SERRAT Y EL ROBO A LA JUVENTUD

Carlos Arce Macías

 

En esta vida lo importante no es lo que te ocurre, sino como lo afrontas.

Joan Manuel Serrat

“La violencia nos ha robado la juventud y ha usurpado el valor del ser humano” denunció el jueves pasado el estudiante Eustaquio Guillén de la Universidad de Guanajuato, frente a los consternados funcionarios estatales, Libia Denisse García, secretaria de Gobierno y Alvar Cabeza de Baca, secretario estatal de seguridad; mientras el gobernador atendía en León un foro del Tec de Monterrey sobre integridad en los negocios.

Serrat, doctor Honoria Causa

Antes, el 27 de mayo, el cantautor español Joan Manuel Serrat, trovador cuyas canciones han coincidido con diversas etapas de nuestras vidas, recibía en el Aula Magna de la Universidad de Costa Rica un doctorado Honoris Causa. Su discurso, como sus canciones, llamó a profundas reflexiones sobre la realidad que aqueja este mundo que nos ha tocado vivir.

Los jóvenes universitarios pertenecientes a la comunidad de la UG reclamaron, luego del asesinato de un estudiante perpetrado por la Guardia Nacional, la inseguridad que se cierne sobre ellos. Sentenciaron con rudeza: “En los últimos años la inseguridad ha destrozado familias y ha enterrado en el silencio a víctimas inocentes”, ante el ceño fruncido, del poco empático secretario a cargo de la seguridad. Con ese rostro de pocos amigos, su ausencia se hubiera agradecido.

Un secretario impávido

Con sus 78 años a cuestas, el poeta catalán “amasaba palabras que hilvanaba desde la entretela de su alma”, para formular pesadas reflexiones, que iban cayendo poco a poco sobre un atento auditorio. Decidió echar a volar sus pensamientos, y como hombre, fruto de su tiempo y del mundo que le tocó vivir, decretó que “nuestra sociedad ha perdido la confianza en el sistema, en sus representantes e instituciones, donde los jóvenes se sienten engañados y los mayores traicionados. Y donde más que nunca, nos necesitamos los unos a los otros, porque todos somos importantes”.

En tanto, Sofía Huett, la secretaria ejecutiva del Sistema Estatal de Seguridad Pública declaraba el miércoles que la posición de Guanajuato como la entidad más violenta, con 336 homicidios dolosos en mayo, “no se debe a rachas de inseguridad de la entidad (?), sino al crimen organizado”. Menos mal.

Mientras, Joan Manuel continuaba su disertación académica señalando:” Ha sido grande la pérdida de los valores morales de nuestra sociedad, más que una crisis económica es una crisis de modelo de vida. Espectadores y víctimas parecemos esperar que nos salven aquellos mismos que nos han llevado hasta aquí”. Y es entonces cuando se entiende con claridad la necesidad de recambio de una clase gobernante extraviada y pasmada.

Y es que nos desesperamos de vivir en este estado, que se asemeja a un barquito de papel, conducido por pésimos marinos despistados en los laberintos del poder y los presupuestos, incapaces de entregar a los ciudadanos el ingrediente más importante para la vida en sociedad: la paz y la garantía de seguridad. En tanto, nuestros jóvenes lanzan un grito desesperado, reclamando su juventud arrebatada por un crimen coordinado, equipado, organizado y potenciado por policías incapaces de enfrentarlos; inventados a la carrera, desanimados, carentes de preparación profesional y mal pagados. Las ráfagas de inseguridad se han llevado el gozo juvenil, teniendo como impasible testigo a un gobierno incapaz de cambiar, petrificado en sus intereses.

Haciendo camino al andar, el bardo catalán prescribe una receta para la cruda realidad que enfrentamos: “Recuperar los valores democráticos y morales sustituidos por la vileza y avidez del mercado donde todo tiene un precio. Hay que restaurar la memoria y reclamar un derecho para una juventud que necesita reconocerse y ser reconocida. Quizás no conocemos el camino para ello, pero si sabemos cuáles son los caminos que no debemos de volver a transitar. Que los poetas no dejen de alzar la voz y que lo cotidiano no se convierta en normalidad capaz de volver piedra nuestros corazones”.

*El discurso de Serrat puede encontrarse en YouTube bajo la clave de búsqueda ”serrat costa rica”.

Serrat en la U de Costa Rica

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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PANDEMIA, EXPERIENCIA ADQUIRIDA

Carlos Arce Macías.

En los peores momentos vividos por la ciudad de Nueva York, en donde los hospitales se saturaban con enfermos críticos por coronavirus, el analista de CNN Fareed Zakaria, clamó: “si Nueva York se hunde, no será por la pandemia, sino por el mal gobierno”. Apunto esta durísima imputación, porque es válida no solo en la ciudad de los rascacielos, sino en cualquier comunidad, como lo puede ser el corredor industrial guanajuatense y la propia capital del estado. Frente a la grave amenaza del COVID, los gobiernos son los responsables de sacar adelante a sus comunidades.

La pandemia nos presenta retos que ya ha experimentado la humanidad, nos advierte el historiador hispano Enrique Ruiz Domènec. Y da como referencia la Gran Peste del siglo XIV, que aniquiló al 50% de la población europea, pero que posteriormente produjo el Renacimiento. Nuestra civilización ha vivido de epidemia en epidemia. No hay siglo en donde no se hayan vivido las consecuencias de varios eventos de esta índole. Pueblos completos, como el mexica, fueron prácticamente borrados de la faz de la tierra.

Pandemia de viruela 1521

Nos podemos quejar de la mala ventura con la cual ha iniciado el siglo XXI. Pero no olvidemos que el XX padeció, durante su primera mitad, las dos guerras mundiales más devastadoras que hayan diezmado a la especie humana, e inmediatamente después de la Primera Guerra Mundial, la gran pandemia de influenza española de 1918, que produjo más muertes que esa conflagración. La causa, no solo fue la pandemia en sí, sino la negligencia de muchas autoridades, que creyeron que todo volvería a la normalidad con el tiempo, que se daría la actuación todopoderosa de la divinidad, y la negligencia e irresponsabilidad de políticos torpes y criminales, que poco hicieron para evitar los contagios, provocando una mortandad tremenda, más de 50 millones de defunciones.

Existe en los anales, una recopilación de prácticas llevadas a cabo por las ciudades estadounidenses contra la gripe: suspensión de clases escolares, prohibición de aglomeraciones, cuarentenas y aislamientos, levantamiento oportuno de medidas, uso de cubre bocas y estricta aplicación de todas estas acciones. Aquellas localidades que fueron disciplinadas y rígidas en la aplicación de las recomendaciones, son las que primero recuperaron la normalidad, las demás se rezagaron. La enfermedad mató especialmente a los pobres. Un ejemplo dramático: en septiembre de 1918 Filadelfia promovió y organizó un concurrido desfile multitudinario, San Luis, optó por cancelar esa celebración. Un mes después 10,000 personas habían muerto de gripe en Filadelfia, mientras menos de 700 fallecieron en San Luis durante el mismo periodo.

Rompieron el distanciamiento

La experiencia de 1918 enseña que “políticas de contención sostenidas en el tiempo son beneficiosas y deben de mantenerse después de que el pico de letalidad haya pasado”. Los actuales políticos sobre los cuales recae esta responsabilidad, deberían tomar nota y actuar en consecuencia para evitar más muertes.

La pandemia de gripe de 1918, cambió al mundo. Se asumió lo poco que se sabía sobre enfermedades virales. Se desarrollo una apuesta definitiva por la investigación científica: se inventaron los antibióticos, se descubrió el virus de la influenza en 1931, y entre 1941 y 42 se comenzaron las pruebas para obtener la vacuna. Se organizó en la Liga de las Naciones, el antecedente de la Organización Mundial de la Salud (OMS). La mortandad entre varones, provocó la apertura del mercado laboral para las mujeres y se les debió conceder el voto. A raíz de estos sucesos, se formaron los sistemas públicos de salud y se les inyectaron muchos recursos, no como lo hace nuestro actual gobierno, que le reduce presupuesto a la salud, en plena crisis epidémica. Perverso.

La Sección Salud, Liga de las Naciones

GOBIERNO INSENSATO

Carlos Arce Macías

 

“Cuando la brecha entre lo ideal y lo real es demasiado amplia,

el sistema se viene abajo”

Bárbara Tuchman

Historiadora

 

 

Habrá que agradecer a los profesores Arturo del Castillo y David Arellano la iniciativa de presentar por YouTube un minicurso de Administración Pública, en donde han dedicado una sesión para hablar de los gobiernos que se pierden en la locura. Para ello han rescatado una interesante lectura de la historiadora estadounidense Bárbara Tuchman (1912-1989), formada en Harvard y premio Pulitzer. 

 

El libro que inspira la discusión entre los académicoses “La Marcha de la Locura” (FCE), en dondeTuchman describe el proceso de sinrazón que puede apoderarse de un gobierno y presenta casos como la Guerra de Troya, los Papas del Renacimiento, la pérdida de las colonias americanas para Inglaterra, la conquista de México y la Guerra de Vietnam.

 

El gobierno y la sociedad que dirigen, aspiran a ser conducidos con sabiduría. Esto es bajo el influjo del sentido común y  experiencia, así como la toma de resoluciones con la mejor información disponible, con el fin de evitar tropiezos.

 

Pero la historia nos enseña, que en múltiples ocasiones, se impone la insensatez. ¿Cómo sucede esto? Cuando la razón se deshecha (eliminación del sentido común), se transita a una zona de miedo a estar equivocado, lo que propicia, a su vez, la persistencia en los errores, lo cual conduce Irremediablemente al autoengaño. Este es conocido en psicología como “Disonancia Cognitiva”. Esta alude a la desarmonización de ideas, creencias y emociones con la realidad. De esa forma, y mediante el ego del gobernante, se cancela cualquier posibilidad de rectificación.

 

Las decisiones de un gobierno insensato y testarudo pasan por tres etapas:

1.- Se toman decisiones basados en prejuicios o ideas preconcebidas.

2.- Los datos y críticas que advierten sobre los errores, son desoídos y desechados, para permanecer en el error y no rectificar.

3.- La catástrofe se actualiza, frente a la toma de decisiones erróneas, con saldos profundamente negativos para la administración y su sociedad.

 

Los gobiernos requieren de motivaciones psicológicas, que se materializan en ilusiones, ideales, ideologías y aspiración de trascendencia. Cuando estas características se exacerban en los gobernantes, se presentan dos efectos: el primero el de la divinización, en dónde se aplica una lógica divina y religiosa; y el segundo, el de la aspiración a convertirse en una diferenciación histórica por su mandato, lo que refiere a una lógica histórica.

 

Inmerso en estos dilemas, el gobernante confunde, usualmente, la propaganda con la doctrina que intenta imprimir a su comisión, la cual, con base en disonancias cognitivas, lo mantiene encadenado a la toma de decisiones erradas, respaldadas en falsedades, y reproducidas y avaladas por la camarilla aduladora que acompaña usualmente al jefe gubernativo.

 

Por eso, la cruel experiencia histórica que nos han dejado estas manifestaciones, propiciaron la creación de esquemas de gobierno más complejos como la república y la separación de poderes. Estos no tienen más sentido que evitar la disonancia cognitiva que afecta a los altos dirigentes de una nación o región, y que pueden dar al traste con todos los esfuerzos de una sociedad para lograr su progreso.

 

Así sucedió con la Guerra de Vietnam, en la que diversos gobiernos norteamericanos se vieron inmersos, no obstante que desde 1968, fueron advertidos por los estudios del centro de investigación Rand Corporation, de la imposibilidad de salir victoriosos de la confrontación con los vietnamitas. El ego presidencial de Nixón se impuso, retardando siete años la terminación del ingrato enfrentamiento que enlutó a ambas naciones.

 

Para el destino de los mexicas, Moctezuma resultó nefasto. La creencia en que la llegada de los españoles tenía un significado divino, basado en profecías y creencias religiosas aztecas, abrió la posibilidad a Cortés de conformar un gran ejército con los enemigos de Tenochtitlán y conquistar todo el territorio para la corona española. Los prejuicios a flor de piel.

 

Conociendo la mecánica y los procesos que van delineando a los gobiernos insensatos e irracionales, así como contando con las referencias históricascomentadas, podemos prender las alarmas para el caso mexicano. Pongamos un ejemplo.

 

La decisión de no enfrentar directamente al crimen organizado, creyendo, sin datos fidedignos, que con la aplicación de programas sociales, se liquidará la delincuencia y su base social, es una medida temeraria que está infligiendo enormes costos al actual gobierno y sumiendo en la peor inseguridad al pueblo. Van lo hechos: la explosión de Tlalhuelilpan, Hgo., que dejó un montón de muertos, tolerando la acción de huachicoleros asimilados a “pueblo bueno”; el “Golpede Timón” en Guanajuato, donde se pretendía la captura del líder de un poderoso cartel local, que acabó en una operación ridículamente mal planeada; y la reciente detención-liberación de una de las cabezas del cártel de Sinaloa (por cierto aliado al de Santa Rosa de Lima en Celaya) que terminó arrodillando a las fuerzas militares mexicanas poniéndolas en una situación de debilidad desconocida hasta ahora, y peligrosísima para la estabilidad del país.

 

Es obvio, si atendemos a la información y los hechos, que muchas decisiones están basadas en prejuicios e ideas imprecisas y falsas. El gobierno está equivocado y padece una disonancia cognitiva grave. Si no corrige, el calificativo de gobierno insensato, como el de Nixon o Moctezuma, le ajustará a la perfección.

 

Con el conocimiento que nos aportan los académicos,  tan denostados en este nuevo sexenio, podemos realizar un análisis interesante de las principales decisiones que se han tomado durante este primer año de gestión en diversos entornos, causando graves e indeseadas consecuencias, como en el sector salud, energético, científico y tecnológico, aeronáutico y de transporte, turístico, educativo, medio ambiental, y dentro de la propia administración federal. Porque es muy posible que si hay disonancia cognitiva en el caso de la seguridad pública, también pueda darse en otros muchos ámbitos gubernamentales.

 

Por eso, afirmar cada mañana que se tienen “otros datos”, empieza a ser síntoma de sinrazón gubernamental. Vamos requetemal.  

*La clase de los profesores del CIDE, Arellano y Castillo, puede ser encontrada en YouTube, buscando: gobiernos insensatos.

ENGAÑO POLICIAL

Carlos Arce Macías

Esta semana tuve oportunidad de platicar con una persona experta en planeación policiaca, que ha vivido de cerca la construcción y operación de cuerpos de policía. Conoce también las experiencias internacionales más destacadas, como las de Estados Unidos (FBI), Inglaterra, Chile, España e Israel, entre otras. Sus opiniones me parecen importantes de compartir, aunque me reservo su nombre por el momento.

Durante la conversación, me comentó como había sido testigo de un interesante debate en el seno del Parlamento inglés, en la Cámara de los Comunes, en el que un diputado planteaba como meta futura para la policía inglesa, lograr que el mejor estudiante del país se integrara a dicho cuerpo. El argumento se basaba en el prestigio de la corporación, pero aún cuando este era evidente, requería de algunos pasos para llegar a la cima: que el más destacado de los jóvenes ingleses optara por el ámbito policiaco como destino.

Las policías deben de ser las instituciones más reconocidas y apreciadas de la sociedad. Son los encargados de velar porque la paz y armonía impere en nuestras comunidades. Poseyendo el monopolio legal de la violencia, su deber es cuidar, a tiempo completo, de cada uno de los miembros de una colectividad. Dos son las condiciones clave para integrar una buena policía: la selección de los candidatos y la formación de mandos.

Respecto a la primera, en Estados Unidos, cuando hay convocatorias para añadir a nuevos miembros a un cuerpo policiaco, la inscripción es masiva y solo accede a la corporación una mínima parte de los enlistados. Pertenecer a la policía significa la entrada a un selecto club social, que es reconocido por los ciudadanos, en general, como un ente privilegiado por su función social. Los miembros de la Policía Montada de Canadá, por ejemplo, tienen asignado un día nacional, en el cual son reconocidos y se les agradecen los esfuerzos realizados a favor de su congregación. Capacitarse en Depot, Regina la base de formación de esta fuerza, resulta un rango de honor, al que aspiran muchos jóvenes, hombres y mujeres, canadienses.

El reto para nuestro país, es enorme, porque la sociedad mexicana carece de un instrumento vital para solventar nuestro desarrollo social. Resulta paradójico que la policía este integrada por las personas que no fueron aceptadas en ningún otro puesto. Entregar la seguridad pública al estrato menos calificado para realizar un trabajo, motiva el resultado que ahora nos entregan estas corporaciones, cuya función se encuentra acosada por los grupos criminales.

Llamo la atención sobre la idea que existe en relación a los policías mexicanas, pero también, gracias a recientes estudios antropológicos desarrollados en el Centro de Investigaciones y Estudios Superiores en Antropología Social (CIESAS), se conoce la percepción de nuestros policías, sobre la sociedad a la que atienden: creen que los mexicanos son despreciables, no aceptan autoridad, en cambio la denostan, agreden y banalizan.

La formación de mandos es escasa. Este es un tema vital para garantizar una operación eficiente y eficaz. El equipo de oficiales precisa más tiempo de entrenamiento que la tropa. Estamos ante una lenta, pero consistente carrera meritocrática muy bien planeada, cuidada y arropada desde la autoridad civil. Forjar buenos cuadros dirigentes es un proceso que necesitará de mucho tiempo y paciencia. Estamos a años luz de tenerlos. En fin, esa es nuestra realidad que irresponsablemente hemos creado al tolerar pésimos gobiernos, con sus correspondientes policías.

Hoy, en Guanajuato, como en muchas partes de México, los demagogos políticos, que conforman una de las categorías más despreciada por la ciudadanía, que supera a la policía en los índices de desconfianza ciudadana, van por calles, plazas y callejuelas, prometiendo a voz en cuello, la solución mágica a los problemas de seguridad pública que enfrenta su municipio, comenzando por aumentar el número de efectivos policiacos. ¡Mienten! Bien saben que solo acabarán comprando más patrullas y uniformes nuevos, lo de siempre. Reponer las vacantes policiacas, con personal idóneo (sic), es prácticamente imposible, más cuando los criminales están masacrando a mansalva a los elementos de algunas policías municipales.

Finalmente, la conformación de un cuerpo medianamente acoplado, necesita un sistema de seguros privilegiado. Por el riesgo de la actividad, estos deben de ser muy caros. El gobierno debe de pagarlos. El equipamiento precisa ser de nivel óptimo, tanto el de protección como el armamento. En este aspecto llama la atención la conducta de ciertas direcciones de policía que intentan constantemente tranzar con las compras de chalecos antibalas, manifestación de una galopante corrupción interna. El acceso a becas de estudio, apoyos académicos para sus hijos y una vivienda digna, acuerpan el listado de condiciones necesarias para atraer a jóvenes talentosos, de perfiles elevados y con proclividad a los estudios sociales y especialmente criminológicos, a incorporarse a este mecanismo, vital para el desarrollo de una comunidad. Es un reto de mediano y largo plazo, que no conoce de milagros.

Insisto en mi tesis: nuestros gobiernos, prefieren contratar, concesionar, inaugurar, repartir y regalar, en lugar de gobernar. Se resisten a hacerlo. Formar policías eficaces, requiere una decisión trascendente: elevar significativamente el impuesto predial y frenar el gasto social clientelar y electorero, para cubrir el enorme gasto que se requiere. Gobernar es hoy sinónimo de construir una policía seria y eficaz.  Y eso no les gusta a nuestros politicastros. Intentarán engañarnos una vez más con promesas falsas y soluciones ingenuas. Sin cambios radicales y dolorosos, casi ningún ayuntamiento está en condiciones de enfrentar semejante reto. Ya verán.

@carce55