas de la vida pública chilena: los partidos Demócrata Cristiano (derecha), Socialista (Izquierda), Por la Democracia (Izquierda) y Radical (Humanismo Laico), entre otros muchos. Juntos ganaron el plebiscito por el “No”, y vencieron a “Democracia y Progreso”, la coalición partidaria de fuerte raigambre pinochetista, durante las elecciones de 1990.

 La Concertación, restableció la democracia a plenitud en el país, mejoró la vida política a través del dialogo y entendimiento entre actores de diversa ideología, que aprendieron a ser tolerantes los unos con los otros, construyendo programas compatibles para todos. Gobernaron a Chile durante 20 años, con personajes de una gran calidad política: Patricio Aylwin, Eduardo Frei, Ricardo Lagos y Michele Bachelet.

 Pero el despegue inicial, requirió del talento de un líder con un rasgo a destacar: sus profundos conocimientos de derecho constitucional y administrativo, profesor universitario de estas materias, secretario del Instituto de Estudios Legislativos, y de la Comisión de la Suprema Corte de Justicia, así como director de la Facultad de Derecho de la Universidad de Chile. Ese fue Patricio Aylwin.


 Como conclusión podemos afirmar, tres cosas: la primera, que imponer una nueva ideología a un pueblo y mecanismos radicalmente distintos a una economía, sin el apoyo político y electoral suficiente, conducen al desastre. Segundo, que resulta aconsejable que el talento destacable del conductor de un experimento político cuya apuesta sea un cambio de régimen, recaiga en un profundo conocedor de la ingeniería jurídica. Tres, que para evitar dramas y tragedias, aceleremos la historia anticipando el desastre, con la construcción de una Concertación que nos evite el caos y la ruina. Queda como colofón, que en política nada es imposible, hasta el agua y el aceite se juntan.


 @carce55

¡HAY CHIHUAHUA, GUANAJUATO!

 

 

Carlos Arce Macías

Javier Corral Jurado, protestó esta semana el cargo como gobernador constitucional del Estado de Chihuahua. Militante panista de viejo cuño, compañero en la LVII legislatura, comandada desde el PAN, por Carlos Medina Plasencia, Javier es un político de rara manufactura en el pantanal de la vida pública mexicana. Su guía, cosa curiosa, han sido sus valores y convicciones. Nunca vaciló en enfrentarse a sus propios compañeros de partido, cuando de defender la rectitud de una propuesta se trataba. Rompió lanzas, sin consideración alguna, igual con secretarios de gabinetes panistas, que con los mismísimos presidentes Fox y Calderón, cuando desde su perspectiva, siempre legislativa, y en defensa de principios, se requería.

Fue el único, que sin temor, enfrentó al poderoso duopolio televisivo, que con descaro siembra el miedo a una medrosa clase política, imponiéndole, siempre, la dolosa defensa de sus intereses económicos. Con Corral, no han podido, aún cuando han intentado descarrilar su carrera política por todos los medios posibles.

Cuando fue necesario, diputados y senadores de la oposición fueron derrotados en el debate parlamentario por el discurso contundente y bien estructurado, que siempre ha manejado el chihuahuense, exhibiendo las malas mañas y las sinrazones de sus oponentes, y enarbolando siempre, causas justas, propias de hombres de bien.

Pero lo más importante de su larga trayectoria en ambas cámaras, ha sido su determinada lucha en contra de la corrupción, en todas sus manifestaciones. A diferencia de muchos políticos, que han acabado abrevando del pozo de la corrupción, ante las necesidades de los ríos de dinero que se requieren en México para sostener campañas y ganar elecciones; Javier no ha sucumbido ante esa tentación, y ha salido victorioso de diversas lides comiciales, incluyendo la reciente campaña por la gubernatura del vasto estado de Chihuahua.

Este cúmulo de circunstancias, han forjado a un político entrañable para muchos, que destaca, por su rebeldía, frente a un ambiente de descomposición generalizada de la gran mayoría de los dirigentes y representantes partidistas. Pocos, muy pocos de ellos se salvan.

Pues bien, en un histórico discurso de toma de posesión, el nuevo gobernador inició con una rotunda frase: “Creo en la división de poderes, y en la vital tarea de peso y contrapeso que deben de realizar los legisladores”. Destaco estas frases, porque a su convicción, de inmediato añadió la propuesta para modificar el marco normativo a fin de que el gobernador se someta al debate y la deliberación abierta y directa con los legisladores, como un acto de rendición de cuentas. La propuesta entraña un auténtico hito de la política mexicana, tan dada en confundir al conductor del Poder Ejecutivo, con un monarca o tirano de la antigüedad. Bajar del Olimpo para enfrentar argumentaciones críticas de los representantes del pueblo, enriquecerá de forma extraordinaria la vida pública de Chihuahua… y me atrevo a plantear: ¿por qué no la de Guanajuato?

Veinticinco años de gobiernos panistas, incluido un sexenio para el olvido, requieren de una convicción personal por una auténtica democracia, que solo puede ser refrendada por el gobernador, propiciando el debate parlamentario, que tiene un solo objetivo: rendir cuentas de su actuación. En Guanajuato debemos imitar la propuesta de Chihuahua, porque ayuda a desnudar las limitaciones de la clase política y evidencia, sin cortapisas, la realidad de la vida pública de una sociedad. La tierra de conspiradores, se merece algo más que lo que hasta ahora nos han dado legisladores, gobernadores y magistrados de justicia.

Si a ello se añadiera, tanto en Guanajuato como en Chihuahua, la facultad directa de las comisiones legislativas para llamar a comparecer a los distintos funcionarios del legislativos, la intención de imponer un necesario ejercicio democrático a nuestros gobiernos, sería la simiente de un mejor funcionamiento del sistema republicano.

El discurso hay que verlo y oírlo, contiene instantes verdaderamente luminosos y vibrantes. Está en YouTube. En otro momento, Corral trató otro punto delicadísimo del quehacer público: “el contar con un Poder Judicial fuerte, con independencia y solvencia jurídica y moral”. Por ello comprometió una actitud “respetuosa y garante de los principios de independencia de la soberanía del Poder Judicial del Estado». La consigna, resulta ser un clamor en Guanajuato. En varias ocasiones, se ha evidenciado la partidización del Poder Judicial, llegando al ridículo de la búsqueda de padrinos políticos para acceder a las magistraturas. Esto debe terminar de tajo, en el último tramo de la actual administración, para ceñirse al postulado enunciado por Javier Corral para Chihuahua, e imitar su reciente propuesta de ciudadanizar el Consejo Estatal de la Judicatura, introduciendo en el voces críticas con visiones innovadoras, que destierren la perniciosa endogamia que priva en el medio judicial y obligue a la transparencia.

Estamos en un periodo crítico e inestable de fin de régimen. La transición incompleta, tiene que concretarse para el próximo sexenio, rompiendo el pacto de impunidad entre los políticos, y fijando límites a las negociaciones políticas, para supeditarlas al respeto a valores y principios. Desde Chihuahua se marca la nueva pauta para ganar elecciones, a través de la conformación de amplias alianzas ciudadanas, que exigen el establecimiento de prácticas democráticas y republicanas, hasta ahora olvidadas. En Chihuahua las iniciarán, en Guanajuato mas nos vale comenzarlas ya.

Editorial publicado en AM LEÓN el 9 de octubre de 2016

Twitter: @carce55

 

 

CORRAL, EL VERDADERO PAN

CORRAL, EL VERDADERO PAN

Carlos Arce Macías

El pasado 5 de junio, se produjo un parteaguas en el sistema político mexicano. En doce estados de la república, los mexicanos salieron a votar, y decidieron despojar al PRI de importantes bastiones. Perdió siete gubernaturas y decenas de diputaciones y municipios importantes. El ganador indiscutible fue el PAN, que se posiciona como serio retador para el arrebatarle al tricolor la Presidencia de la República en 2018.

Pero los datos triunfales son traicioneros. En tres estados ganó en coalición con el PRD. Varios de sus candidatos son advenedizos que han manifestado con hechos, conductas ajenas a la práctica y doctrina panista. No son consistentes doctrinariamente y su lealtad es frágil, por decir lo menos. Uno es adquisición de última hora y no se le pueden exigir demasiados compromisos.

Entre todas esas candidaturas, destaca una, la de Javier Corral Jurado, que disputó la elección a gobernador de Chihuahua. La ganó contra todos los pronósticos de las casas encuestadoras, compradas desde el gobierno estatal, que cucharearon a contentillo los porcentajes para tratar de producir un ambiente de desgano y desesperanza en los electores. Televisa y Azteca, las dos poderosas televisoras, lo desaparecieron del mapa, pues desde el legislativo se convirtió en su más asiduo crítico y frenó con rudeza muchas intentonas del duopolio para obtener más privilegios y evitar cualquier competencia en “su mercado”. Con un uso intensivo y eficiente de las redes digitales, y con cierta apertura de medios locales, pudo esparcir sus postulados y propuestas entre los electores. Es el heredero del verdadero PAN, de ese que se rebela a que los mexicanos vivamos en la mediocridad de un mal gobierno.

Corral no es un político común, se cocina aparte. Parlamentario de cepa, tendrá ante sí un reto inigualable: convertirse en ejecutivo. La disciplina, el orden, el trabajo en equipo, es algo que no se requiere como atributo fundamental en las actividades legislativas. Enfrentarse a la razón de Estado, a la lógica implacable del poder y a los laberintos normativos, no será cosa sencilla, menos en un ambiente de ruina administrativa, en la que el priísta Duarte deja sumido a su estado.

Pero el triunfante candidato, posee una condición que florece en la vida parlamentaria y no en la aridez de los escritorios burocráticos: la palabra. Será muy importante ver como la usa, desde una nueva trinchera, para comunicarse con los ciudadanos. La tribuna se le da, ahora deberá llenar su discurso de ideas fértiles, no solo para los retos políticos, sino también para los administrativos. Espero salga avante, porque inteligencia no le falta.

Por lo pronto, en sendos discursos ante los chihuahuenses, y delante de los líderes de su partido y los demás candidatos electos; sus frases esbozaron el reto de los panistas frente a los resultados de la elección: la construcción de una alianza con los ciudadanos y la edificación de un gobierno solidario, avocado a ayudar a los que menos, tienen, pueden y saben.

El panismo antes del 2000 construyó ciertas capacidades administrativas a través de gobernar grandes ciudades mexicanas. Su experiencia en gobiernos estatales, ha sido escasa y no siempre se han podido sostener, salvo los casos de Baja California y Guanajuato. Jalisco, se convirtió en el peor desastre en la elección de 2012, y en la Ciudad de México la influencia confesional de algunos grupos de extrema derecha, lo han enviado a una posición marginal. Hoy Acción Nacional, gobernará más estados, que nunca antes. Es la base para reconquistar la presidencia.

Con rumbo al 2018, sobre todo para la próxima batalla que se dará en el estado de México, el PAN deberá idear un nuevo modelo de gobierno. No puede seguir ofreciendo más de lo mismo. La propuesta que inspiró la campaña de Javier Corral apunta a ello. Sin abandonar la construcción de un capitalismo funcional, deberá escorar hacia la construcción de políticas públicas eficaces para ayudar a los ciudadanos más vulnerables. Tratar de asegurar comida, vestido y techo a cuantos más se pueda. Hoy se sabe del trato discriminatorio en la ejecución de programas sociales, su opacidad, la rapiña, el clientelismo y su ineficacia. Ya se estuvo en posiciones donde se pudo hacer mucho, y el PAN poco logró. Hay que intentarlo de nuevo con seriedad y desterrando el populismo corrupto y electorero.

La congruencia política, pero a la vez la apertura a diversos actores sociales, como lo hizo Corral en Chihuahua, es otra ruta que deberá utilizar un partido que de verdad quiera obtener el voto de los ciudadanos. La alianza moral con la sociedad que desde Chihuahua se plantea, es el compromiso para construir gobiernos transparentes, que rindan cuentas y castiguen a los corruptos, pase lo que pase… aún a costa de perder la siguiente elección.

También se trata de formar verdaderos gobierno republicanos, en donde la separación de poderes funcione, evitando la docilidad de los diputados, incluso los del mismo partido, y la manipulación en el nombramiento de magistrados para intentar controlar al poder judicial. Hay que echar a andar la maquinaria de buenos gobiernos, que comienza con estas fórmulas. Es un desafío a mediano plazo, que hay que enfrentar con prontitud.

Seguir al gobernador Corral en su aventura ejecutiva, será una apasionante observación. Sus detractores dentro del propio PAN y del sistema, estarán atentos para festinar y amplificar cualquier derrapón. Las televisoras, sin dineros provenientes de las arcas chihuahuenses, no perderán oportunidad de crítica. Pero el político norteño y el grupo de inquietos rebeldes que lo acompañan, estarán listos para la batalla. Por lo pronto, ya fijó el rumbo.

*Artículo publicado en el periódico AM de León el 19/06/16

Twitter: @carce55