GUANAJUATO Y LA REINA

Destacado

Carlos Arce Macías

Lo que ahora es México, posee una tradición republicana construida durante los últimos 200 años, a partir del derrocamiento del emperador Agustín de Iturbide. Antes este extensísimo territorio fue un reino: Nueva España, que estuvo vigente durante 300 años. Nuestros monarcas pertenecieron a las casas de Habsburgo y Borbón. La monarquía está menos lejana de lo que parece para nosotros.

Nuestro último rey

Sin embargo, en América hoy somos poco sensibles a entender el sistema monarquíco, que está acotado por una Constitución y un parlamento. Este tipo de organización ha evidenciado superioridad sobre estructuras republicanas, si analizamos que los países más desarrollados poseen regímenes monárquicos, como Noruega, Suecia, Dinamarca, Holanda, Bélgica, España, Japón y el Reino Unido (Gran Bretaña).

Los reyes simbolizan a su país, y es por ello, por lo que sus actuaciones son tan cuidadas y vigiladas. Sin lugar a duda, la realeza británica destaca por la importancia histórica y geoestratégica de este imperio. La fama, especialmente de la reina Isabel II, no tiene parangón. Los medios electrónicos, las imágenes digitales, la comunicación instantánea de nuestros días, hizo de la imagen de Isabel II, la más potente entre todos los monarcas de la historia. Ha habido otros más importantes y trascendentes sin lugar a duda, pero la más reconocida es su efigie, su historia y la de su familia.

La reina de Inglaterra visitó la ciudad de Guanajuato en abril de 1975, invitada por el presidente Luis Echeverría. Su estancia resultó trascendental para la ciudad que luego sería declarada “Patrimonio de la Humanidad” por la UNESCO. Desde el punto de vista turístico la presencia real, difundió la belleza de la ciudad minera por todo el mundo, desatando el interés por conocerla. Ese es el vínculo poco apreciado entre nuestra comuna y la reina recientemente fallecida. Ninguna campaña publicitaria se acercó siquiera a la noticia de esta regia visita: las imágenes de la reina contemplando la ciudad desde El Pípila, las estudiantinas rodeándola, el pueblo volcado en las calles, su recorrido por el Mercado Hidalgo… incluso su interés por un pequeño perro callejero que displicentemente se le acercó, quizás olfateando su cariño por ellos.

La reina y el perrito

El gobernador Luis Ducoing preparó con esmero la visita. El licenciado José Santibañez, director de turismo en esos años, fue enviado a Londres para obtener a través del secretario privado de la monarca, toda la información protocolaria que requería la gira de la realza inglesa por las tierras del Bajío. Doña Irene Buchanan, colaboradora cercana de Julio Hirschfeld Almada en la recién creada Secretaría de Turismo federal, fue designada para coordinar hasta los más pequeños detalles. Desde la presidencia municipal, el alcalde Juan Villaseñor y su oficial mayor Fausto Alzati hermosearon la ciudad arreglando parques, jardines, la Explanada de la Alhóndiga, el mirador del Pípila, y todo el trayecto de la carretera panorámica. La ciudad relucía.

Las autoridades locales y estatales entendían muy bien el significado y ventaja que se obtendrían de la estancia de la reina Isabel en la ciudad. Sería la mejor campaña promocional y el inicio de una época de esplendor para Guanajuato, que había comenzado en 1974 con la reunión de científicos, intelectuales y estadistas de todo el mundo en el Club de Roma (instigador de la OCDE). Luego vino la visita de la reina, el inicio del Festival Internacional Cervantino y del Coloquio Cervantino.

Meses después de la visita, la reina invitó a una cena en el Palacio de Buckingham a los altos funcionarios, encabezados por el secretario de Relaciones Exteriores Emilio O. Rabasa, que estuvieron encargados de organizar su visita a México. Allí recordó el pollo en pipián que la empresa “Zonura”, había cocinado para el gran banquete que se ofreció en su honor, precisamente en el “Jardín de la Reina” de San Gabriel de Barrera. Fue un reconocimiento a la hospitalidad mexicana reafirmada en Guanajuato.

Se inició una nueva era. Pero el destino juega malas pasadas. Ahora a casi cincuenta años de estos eventos, el paisaje y la fisonomía de la ciudad peligran, el FIC apenas se sostiene, y el Coloquio agoniza. Su gobierno local naufraga, sin aquilatar la joya que administra y el pasado que atesora. Esperamos que pronto un nuevo ciclo comience y la urbe vuelva a florecer. En tanto aprovechamos para despedir de este mundo a Isabel II reina del Reino Unido de la Gran Bretaña e Irlanda del Norte y de sus otros Reinos y Territorios, Jefa de la Mancomunidad de Naciones; agradecidos por su histórica visita a nuestra ciudad.

Más curiosos que monárquicos

 

 

 

 

 

 

 

 

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LAS MOMIAS EN LEÓN

Carlos Arce Macías

 

“¿Acaso no saben que su cuerpo es templo del Espíritu Santo quién está en ustedes?”

San Pablo, Corintios 6:19

El artículo 77 del Reglamento de Panteones del Municipio de Guanajuato, instruye que la utilización de restos humanos áridos (momias) solo se hará para fines culturales. También establece un extraño trámite para los deudos de ese tipo de cadáveres, los cuales se pueden inconformar para impedir que vayan a ser expuestos en algún sitio. En caso de proceder la solicitud, los descendientes están obligados a la incineración del cuerpo. Esta exótica norma, quizás única en México, provoca una reflexión profundísima: ¿por qué se obliga a incinerar el cadáver momificado? 

Entre las muchas anécdotas que se desgranan en torno a “Las Momias de Guanajuato”, hay una poco conocida. Hace años, una mujer acudió ante un síndico municipal, a fin de solicitar, que le fuera entregada la momia de su ancestro. El deudo manifestó que su domicilio se encontraba situado en el callejón del Calvario, muy utilizado por los turistas, que suben a pie al monumento al Pípila; por lo cual había pensado montar un exhibidor que pudiera mostrar el cadáver, previo cierto pago, utilizando de esa manera a su antepasado para obtener un ingreso extra. Cosas que solo pueden acontecer en un exacerbado surrealismo.

El resultado de esa gestión es la norma que ordena la cremación de la momia, ya que, de otra manera, quienes tengan parientes momificados pudieran llevárselos a casa y comercializarlos. El artículo 77 establece de forma contundente que los restos humanos áridos descubiertos en los panteones del municipio, deben utilizarse exclusivamente para acrecentar el Patrimonio Cultural del Municipio.

Ahora bien, parte de la colección de cuerpos momificados que tanto sainete le han provocado a Guanajuato, serán exhibidos en un stand de la Feria de Verano de León. Se cobrará la entrada y el tenebroso alcalde de Guanajuato anuncia que con el billete se entregaran “cuponeras” de descuento para restaurantes y bares de la capital estatal. Hace meses algunas momias fueron utilizadas como atracción en la Calle Subterránea, en la celebración de tremendo guateque antrero. También las trasladaron a Zacatecas a una reunión de alcaldes. No faltaron tampoco como mudas testigos de la salida del rally anual que se corre en las calles del pueblo. Total, que la exhibición de cadáveres, que poco tiene de “cultural” y mucho de morboso, continúa de la seca a la meca, promocionando sobre todo la imagen chacotera del alcalde capitalino.

Exhibidores de cadáveres

El uso que se les está dando a los cuerpos áridos es comercial y de promoción mercantil. No estaría nada mal, a fin de llevar al extremo el asunto, convenir con la Feria de León una exposición fija de las momias. Quizás sería una buena idea, en lugar de construir centros de inteligencia policiaca en el espacio ferial, edificar un gran museo de momias, que superaría con creces al de Guanajuato, y que podría contener una buena cantidad de zapaterías, locales de venta de productos orientales y una sección de fritanguerías. León es el primer destino turístico del estado. Sus flujos son superlativos. Los recursos que le generarían al municipio de Guanajuato serían muy importantes, pudiendo destinar alguno de ellos a un programa general de exhumación de cuerpos, que permita identificar más momias, que a la vez sean exhibidas en otras latitudes. Un museo en Dallas o Los Ángeles no estaría mal. Guanajuato cimentaría sus finanzas públicas en la exhibición de los rostros de la muerte. Pero dinero es dinero y negocios son negocios.

Sin embargo, ante este virulento y desbocado mercadeo, hay dos pequeños problemas que solucionar: la comercialización privada de momias guanajuatenses y la opinión de la Iglesia. La primera se soluciona con la derogación del articulo 77 del Reglamento de Panteones. Si el municipio se lanza a comercializar cuerpos, los descendientes de vestigios áridos tienen el mismo derecho de hacer su respectivo negocio. Con buena suerte, una familia podría conformar un buen patrimonio de dos o tres momias en exhibición. Se formaría, incluso, un mercado secundario de cadáveres exhibibles, que podrían utilizar los inversionistas para armar nuevos museos. Un panorama prometedor para generar buenos ingresos.

Meterse con la Iglesia no es cosa menor. Uno de los pilares de la religión consiste en la creencia de que habrá una resurrección de la carne que dará vida a los cuerpos mortales (Catecismo de la Iglesia Católica Segunda Sección, Capítulo Tercero, artículo 11: “Creo en la Resurrección de la Carne”). La carne, aunque árida. tiene un sentido místico para los creyentes. Por lo tanto, no resulta compatible con la comercialización soez que se pretende hacer de personas fallecidas. Admira la falta de caridad de los políticos negociantes. Habrá que ver que opina el Obispo de León al respecto. Hay que escuchar al Pastor.

Resurrección

Finalmente, consideramos que más allá de posiciones religiosas, la dignidad humana se proyecta respetando a los muertos. Siempre como referencia de nuestro lugar de origen está en aquel pedazo de tierra en donde se encuentran enterrados nuestros padres y abuelos. De ahí la necesidad de preservar y embellecer los camposantos. Es un reconocimiento al lugar en donde yacen nuestros muertos. Pero no todos piensan así, el ayuntamiento de Guanajuato no ve problema en mancillar tumbas y abrir féretros.

Mal habla de los ciudadanos de Guanajuato Capital, el convertir en deporte local la exhumación de cadáveres para exhibirlos de feria en feria. Aunque no sorprende las intenciones, siempre mercantiles, de gobernantes de baja calaña. Ahora los leoneses se unirán, alegres y festivos, al circo mortuorio que les han montado.

Atracción en la feria.

TURISMO CON MOCHE

TURISMO CON MOCHE

Carlos Arce Macías

Para las principales ciudades guanajuatenses que se sostienen por la afluencia de turistas, el desplome económico es estrepitoso. Una de las áreas más afectadas es el sector turístico. Cerca del 70% de las personas tiene miedo de hospedarse en un hotel, 83% a comer en un restaurante, 84% a subirse en un avión y el 94% a acudir a un bar. Estamos hablando, según la encuestadora Mitofsky de temor, esa vivencia que pone en alerta nuestro cerebro y hace que se activen las zonas más recónditas y arcaicas de la mente, que tienen como finalidad la sobrevivencia. Así que será muy difícil eliminar esas sensaciones primarias, logrando que la gente viaje, se hospede, beba y coma en otro lugar. Por eso es uno de los sectores más golpeados.

Aeropuerto del Bajío

El gran tema en estos días aciagos de COVID 19, es la protección frente a la pandemia, al tiempo que nos resguardamos del dramático aumento de contagios por la reapertura de muchas actividades económicas, entre otras el turismo.

Por lo pronto se sabe por los estudios recientes de la consultora Deloitte que solo el 20% de los turistas se sienten seguros de hospedarse en un hotel. En entrevistas a miembros destacados de la industria turística se concluye que el eje de la reactivación consiste en la seriedad con que la hotelería implemente las medidas y protocolos de bioseguridad, como lo son la sanitización de espacios, la venta sin contacto humano, el uso de material de protección, la capacitación de su personal y la comunicación asertiva a los clientes, de los nuevos esquemas que garantizan su seguridad frente a la pandemia.

Higiene total

La reactivación turística requiere un profesionalismo del sector, que hasta ahora no se ha adoptado en Guanajuato Capital. No dudo de que la hotelería de grandes cadenas y los servicios premium de León y San Miguel Allende, logren empezar a atraer a los turistas a esas ciudades. Pero para Guanajuato será complicado.

La hotelería capitalina, salvo honrosas excepciones, opera bajo un sistema de moches para los llamados “guías de turistas”, que acechan a los despistados excursionistas a la orilla de las carreteras de acceso a la ciudad colonial. Primero les ofrecen mapas gratis del pueblo, y luego, cuando el visitante se cerciora del laberinto de calles, callejuelas y túneles, se les ofrece el servicio de guiarlos por la ciudad y acomodarlos en el mejor hotel de acuerdo a su presupuesto. Y por supuesto, el mejor hotel, es aquél que ofrece mejor moche a los improvisados “guías”. Este filtro del mercado de hospedaje en Guanajuato Capital, liquida la sana competencia, necesaria para producir buena hotelería. Los turistas acaban en hoteles mediocres, pero que gastan una parte importante de su ganancia en el moche a los guías que pastorean a los ilusos viajeros a sus instalaciones. Esta es una de las causas que explican la mala hotelería que padece la capital del estado, que podría ser resuelta con un par de anuncios espectaculares a la entrada de la ciudad, advirtiendo a los turistas que las recomendaciones de los susodichos “guías”, están sujetas a los moches que reciben de los hoteleros, no de la acreditación objetiva de sus servicios.

Cazando turistas

Como sabemos, una actividad comercial que haya neutralizado la sana competencia basada en la calidad de sus servicios y en la innovación de los mismos, está destinada a seguir degradándose, dedicándose solo a la depredación de los incautos consumidores que caen en sus fauces. Es el caso de esta hotelería mediocre, que para sobrevivir deberá transformarse.

Garantizar buenos servicios turísticos

DESTINO: LAS MOMIAS

Carlos Arce Macías

Desde la corta visión de Alejandro Navarro, alcalde de Guanajuato, el destino de la capital del estado solo son las momias; no la ciudad, no su cultura, no su entorno mágico y menos su historia. Lo explico.

Un fenómeno natural, descubierto hace años y publicitado en una película del héroe de la lucha libre, El Santo, convirtió una exhibición de cadáveres momificados del cementerio de Santa Paula, en supuesto “museo”, para satisfacer el morbo de cierto tipo de visitantes, que arribaba a la ciudad.

Muérase de miedo

Pero la vocación turística de Guanajuato deviene de otras circunstancias que debemos revalorar, para no acompañar la ignorancia de su gobernante en turno. Esta entidad federativa responde al influjo de centros urbanos, que no pertenecen a Guanajuato. Al oriente, toda la zona de La Laja orbita en rededor de Querétaro. El norte guanajuatense responde a la dinámica de San Luis Potosí. El sur siempre se ha alineado a Morelia y el occidente mantiene fuertes lazos con Guadalajara. Como auténticamente guanajuatense solo queda la zona correspondiente a Irapuato, Silao y la propia ciudad de Guanajuato, que gracias a su potencial minero, se consolidó como una de las ciudades novohispanas con mayor auge. Así lo vio con claridad el polímata Alexander Von Humboldt, una de las mentes más ilustres de su época, al visitar la región más rica y próspera de América.

Humboldt, el sabio

En la ciudad de Guanajuato acaeció el gran evento de la primera parte del movimiento de insurrección de 1810: la toma de la Alhóndiga de Granaditas. Luego de la masacre de españoles, todo cambió y el movimiento de Miguel Hidalgo marcó el inicio de la independencia. En sus callejuelas y plazoletas, se entreveran leyendas, sucesos históricos y se descubren expresiones arquitectónicas de incalculable valor, que llevaron a la UNESCO a declararla “Ciudad Patrimonio de la Humanidad”. Nada más y nada menos.

Esta ciudad extendió su nombre a toda una región, constituida por una enorme diversidad social y ha sido importante testigo de la historia de nuestro país. Quiéranlo o no, ninguna otra localidad del Bajío, la iguala en prosapia. Pero aún hay más, su caprichosa ubicación la hacen uno de los asentamientos urbanos más singulares del mundo. 

Una condición que revolucionó a Guanajuato, haciéndola diferente a los pueblos y villas circundantes, fue el establecimiento a partir de 1732 del Colegio de la Santísima Trinidad, luego, en 1785 el Real Colegio de la Purísima Concepción, en 1870 el Colegio del Estado y en 1945 la Universidad de Guanajuato. Bajo su auspicio se formaron una gran biblioteca (Biblioteca Armando Olivares), una colección de mineralogía excepcional, un museo de Historia Natural (Alfredo Dugés), un archivo histórico y una pinacoteca de gran valía. 

Desde la propia Universidad, se abrió un espacio cultural invaluable, que ha logrado el reconocimiento de la ciudad como “Capital Cervantina de América”, lo que devino en uno de los eventos artísticos más espectaculares del siglo XX: el Festival Internacional Cervantino, que ha contado con la presencia de grandes compañías teatrales y de danza, las mejores orquestas del mundo, y solistas extraordinarios.

Empieza el FIC

Esta es la ciudad, para rematar, de Diego Rivera y José Chávez Morado. El primero tiene como museo la casa en donde nació; el segundo hizo suya la propia Alhóndiga de Granaditas y fundó “El Museo del Pueblo”.

Pero nada de esta larga saga histórica y cultural es importante para el peor alcalde que haya tenido este municipio. Insiste en endeudarnos y convertir el linaje histórico y cultural de una gran ciudad, en una experiencia turistera, dedicada a la observación morbosa de cadáveres momificados, la borrachera, el desmadre y a la compra de charamuscas. Lo repito: Navarro es indigno de gobernar esta comunidad.

Oferta turística: momias y charamuscas

PAN-QUÍMETROS O COMO PERDER GUANAJUATO

Carlos Arce Macías

 

Todas las cartas están echadas para el 2021. Es necesario acotar el desgobierno federal y enderezar el rumbo, para evitar una catástrofe económica nacional. El actual presidente, ilusionado dentro de una fantasía alternativa, nos ha llevado en pocos meses a un crecimiento nulo, de cero. Lo que viene puede ser mucho peor para todos.

 

Es momento pues, de que se sincronicen todos los dispositivos políticos a nuestro alcance, con la finalidad de que la oposición compita con fuerza y logre obtener la mayoría de los distritos federales, para restarle fuerza a los dislates del ejecutivo mañanero.

 

Pero por desgracia, no parece ser el caso en Guanajuato Capital. Acaso pocos se dan cuenta del gobierno de cuarta a que nos ha sometido Acción Nacional en la capital del estado. El gobernador Rodríguez, no se da por aludido de las torpezas constantes del alcalde Alejandro Navarro, personaje digno de un relato de Jorge Ibargüengoitia. Está a punto de dejar a Guanajuato convertido en ruinas.“Estas ruinas que ves”, podremos afirmar.

 

El último yerro del alcalde es la peregrina idea de implantar parquímetros en las cuatro calles que tiene la ciudad. Y es que miren ustedes, para quién no lo sepa, y Navarro parece desconocerlo, la ciudad colonial, patrimonio de la humanidad, no fue concebida para ser andada en autos. Su caprichoso urbanismo, desarrollado dentro de una profunda cañada, a la vera de un turbulento río, que más de una vez devastó la ciudad, fue surgiendo por necesidad de habitar cerca del área minera. Guanajuato se crea por sus riquísimas minas, que dieron enormes beneficios a la corona española. Pero se ubica en un lugar ingrato para hacer ciudad. Uno de sus principales retos fue el transporte del valioso mineral, desde las minas situadas en la sierra norte del centro urbano, hacia lashaciendas de beneficio ubicadas a lo largo del rio de Guanajuato. Esto se hacía a lomo de mula, la forma más eficiente de transporte, en esa época, a través de empinadas veredas, labradas sobre enhiestos cerros. Basado en estas características, el querido y legendario maestro universitario, Alfredo Pérez Bolde,  afirmaba que Guanajuato era una ciudad erigida para ser transitada por burros y personas, nunca por autos. 

 

Sin tener referenciado con precisión el grave problema que se enfrenta, se comprende que no le encuentren el hilo que nos conduzca hacia la solución. Tenemos una comunidad, hoy en día, que tiene más automóviles que hijos, pero quiere estacionarlos dentro de una población, acotada por cerros, que solo posee cuatro vías vehiculares.

 

Pues bien, en lugar de pensar en los serios problemas de movilidad que se enfrentan, en la necesidad de un transporte público eficiente, en la posible utilización de teleféricos y de que las pocas calles sean usadas para el tránsito de personas, ahora se intente convertirlas en estacionamiento, cuando deberíamos de suprimir la mayor cantidad posible de los aparcamientos en la vía pública para llevar los vehículos, paulatinamente, a estacionamientos fuera del entorno urbano. ¿Se imaginan el congestionamiento que se generará al colocar inmovilizadores en los autos que tendrán que ser remolcados por grúa, como sanción para aquellos que rebasen el límite de tiempo pagado? ¿ Permitirá el glorioso Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) pintarrajear las calles de la ciudad patrimonio de la humanidad para limitar, con precisión, los cajones de estacionamiento?¿Destinaremos los recursos del departamento de tránsito para ser empleados de la concesionaria y dedicarse a levantar las multas?

 

La actual administración capitalina ha sido absolutamente ineficiente. Los servicios han sido mal administrados y las quejas son constantes. De seguridad mejor ni hablamos, los índices de homicidio han crecido, y ha sido imposible llenar las plazas vacantes de policías. Los malos gobiernos no construyen buenas instituciones policiacas. El colmo, no ha podido siquiera, imponer el orden en las mesas y sillas que los restaurantes y cantinas ponen en los pocos espacios públicos. ¿Van a poder procesar, con la ciudadanía en contra, el tema de los parquímetros?

 

Y lo más importante: el aspecto político. Ya el gobernador y el presidente estatal de Acción Nacional deberían saberlo, y es que el olfato se nos ha vuelto sensible a los guanajuatenses, y el caso de los parquímetros nos huele a corrupción pura y dura.

 

Todos sabemos que el presidente municipal de San Miguel de Allende, personaje paradigmático entre los ejemplos de políticos de mala reputación, es el inspirador de muchas de las acciones de su clon, Alejandro Navarro. Como se ha intentado poner parquímetros en San Miguel (debe de ser muy buen negocio), es hora de instalarlos en Guanajuato. Y el procedimiento para lograrlo,  a estas alturas se encuentra totalmente desacreditado. Se le ha negado a los ciudadanos cualquier información sobre el estudio de prefactibilidad para la implementación de parquímetros, encargado y pagado por el municipio, reservándolo ilegalmente por cinco años. Toda la información respectiva permanece en la más completa opacidad. Y cosa por demás sospechosa, es la actitud de los regidores de oposición, tan poco proactiva en oponerse a una acción antipopular como esta.

 

Como la torpeza es la característica más destacada del obtuso alcalde, al tomar como ejemplo San Miguel, descarta el descontento ciudadano que enfrenta la autoridad municipal en aquél terruño, y no le da el cacumen para recapacitar sobre una diferencia fundamental entre aquella población y Guanajuato: el número de calles. La carencia de vías de comunicación en la capital del estado es tal, que su desagüe tuvo que ser habilitado como calle, para darle una mínima posibilidad de habilitarla para el paso de automóviles. 

 

Así las cosas, la política del PAN, tolerando un gobierno tan desordenado y poco capaz, pinta terrible. Pero si a eso le sumamos la rabia que se empieza a producir entre la población, por la introducción del cobro de estacionamiento en la vía pública, la pérdida electoral del municipio, es muy posible que quede asegurada para la próxima elección.

 

Y peor les cuento, el tufo a negocio sucio, bajo el diseño de un contrato leonino y una asignación de la concesión amañada y reducida a la invitación de tres empresas (ya se sabe cual ganará), sería la causa determinante para que los votantes abandonen totalmente la causa panista. ¿El dirigente estatal albiazul se da cuenta de este desastre? ¿No le importa la capital del estado al gobernador? Ya lo veremos. El 2021 se acerca ya. Pocas cosas más significativas para la destrucción de la oposición, que la caída del estado que derrotó a Morena en 2018. Empezar por su capital, sería un buen presagio… para ellos. Abran los ojos, reaccionen, todavía hay tiempo para componer el desastre.

GUANAJUATO S.O.S.

Carlos Arce Macías

La ciudad patrimonio de la humanidad languidece. Poco a poco, el capricho urbano que es Guanajuato, se convierte en una mancha confusa y degradada de construcciones de todo tipo y en todos los cerros y lomeríos. No hay planeación urbana y medioambiental. Uno de los  tesoros turístico del centro del país se desmorona en nuestras propias manos.

¿A que se debe tal catástrofe? ¿Cómo hemos llegado a esto?

Guanajuato Capital ha sido moneda de canje político. Desde la gubernatura de Juan Carlos Romero Hicks, quién por razones de localía se interesó por el cuidado de la monumental ciudad, para los siguientes gobernadores les ha sido intrascendente su continuo deterioro. A fin de lograr una oposición amansada, no han tenido empacho las autoridades panistas, en concederle al PRI una ínsula política en la capital del estado, a fin de que, desde esa posición, puedan satisfacer su voraz apetito presupuestal, sin más límite, que los recursos de que disponga el ayuntamiento cuevanense.

Para lograr la mediatización priísta en la entidad federativa, no se han obviado negociaciones inconfesables para distribuir en esta región, el gobierno municipal, la diputación estatal y la curul federal correspondiente. En el último trienio, así sucedió, al pactar el PAN con los priístas,  la cesión del municipio y de la diputación federal, a cambio de la curul estatal. En Guanajuato, tierra de conspiradores, todo se sabe finalmente, hasta esto intrincados secretos.

De esa manera, desde hace varios trienios, se ha entregado la joya colonial de América a uno de los grupos políticos más depredadores de que se haya tenido historia. El ayuntamiento guanajuatense ha sido convertido en un nodo de negocios, del cual, salvo destacadas excepciones, los miembros del cabildo extraen rentas ilegales, a través del tradicional sistema del “moche”. Así los miembros de este concejo municipal se convierten en cabilderos de todo tipo de intereses, como el de los desarrolladores inmobiliarios, las mineras extranjeras, los diversos negocios que tratan de establecerse en el municipio y de los compradores o contratistas del gobierno. Nadie se les va vivo. El tránsito tramitológico o la omisión planificada de aplicación de reglamentos, tienen un costo, por fuera por supuesto, y por lo tanto indetectable para los acotados fiscalizadores, que se quedan chiflando en la loma.

Las obras públicas han acabado en manos de constructoras que prestan su membrete a los propios políticos encumbrados en el gobierno local, las compras las gestionan regidores, como las de alumbrado público, con empresas a modo, que ceden parte de sus ganancias a los munícipes en contubernio.

Y ellos creen que nadie sabe y nadie supo. Cuando por la cañada corren los rumores que se esparcen por las callejuelas, constatándose los hechos por medio de testigos, amistades y parientes, que de alguna manera se enteran de las tranzas. Pueblo chico infierno grande, que conoce con puntualidad a los propietarios originales de una propiedad en conflicto, y como a trasmano de un prestanombres, es despojada por algún hábil tinterillo, colocado en significativas posiciones gubernamentales. El negocio descarado, a costa de violentar el derecho de propiedad en el municipio.

Con administraciones como estas, marcadas por la voracidad rampante de su clase política local, desvergonzada e irresponsable, no hay municipio que aguante un embate de esta naturaleza. De ahí, que este proceso de corrupción acelerada y profunda,  devenga en el exterminio implacable de la gallina de los huevos de oro, que es la capital del estado.

Pero el pecado de omisión, también esta presente en  la dura realidad guanajuatense. El gobierno estatal, ha actuado con lenidad, al tolerar, frente a sus ojos, las diversas maquinaciones para extraer rentas indebidas del presupuesto público local. No pueden pretextar que lo desconocen. El propio secretario particular del gobernador, esta muy cerca de núcleo que gobierna la comuna, como para no conocer las maquinaciones e intrigas de los torvos personajes que mueven los hilos del municipio. El gobernador está al tanto y su pasividad es inexplicable, salvo por la existencia de algún pacto de impunidad o cálculo político.

Pronto, la realidad se les vendrá encima, como avalancha, cuando se den cuenta de los enormes costos que tendrá el haber tolerado semejante saqueo y desgobierno en la capital estatal. El pecio de reorganizar toda la administración; imponer una planeación pertinente; ordenar la expansión urbana de la parte sur del municipio; implementar un sistema eficiente de recolección de basura; fichar a expertos en iluminación, que se encarguen de alumbrar la ciudad profesionalmente; y acotar a los empresarios de la vía pública para dar prioridad a los transeúntes. También se deberá contratar un plan de movilidad, que quizás debería ser desarrollado por una consultora internacional, que se emocione ante un reto de singulares características; así como el diseño e implementación de un sistema de transporte que evite el uso del automóvil en el casco histórico de Guanajuato. Finalmente, construir una policía municipal que controle a la delincuencia y no balee a los ciudadanos; y garantizar el abastecimiento de agua de la ciudad, ya que las promesas de tranquilidad en ese rubro, cada día parecen más lejanas.

La realidad es dura, no permite concesiones, y pronto reventará en las manos de estos políticos, unos nefastos y otros omisos. La ciudad patrimonio de la humanidad agoniza, mientras la desangran sus gobernantes.

@carce55

LA FERIA DEL ESPÍRITU

Carlos Arce Macías

 La cultura en Guanajuato debería estar desconcertada luego del cierre de la edición número 45, en realidad 44, ya que en 1973 no hubo evento, del Festival Internacional Cervantino (FIC). También los guanajuatenses, todos, deberíamos de sentirnos preocupados por el destino del más importante festival artístico de México. Esta mutando a intracendente pachanga pueblerina.

 Este año, los habitantes de Guanajuato Capital debemos de tener claro una cuestión: el verdadero proyecto cultural del estado, se encuentra en el Fórum Cultural de León, el cual, aún después de las recientes vicisitudes que ha enfrentado por el despido de su rebelde director, ha dejado en claro, que los grandes eventos de teatro, danza, música y ópera, se presentan en esa ciudad. Y solo algunos espectáculos populacheros, tipo Auditorio Nacional, pueden ser disfrutados en el FIC.


 Atrás quedaron los viejos tiempos, en el que el escenario por antonomasia, era el egregio Teatro Juárez de la capital del Estado, en el marco del festival más importante de América. Por su foro pasaron decenas de espectáculos de nivel internacional, que llevaron a la festividad guanajuatense a ser considerada entre los cinco más importantes festivales del mundo.

 En nuestra juventud, vivimos el momento en el que el telón del teatro se levantaba para presenciar una producción original: “La Era Romántica” con las tres mejores bailarinas clásicas del mundo, de aquéllos años: Eva Evdokimova (Suiza), Carla Fracci (Italia) y Alicia Alonso (cuba).

También fuimos testigos de la interpretación de la 5ta. Sinfonía de Beethoven, con la Orquesta Filarmónica de Viena, dirigida por el fantástico Carlos Kleiber, uno de los mejores conductores del siglo XX. Su interpretación de esa partitura bethoveniana, quedó inmortalizada en la finísima grabación realizada por la firma discográfica alemana Deutsche Grammophon.


 No menos emocionante resultó la actuación del Ballet de Maurice Bejart, uno de los más insignes en la danza moderna, en la que presentó una puesta en escena novedosísima del Bolero de Ravel con el excelente bailarín Jorge Donn, que posteriormente se convirtió en una coreografía clásica.

 Apostados en la escalinata de la Alhóndiga de Granaditas, presenciamos con una multitud expectante la representación del “Exodo”, por el Teatro Stu de Cracovia (Polonia), que terminó en un acto de rebeldía temeraria: al desdoblar, al final de la obra, ayudados por la compañía completa, una manta que predicaba: “Solidarnosc”. Se trataba de una referencia al sindicato Solidaridad, presidido por Lech Walesa, que luchaba contra el gobierno títere, establecido en Polonia con el apoyo del régimen soviético. Plena guerra fría, teniendo como marco las montañas y cañadas guanajuatenses.


En la iglesia del La Compañía, resonó uno de los más hermosos “Jesús Alegría de los Hombres” de Bach, tecleado por el legendario pianista francés de origen búlgaro Alexis Weissenberg. Junto a él, desfilaron en el foro del cervantino, grandes prodigios del piano como Caludio Arrau, Cyprien Katsaris y Martha Argerich. No faltaron tampoco las guitarras de Narciso Yepez y Paco de Lucía, la flauta de Jean Pierre Rampal y el arpa de Nicanor Zavaleta.

Fantásticas orquestas como las de Nueva York, Israel, Dallas, Lepzig y Washington, dirigidas por Zubin Metha, Leonard Bernstein, Eduardo Mata, Kurt Masur y Mitoslav Rostropovich… nada mas y nada menos, estuvieron presentes en diversos programas cuidadosamente preparados para celebrar el espíritu de Cervantes. No faltó tampoco el ballet El Quijote, de Petipá, bailado por Rudolf Nuréyev. En fin, las emociones se agolpan conforme van presentándose los recuerdos.


Total, que desembocamos, hace unas semanas con una edición más del famoso festival, clausurado por la Orquesta Juvenil del Edomex y el canto vernáculo de Eugenia León. Clausura estilo feria de pueblo, que contrasta con la delicada programación que se realizaba en otros años, desde un patronato conformado por las principales áreas del gobierno federal, bancos y empresas muy importantes, así como por personalidades de leyenda, como Dolores del Río y Fernando Macotela, que presentaban en Guanajuato, lo mejor del arte mundial disponible en esos momentos.

Quizás la carpa de la cerveza Corona en la plazuela del Quijote, sea la imagen que signe las últimas versiones de un festival descuidado, que ya solo sirve como pretexto para la pachanga juvenil, y que revela el nulo interés de los gobiernos federal, estatal y municipal por preservar tradición y fama de un esfuerzo que llevó décadas de trabajo para consolidarlo y mucho dinero invertido para ello.


Por desgracia, también contribuye al deterioro en la calidad del programa del FIC, una imagen urbana descuidada, chamagosa, pletórica de puestos de garnachas, tacos, churros y papitas, que pueblan una ciudad poco estimada por sus habitantes, que permiten gobiernos deficientes, enfocados a los negocios personales y tráfico de influencias.

 La ciudad de Guanajuato, está pasando por uno de sus peores y más dramáticos momentos. Descuidada y en el olvido, con pésimos servicios públicos y congestionada de vehículos, se ha convertido en destino de un turismo desenfrenado, cuya meta es el alcohol y otras substancias narcotizantes, y no la cultura. La Feria Internacional Cervantina ha comenzado en Guanajuato ¡salud!


Artículo publicado en AM LEÓN  el 5/11/2017

@carce55

 

60 MILLONES

  Carlos Arce Macías

 Recientemente, el gobierno estatal, para ahorrar problemas al municipio de Guanajuato Capital, y sobre todo para tratar de evitarles el fincamiento de responsabilidades a sus negligentes funcionarios, decidió otorgarles un adelanto de participaciones para que puedieran liquidar una pesada deuda, originada en actos claramente ilegales.

 Dentro del sistema de cártel de partidos, que se ha conformado en nuestro país, a los guanajuatenses de la capital, el Partido Acción Nacional nos ha impuesto una pesada carga, al permitir a sus dirigentes locales negociar el municipio, para cederlo a una parte del PRI, la menos belicosa, más complaciente y acomodaticia, y así lograr una feliz y larga convivencia sin sobresaltos políticos, beneficiándose todos de un gobierno botín denominado: Guanajuato Capital.


 Pero la cohabitación ha resultado tan perniciosa, que en 2010, una de las peores administraciones municipales que haya padecido Guanajuato, intentó permitir la comercialización de las áreas verdes que rodean los cerros más emblemáticos del entorno: los Picachos y La Bufa. La ciudadanía se rebeló e impidió la transgresión, basada en un pingüe negocio, ya convenido entre el ayuntamiento y los recientes propietarios de los terrenos al pie de riscos y montañas. La firme oposición ciudadana, llevó a la realización de un plebiscito que perdió el gobierno municipal, ante el pasmo de gobernador panista del estado, que nunca criticó ni frenó al corrupto gobierno capitalino, quizás para no evidenciar su larga cola de irregularidades y negocios turbios. Pura corrupción.

 El siguiente gobierno tricolor, avizoraba una mejora substancial. Sin embargo, todo quedó en promesas y el desencanto fue mayor. La voracidad por la obra pública, solventada en moches, la destrucción implacable y feroz de varios de los jardines más tradicionales de la ciudad, el odio por los árboles y la propensión para transformar todo espacio publico en zona de changarros para venta de fritangas, acabó transformando el trienio en un remedo de gobierno, compuesto por vivales ávidos por capturar las rentas municipales.

 Ahora la actual intendencia municipal, victoriosa en una elección, nuevamente convenida para encumbrar a un panista como legislador estatal, a costa de entregar el municipio otra vez al PRI; ha ido desmoronándose de forma acelerada, y es tal la desorganización interna y el enfrentamiento en el seno del Cabildo capitalino, que ha originado un exacerbado estrés en el alcalde que ha acabado por postrarlo en un hospital, en varias ocasiones.


 Como explicaba al inicio, la última desventura que ha protagonizado nuestra opaca administración, es la necesidad de cubrir un pago de 60 millones de pesos adeudados al Servicio de Administración Tributaria (SAT), por no haber pagado el impuesto sobre la renta de los trabajadores del municipio desde 2012. El ayuntamiento capitalino, acabó con los dedos contra la puerta, al ser embargado por el gobierno Federal, bajo la amenaza de ser intervenidas, también, sus cuentas bancarias.

 Toda posibilidad de mejora administrativa y de servicios públicos hacia el futuro, ha quedado cancelada por el imprevisto pago, motivado por la irresponsabilidad de varias administraciones, incluido el interinato en 2012, del actual presidente municipal. Muy mustio, no ha querido informar con puntualidad del adeudo y el enorme daño patrimonial provocado a la capital del estado, a fin de intentar pasar desapercibida su negligencia.

 En los informes trimestrales de la cuenta pública, en el apartado de “pasivos”, no está reportada la deuda al SAT. Ocultaron información. Son responsables, y por lo tanto sujetos al establecimiento de responsabilidades que pudieran ser no solo administrativas, sino también del orden penal: los ayuntamientos de los períodos 2009-2012, 2012-2015 y 2015-2018, encabezados por Nicéforo Guerrero, Edgar Castro (interino), Luis Gutiérrez y Edgar Castro. También los diferentes contralores municipales que no aplicaron correctivo alguno, por el no pago de los impuestos federales, e incluso, el órgano superior de fiscalización, dependiente del Congreso del Estado, y supervisado por la Comisión de Hacienda y Fiscalización, que no detectó las anomalías cometidas por las distintas administraciones municipales.


Pero sorprendentemente, nos hemos encontrado con una bonhomía y candidez inusitada de parte del ejecutivo estatal, para entregar, rápidamente y sin explicaciones de por medio, ¡60 millones de pesos! al municipio de Guanajuato, para que liquide sus agobiantes deudas. Algo muy sospechoso está sucediendo entre el gobierno del estado y el municipio. No resulta normal, en un juego democrático, tal liberalidad para prestar dinero a supuestos adversarios políticos, cuando estos han evidenciado una negligencia extraordinaria en el cumplimiento de sus deberes.

 El gobierno estatal, está permitiendo la impunidad de diversos funcionarios municipales, mientras se crea en el Congreso el sistema anticorrupción de Guanajuato. Una terrible paradoja, que avizora el nulo compromiso para combatir a los corruptos, así como la lenidad en el ejercicio de la ética pública. El ejecutivo estatal debió haber exigido, antes de entregar los 60 millones de pesos, la total transparencia de la deuda, así como el inicio de procedimientos para fincar responsabilidades a los omisos y negligentes funcionarios, que dañaron el erario del municipio. Eso no le importó a la autoridad estatal, prefirió aparecer, muy sonriente en una foto, con el asustado y estresado alcalde capitalino. La nula exigencia con la rendición de cuentas, para otorgar el auxilio solicitado, seguramente abrirá el paso a la tradicional impunidad mexicana, una vez más. El pacto de impunidad quedó a la vista.

 P.D: Información de última hora: Declara el síndico del Ayuntamiento de Guanajuato, que existe un déficit por 30 millones de pesos para poder solventar los compromisos del presente año. ¡Ahí les hablan, gobierno del estado, necesitarán otro préstamo!

Twitter: @carce55

 

DIEGO Y LOS CERROS

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  • DIEGO Y LOS CERROS

Carlos Arce Macías

 

Diego María de la Concepción Juan Nepomuceno Estanislao de la Rivera y Barrientos Acosta y Rodríguez, es sin lugar a dudas una de las figuras señeras de las artes plásticas mexicanas. Es precisamente uno de esos personajes de los que se habla en presente, porque de varias formas, continúa estando vigente entre nosotros a través de su biografía, sus coloridas pinturas, sus majestuosos murales, base de la historia oficial mexicana, así como por las anécdotas y leyendas de su vida.

 

Diego Rivera, ya sin tantos nombres, es un guanajuatense de excepción, nacido en la capital del estado el 8 de diciembre de 1886. Fue hijo de un inspector escolar miembro del partido liberal, Don Diego Rivera Acosta, masón en grado 33 y combatiente contra el imperio de Maximiliano; recibió una educación tradicional por parte de su madre, Doña María Barrientos, pero acendradamente antirreligiosa por la vía paterna. El activismo político de Don Diego, su belicosidad frente a las injusticias cometidas en contra de los maltratados mineros y la edición de su periódico “El Demócrata”, provocaron la ira de la burguesía guanajuatense de fines del siglo XIX, el encono con el gobernador Joaquín Obregón, y la advertencia, de su amigo el hacendado Ignacio James, para que de inmediato abandonara Guanajuato, “ya que una turba, azuzada por los curas lo buscaba para ahorcarlo y castigar a su familia por irreverentes, masones y judaizantes” (Relato de Guadalupe Rivera Marín en su libro “Un Río, Dos Riveras”).

 

Si bien Diego, el pintor, debe de haber tenido fuertes resentimientos en contra de los reaccionarios guanajuatenses, que a punto estuvieron de linchar a su familia, creo que en su visión todavía infantil, se llevó consigo la imagen de una ciudad, sembrada de pequeñas casas cúbicas en las empinadas cuestas de los cerros. Más allá, desde Valenciana, a donde acompañaba a su padre para visitar a su amigo Don Antonio Alcocer, dueño de la famosa mina, contemplaba la lejana planicie del Bajío, y enfrente, los enhiestos cerros de La Bufa, Los Picachos y El Hormiguero. ¿Cuántas imágenes habrán quedado grabadas en la memoria del gran artista? ¿Hasta dónde el cubismo, que luego abrazó, se incubó en los contornos de la ciudad que lo vio nacer?

 

¿Y que pensaría el “enfant terrible” de la pintura mexicana, de ver heridos, mas de un siglo después sus cerros por un serpenteante tajo, que soterra cañadas y configura inusitadas explanadas para uso comercial? Se trata de una carretera denominada “Acceso Diego Rivera”, construida ex profeso para que algunos guanajuatenses, entren con sus autos a una ciudad sin estacionamientos, y los burócratas pueblen La Presa y sus tradicionales jardines de automóviles aparcados por doquier. ¿Cómo vería esta agresiva acción urbana el joven Diego y otros muchos pintores que han hecho de los espectaculares cerros que circundan la zona sur de la ciudad, su tema?

 

 

De los maestros guanajuatenses como Jesús Gallardo y Javier Hernández “Capelo”, inferiría el desazón que les produjo ver quebrar rocas para construir una inútil carretera. Del gran grabador, Francisco Patlán recibí su opinión, al visitarlo en su casa y mostrarnos como estaban por terminar la indignante obra, que cernía sobre el cielo guanajuatense las amenazas de un desarrollismo urbano irracional y doloso, sobre las faldas de los esplendorosos cerros. Patlán lloró.

 

No creo que el desterrado Diego Rivera, hubiera permitido que se impusiera su nombre a la vía, que tantos problemas le ha causado a la ciudad, dejando en evidencia un acto de corrupción, clarísimo, entre gobierno y empresa. Rivera, el luchador social, el comunista, ya estaría ondeando banderas rojas contra el voráz constructor Marcoccio. Nunca permitiría la construcción de un solo cimiento en las faldas de La Bufa, sobre todo, en aquellas que miran a la ciudad. El pintor Rivera, el muralista de Palacio Nacional, advertiría a la familia Rodríguez y a su influyente senador, que los terrenos heredados de su ancestro siempre tuvieron como finalidad la restauración arbórea de la zona, y a eso hay que dedicarlos. La congruencia los compromete.

 

A Diego Rivera, atento discípulo de José María Velasco, como a otros muchos pintores, le encantaría seguir pintando los monumentales cerros guanajuatenses, conservando la imagen bucólica del paisaje. El cubismo puede ser reinterpretado en los declives poblados de la ciudad, respetando siempre, las áreas aún inhabitadas. Los cerros del sur, deben de ser preservados y cuidados a su máxima extensión, más de 3000 hectáreas, impidiendo todo tipo de construcción sobre ellos.

 

El arte requiere de la naturaleza, expulsarla de nuestro entorno cercano, sacrificándola en el altar de la codicia humana, equivale a arrojarla fuera de Guanajuato, como lo hicimos con Diego en su momento. Simplemente: ¡no!

Twitter: @carce55