ALINEACIÓN ASTRAL

Carlos Arce Macías

Según la astrología, la cual estudia el significado de los eventos celestes, de las constelaciones y la sincronización planetaria, se ha concluido que los principales planetas se encuentran alineados, en un imaginario eje, con respecto a la Tierra. Esto entraña, para los guanajuatenses, la inmersión dentro de obscuras y negativas fuerzas políticas nunca experimentadas hasta ahora.

Cuentan las pitonisas y oráculos consultados, que Guanajuato viaja cercado de fuerzas negativas que es importante identificar. Se sabe que antes ha habido periodos luminosos, como los cursados a finales de los años noventa del siglo pasado, en donde se gestó la adopción de un sistema democrático a nivel nacional, estatal y municipal, basado en la gestión de un órgano regulador de las elecciones, de carácter ciudadano, que frenaba la compraventa de votos y acotaba la ambición de los partidos. Pero ahora el estado abajeño vive tiempos sombríos. Época de oscurantismo.

Pitonisa descifrando claves celestiales

Los oráculos nos advierten que, en el ámbito nacional, las cosas van de mal en peor. La combinación entre el populismo y radicalismo de izquierda ya produce un grave deterioro institucional. El sistema de salud está desecho, sin vacunas ni medicinas; el educativo en el abismo, cerrando escuelas de tiempo completo; los apoyos a la mujer, sufriendo la clausura de guarderías; los programas sociales convertidos en mecanismos de condicionamiento del voto; el grueso del gasto público aplicado a caprichos sexenales, y por tanto, concentrado en solo tres proyectos. El ejecutivo federal agrede los principios de división de poderes. Controla al Legislativo, utilizando, como borregos, a sus legisladores para respaldar todos sus caprichos. También se inmiscuye en la vida interna del Poder Judicial, acosa a los ministros y exige ser consultado en las más delicadas resoluciones. Intenta, sin el menor recato, intervenir en el Instituto Nacional Electoral y su Sala Superior, para intentar conducir las elecciones a capricho. El partido político mayoritario es dirigido de forma unipersonal, nunca ha habido democracia partidaria allí. La borrasca nacional es densa.

Pero también se nos dan mensajes divinos sobre peligros regionales. En el gobierno del estado de Guanajuato, las mujeres han quedado sin apoyo, al cerrar guarderías, entre ellas la más importante que operaba en el DIF estatal. Gran parte de los recursos se encaminan a entrega de despensas y “apoyos sociales”, junto al gasto millonario de calentadores solares y estufas ecológicas, distribuidas para comprometer el voto de los ciudadanos, con el partido que los gobierna. Otra parte importante del presupuesto se pretende destinar a la compra de terrenos feriales en León, la única ciudad que parece importarle al gobierno en turno. La dinámica republicana está descarrilada en Guanajuato. El titular del ejecutivo es capaz de obtener cualquier legislación que se proponga, “sin moverle una coma”. Su índice decide la titularidad de quien preside el Poder Judicial del Estado, teniendo la oportunidad de obtener las sentencias que requisite. El Instituto Electoral del Estado y el Tribunal respectivo, son dominados a voluntad, por medio de un equipo de burócratas, preocupados por cuidar su puesto, atentos a las instrucciones que el Olimpo estatal gire. El partido que gobierna esta provincia ha sido amansado, solo el dedo rector decide el destino de sus militantes, la crítica ha sido desterrada y el pensamiento único, campea en su interior. El estado es zona de tinieblas.

Hay también manifestaciones locales muy peligrosas, que ocurren en el gobierno municipal de la capital del estado. Allí las ocurrencias personales se desgranan. El populismo rampante alcanza niveles extraordinarios. El alcalde pretende mimetizarse en rapero exitoso, con tal de lograr una popularidad postiza. Considera convertirse en limosnero vial, para cobrar una cuota a todo ciudadano que ose aparcar su auto en las pocas calles que tiene la ciudad. Se intenta endeudar al municipio para contratar obra con sobreprecios y así obtener beneficios privados. Machito, no duda en maltratar a las mujeres que retan sus desenfrenos en el cabildo. Ignorante, degrada a una ciudad que es patrimonio de la humanidad, convirtiéndola en cantina del Bajío. Su mejor propuesta: exhibir cuanto cadáver momificado se pueda, con tal de engordar las arcas municipales, para luego asignar contratos directos a cómplices e incondicionales. El partido político que ha postulado a la mayoría que gobierna el ayuntamiento, se ha transformado en un fantasma que deambula, errante, por los callejones de la ciudad colonial. El municipio vive inmerso en el frío de ultratumba.

Oíd y tomad nota, estas son las extraordinarias visiones de quienes ven más allá de la realidad. De aquellos que han identificado que nada en los gobiernos es diferente, que solo su escala cambia, pero su vileza prevalece. Los astros, alineados, han hablado.

Popularidad postiza

 

 

 

 

 

 

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ACOTAR A LOS EJECUTIVOS

Carlos Arce Macías

Tuvieron que rodar las cabezas de varios monarcas absolutistas, para que se abriera la oportunidad al avance civilizatorio, que significó la formación de gobiernos divididos con contrapesos institucionales que acotaran a los monarcas. Luego vino Charles Louis de Secondat, barón de Montesquieu, que, en los mediados del siglo XVIII, en su célebre obra “El Espíritu de las Leyes” (1748), presentó la novedosa idea, ya bien acabada, de un gobierno dividido en tres poderes con el objeto de que estos se revisaran y balancearan entre sí, evitando los abusos de cada uno, pero especialmente del Ejecutivo.

Genio al rescate

En estos momentos, el eje de la discusión de la elección del próximo 6 de junio es precisamente la necesidad de limitar al Ejecutivo Federal, que nos presenta un cuadro de franca inestabilidad emocional y mental, conduciendo de manera temeraria al país, hacia zonas de peligro inminente.

Pocas veces se había hecho tan urgente, establecer un cerco a las ocurrencias del presidente de la República, que, respaldado por su mayoría parlamentaria, toma decisiones riesgosas a toda hora, contrarias a las más básicas formas de un gobierno democrático y republicano. Utilizando su control sobre el legislativo, expone la intención de apoderarse del Judicial, a fin de tornarse en un autócrata clásico.

Por eso, una conjunción de esfuerzos multipartidarios, intentan lograr, en la próxima elección la mayoría en la Cámara de Diputados, para evitar el mal uso de los recursos públicos a través de los presupuestos, reformas legales anticonstitucionales, y la exigencia de rendición de cuentas. Apegarse a los postulados de la teoría clásica de Montesquieu.  

El asunto resulta urgente, ya que la economía, la salud, las inversiones y los empleos de los mexicanos, se encuentran amenazados por el delirio de un gobernante casi sin frenos, decidido a ejecutar su voluntad, más allá de la prudencia y el mandato constitucional que le fue conferido.

Cerco a las ocurrencias

Día a día, un grupo cada vez más nutrido de ciudadanos, se percatan del peligro de tener un gobernante sin rienda, que, respaldado en una bancada partidista lacaya, arroje a la sociedad al precipicio, a la violencia y al gasto imprudente en obras innecesarias en plena emergencia sanitaria. Hay que acotar al gobernante, no hay duda al respecto.

Y es entonces cuando surge la interrogante, respecto a otros ámbitos de gobierno, ya que lo que aplica para el nivel federal, vale también para el espacio estatal. Y aquí inicia una importante reflexión para los guanajuatenses. ¿Por qué tan exigentes con el presidente, mientras en nuestro estado se vive la misma condición?

Seamos claros, el gobernador cuenta con una legislatura subordinada, a imagen y semejanza de la federal. Su mayoría partidaria funciona como reloj, a la hora de cumplir instrucciones provenientes del Ejecutivo. ¿Han oído a algún diputado apartarse un ápice del designio del gobernante? La sumisión es preocupante.

Y ahí van tres ejemplos prístinos. El primero tiene relación con la violencia brutal que padece el estado. Luego de muchos años de detentar el puesto de encargado de la seguridad pública, el cuspio secretario continúa en el cargo, sin reclamo alguno, en tanto los ciudadanos agraviados por las desapariciones forzadas, pala en mano, agujeran la tierra guanajuatense en busca de los cadáveres de sus familiares. Tétrico, por decir lo mínimo. ¿Y el Congreso? Silencio.

En busca de sus muertos

Por si no bastara el negro panorama de inseguridad y violencia, el veterano fiscal, encargado de la persecución de delitos, cuya biografía ya se publica en el Washington Post, para vergüenza nuestra, sigue tan campante, sin que los diputados chisten y protesten. No se vaya a molestar el Ejecutivo y los aperciba.

En cuanto al gasto, tranquilamente se decide disponer de cientos de millones de pesos, para intentar comprar un vetusto estadio, al par de pícaros que se lo transaron. Sin embargo, el gobernador persiste en sus ánimos de compra sospechosa. Fíjense bien: mientras el presidente de la República decide comprar estadios de beis bol, el gobernador de Guanajuato quiere comprar estadios de futbol. Iguales ¿o no? Y los congresos… bien, gracias, sin hacer su trabajo de imponer el equilibrio y la sensatez sobre las ocurrencias y abusos de los ejecutivos.

Urge cambiar la composición del Congreso del Estado, para también acotar al autócrata local. Piénsenlo a la hora de votar por los diputados estatales. Quién gobierna sin contrapesos siempre será un peligro.

Sumisión legislativa

Otro Informe

Carlos Arce Macías

Luego de hacer un corte en su discurso, el gobernador, desde el atril, entró en la parte final de su alocución. Al preparar esta última pieza oratoria, tendría que esforzarse por comunicar de manera asertiva, con absoluta convicción. Su asesor principal en este tema, un viejo político, protagonista de mil batallas y de carrera prístina en la política, le había aconsejado, -a diferencia de su joven grupo de comunicación propicio a realizar presentaciones alegóricas y carnavalescas- el retorno a lo básico, a la utilización de esa herramienta netamente humana que es la palabra. La conexión con su público debería de ser oral, borrar las imágenes para que se substituyeran con un discurso finamente articulado, vertido poco a poco, con precisión milimétrica, para lograr convencer que se actúa en el sentido correcto. Había que evitar distraer con pantallas danzarinas, comentó el asesor, se necesita la palabra de fuego, la que convence y funde el hielo de la apatía, para que sea escuchada por los ciudadanos. En los momentos críticos, los estadistas cincelan el mensaje en su público, a través de una construcción oral directa, sencilla y sin recovecos. En esta ocasión los guanajuatenses deben quedar convencidos de que hay un gobierno que tiene rumbo y programa para provocar un cambio anhelado por todos.

Los novatos funcionarios, formados en ambientes académicos poco profesionales, no entendían al maduro preceptor. “Una imagen dice más que cien palabras”, advertían lanzando el conocido cliché que lleva a los políticos a inventarse shows multimedios, en lugar de intentar una comunicación política seria y profunda. El gobernador, no obstante su novatez y sin una formación política labrada por el cincel de las derrotas, descalabros, acuerdos y victorias, situaciones que forman el carácter de un verdadero dirigente, intuía la necesidad de apegarse a las razones que argüía con pasión el experimentado maestro.

La parte final del mensaje al pueblo guanajuatense comenzó. Las primeras palabras salieron un poco titubeantes, pero la dicción se compuso de inmediato y la claridad oratoria recobró su brillo:

“Conciudadanos, vivimos un cambio de época. Poco de lo que antes servía es funcional en estos momentos. Debemos estar dispuestos a transformaciones radicales. Las condiciones que guarda la política estatal resultan inoperantes para esta nueva realidad. Por eso propongo cambios de fondo, ahora los detallo:

Primero considero que debemos impulsar una alternativa social que privilegie sobre cualquier condición, el respeto a nuestros derechos fundamentales. Esto es importante, porque a partir de ahí inicia el funcionamiento de un Estado Constitucional de Derecho. No neguemos la realidad, la sociedad solo puede funcionar si hay confianza entre las personas y con el gobierno. La confianza es la seguridad de que los acuerdos se cumplen y las reglas se respetan. La corrupción rompe la confianza al substituir la ley por las prebendas , las mordidas y los compadrazgos. Su peor expresión es la impunidad, cuyo combate esta a cargo de la nueva Fiscalía General del Estado. El fortalecimiento de la Procuraduría Estatal de Derechos Humanos, estará garantizado. Buen presupuesto y autonomía plena, nos deberán ofrecer a los guanajuatenses un espacio propicio para respetar los derechos de cada persona. Solo de esa forma se construye una sociedad más justa e incluyente.

Hemos extraviado los valores republicanos. Un mandatario no puede decidir el destino de su pueblo de manera arbitraria, por eso requiere de contrapesos, expresados desde hace siglos en el balance entre Poderes. Renunciamos a intervenir en la vida interna de las otras instancias constitucionales. El grupo parlamentario mayoritario, desde ahora se encuentra en la más absoluta libertad de asumir sus responsabilidades plenamente. Propondré una modificación legal, a fin de que los secretarios de estado, puedan ser citados a debatir, explicar y proponer cuestiones relativas a su ejercicio, sin necesidad de recabar la anuencia del gobernador. El Poder judicial, deberá de resolver su camino, sin consultar, desde ahora, con su oráculo tradicional: el ejecutivo. Las propuestas de nuevos magistrados, deberán de replantearse, con el fin de que emerjan de un Colegio Judicial conformado ex profeso para realizar esa misión, garantizando la independencia de ese Poder.

Nuestro actual sistema de partidos está totalmente desacreditado, no funciona ni cuenta con la empatía ciudadana. Por eso propondremos la obligación de realizar elecciones primarias dentro de los partidos, mediante el voto ciudadano, que deberán llevarse a cabo durante una única jornada electoral para todos. De ese proceso surgirán las nuevas candidaturas, las cuales estarán abiertas también para ciudadanos independientes. Estaremos construyendo un nuevo sistema de partidos a nivel estatal, que nos garantice que cada fuerza política proponga para los puestos de elección popular, al mejor de sus militantes o simpatizantes. Solo así la democracia empezará a volver a nuestro entorno.

El buen gobierno comienza en el ámbito local. La conducción de nuestros municipios se ha ido degradando a un nivel insostenible. Por eso encargaremos a la Universidad de Guanajuato, a su Campus capitalino, una propuesta transformadora de la vida municipal. Podemos pensar, por ejemplo, en una recomposición de los ayuntamientos; en la elección de regidores por distritos locales; la categorización de municipios para diferenciar sus capacidades y por lo tanto las atribuciones asignadas. El ámbito municipal nos ofrece una extensa gama de ajustes, para asegurarnos mejores gobiernos hacia el futuro. Debemos intentarlo.

Por último, ofrecemos la instauración de un sistema de transparencia y rendición de cuentas, bajo una instancia que no dependa directamente del ejecutivo estatal. Un titular cuya propuesta surja de instancias académicas acreditadas y ratificado por nuestro Congreso. Quién conduzca los trabajos de la Secretaría de la Transparencia y Rendición de Cuentas, debe de poseer características muy especiales para afianzar en el quehacer cotidiano del gobierno, la total apertura de sus entrañas a los ciudadanos. Su papel es ofrecer la “verdad” de la gestión gubernamental, a fin de que los gobernados decidan castigar o premiar nuestro desempeño.

Por el momento es lo que tengo que informar y proponer, para que a través de cambios estratégicos bien pensados y mejor implementados, accedamos a un nuevo panorama prometedor para Guanajuato. Los invito a acompañarme hacia el cambio, solo así habrá destino teñido sobre el manto de la esperanza”.

El informe terminó. Hubo un silencio largo. En el Congreso del Estado, sede del evento, el gobernador levantó la mirada, mientras observaba los rostros sorprendidos de la audiencia. El reto estaba lanzado y la ilusión sembrada. Ya había motivos para luchar.

¿REPÚBLICA O MONARQUÍA?

MÉXICO: ¿REPÚBLICA O MONARQUÍA?

Carlos Arce Macías

El tema es como se trasmite y controla el poder. Las sociedades se organizan constituyendo gobiernos. Para gobernar, se da poder, a un grupo de personas o a una sola, sobre los miembros de toda una sociedad. El poder se puede transmitir por herencia, o bien por designación. Para ello, se han inventado, principalmente, dos modelos: la monarquía y la república.

El modelo monárquico, se basa en el poder unipersonal, se trata de un individuo, que durante gran parte de su vida gobernará a una sociedad, y que a su muerte, heredará el puesto a uno de sus descendientes. Cuando el monarca no tiene instituciones que lo limiten, como un parlamento, el soberano puede actuar a voluntad. Estamos entonces, ante una monarquía absolutista. Este tipo de reyes podían hacer lo que quisieran, sin que nadie les impidiera nada. Podían gastar a contentillo el dinero del reino, sin rendirle cuentas a nadie.

Tampoco requerían permiso para nombrar a sus colaboradores. Bastaba su voluntad, para imponer en el cargo deseado a amigos, compadres, incondicionales y sobre todo familiares.

Y no hablemos de adquisiciones y contratación de obras públicas. Estos reyes podían ordenar la construcción y compra de lo que les viniera en gana, sin freno alguno a su designio contractual.

Una de las ventajas de este tipo de monarquías era que no se requería congraciarse con la ciudadanía. Sin voto de por medio, no había necesidad de partidos políticos, sino solamente de apoyadores a su causa, que se identificaran como incondicionales, acríticos de sus acciones gubernamentales, y dispuestos a realizar, contra viento y marea las instrucciones que recibieran del soberano.

Cuando al rey le hacía falta dinero, no tenía problemas, acudía a sus banqueros para que le otorgaran préstamos contra futuros impuestos y que acabarían pagando sus súbditos. Los montos no importaban, podían elevarse significativamente. Total, el que luego heredara la corona, sería el que debería de pagar.

Finalmente, el rey dejaba a su heredero, y el riesgo era que el nuevo gobernante fuese peor que el rey anterior. Porque así, poco a poco, podría irse deteriorando la calidad del gobierno del reino, hasta tener verdaderos imbéciles como monarcas.

Pero , al transcurso del tiempo, el pueblo ya no soportó esta forma de régimen caprichosa y arcaica y se rebeló. La Revolución Francesa marco el final de la monarquía absolutista y se reinventó una nueva forma de gobierno: la república. El sistema republicano es aquél, en que el poder se otorga periódicamente a un grupo de funcionarios y representantes del pueblo. Cuando se hace a través de elecciones, se dirá que se hace por un método democrático. El poder se distribuye entre tres ámbitos de gobierno: el ejecutivo, el legislativo y el judicial. La idea, es que ninguno acumule tanto poder, que impere sobre cualquiera de los otros. Así se establecen pesos y contrapesos para evitar que uno prime sobre los demás. Se trata, pues, de una república con división de poderes, que evite las distorsiones y abusos de los malos gobernantes, que sucedían constantemente en la monarquía absolutista.

Por eso, México optó desde su Constitución de1824, la primera, por un sistema republicano que garantizara un gobierno prudente, profesional, acotado entre sí por el balance entre los poderes. Su base es la representación política de los ciudadanos, en el Congreso, al cual deben de rendir cuentas, anualmente, quienes presiden los demás poderes.

En la república, los gobernantes van siendo seleccionados por organizaciones partidistas, en las que la competencia interna va cribando a los mejores hombres para administrar y gobernar. Las camarillas internas y los juegos cortesanos son eliminados por la promoción de las virtudes republicanas de los integrantes de los propios institutos partidistas.

La república nos protege de la irresponsabilidad de los gobernantes al ejecutar el gasto público. La deuda siempre estará controlada, a fin de prevenir desastres financieros en que pudiera caer el estado, elevando el déficit a niveles peligrosos para la estabilidad económica.

Con la república, el gobierno es profesional, evitando la contratación de familiares, amigos e incondicionales, que puedan formar grupos en el seno de la administración para controlarla y obtener ganancias indebidas. La competencia laboral de los funcionarios, es la guía de su acceso y permanencia en la administración.

En la república, los cargos no se heredan. Son los perfiles y la experiencia de los futuros candidatos a los puestos, lo que hace que estos sean electos libremente por los ciudadanos, o bien reelectos por el correcto desempeño en sus cargos. Lograr la confianza de la ciudadanía, es lo más importante.

Eso es lo correcto e inteligente, la historia nos vuelve a enseñar como el proceso civilizatorio no se detiene, e inventa formas, más perfectas, para gobernarnos. Porque ¿se imaginan el desfiguro que sería, establecer un sistema republicano, más caro, y que requiere tantas complejidades institucionales para evitar el abuso del poder, y que este no funcione como se tiene previsto?

Sería inimaginable una república con división de poderes, en dónde el presidente o los gobernadores de una entidad federativa, pudieran sobre-endeudar a la nación o a sus estados, nombrar a sus familiares, amigos o incondicionales a los cargos administrativos, contratar obra pública a contentillo, adquirir bienes sin acreditar su correcto precio y calidad, formar camarillas internas en los partidos políticos, para controlar las designaciones, y sobre todo, gastar el dinero de los ciudadanos, sin transparencia y sin rendir cuentas, ante los congresos, de los gastos devengados.

Porque si así sucediera, cosa impensable en México, la verdad es que saldría más barata la monarquía absolutista que la complejísima estructura republicana. ¿No lo creen? Seríamos unos tontos, pues.

Twitter: @carce55

Artículo publicado en el periódico AM LEÓN, el 20 de noviembre de 2016

 

 

 

CASA NUEVA

Carlos Arce Macías

El día de hoy, el Congreso de Guanajuato estrena casa. Con el tiempo, las funciones que tiene encomendadas, requirieron de mayor espacio y una cantidad superior de personal a su cargo. Esto propició la necesidad de construir una nueva sede en el principal acceso a la capital del estado, que demanda de cuidado y protección ambiental, y un claro compromiso por el cuidado del entorno natural que rodea a la ciudad de Guanajuato. Si no hacen esto los diputados, comenzarán mal.

El costo de la nueva casa, nos deja muchas dudas a los guanajuatenses. Parece haber evidentes conflictos de interés en la gestión de la obra, que precisaría de una pesquisa para descartar trafico de influencias en algunas de las contrataciones efectuadas en anteriores legislaturas, por los responsables de la asignación de la obra. Se debe garantizar la honestidad, con firmeza y sin temor.

La antigua sede, no puede ser olvidada ni descuidada. Es deber de esta legislatura prever un destino adecuado para el dignísimo edificio erigido por Don Luis Long a finales del siglo XIX. Deberán cuidar que su futuro uso sea el indicado, ya que la ciudad de Guanajuato, Patrimonio de la Humanidad, no puede permitirse la utilización inadecuada de tan emblemático inmueble.

Que el estreno de un edificio que pregona arquitectónicamente la luz y la transparencia, signifique el avance decisivo para el derecho de la ciudadanía a saber todo los que tratan y resuelven sus representantes. La perspectiva de una política de parlamento abierto, debe de ser la guía para establecer una relación de confianza entre el ciudadano y su congresista. Ha habido avances substanciales, pero se requiere asentar las acciones de transparencia y rendición de cuentas de cada diputado, de cada comisión, del Órgano Superior de Fiscalización y del Congreso en su conjunto.

En ese rumbo, celebramos la iniciativa de el Consejo Coordinador Empresarial de León, de iniciar un seguimiento de la labor de los diputados de ese municipio, para contar con referencias objetivas sobre el desempeño de los legisladores. La posibilidad de reelección, conlleva la necesidad de calificar, por parte de los electores, el trabajo de estos funcionarios y, por lo tanto, el merecimiento de un nuevo voto a su favor. Aconsejamos más acciones equivalentes en las demás ciudades de nuestra entidad.

Sin regresar a remotas épocas históricas, hay que recordar que el moderno parlamentarismo, se fraguó en el combate al absolutismo de los monarcas europeos de los siglos XVII y XVIII. Frente a los reyes ilustrados de esas épocas, los pueblos, España a lo último, fueron sacudiéndose la férrea mano del César omnipotente, que consideraba que su reinado era producto del designio divino. El humanismo acabó con la vieja teoría medieval, y se establecieron contrapesos a la actuación de los soberanos. El Congreso fue el principal freno.

Refiero el antecedente para destacar, una vez más, que la construcción de la república y con ello, del Estado Constitucional de Derecho que nos rige, requiere de la decisiva acción de un Congreso, que limite al Ejecutivo y norme al Judicial. Una actitud sumisa de los legisladores con los otros poderes, no propicia el funcionamiento republicano, lo distorsiona y falsea. Los diputados deben cuidar su independencia, dignidad y honor.

La visión más avanzada del Derecho, es el Estado Constitucional, que construye garantizando los derechos fundamentales de los ciudadanos, como lo afirma el eminente jurista italiano Luigi Ferrajoli: “maximizando las libertades y minimizando la arbitrariedad e impunidad de los gobernantes”. Ese debe de ser el camino que fije para Guanajuato un Congreso renovado y en casa nueva.

Para nuestros diputados será más fácil fortalecer su voluntad de contrapeso a los demás poderes, inspirándose en los enhiestos farallones de La Bufa, seguramente declarada zona de conservación, y rodeados de un paraje guanajuatense sin parangón, en el que se desarrolla la flora y fauna endémica de la región; protegidos de los excesos de la naturaleza por una edificación nacida de la imaginación de un afamado arquitecto, como el recientemente finado Teodoro González de León, que la definió como “una conjunción de modernidad, transparencia y apertura”.

Sirva pues esta mudanza material, para hacer un alto en el camino, reflexionar y consolidar la función moderna del poder legislativo, enfocándose especialmente en la rendición de cuentas, la fiscalización de los demás poderes y municipios, y la transparencia plena de su actuación, logrando así una mudanza espiritual, que propicie las libertades ciudadanas y  contenga  injusticias.

Editorial publicado el domingo 25 de septiembre en AM LEÓN.

Twitter: @carce55

 

 

 

 

DIPUTADOS DE A 100, ¿como mejorar?

DIPUTADOS DE A 100

Carlos Arce Macías

Vuelve a ponerse en el ojo del huracán la Legislatura guanajuatense, al aparecer en un sesudo e interesante estudio del Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO)*, el dato de que son los diputados que mas sueldo perciben en el país, $177,425.00 pesos mensuales por cabeza. Con esa sola información basta para generar el escándalo, en una población cuyo salario promedio mensual es de $7,000 pesos. Por esa misma razón, muchos políticos se resisten a hacer públicas sus declaraciones 3 de 3, más allá de las conclusiones respecto al origen de su patrimonio, el simple conocimiento de sus haberes, propiciará el enojo y la indignación de un grueso de la población sumida en la carencia.

Sin embargo, en el caso de los legisladores de Guanajuato, se paga el precio de la transparencia con que se ha conducido la LXIII legislatura, hay que reconocerlo, y conste que he sido su crítico. Ahí, a diferencia de otros congresos estatales, están explicitadas todas las precepciones de los diputados, y eso los posiciona en el primer lugar. Hay que aclarar, que estamos ante ingresos brutos, por lo que habría que deducir impuestos y aportaciones partidistas, para obtener la percepción neta que queda en $96,000 pesos aproximadamente.

Otras legislaturas estatales, como la del Estado de México, esconden mañosamente las percepciones reales de sus integrantes. El trafique de beneficios inconfesables, materiales de construcción para repartir, obras estatales a cada diputado, etc., reivindican la mala fama de los gobernantes y diputados del Estado de México, salvo escasísimas excepciones. Es una zahúrda aquello.

No existe mejor forma de blindar la separación de poderes, que la transparencia en el manejo del poder legislativo. Ellos deben de poner el ejemplo. Los diputados mal pagados, generalmente son presa de un Ejecutivo tramposo, que ofrece compensaciones bajo la mesa, a fin de controlar a los legisladores. No caigamos en el garlito de pagar poco a los representantes populares. Eso normalmente solo funciona para quién desea capturarlos.

También vale la pena hacer una consideración sobre el estudio del IMCO; el presupuesto del legislativo guanajuatense está exacerbado por la construcción de la nueva sede legislativa, cuyo costo y contrataciones deben de quedar sólidamente justificados, para verificar que no haya habido tráfico de influencias. En caso contrario, hay que perseguir a los corruptos.

Hay que hacer un reconocimiento al IMCO, por su esfuerzo para presentar con claridad un estudio que por fin, permite comparar a los congresos entre si. Los números y la asimetría de costos y presupuestos, manifiestan el desorden que impera en nuestro país y la sujeción que muchas legislaturas sufren a manos de los gobernadores, así como su relajada actividad fiscalizadora.

Pero regreso a mi insistencia, el legislativo debe de ser repensado. No puede continuar actuando como lo hace, sujeto a las ocurrencias más pueriles de sus legisladores más irresponsables. Pero la culpa es de los partidos políticos que postulan perfiles inadecuados, no obstante ser el filtro que, en teoría, permite solo el paso a las mejores candidaturas disponibles. Ante la posibilidad de reelección hay que evaluarlos con lupa.

Más allá de los mecanismos de mejora regulatoria que deben de implementarse cuanto antes, como sujetar todas las iniciativas a una manifestación de impacto regulatorio, se deben de transformar otros elementos del Congreso, como lo son las comisiones. Veamos como trabaja una comisión legislativa en Estados Unidos: la preside el diputado más viejo y con mas experiencia, independientemente de su filiación partidista, y tienen el poder de citar a funcionarios de otros poderes para desahogar interrogatorios en audiencias públicas. Esas comisiones legislativas, están dotadas de extensas facultades para explorar y analizar la conducción de su temática, y para verificar la eficiencia y eficacia de la aplicación del gasto público en su ámbito de competencia.

Fíjense bien, ahí radica la rendición de cuentas institucional. Los Congresos están diseñados para que los demás poderes y los municipios le rindan cuentas de su desempeño, especialmente el presupuestario. De tal forma que el monitoreo y evaluación deben de sublimarse, para controlar en esos aspectos a los otros poderes y ámbitos de gobierno. Adecuaciones a estos instrumentos, concretamente al artículo 76 de la Ley Orgánica del Poder Legislativo de Guanajuato, son necesarios e infundirían nuevos bríos al trabajo de los legisladores.

Esta sola modificación, para que cada comisión tomara decisiones, sin pasar por el filtro de la Junta de Gobierno y Coordinación Política, propiciaría una involucramiento inédito del Congreso en la conducción del los gobiernos locales y estatal. También obligaría a los legisladores a agudizar sus capacidades de análisis para la rendición de cuentas. Por eso las legislaturas cada día legislan menos y controlan más las actividades gubernamentales. Solo así la república empezaría a andar y los legisladores guanajuatenses verdaderamente desquitarían el salario. Serían representantes de a 100.

Twitter: @carce55

Artículo publicado en AM León el 3/07/2016

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¿DIVISIÓN DE PODERES? Algo anda mal

 

REELECCIÓN, MOVILIDAD Y MONTESQUIEU

Carlos Arce Macías

 

No existe tiranía peor que la ejercida a la

sombra de las leyes y con apariencia de justicia”.

Montesquieu.

 Charles Louise de Secondat, Señor de la Brède y Barón de Montesquieu, ha sido uno de los más profundos pensadores sobre las instituciones políticas. Sus ideas, provenientes del estudio de la Revolución Gloriosa (1688), que instauró en Inglaterra la monarquía parlamentaria, en contraste con el absolutismo imperante en la Francia de Luis XIV, tuvieron un impacto decisivo en los padres de la independencia norteamericana.

Miembro connotado de lo que identificamos como La Ilustración, Montesquieu, dedicó su vida a observar y reflexionar sobre la forma que tenían las diferentes naciones para gobernarse. Concluyó que la más inteligente, sería la recién adoptada por los ingleses, consistente en el acotamiento del soberano, por otros dos poderes, el legislativo y el judicial. El poder controlando al poder.

Esta visión, fue en parte producto de la moral protestante imperante en Gran Bretaña, que consideraba al hombre como un ser concupiscente, y por ello, necesario de que se controlaran sus actos volitivos. En el caso del rey, por medio de instituciones que no fueran fácilmente capturadas por el monarca. El protestantismo no incluye el mecanismo de la confesión y perdón de los pecados del catolicismo, porque se basa en la línea directa que cada individuo establece con el Creador. Para ellos, las malas acciones debían de ser evitadas, no perdonadas. Por lo tanto, y traspasado al ámbito político, la ambición, voracidad y expansión del poder real, debería de ser limitado de alguna forma. Así nace el gobierno basado en la división de poderes. Luego, exacerbada la idea por la ética puritana, más radical, de los colonos del nuevo mundo, la constitución americana de 1789 adopta el régimen republicano. La voz de Montesquieu, a través de su gran obra, “El Espíritu de las Leyes”, resulta ser la obra más comentada, luego de La Biblia, en el constituyente norteamericano.

A partir de ese momento, el constitucionalismo dio un largo paso, planteando la división de poderes como el sustrato de la dinámica gubernamental en casi todos los países modernos. Traicionar y romper este principio, es algo muy grave y costoso para una sociedad, porque significa la imposibilidad de acotar a uno de los otros poderes, casi siempre el Ejecutivo. Este es el más expansivo en sus aspiraciones de control total del gobierno, y si se le permite, acabará instaurando un absolutismo indeseado.

Con este marco histórico, y conscientes de la importancia de la actividad legislativa, resulta escandaloso el hecho de procesar una pésima e impresentable ley, que lesiona el interés de la mayoría en beneficio de líderes monopolistas del transporte, prácticamente sin chistar. ¿No están conscientes de su función nuestros legisladores? Tal parece que los miembros del Congreso, están mas involucrado en la “gestoría”, que en el trabajo de análisis y revisión legal que tienen encomendado. Con su negligencia, parecen no darse cuenta que lo que generan es el rompimiento de la división de poderes, y eso si es peligroso, ¡peligrosísimo!

En el ámbito parlamentario, el debate es la substancia de la función. La confrontación de ideas, la crítica punzante, incluso el escarnio, son válidos en el apasionante desarrollo de la actividad parlamentaria. En el caso especial de la oposición, el juicio sobre ella debe de ser más severo. Pudiendo esgrimir argumentos mortales en contra de la propuesta del Ejecutivo, vimos como se transformaron en pasivos acompañantes del designio de la mayoría. No creo que eso sea lo que esperamos de nuestros representantes, los guanajuatenses. Con la aprobación de esta ley, han asumido como propio, el interés de unos cuantos. Nuestros representantes han dejado bien claro, que no están dispuestos a plantar cara al Ejecutivo, para acotarlo cuando la razón pudiera asistirles.

¡Fíjense nomás! La primera revisión en el Congreso, de la iniciativa de movilidad, contenía más de 200 objeciones a 214 artículos. Alguien en el legislativo debió trabajar horas extras, creo saber quién, para medio arreglar el brutal entuerto. Lo que hubiera procedido en consecuencia, y emitido una clara llamada de atención a los escribanos de leyes del Ejecutivo, hubiera sido un definitivo rechazo, al mal diseñado instrumento legal. Al intentar arreglar el enredijo, mejoraron un poco el documento inicial, pero no se pudieron reparar los yerros estructurales. Esto lo trataré en mi siguiente entrega.

Los nuevos legisladores deberán asumir su responsabilidad, al no realizar su encargo con gallardía, enfrentando, orientando y ubicando en la senda correcta al otro poder. Solo dos diputados quedaron al margen de la votación para no caer en conflicto de interés. La decisión unánime es un mazazo contundente al “Espíritu de las Leyes” y al equilibrio y control entre poderes, que norma nuestro régimen político. El PAN renunció a imponer el bien común, al que está obligado por su ideario, en tanto que la oposición desaprovechó un momento ideal, para entregarnos un testimonio de su auténtico interés por hacer las cosas con corrección y en beneficio de las mayorías.

Pero lo que quizás olvidaron lo diputados, es que a diferencia de otras ocasiones, el mecanismo de premio y castigo ciudadano ya está activado, y será valido para los próximos comicios: la reelección. Que el puñado de líderes beneficiados por la nueva ley de movilidad, voten por ellos. Por lo pronto, en mi contabilidad legislativa hay 34 legisladores reprobados, por los que no habría que votar en 2018. ¿Y en la suya cómo van? Hay que llevarles la cuenta, porque son nuevos tiempos.

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