COMO AGUA ENTRE LOS DEDOS

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Carlos Arce Macías

Semana complicada. En la capital del estado asesinan al jefe operativo de la policía, echando a rodar por los suelos la narrativa del locuaz alcalde, de que su municipio es el más seguro de todo Guanajuato. Navarro notifica que “recibe el mensaje” … que cada quién interprete. En tanto, todos nos sentimos vulnerables.

Seguridad en crisis

Mientras, en el entorno político, somos sorprendidos por una serie de comentarios en radio y medios impresos, de duras y directas críticas entre las dos destacadas precandidatas de Acción Nacional a la gubernatura: Libia García y Alejandra Gutiérrez. A diez meses de la definición de candidaturas, la guerra se desata. Ya lo habíamos advertido desde este espacio: el PAN-Gto no posee las capacidades para conducir una elección interna. Sus dirigentes son orgánicos, responden a un hilo conductor manipulado desde Palacio de Gobierno, a voluntad del grupúsculo que interpreta y decide, a contentillo, las acciones del Ejecutivo. La madeja de intereses políticos, personales y de negocios gestados desde esa posición, impide que la racionalidad se convierta en guía de las decisiones. Demasiados acuerdos en lo obscurito, ajenos al PAN y al propio gobierno, se tramitan desde esa ubicación. No se tejen alianzas sino complicidades.

Así las cosas, la inequidad del proceso queda asegurada. La precandidata que teja más complicidades con el corrillo gubernamental será la que pueda ser respaldada por la burocracia azul. Así se convertirá en automático en candidata oficial, obligando a otras contendientes a ubicarse como “outsaiders” o externas. ¿Es que estos personajes solo saben jugar a la política con los dados cargados? Luego la cargada panista cumplirá órdenes, mientras que la militancia insurgente y una parte de la sociedad combatirán la imposición. La fractura interna surgirá y se irá profundizando, y la fisura que se cause posibilitará el triunfo de otra opción política. Se harán un doloroso harakiri.

Esta descomposición se da por la carencia de educación democrática de los miembros del PAN y del oprobioso oportunismo de su dirigencia actual. Demasiados años inmersos en el dedazo autoritario los ha corrompido. Hoy pudieran ser buenos militantes del PRI de los años noventa del siglo pasado, y la candidata oficial, sería heredera de Ramón Aguirre. ¡No se sorprendan, es cierto!

El poder se les comienza a ir como agua entre los dedos. El temor se advierte en la mirada del gobernador. Perder Guanajuato era impensable para ellos. Ahora se puede convertir en una profecía autocumplida, por la torpeza que denotan a cada paso que dan. Sin embargo no hay cambios, todo parece seguir la misma ruta hacia el abismo, quizás piensan ganar la elección en el campo y las zonas marginadas, desde la SEDESHU y mediante operadores electorales, a billetazos, como lo hizo su cómplice Alejandro Navarro en el municipio de Guanajuato en 2021, solo que ahora encontrarán la operación de los programas sociales federales en esos territorios.

¿Por qué entramparse de esa manera? En una elección se puede ganar o perder, así es la democracia. Pero lo que resulta nítido es que se debe de proceder bajo patrones de seriedad y honestidad, que garanticen que la competencia por una candidatura esté bien arbitrada, que se castiguen los faules y se expulse a los jugadores rudos y desleales. Eso solo lo puede hacer un PAN estatal conducido por personajes que posean calidad moral y señorío para generar confianza. Y muy importante, que no estén sometidos a las órdenes del gobernante en turno.

Este es el asunto más urgente de atender. Luego vendrá la apuesta por el voto libre de los militantes, la apertura hacia la sociedad civil para obtener su visto bueno por haber implementado un proceso limpio y justo, así como el dialogo con otros partidos que deseen participar en una alianza amplia y pujante. Buena fama, inteligencia, experiencia y capacidad en la conducción, ese debe de ser el perfil de los nuevos directivos, que tengan como objetivo la unidad, que solo se consigue en torno a la limpieza de la próxima elección interna.

En tanto, el gobernador debe de declarar su imparcialidad y evitar entrometerse en el proceso, frenando las manipulaciones de sus temerarios y ambiciosos subalternos. Si no, va a arrojar todo al caño y será el responsable de entregar Guanajuato a sus adversarios. Nadie quisiera ser él, al que el poderse les va como agua entre los dedos. Ya hay tiro, el presidente pendenciero olió la sangre.

Basta mirar

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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COMER SOPA CON TENEDOR

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Carlos Arce Macías

Conforme pasan las semanas, el gobierno estatal y su partido se entrampan más, por carecer de sensibilidades, talento y capacidades para descifrar una realidad bajo el cambio de época que el mundo, México y Guanajuato, están viviendo.

Acostumbrados a las decisiones verticales, generadas desde el Ejecutivo estatal, el modelo inspirado en la monarquía absoluta del siglo XVIII empieza a crujir por vetusto y grosero. Pensar que al Guanajuato del siglo XXI se le pueda recetar un gobernador designado por el actual mandatario, resulta ocioso. Solo se evidenciarían sus ganas de perder la elección.

Y es que los obscuros estrategas, influidos por el empacho de poder de los últimos años, no asumen el hartazgo de la ciudadanía en toda esta entidad federal. Las últimas encuestas revelan pocas probabilidades de éxito en los gobiernos municipales del corredor industrial y muestran proyecciones poco favorables en numerosos municipios. Hoy, la capital la tienen perdida frente a Morena (37-26), luego de la desastrosa gestión de un alcalde corrupto y mal evaluado (3.2), protegido desde el palacio de gobierno estatal. La derrota del fracasado museo de momias, el fiasco de la instalación de parquímetros, la violencia contra regidoras, las acusaciones de campaña anticipada, la clientelización de sectores vulnerables de la población y la serie de ocurrencias diarias, han instigado su autoderrota. Su última estupidez: violentar la Sierra de Santa Rosa, entregándole permisos de venta a un desarrollo inmobiliario que incumple la normatividad federal de cambio de uso de suelo forestal.

Consecuencia de un mal gobierno

Mientras padecemos el mal gobierno municipal, los ciudadanos de todo el país organizan y logran la concentración de personas más grande que ha habido en México. Desbordan la Plaza de la Constitución y replican la convocatoria en más de 100 ciudades del país. Se trata de un movimiento generado desde espacios libres y organizados de la sociedad. Es la insurgencia de las clases medias, que defienden su derecho a un sistema democrático, desde el cual se generen buenos gobiernos, impulsados por la participación ciudadana.

En ese contexto, un PAN estatal artrítico, debe de adaptarse a las nuevas condiciones que reclaman la apertura del partido al impulso de la ciudadanización. Pero su estructura está oxidada, ya que desde hace años, cedió su vocación democrática por la instrucción gubernamental. En un intento desesperado, procura elegir candidata a la gubernatura entre un universo de 16 mil afiliados altamente manipulables a través de los conocidos padroneros del partido. Si así lo hace, irá al fracaso, por una sencilla razón: el gobernador ordenará por quién votar. Así la construcción de una candidatura oficialista sería la opción ganadora, que nos garantizaría un mal gobierno, ya que la candidata triunfante deberá cargar con todas las rémoras de la actual regencia, empezando por el malhadado fiscal.

La mejor opción es abrir la competencia a los ciudadanos para que en primarias abiertas, puedan votar por la mejor postulación. Para ello, habría que atraer a las organizaciones ciudadanas para que impulsen la participación de una buena parte de la sociedad. Pero esta opción tiene un problema: precisa de una dirigencia comprometida con procesos limpios y equitativos, que no permita la compra de votos, la clientelización y el acarreo de los padroneros. Esa votación debe de ser como las recientes manifestaciones rosas: libre, genuina, entusiasta, propositiva y que no deje basura. De allí saldría una propuesta fresca, oxigenada y muy probablemente ganadora.

El problema es que la actual dirigencia partidaria ha actuado exactamente en el sentido contrario de lo que se desea. Alentó las trampas electorales, combate las libertades ciudadanas, presiona a los miembros de los ayuntamientos panistas para que apoyen causas malsanas y están tocados por la soberbia.

El gobierno estatal por su parte se ha aliado a intereses privados que denotan prácticas basadas en la economía de compadres. Se ha asociado a empresarios voraces, protegido a políticos sin ética y tratado con desprecio a organizaciones de la sociedad civil que abanderan causas ciudadanas.

Como comprenderán, el giro que hay que forzar en el entorno panista, es de 180 grados. Hay que recomponer muchas cosas en poco tiempo, retornando a las fructíferas alianzas con la sociedad que tan buenos dividendos rindieron en otros momentos. De otra forma, sin cambiar nada, el burdo experimento sería como comer sopa con tenedor.

Será difícil comer la sopa

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

ALIANZA OPOSITORA, SOLO SIN PARTIDOS CÁRTEL

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CARLOS ARCE MACÍAS

El cambio de siglo trajo consigo una transformación profunda de las organizaciones políticas que no hemos sabido entender a plenitud. Ya los politólogos Richard Katz de la Universidad John Hopkins y Peter Mair del Instituto Universitario Europeo, desde 1995 identificaban los cambios profundos que estaban sufriendo los partidos políticos en su libro “Democracia y Cartelización de los Partidos Políticos”. En este texto, los autores desgranan los tipos de partidos existentes: partidos de cuadros, masas y catch-all (atrapa todo).

Mair y Katz

El partido de cuadros es el modelo que siempre tuvo, por ejemplo, el Partido Acción Nacional. Está organización procuró una cuidada selectividad de sus miembros, para convertirlo en ejemplo vivo de ciudadanía activa, decidida a llevar al poder a personas con alta preparación técnica (uno de los postulados más importantes de Gómez Morín) y de rectitud ética que garantizaran buenos gobiernos. Llama la atención que su fin principal no es ni siquiera la obtención del poder ganando elecciones, sino el reconocimiento de la eminente dignidad de la persona y por consecuencia, el reconocimiento de sus derechos fundamentales y la construcción del bien común.

Por otra parte, el partido de masas se propone organizar políticamente a amplios sectores de la sociedad. Se trata de una estructura de corte popular, construida para intentar mediar entre el Estado y la sociedad civil. Es el modelo seguido por el PRI y el PRD. Incluso recordemos los sectores tradicionales: campesino, popular y la clase trabajadora. El nacionalismo revolucionario fue la ideología sobre la que se sustentó el Revolucionario Institucional, durante setenta años.

Al paso del tiempo, los partidos se fueron escorando hacia las tácticas de la mercadotecnia y la comunicación política, con la finalidad de adaptarse a las aspiraciones de la sociedad, pulsadas hacia el momento de la elección. ¿Qué quería el partido? Lo que las encuestas marcaran como interés de la sociedad. Así se construyeron programas y se diseñaron las campañas. Lo importante era ser convincentes y atrapar al mayor número de votantes posible. Había zanahorias para todos. Esa es la táctica catch-all. Y allí quedaron posicionados todos. Escrutando los intereses de los votantes, para rápidamente prometerles la satisfacción de estos. Los principios de doctrina y programas de acción política acabaron en el bote de la basura, en aras de un empirismo galopante.

Pero los autores Katz y Mair identificaron un naciente fenómeno: el sistema de partidos cártel. Y aquí es dónde el asunto comienza a ponerse caliente el asunto. Los académicos se dieron cuenta que paulatinamente los partidos se fueron convirtiendo en una maquinaria electoral y administrativa, que fue siendo subsidiada desde el gobierno, de forma cada vez más profusa. Carretadas de dinero llegaron a los institutos políticos, para profesionalizar a sus cuadros y sustentar las campañas electorales. Se convirtieron en empresas electorales y de gestión del poder.

Esta burocratización partidaria fue produciendo cúpulas con capacidades presupuestarias cada vez más grandes. De esta manera, se fueron haciendo del control de los partidos, excluyendo a las militancias y consolidando una partidocracia inamovible. Hoy, los partidos políticos no necesitan militantes, y menos sus discretos recursos. Son autónomos de los ciudadanos, por eso hacen lo que les viene en gana.

Así la política del día a día, fue construyéndose a través de acuerdos cupulares entre los liderazgos de cada organización. Pronto se establecieron pactos entre los partidos, zonas de control específico, amistades, respaldo y negocios particulares entre la élite política. La definición de cártel es “el convenio entre varias empresas similares para evitar la mutua competencia y regular la producción, venta y precios de determinado campo industrial” (Diccionario RAE). Como en la industria, este fenómeno se implantó en la política mexicana. Los arreglos cupulares substituyeron a la frágil pauta democrática.

El momento estelar de la cartelización de los partidos se evidenció en la LXII Legislatura Federal. La legislatura de los moches y de los acuerdos inconfesables entre los principales partidos gobernantes. Donde la oposición se sustituyó por la negociación. La administración peñanietista repartió concesiones, privilegios y fondos a todos sus aliados.

La forma de romper esta sólida alianza, amalgamada por la corrupción, fue a través de un movimiento o partido, ajeno al cártel, con características populistas y contestatarias. Una organización dispuesta a prometer todo, sin mayor recato. Decidida a disponer de los fondos gubernamentales para repartirlos alegremente entre sus apoyadores y lidereada por un agitador social. Estas circunstancias y el hartazgo provocado por los abusos y corrupción de los partidos cártel provocaron los cambios de 2018.

Ahora, confrontar al movimiento populista, requiere un replanteamiento total para una alianza partidaria de oposición. Lo primero que hay que garantizar es que no vuelva a reconstruirse el sistema de partidos cártel que terminó en una red de corrupción de alcance nacional. Para ello es necesaria la intervención de grupos externos a la clase política, de ciudadanos organizados, que impidan el renacimiento del cártel y garanticen la reconstrucción democrática de la vida pública de México. Significa una lucha frontal contra la demagogia y la corrupción. Esto le saca alergia a la clase política tradicional. Los enemigos están adentro y afuera.

¿Como construir confianza?

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

LA HORA CIUDADANA

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Carlos Arce Macías

Resultó una casualidad que dos hechos se conjugaran, dos marchas multitudinarias una en defensa del Instituto Nacional Electoral (INE) y otra en apoyo del presidente López Obrador. Fue una curiosa conjunción en la que quedó claro el valor que hoy representan las personas que se asumen ciudadanas, es decir, los individuos que asumen a plenitud sus derechos políticos.

Marcha en defensa del INE

Aún cuando no queramos, la condición ciudadana otorga una categoría superior a los sujetos que deciden portarla. De tal manera, que debe de ser tarea prioritaria de nuestra sociedad, incorporar a esta condición a todo el pueblo. Deberíamos de empezar por proteger a los ciudadanos de aquellos políticos que, desde su miseria, intentan arrebatarles a los grupos sociales más vulnerables, su jerarquía de ser miembros de pleno derecho de su comunidad. A estos grupos se les violenta acarreándolos a marchas, informes o actos, a través de coacción, de amenazas o de entrega de dádivas. De esa forma son despojados de su libertad para asistir o no a actos inventados por políticos amorales.

El acarreo, lo definió Jesús Silva Herzog Márquez en un reciente editorial: “no es un servicio de transporte: es un desplazamiento bajo presión…Quienes se rehúsan se atendrán a las consecuencias”. Es también el preludio de la compra de votos, ya que primero se necesita simular un gran apoyo popular, para así justificar los miles de votos que algún impresentable candidato obtiene mediante la clientelización y la entrega directa de cash a las personas. Estas dos figuras son los perversos siameses de los delitos electorales, que nunca son investigados por los abúlicos fiscales federales y estatales. Si todo siguiera igual, Brenda Canchola, presidenta consejera del Instituto Electoral del Estado de Guanajuato (IEGG), se conformará con integrar las mesas de votación, recibir a ciudadanos y acarreado a emitir su voto, libre unos y comprado los otros; y contarlos finalmente para aclamar a los ganadores. Tantán, así dormiría tranquila y satisfecha la presidenta, aunque la calidad de nuestra democracia sea pésima.

Pero hay atisbos de que las cosas cambiarán. Por el momento, las dos marchas arrojan un contraste determinante: una fue de ciudadanos que voluntariamente y por sus medios, decidieron salir a manifestarse en defensa de una institución. La otra, organizada desde el poder, se nutrió de una enorme masa de acarreados, que fueron transportados en 1787 camiones (el periódico Reforma los contó uno por uno) desde diversos puntos de origen. De un lado, lo queramos o no, había ciudadanos, del otro un conglomerado de individuos dotados de trescientos pesos, un refresco, una torta y pasaje de ida y vuelta gratuito.

La sola verbalización del comparativo entre ambos grupos es durísima, incompasiva, pero es la expresión exacta de lo que pasó. Su crudeza debería de convertirse en el acicate para que los políticos dejaran de acarrear gente y mercadear sufragios, so pena de ser señalados, despreciados y expulsados de las boletas electorales.

Habrá que señalar que el acarreo es una práctica común entre la clase política de todos los signos, que debería de ser denunciada, combatida y penada. ¿Saben por qué lo necesitan? Porque nuestros partidos políticos son estructuras vacías de ciudadanos. Requieren simular la presencia de multitudes, obligando a la gente a asistir a sus eventos. Si no hubiese acarreo, solo estarían presentes sus incondicionales y aduladores. Su carencia de ideales y sus prácticas poco éticas no seducen a nadie. Son camarillas solitarias.

Sin el acarreo, será muy difícil justificar los votos traficados con dinero. El teatrito se cae. Y solo entonces, los verdaderos políticos tendrían posibilidades de reaparecer utilizando el talento y las ideas para convencer a los ciudadanos de sus propuestas. Sería un historial limpio el que acredite su postulación a un puesto público. Solo así las administraciones ya no serían utilizadas para expoliarlas. La corrupción política, tan extendida en nuestra obscura realidad, perdería brío y sustento.

Las marchas del 13 y 27 de noviembre, nos dejan una moraleja: la política solo se construye con ciudadanos reales. Los partidos, todos, están rebasados y desacreditados. Hoy, solo los ciudadanos a través de sus redes organizadas podrán hacer viables las próximas candidaturas. Los acarreadores y operadores electoreros no están invitados a la próxima contienda. Su sola contratación por algún partido o candidato significará descrédito y exclusión, no votos. Entiendan: es la hora ciudadana.

Marcha en apoyo al presidente

 

 

 

 

 

 

 

VENCER A LA ARROGANCIA

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Carlos Arce Macías

La Comisión de Justicia del Consejo Nacional del PAN, revocó la resolución emitida por la Comisión de Orden, en la que se me expulsaba del partido por una supuesta deslealtad, consistente en realizar publicaciones en contra de la reelección de su candidato a presidente municipal de Guanajuato, el impresentable Alejandro Navarro Saldaña.

Todo comenzó cuando en julio de 2021 la Comisión Permanente del Consejo Estatal, por votación unánime, inició el procedimiento de sanción, a solicitud de sus miembros Samantha Smith (esposa de Navarro) y Eduardo López Mares. Ahora los veintiún integrantes de ese Consejo que votaron por consigna mi expulsión, han sido derrotados.

En la audiencia de defensa, ante el Comité Auxiliar local, debimos enfrentar a un obscuro personaje, incondicional de López Mares, que intentó actuar como una suerte de inquisidor mal preparado y tosco, para desahogar esa instancia. El proceso, inició cometiendo una cadena de errores procedimentales que fueron parte de los argumentos de mi defensa.

Imprudentemente, en julio de 2022, fuera del término legal, la Comisión de Orden Nacional, validó la solicitud de expulsión mediante una temeraria resolución violatoria de los principios procesales fundamentales, basada en actuaciones ilegales de la instancia estatal e imputaciones mal argumentadas de la Comisión Permanente del Consejo.

Frente al abuso e ilegalidad, interpuse Juicio Ciudadano ante las instancias federal y estatal. Ambas ordenaron el reencauzamiento ante la Comisión de Justicia del Consejo Nacional del PAN, dictaminando que en un término de 5 días hábiles se resolviera el caso.

La Comisión de Justicia aceptó el procedimiento, emitiendo sentencia a fin de cumplir con los términos impuestos por el Tribunal Electoral del Estado, el pasado 22 de septiembre. Ante el cúmulo de desaciertos procesales se resolvió revocar la resolución de expulsión. Advierto, estoy preparado para continuar, si la Comisión Permanente del PAN estatal propone un nuevo enfrentamiento legal.

Por lo pronto, esta decisión me mantiene dentro del partido, poniendo a salvo mis derechos. Pero lo más importante, es que me inmuniza frente a la decisión cupular de separarme de la institución en el que he militado por 35 años, respaldado por una larga tradición familiar. El motivo real fue la intolerancia de los dueños del partido en Guanajuato, a mis opiniones críticas sobre su autoritarismo y el olvido de los principios de doctrina panista. La voluntad de la partidocracia estatal hoy no impera sobre mi persona. Los arrogantes fueron derrotados.

Frente a la intentona, aquilato el apoyo siempre firme de muchos de mis compañeros de la LVII Legislatura Federal, del Grupo de Exgobernadores del PAN, de muchos viejo-panistas que se solidarizaron conmigo. De la familia Gómez Morín, especialmente de Manuel. De compañeros del CIDE, que aportaron muy buenas ideas para una defensa más sofisticada en caso de que los tribunales entraran al fondo del tema. Al Ing. Enrique Gómez por sus reflexiones editoriales sobre mi asunto. A Arnoldo Cuellar por sus entrevistas y a Ramón Izaguirre por sus comentarios. Y un agradecimiento especial a mi defensor el Lic. Juan Antonio García Villa, panista de prosapia y de conocimientos profundos de la normatividad interna del partido. Su consejo resultó invaluable en todo momento.

A la Asamblea panista que se celebra el día de hoy, le envío este mensaje: su dirigencia actual no es confiable ni capaz. Ni siquiera puede plantear con corrección un proceso de expulsión. La inteligencia que se requiere para enfrentar al populismo desbocado, que debe de ser vencido en 2024, no anida en los sumisos burócratas que, con jactancia y pedantería, sentencian una victoria contundente en las próximas elecciones. Así como el municipio de Guanajuato no merece el alcalde que hoy lo desgobierna, el PAN Guanajuato no es digno de una dirigencia con tan escasa aptitud. Esta es soberbia y arrogante, no fomenta la participación ciudadana libre, prefiere clientelizar y capturar, arrebatando la libertad de voto a las personas. Así no, ese no es el camino. Tampoco lo es, el intento de construir una narrativa basada en la diatriba y el lenguaje soez (de carretonero, según Don Juan Aguilera Azpeitia).

Bajo tal extravío y rodeada de obscuros e impresentables acompañantes, esta presidencia estatal claramente navega hacia el naufragio del cash, del uso de dinero y presupuestos públicos para intentar ganar elecciones. Imita a sus competidores, y en eso consiste la derrota moral del PAN, actuar como Morena, mientras los ideales cívicos que lo fundamentan quedan olvidados en un rincón. Mi largo tiempo en la función pública y mis 35 años de experiencia partidista, me permiten atisbar al futuro: se van a equivocar. Podrán ganar elecciones, pero no legitimidad, y así nunca, óiganlo bien, podrán construir buenos gobiernos.

La fuerza la dan las ideas

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

IMPACIENCIA IMPRUDENTE

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Carlos Arce Macías

Siempre a la zaga del presidente de la República, el gobernador de Guanajuato decide imitarlo. Si el ejecutivo federal destapa a sus candidatos para sustituirlo, el gobernador Diego Sinhué Rodríguez apura el paso para postular a sus favoritos, no obstante que provienen de dos organizaciones políticas diseñadas con trazos totalmente diferentes, en Guanajuato se asume la designación como la senda para nominar al próximo candidato a la gubernatura. Igual que lo hará Morena.

Para un proceso así, la política en esta entidad debería basarse en elecciones internas. Es vergonzoso que los guanajuatenses permitamos que un personaje nos imponga a un favorito. Así sucedió en 2018 y el resultado es un ejercicio gubernamental cargado de pifias. Deberíamos entender, que, si permitimos una vez más el funcionamiento de tan indigno modelo, en el mejor de los casos estaremos ante el advenimiento de un gobierno peor que el actual. Esto porque así sucede con las designaciones personales. Por eso se inventaron los procesos democráticos, para evitar la falla que ocasiona la dependencia de la voluntad individual para designar sucesores, que siempre resulta en un traspié.

Pero en esta compleja situación, hay un tema muy importante: la forma en que se está obligando competir a las mujeres frente a los candidatos de sexo masculino. Sabemos que en la empresa es 80% más difícil para una mujer llegar a un puesto directivo. Pues en la política, el gobernador les construye un obstáculo más complicado. Lo explico.

Mientras que el secretario repartidor de dinero y programas sociales ha sido enviado como el ungido, resulta que para dar buenos resultados y ser evaluado satisfactoriamente, solo debe de distribuir con ahínco vales y apoyos al por mayor. En tanto el secretario de salud deberá de seguir dando resultados luego de haber sorteado con relativo éxito la pandemia de COVID. Va en caballo de hacienda y no le resto méritos personales por su desempeño. En tanto el senador que también aspira a la gubernatura ya está en campaña. Solo debe asistir puntualmente a las sesiones senatoriales, para ser testigo de como sus compañeras de curul fabrican a diario una fiera oposición desde la Cámara Alta.

Secretario del reparto

Pero las candidatas mujeres tienen mucho más complicada su rendición de cuentas satisfactoria. La secretaria de gobierno, Libia Denisse García debe lidiar con los problemas políticos del estado y con el cavernoso tema de los desaparecidos. Por más voluntad que ponga en su duro cargo, siempre estará sujeta a todo tipo de eventualidades, su candidatura se juega todos los días. Y sus detractores lo saben, y conocen las cartas que pueden defenestrarla.

Por otra parte, Alejandra Gutiérrez y Lorena Alfaro, las dos presidentas municipales capaces de lograr la ansiada aspiración, deben de rendir frutos claros y concisos de su encargo. Para ellas la prueba es brutal. El gobierno municipal, hoy en día, es el reto más formidable para cualquier aspirante a dirigir una sociedad. En dos años y medio hay que entregar resultados de su gestión. Programas innovadores que contribuyan a la construcción de un gobierno moderno. Control mínimo de la violencia, con indicadores de mejora; obra pública bien priorizada y servicios públicos eficientes. Al tiempo que deben desempeñarse como precandidatas. La verdad es que se están estableciendo ventajas injustas a favor de sus competidores varones.

En desventaja frente a los candidatos masculinos

Y es que, al dar el balazo de salida con tanta anticipación, quienes llevan la delantera son los funcionarios masculinos, señalados por el dedo del gobernador. Ellos no necesitan tiempo para probar nada, mientras que a ellas se les escatima. Bajo presión las féminas deben redoblar el paso para poder ofrecer algunos frutos inmaduros de su gestión. ¿Pensó en ello Diego Sinhué? ¿No debería desandar el camino y permitir que la sana competencia, basada en los resultados que otorguen los atributos administrativos y de dirigencia política de los candidatos, se evalúen en los tiempos marcados por ley? De otra forma la competencia es desigual. Por lo pronto, al gobernador lo engulló una impaciencia imprudente, al ver al presidente desojar la margarita. Reflexionemos, en el 2022 ¿queremos gobernantes o candidatos?

El impaciente

 

 

 

 

 

 

 

CABILDO AZUL PARA CUIDAR LA MARCA

Carlos Arce Macías

Todo comenzó con la irresponsabilidad del Instituto Electoral del Estado de Guanajuato, que permitió que los partidos políticos convirtieran la elección constitucional de ayuntamientos, en una elección de alcaldes. Lo peor de esta transgresión normativa, consiste en que la mayoría de los ciudadanos y políticos creen, a pie juntillas, que lo que eligieron fue a un individuo cuya función es gobernar su municipio. Relegado quedó el ayuntamiento, la forma legítima de constituir un gobierno comunitario, que consiste en una junta gubernativa y por ende un órgano colectivo encargado del gobierno. Reiteramos por enésima ocasión: el presidente municipal, solo es parte, importante, pero al final parte de ese concejo (como es un órgano encargado de gobernar, no de dar “consejos”, se escribe con “c”).

El CDE del PAN controla a los síndicos y regidores

Pero toda la clase política se siente muy cómoda gobernándonos de forma unipersonal, asumen como normal que esto suceda en los municipios. Si el presidente de la República ordena que un Congreso títere apruebe leyes sin “mover una coma”, y el gobernador del estado decida mantener ad infinitum a un fiscal ineficaz controlando un Congreso conformado por marionetas, no suena extraño que los ayuntamientos se dediquen a dar espectáculo de guiñoles para aprobar, en automático, las propuestas de su alcalde. Solo para eso sirven.

Y el primero en Guanajuato en entender así la política local es el Partido Acción Nacional (PAN). Lastimoso resulta releer los textos fundamentales que rigen una organización que se concibe no sustentada “en doctrina mínima sino de exigencias máximas” como lo afirmaba Efraín González Luna, verlo ahora convertido en tragicómico remedo del priísmo de los años 90´s.

El mecanismo que han decidido utilizar en el PAN es el comisariato político. Primero convocan a una reunión que han bautizado como “Cabildo Azul”, a todos sus miembros panistas. Allí el alcalde les informa lo que deberán votar, y si alguno amenaza con emitir sus votos en otro sentido, son coaccionados por los representantes del Comité Directivo Estatal del PAN y en ocasiones por algún delegado de la secretaría de gobierno del estado para que voten uniformemente. Una vez “planchada” la disidencia, la mayoría panista, durante la sesión del ayuntamiento, obviará cualquier discusión y mayoriteará a sus adversarios en automático. Así se cancelará el debate y se propiciará la autocracia. Esa ha sido la forma de sostener, por ejemplo, al impresentable alcalde de Guanajuato Capital.

También llama la atención una frase que va y viene en esos cónclaves azules, el reiterado clamor para que se “cuide la marca”, en referencia a la frase que, en una famosa entrevista, lanzó el gobernador Diego Sinhué Rodríguez. La traducción que ha realizado la trasnochada dirigencia estatal consiste en instigar al silencio y protección de los corruptos, para evitar escándalos. Eso es lo que entienden por “cuidar la marca”. Indignante llamado para convertir a los miembros del hache ayuntamiento, en cómplices.

Sepan que el camino genuino del PAN es otro. Es formar ciudadanos con el ejemplo. Conductas que se acrisolan en el ayuntamiento, a través de deliberaciones y debates entre opuestos. Esto nutre de democracia en el cabildo, lo dignifica, al tiempo que se construye confianza entre la ciudadanía; la proteína de la política. A su vez, el alcalde es limitado a cumplir con su mandato y a rendir cuentas frente a sus pares. Y es que esta figura, concentra mucho poder y es peligroso que vaya suelto por la vida, generando ocurrencias. Se trata de establecer contrapesos. Ya verificamos que cuando no los hay, se llega al absurdo de construir museos sin permisos, endeudar a todos los ciudadanos de una comuna o instalar juegos mecánicos frente a joyas arquitectónicas protegidas legalmente. Hay que frenar los gobiernos de caprichos y abusos.

El PAN debe permitir el voto libre y razonado. Los regidores y síndicos representan a los ciudadanos y esa es su función, que no puede verse constreñida para imponer agendas partidistas cuyos intereses pueden ser contradictorios con la generación del bien común en el seno del ayuntamiento.

En otros tiempos la maquinaria azul, logró mantener gobiernos complejos, con un ayuntamiento que debatía en libertad y sin cortapisas. Sería inconcebible que ahora se dedicaran a “cuidar la marca” permitiendo la impunidad. Sería aceptar el triunfo de la maldad y la cancelación de la democracia local. No debemos tolerarlo en ningún ayuntamiento, aunque la dirigencia panícola se enmuine.

PAN, cuidando la marca.

 

 

 

 

 

 

 

 

ECHAR AL MAL GOBIERNO

Carlos Arce Macías

Entre un gobierno que lo hace mal y un pueblo que lo consiente, hay una complicidad vergonzosa.

Víctor Hugo

Desde el cambio de gobierno federal en 2018, han menudeado los reclamos y críticas, a las trompicadas y desinformadas decisiones que han venido dándose a través de ya cuatro años de administración “transformadora”. La verdad es que muy pocos plantean como salir de esta realidad dañina y tóxica. Pensamos que es tiempo de empezar a proponer soluciones.

Sin rumbo

Lo primero es pensar que la crisis que padecemos no solo es producto de la última elección federal, sino que viene gestándose desde hace años. Especialmente con el gobierno de Enrique Peña Nieto, el cual dio muchos pasos rumbo al precipicio. Y fue la mala maña de negociar todo entre políticos sin pizca de ética, lo que nos condujo a una elección sin alternativas. La que resultaba menos peor, según treinta millones de mexicanos, resultó una pesadilla.

Pero el origen de todo está en nuestra clase política, torpe y depravada. Si no planteamos su substitución, México continuará hundiéndose. Por ello, hacia el 2024, hay que borrar de cualquier postulación a los impresentables de siempre. Por esos no hay que votar. Porque el riesgo de retornar al pasado, como solución del presente, siempre está ahí. Y aunque no lo crean puede salir peor el remedio que la enfermedad. Imaginen las malas condiciones en que quedará el país, para volver a dejarlo en manos de deshonestos y abusivos.

Los corruptos son oligarcas, no demócratas. Ha quedado claro en el caso de Rusia. Y la única solución pasa por promover la democracia como ruta de escape. No ha descubierto la humanidad otra alternativa. A las desviaciones autoritarias, se les encara replanteando el fortalecimiento de las libertades, comenzando por la de prensa, y todas aquellas que cimientan y fomentan la participación de la ciudadanía organizada, aceptando propuestas y escuchando con atención las críticas que se expresen.

La combinación de soberbia, llevada hasta el extremo de un narcisismo patológico desde el poder, desfigura los gobiernos locales, estatales y federal. No hay diferencias, porque detrás de ellos no hay compromisos democráticos. Jugamos al gobierno dictatorial en todos los ámbitos, aunque con diferentes matices y colores.

Pongamos atención, la apuesta democrática pasa por la densidad de las organizaciones ciudadanas, que en estos momentos son las substitutas de los casi inexistentes partidos políticos, poblados por incondicionales de su partidocracia, corruptos y torpes que no le sirven a la sociedad. Para mejorar se requiere una cohesión de organizaciones profusa, en contraste con las comunidades sujetas a redes de corrupción que las gobiernan. El empuje ciudadano es lo que mantendrá a flote la posibilidad de construir mejores gobiernos, en manos de buenas personas.

Para el 2024 es necesario arribar con un conglomerado importante de fuerzas cívicas, que pueda darle contenido a aquellos partidos que estén dispuestos a abrir sus candidaturas a nuevos personajes, distintos a la escoria que ahora campea en la política. Sin esta necesaria renovación de cuadros, el estado fallido será el futuro. Seguiremos produciendo políticos locos, entercados en hacer su santa voluntad.

Las redes sociales deben de ser un paso intermedio para la nueva organización política promotora de la democracia. Convertir simples chats en organizaciones activas, solo está a un paso: pactar un lugar al que puedan acudir los participantes, comenzando a verse a la cara y conformar agendas y programas específicos. Hay que desdigitalizar la acción para convertirla en diálogo directo entre ciudadanos libres. Ahí va a estar la fuerza.

Un ejemplo, en la ciudad de Guanajuato no existen desde hace tiempo los partidos políticos. Las organizaciones poco a poco han ido cobrando relevancia, especialmente ante la amenaza de un torpe desgobierno plagado de corrupción. La densidad de organizaciones, de observación, medio ambientalistas y de activismo cívico ha aumentado y consolidado su militancia. Esto frente a las oxidadas formaciones empresariales y de profesionistas, aliadas a intereses facinerosos, cómplices de las peores causas políticas.

Las oligarquías criminales tendrán que confrontarse contra una ciudadanía en insurgencia en 2024, más allá de denominaciones electorales. Esto habría que multiplicarlo a niveles estatales y federal. A cada abuso hay que interponerle la resistencia de personas comprometidas a mejorar su sociedad. Solo así saldremos del hoyo.

Quien ose pensar que la salida hacia una estructura social comprometida con el bien común se logrará sin tú participación, se equivoca. Debemos asumir no solo nuestros derechos, sin también nuestras responsabilidades cívicas. Hay que acrisolarnos en organizaciones ciudadanas, como poco a poco vamos haciéndolo en Guanajuato Capital. Sépanlo, por acá se han incendiado Alhóndigas, cuando es necesario. En 2024 vamos a echar fuera al mal gobierno.

Incendiando Alhóndigas

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

REPORTE DE GUERRA

Carlos Arce Macías

“Estamos en un punto de inflexión entre democracia y autocracia”

Joseph Biden

La primera guerra formal del siglo XXI estalló con la invasión de Rusia a Ucrania, con el fin de evitar su asimilación a occidente y el abandono de la influencia rusa. Los ucranianos quieren ser parte de Europa y ser democráticos, y no depender de Rusia y su autócrata en el poder. La reacción resultó brutal: la incursión del ejército ruso sobre su vecino sureño, utilizando todo su poder bélico.

Invadiendo al vecino

Pero el dictador, Vládimir Putin, se equivocó al creer que la “Madre Rusia” sería bienvenida por los ucranianos, que han estado unidos a ese país desde hace siglos. Pero no fue así. Lo que sucede es que se ha creado un nacionalismo en esa región, como resultado de la independencia producida a partir de la caída de la Unión Soviética. En 1991, toda la zona occidental del país, al rededor de diez millones de habitantes, comenzaron a compartir su interés por convertirse en parte de Europa. Ese fue el factor aglutinante del resto de los ucranianos que querían apostar por las libertades occidentales, emancipándose de la tutela rusa y su sistema dictatorial. La revuelta de 2014, llamada “Euromaidan”, perfiló la decisión de apostar por Europa (Netflix: “Winter on Fire”, documental).

Poco a poco fue socializándose la europeización, pero empezó a encontrar resistencias en la zona más oriental de Ucrania llamada Donbáss, especialmente en las ciudades de Donestk y Lugansk, las cuales aglutinan a cerca de siete millones de personas dedicadas a la industria del hierro y el acero. Ahí ha habido un movimiento separatista pro-ruso, apoyado por Putin, que llegó a declarar a estas provincias como República Popular de Donestk y Lugansk. En esa parte oriental de Ucrania, es donde se vive la más alta tensión con los rusos, los cuales pretenden anexionarse estos territorios.

Para lograr la adhesión, Putin decidió invadir a su vecino sureño, confiado que en pocos días conquistaría las principales ciudades ucranianas, incluida Kiev, su capital. Pero todo falló, cuando empezó a manifestarse una fuerte resistencia al ejército ruso en todos los nodos urbanos atacados. Las modernas tácticas bélicas se probaron en esta conflagración: la guerra multidominio y mosaico, ideadas desde el Pentágono para combatir eficazmente una teórica invasión del ejército ruso sobre Europa, se puso en marcha. Se trata de enfrentamientos limitados, preponderantemente ofensivos con municiones inteligentes, uso de drones de diversas características, sensores de campo y armas de corto alcance, pero de gran efectividad en tierra y aire. (Guerra Multidominio y Mosaico,Guillermo Pulido, Instituto de Investigación en Estudios Norteamericanos, Universidad de Alcalá de Henares, 2021).

Y luego vino el reto más formidable: conquistar ciudades, que es el mayor problema para los estrategas militares. Los tanques, principal arma de conquista territorial, pierden su efectividad al adentrarse en espacios reducidos y con posiciones de tiro elevadas. Los rusos lo saben bien, ellos mismos derrotaron así, a los nazis en Stalingrado, y luego fueron vencidos en Grozni, Chechenia. Y es que derruir edificios es construir barreras infranqueables y trincheras naturales. Un ejemplo: la toma de Berlín durante la Segunda Guerra costó ochenta mil muertos y 250,000 heridos, y requirió de un ejército soviético conformado por un millón y medio de soldados. Tomar ciudades es complicadísimo, la única solución práctica es borrarlas del mapa (Hiroshima y Nagasaki) o desaparecerlas, como lo hizo el emperador Tito con Jerusalén en el año 70, o la propia Rusia en Siria, devastando Alepo en 2016.

Daño a civiles y niños

Ahora, Putin sabe que tiene perdida la guerra en casi todo el territorio ucraniano, por eso se refugia en el Donbass, en donde las ciudades podrían estar a favor de Rusia, tornándose en un esfuerzo enorme su conquista por el ejército de Ucrania, al ser defendidas por las topas rusas y sus simpatizantes.

¿Cuál será el futuro de esta contienda? Es probable que el ejército ruso, una mole metálica de costosísimos tanques y vehículos blindados, deba sostener el asedio ucraniano durante mucho tiempo. El precio será incalculable para Rusia, en tanto Ucrania, contará con armas letales, muy baratas de nueva generación, que harán insostenible, en el tiempo, la invasión. Pero todo está por verse en esta peligrosa contienda, entre las democracias y el autoritarismo, que marcará nuestro futuro.

Armas de última generación

 

Invasión

 

 

 

 

 

 

 

EL PAN COMO PARTIDO SOVIÉTICO

Carlos Arce Macías

El Partido Comunista de la Unión Soviética (PCUS), fue fundado por Vladimir Lenin en 1912. A partir del triunfo de la revolución bolchevique, en 1917, la Unión Soviética se consolidó como el primer Estado socialista de la historia. Desde la estructura del PCUS se controlaron todos los órdenes de gobierno. Fue especialmente intolerante con cualquier oposición o crítica interna, y la disciplina vertical se implantó desde su Secretariado General. Los designios de Lenin, Stalin, Jrushchov y Brézhnev, entre otros, eran acatados sin chistar o parpadear. La plenitud de la autocracia se fraguó desde ese modelo, reivindicado, décadas después por el nuevo imitador de los vetustos dirigentes soviético: Vladimir Putin.

Autocracia

En México, el Partido Acción Nacional, fue fundado en 1939 por Manuel Gómez Morín y Efraín González Luna, conceptualizándolo como escuela de ciudadanía, independiente del poder (sic), defensor de la dignidad humana y comprometido con la política, no como oportunidad de dominio, sino como capacidad y obligación de servir al hombre y a su comunidad. Su reto, generar buenos gobiernos que procuren el bien común. Su método ha sido la vida democrática interna, mediante diálogo, debate y discusión, acrisolada en agrupamientos de ciudadanos organizados que participan en la vida pública de sus sociedades.

Hay que ser claros, el PAN naciente, contiene simientes anti socialistas, como respuesta a las políticas económica, energética y agraria del gobierno del general Lázaro Cárdenas, quién había llegado al colmo de integrar, en la Constitución, la obligación de impartir una educación socialista. La nueva propuesta que se interpuso fue el humanismo y la capacidad técnica, manifiesta en el magistral escrito de Gómez Morín de 1940 llamado “Manifiesto a la Nación. Réplica a Lázaro Cárdenas”, en donde despedaza una a una las ideas fundamentales de cardenismo marxista.

Es por estos antecedentes, que llama la atención que el panismo guanajuatense empiece a ceñirse a los dictados de un autócrata, como lo hacía el vetusto PCUS. ¿Cómo hemos llegado hasta aquí? ¿Qué se nos perdió en el camino?

Sencillo. El motivo del desastre ha sido el abandono de las prácticas democráticas internas y el deterioro en la formación de los militantes, que deciden despojarse de las virtudes cívicas, para abrazar, sin reticencias, el uso del poder para beneficios personales. Solo así puede explicarse la operación de los miembros del PAN, que afiliados al gobierno en turno, se transforman en operadores políticos, capaces de fraguar cualquier estrategia bochornosa, con tal de asegurar el empleo y escalar en la pirámide burocrática estatal.

Así se ha conformado un PAN sin alma, carente de fuego interno para luchar por causas justas e ideales. ¿Por qué los jóvenes no se acercan al PAN? Pues porque el PAN no inspira, no provoca, no excita a la aventura que significa la lucha contra la injusticia, el mal gobierno y la corrupción. Porque el PAN, ha dejado de ser parte de la solución social, para incrustarse como el motivo de muchos de los problemas. Hay que decirlo en secreto, para que nadie se entere: porque el PAN es el gobierno.

Lo dramático: este gobierno estatal decidió transformara Acción Nacional de instituto político a marca cuasi comercial. Deplorable visión y peor comportamiento.Ganar elecciones regalando calentadores y tinacos, implantando la dádiva para clientelizar al pueblo, arrebatándole su ciudadanía. Un PAN inspirado en un priísmo cardenista, muy parecido a Morena, con bases en la autocracia soviética. ¿No se dan cuenta?

Y para rematar, desde el gobierno del estado, han decidido establecer la censura interna contra aquellos que se atrevan a criticar su gestión. Por lo pronto han borrado de la memoria video gráfica del PAN municipalde León, la plática de Carlos Medina Plascencia con los panistas viejos del municipio, esos que recuerdan un PAN democrático. No quieren dejar escuchar su voz, les temen a sus denuncias. Lo quieren condenar al silencio. Dudo que puedan.

La próxima semana Medina tiene una cita con los jóvenes panistas, será un reto. Habrá que ver si se sostiene esa reunión, o la cancelan por temor a la palabra. El PCUS tenia dentro de su estructura el “Komsomol”, su organización juvenil. ¿Eso es lo que desean para el PAN guanajuatense? ¿Que los jóvenes aprendan que el que obedece al admirado líder, no se equivoca y solo él marca la línea? ¡Terrible!

Censurar críticos