IMPACIENCIA IMPRUDENTE

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Carlos Arce Macías

Siempre a la zaga del presidente de la República, el gobernador de Guanajuato decide imitarlo. Si el ejecutivo federal destapa a sus candidatos para sustituirlo, el gobernador Diego Sinhué Rodríguez apura el paso para postular a sus favoritos, no obstante que provienen de dos organizaciones políticas diseñadas con trazos totalmente diferentes, en Guanajuato se asume la designación como la senda para nominar al próximo candidato a la gubernatura. Igual que lo hará Morena.

Para un proceso así, la política en esta entidad debería basarse en elecciones internas. Es vergonzoso que los guanajuatenses permitamos que un personaje nos imponga a un favorito. Así sucedió en 2018 y el resultado es un ejercicio gubernamental cargado de pifias. Deberíamos entender, que, si permitimos una vez más el funcionamiento de tan indigno modelo, en el mejor de los casos estaremos ante el advenimiento de un gobierno peor que el actual. Esto porque así sucede con las designaciones personales. Por eso se inventaron los procesos democráticos, para evitar la falla que ocasiona la dependencia de la voluntad individual para designar sucesores, que siempre resulta en un traspié.

Pero en esta compleja situación, hay un tema muy importante: la forma en que se está obligando competir a las mujeres frente a los candidatos de sexo masculino. Sabemos que en la empresa es 80% más difícil para una mujer llegar a un puesto directivo. Pues en la política, el gobernador les construye un obstáculo más complicado. Lo explico.

Mientras que el secretario repartidor de dinero y programas sociales ha sido enviado como el ungido, resulta que para dar buenos resultados y ser evaluado satisfactoriamente, solo debe de distribuir con ahínco vales y apoyos al por mayor. En tanto el secretario de salud deberá de seguir dando resultados luego de haber sorteado con relativo éxito la pandemia de COVID. Va en caballo de hacienda y no le resto méritos personales por su desempeño. En tanto el senador que también aspira a la gubernatura ya está en campaña. Solo debe asistir puntualmente a las sesiones senatoriales, para ser testigo de como sus compañeras de curul fabrican a diario una fiera oposición desde la Cámara Alta.

Secretario del reparto

Pero las candidatas mujeres tienen mucho más complicada su rendición de cuentas satisfactoria. La secretaria de gobierno, Libia Denisse García debe lidiar con los problemas políticos del estado y con el cavernoso tema de los desaparecidos. Por más voluntad que ponga en su duro cargo, siempre estará sujeta a todo tipo de eventualidades, su candidatura se juega todos los días. Y sus detractores lo saben, y conocen las cartas que pueden defenestrarla.

Por otra parte, Alejandra Gutiérrez y Lorena Alfaro, las dos presidentas municipales capaces de lograr la ansiada aspiración, deben de rendir frutos claros y concisos de su encargo. Para ellas la prueba es brutal. El gobierno municipal, hoy en día, es el reto más formidable para cualquier aspirante a dirigir una sociedad. En dos años y medio hay que entregar resultados de su gestión. Programas innovadores que contribuyan a la construcción de un gobierno moderno. Control mínimo de la violencia, con indicadores de mejora; obra pública bien priorizada y servicios públicos eficientes. Al tiempo que deben desempeñarse como precandidatas. La verdad es que se están estableciendo ventajas injustas a favor de sus competidores varones.

En desventaja frente a los candidatos masculinos

Y es que, al dar el balazo de salida con tanta anticipación, quienes llevan la delantera son los funcionarios masculinos, señalados por el dedo del gobernador. Ellos no necesitan tiempo para probar nada, mientras que a ellas se les escatima. Bajo presión las féminas deben redoblar el paso para poder ofrecer algunos frutos inmaduros de su gestión. ¿Pensó en ello Diego Sinhué? ¿No debería desandar el camino y permitir que la sana competencia, basada en los resultados que otorguen los atributos administrativos y de dirigencia política de los candidatos, se evalúen en los tiempos marcados por ley? De otra forma la competencia es desigual. Por lo pronto, al gobernador lo engulló una impaciencia imprudente, al ver al presidente desojar la margarita. Reflexionemos, en el 2022 ¿queremos gobernantes o candidatos?

El impaciente

 

 

 

 

 

 

 

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EL CANDIDATO, EL FISCAL Y LA 3 DE 3

Carlos Arce Macías

En estos días, el candidato de Morena a la alcaldía de León realizó una osada declaración, que dejó a muchos políticos pasmados. Espetó una contundente frase: negarse a presentar sus declaraciones “3 de 3”, porque “no dejaré información al alcance de Carlos Zamarripa, líder de la delincuencia organizada en Guanajuato”. Con ello logra dos efectos profundos: pone contra la pared al oficialismo panista y se hace harakiri. Quedamos ante una inusitada forma de incomodar a toda la fauna política guanajuatense.

Gobernar de frente al los ciudadanos

Las llamadas “3 de 3”, son una serie de declaraciones obligatorias para los funcionarios públicos, adoptadas por la legislación a consecuencia de una ardua lucha, iniciada por el escándalo de la “Casa Blanca” del corrupto expresidente Enrique Peña Nieto. A partir de 2015 la oposición, Transparencia Mexicana, el Instituto Mexicano para la Competitividad y la academia, se involucraron en una iniciativa que llevó al cambio de diversas leyes, para finalmente establecer el Sistema Nacional Anticorrupción (SNA). Como primer paso anticorrupción, se acordó que los funcionarios deben declarar sus bienes, sus relaciones de intereses familiares y de negocios, y el cumplimiento de obligaciones fiscales; todo bajo el principio de máxima publicidad.

Y resulta que señor Sheffield no las quiere presentar por miedo al Fiscal General del Estado, de quién depende el Fiscal Anticorrupción de Guanajuato. No debería temer. Nuestro Fiscal Anticorrupción no encuentra ni al sol en plena primavera. Guanajuato es, o la entidad más honesta del país, o la más impune en cuestión de corrupción. Toda la clase política se encuentra a salvo de ser mancillada ni con el pétalo de una rosa, en esta zona abajeña. Por cierto ¿alguien conoce a este gris e intrascendente personaje?

Pero lo que consigue el candidato morenista, es algo paradójico: si los candidatos panistas, no solo en León, sino en todo el estado, no presentan sus declaraciones “3 de 3”, inferimos que asumen el mismo recelo que Sheffield, al temer ser objeto de persecución y chantajes por el crimen organizado que supuestamente coordina el ineficiente Fiscal. ¡Vaya cosa!

Y aquí quedará atrapado, y me alegra, un pícaro como el candidato panista de Guanajuato Capital a la alcaldía, que debe de manifestar el monto de su patrimonio, incrementado en mucho, durante su nefasta gestión; así como su relación de interés, que dejará al descubierto los negocios de su esposa y suegro. Si no lo hace, se igualará a Ricardo Sheffield.

Incrementando el patrimonio

Pero en otro flanco, el hecho de que el candidato del presidente no presente su información, durante la campaña electoral, tiene consecuencias graves. La principal es que los votantes pensaran que algo encubre el morenista, por eso su negativa a compartir sus manifestaciones. Porque resulta poco creíble que un funcionario, ubicado en la cima del poder federal, tiemble ante Zamarripa. Huele a pretexto. Y más, si la candidata azul, logra contrastarse, reaccionando rápidamente, y presenta sus declaraciones “3 de 3”. Sería mortífero para ella, no compartir animosamente toda su información requerida. Así, al tener a la principal candidata del PAN, con su “3 de 3” en mano, no hay forma de que los demás candidatos azules se escapen de hacerlo… a no ser que tengan algo muuuuy gordo que ocultar.

Por su parte, la jugada arriesgada de Shefield disgustará a otros postulantes de su mismo partido. Si presentan sus manifestaciones, contravienen y descalifican al aspirante a alcalde para León, al interpretarse que ellos sí confían en el Fiscal, dejando solo a su colega leonés. Si no lo hacen, la incertidumbre sobre la integridad pública de muchos candidatos de Morena se fortalecerá. Estarían apostando por el silencio, la obscuridad y la discreción, que permite la corrupción. Negarles el voto debería ser la respuesta popular. Construyeron su laberinto.

Desconfianza y desesperanza

El Comité Ciudadano del Sistema Estatal Anticorrupción debe tomar posición al respecto. Las declaraciones “3 de 3”, no admiten excepciones. Son un instrumento trascendental para garantizar la integridad de los candidatos. La ciudadanía guanajuatense debe ser resguardada de tanta pillería, maquinada desde el poder. ¡Basta! Publiciten sus declaraciones.

NUESTROS CANDIDATOS, ¿LOS MERECEMOS?

Carlos Arce Macías

El filósofo francés Joseph de Meistre, ante la bataola provocada por las turbas durante la Revolución Francesa (1786), emitió la famosa sentencia: “Los pueblos tienen los gobiernos que merecen”. Hay que extraer la conseja del cajón de la historia, para preguntarnos si las postulaciones a cargos de elección popular que nos están recetando los partidos políticos, todos, responden a la convalidación de la famosa frase.

Joseph de Meistre

Deplorable debe de ser la condición existencial de los guanajuatenses y mexicanos, para ser maltratados de violenta manera, para endilgarnos la postulación a los cargos públicos que los diversos institutos políticos han anunciado. No hay consideración alguna hacia los ciudadanos; muy pocos candidatos pasan la prueba inicial, que sería un filtro ético, para corroborar, su honorabilidad y buena fama.

Y hay que decirlo sin rodeos, nos encontramos ante una clase política depredadora de los puestos públicos, que mantiene capturados la totalidad de las posiciones en disputa. Ni en la desesperación provocada por la emergencia nacional que estamos viviendo, acosados por una brutal epidemia, una violencia desbocada y una crisis económica fustigada por un gobierno nacional deplorable, los partidos políticos son capaces de ofrecer perfiles de nuevos personajes ciudadanos, que nos procuren la posibilidad de cambiar nuestro cruel entorno. 

Los partidos solo reciclan a su camarilla, manifestación del sistema de “cartelización” dentro del cual actúa nuestro sistema político. Las posiciones de gobierno son acaparadas siempre por los mismos. La democracia interna ha sido desterrada, hasta de la organización que la proclamaba como estandarte: Acción Nacional. Ahora se rige a punta de dedazos, negando su historia y ensombreciendo su conducta bajo el nubarrón de la incongruencia y la negación de sus principios de doctrina.

Los principios, por los suelos

Una señal clara de un partido cártel es su acendrada partidocracia. Porque este tipo de partidos, estudiados a partir de 1995 por los profesores Richard Katz y Peter Maier(“Democracy and the Cartelization of Political Parties”, Oxford Press), ha tomado carta de naturalización en México, en donde el fenómeno de la cartelización se da en diversos ámbitos, algunos muy lóbregos y tenebrosos.

Hay que asumirlo para entender el tiempo que vivimos: nuestros partidos no necesitan a los ciudadanos. Solo se bastan con su dirigencia y camarilla de leales escuderos, hambrientos de alguna migaja que les esparzan los amos. Y es que el diseño esta manufacturado para que cada institución tenga tal cantidad de dinero a través de subvenciones públicas y de recursos ilegales tolerados mediante el “Pacto de Impunidad”, que se dedican a hacer costosísimas campañas electorales en donde los ingredientes primordiales son la compra de voto y la clientelización de los ciudadanos más vulnerables.

Eso explica que no les interese la participación de los electores libres. Mientras menos participen, menos votos se necesitan comprar para ganar una elección… y más dinero acabará en las alforjas particulares de los políticos. No piensan en convencer con ideas y propuestas, esas son antiguallas. Dinero contante y sonante para ofrecer a los pobres, quinientos pesitos por su voto, laminas, calentadores solares, cemento, despensas, o una beca para el abuelito o el nini. Indignos todos.

Comprando el voto, desterrando la libertad de los ciudadanos

Y para ilustrar como se materializan estos infaustos fenómenos, pronto escribiré sobre un ejemplo real, relativo a uno de los politicastros más impresentables de la región, cuyo partido no le vio inconveniente alguno para lanzarlo como candidato, no obstante el caudal de agresiones, estafas y desgobierno que haya provocado con su actuación deshonesta, ya convertida en leyenda local.

Pero nuestros partidos continúan en lo mismo, arrojando bazofia. Parecen pensar que nos la merecemos, cuando lo único que exigimos es la construcción de buenos gobiernos, que produzcan buenas policías, acomedidos servicios de emergencia y un plan de reactivación económica medianamente factible. Por lo pronto, la mayoría de los candidatos, no los que merecemos y necesitamos, no nos sirven para gobernarnos bien.

No los merecemos.