Carlos Arce Macías
En este espacio hemos tratado de analizar los retos que plantea la contienda electoral de 2024, en la cual Guanajuato debe aportar muchos votos a la futura coalición multipartidaria, para poder vencer al populismo. Pero con preocupación vamos atestiguando como los tomadores de decisiones gubernamentales hacen exactamente lo contrario de lo que receta el sentido común. Resumiendo, podríamos decir que los gobiernícolas sacaron el manual de cómo hacer todo mal. ¿Quieren perder?

Miren, a la recomendación de construir un mecanismo partidario imparcial, que arbitrara una contienda panista interna que pudiera ser muy cerrada, se respondió con la continuidad en el cargo de uno de los más torpes presidentes estatales que haya tenido Acción Nacional, y que está ahí solo para recibir órdenes.
Al consejo para que el gobernador se declararse neutral respecto a candidaturas internas de su partido, reaccionó exactamente al revés; ejecutó el dedazo con total imprudencia y desconsideración a sus compañeros del partido, intentando imponer a una delfina, que se beneficia de todo el apoyo gubernamental.
Luego, para consolidar esa precandidatura ha instruido a todo el funcionariato gubernamental y partidista, a manifestar su respaldo incondicional a la candidata nominada, en una indigna “cargada” al más puro estilo del priato, que tanto condenó y combatió el PAN.
También se dieron tiempo para diseñar castigos para los rebeldes que no aceptan la consigna. Inspirados por los viejos valores y conscientes de sus derechos, hay panistas que han decidido participar como candidatos a puestos de elección popular sin el beneplácito del gobernador. De inmediato los amagan con cambiar el género de la próxima candidatura al gobierno del municipio de León. Así le estarían cerrando, a la actual alcaldesa, la posibilidad de reelección. ¡Qué tiemble!
Ante una posición crítica frente a las decisiones tomadas, el exgobernador Miguel Márquez también es acosado. Sabedores de su interés por lograr la candidatura a senador de la República por Guanajuato, anuncian la postulación, al mismo puesto, del socio consentido, el impresentable alcalde de Guanajuato Capital. Que Márquez le mida el agua a los camotes, porque están decididos a llegar a extremos insospechados.

Y sorpresivamente, en redes sociales se anuncia la postulación de Aldo Márquez, para ser el próximo candidato panista a la presidencia municipal de León. Ignoramos los méritos de tal personaje, solo conocido en los corrillos del panismo leonés y en los claustros del gobierno. En redes sociales luce como socialité en fiestas y reuniones organizadas por la alta burocracia azul. Muchas fotos para el Facebook.
Trágico, cuando era más necesario convocar a la unidad, deciden dividir al PAN. No hay tolerancia para los insubordinados. Paso a paso, se ha resuelto, desde la gubernatura y con la asistencia del consejero áulico del actual gobernador, una gama de acciones meditadas y coordinadas para infundir miedo a la tropa partidista que se desempeña en los gobierno locales de signo azul y en el estatal. Todos deben obedecer, el designio ha sido revelado, nadie se atreva a oponerse a la voluntad del Jefe, el destino está marcado. Los mecanismos de apoyos económicos han domesticado a las asociaciones empresariales y los diputados también tienen un indigno rol que jugar. En la cargada panista (¡Que feo suena!) hay lugar de sobra para los sumisos, listos y atentos a salir en las selfis que suba a Instagram la precandidata. Valiosísima participación.
¿No les agravia el trato? ¿Están a gusto despojándose de la dignidad que otorga la libertad para decidir? Las órdenes ni siquiera provienen de un liderazgo acreditado, sino de los sótanos donde se cocinan negocios inconfesables. Son los mismos que creyeron que en silencio, nadie se daría cuenta de como metieron la mano a la bolsa de los dineros públicos para prestar 230 millones de pesos a unos empresarios deportivos voraces. El asunto resulta tan extraño y trompicado que recuerda el famoso dicho que circula en la administración pública: En el gobierno, lo que no suena lógico, suena metálico. Exhortación: no obedezcan, mejor sean libres y decidan por sí mismos.