LEGISLATURAS EN CONFLICTO

Carlos Arce Macías

Para los que fueron verdaderos diputados de la oposición.

Las elecciones de medio termino, plantean la necesidad de acotar el poder a aquellos que lo han ejercido bajo la servidumbre incondicional al presidente de la República, provocando así una profunda herida en el funcionamiento del sistema de contrapesos, propio de una república.

Un presidente locuaz, inepto y con serios trastornos de personalidad, intenta sojuzgar al Poder Judicial, y durante tres años ha tenido bajo su designio a la Cámara de Diputados Federal. Urge poner fin a tan temeraria condición, que solo presagia malos resultados para todos.

La cuestión se centra en la formación de un grupo de oposición, cuyos candidatos, han sido designados a dedo por sus partidos, sin mediar procesos electivos internos. Se intenta fortalecer la vida democrática desde una metodología a todas luces autoritaria. Una contradicción obvia, para lograr lo que se busca.

Recurramos a la experiencia para para evaluar las condiciones que puede asumir la oposición que pretende retar al presidente. Analicemos dos legislaturas, cuya naturaleza y conducta desplegada resulta contrastante. Veamos.

LVII Legislatura Federal. Ha sido calificada como histórica. Activa de 1997 al 2000, se le ha bautizado como la “Legislatura de la Transición”, ya que sobre sus hombros recayó la gestión de la pérdida de mayoría absoluta, con que el PRI siempre había contado en la Cámara de Diputados. Un hecho a destacar es la templanza y frugalidad que siempre mostraron las fracciones oposicionistas al régimen priísta. En general, los votos del PAN, PRD y Verde se mantuvieron firmes para sostener la mayoría necesaria para doblar al partido oficial y negociar cambios legislativos y presupuestales profundos, como la autonomía del Banco de México y el fortalecimiento de los municipios. Salvo la trágica experiencia producida por la traición de un diputado que se escondió en un baño para no votar, propiciando el triunfo del PRI en un presupuesto, todos los demás sufrieron cambios radicales, producto de complejos consensos. Su actuación se parece mucho a lo que se intenta realizaren la próxima LXV Legislatura. Conducida la oposición por Carlos Medina Plascencia y Porfirio Muñoz Ledo, el oficialismo perdió el control cameral, inaugurando un largo periodo de negociación entre las diversas fuerzas parlamentarias.

Se acabó el mayoriteo

LXII Legislatura Federal. Mejor conocida como “La Legislatura del Moche y del Escandalo”. De 2012 a 2015, fuimos testigos de la captura de gran parte de los liderazgos de oposición por el oficialismo. Seducidos por las posibilidades de “bajar recursos para sus distritos”, las burbujas de esta diputación convirtieron el deber parlamentario en zahúrda (pork barrel se denomina a este fenómeno). Rápidamente, el viejo priísmo disfrazado de “Nuevo PRI”, conducido por Manlio Fabio Beltrones, atrapó en sus redes a los principales liderazgos oposicionistas, colmándolos de atenciones, privilegios y lujos. Fue la legislatura de la partidocracia, donde muchos llegaron a su curul mediante la designación interna, realizada por una camarilla. La corrupción fue rampante. Cada diputado podía acceder a sumas millonarias, que se incrementaban anualmente con la finalidad de que dispusieran de estos dineros a su contentillo. Así, con descaro, se compraba el voto oposicionista para convertirlos en dóciles legisladores dispuestos a aprobar, sin chistar, los presupuestos de Peña Nieto. Hubo, eso si, excepciones muy meritorias de diputados que no entraron al entorno de corrupción y resistieron estoicamente las tentaciones; pero muchos participaron en la fiesta de la deshonestidad, por acción u omisión, y deben quedar marcados ante los ciudadanos. Con las alforjas llenas de las ganancias obtenidas con los fondos gestionados, los moches y el tráfico de influencias, algunos continuaron una carrera política exitosa, bajo la protección del “Pacto de Impunidad”, que los ha guarecido de cualquier investigación seria… hasta ahora.

Amigos y socios

La paradoja que enfrentamos en esta ocasión es que gran parte de las candidaturas oposicionistas, vuelven a ser reencarnadas por candidatos cercanos a la LXII Legislatura, cuando se requieren perfiles resistentes a la tentación pecuniaria y a la amenaza penal, por conductas ilegales (colas largas). Se debería haber buscado gente joven, con perfiles de genuinos opositores, parecidos a los que conformaron a la LVII Legislatura, que resistieron y vencieron al autoritarismo priísta.

Si se conforma una nueva legislatura como remedo de la LXII, estamos fritos.

Nota: Apunto los nombres de algunos conspicuos guanajuatenses de la LXII Legislatura: Diego Sinhué Rodríguez, Luis Alberto Villarreal, Ricardo Villarreal y Juan Carlos Muñoz. Juzgue usted su desempeño.

Oposición férrea y fin de la mayoría automática
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INGENUIDAD

Carlos Arce Macías

Muchos de los detractores del actual gobierno, plantean una ecuación simplona e ingenua, sin hacer una reflexión profunda, sobre la forma de hacer política que impera en nuestro país, mediante un sistema de partidos profundamente deteriorado, y al mando de personajes de muy dudosa calidad ética.

La propuesta se plantea así: si quieres detener al actual presidente con todas sus ocurrencias y barrabasadas, vota por cualquier partido que no se Morena. Con esta fórmula lineal, será suficiente para dislocar el paso acelerado hacia la Cuarta Tiranía (La primera fue Santa Anna, la segunda Don Porfirio y la tercera Victoriano Huerta).

Y vemos con preocupación la aceptación del enunciado en nuestro entorno, sin analizar las complejidades y retos que significa la conformación de un bloque opositor en la Cámara de Diputados. Intentaré expresar algunos matices, que ya advertía la analista Ana María Salazar en un reciente editorial de El Financiero.

Ana María Salazar

Luego de verificar la forma de operación del actual gobierno, no existe ninguna certeza de que el ejecutivo federal acepte las reglas que le pretenda imponer una nueva mayoría. Seguramente se resistiría, incluso por vía de hechos, a ser acotado por sus adversarios. Los caminos institucionales le son ajenos.

Pero una cuestión que no ha sido puntualmente observada es que Movimiento Ciudadano, no va en el conjunto opositor que plantean PAN, PRI y PRD. De tal forma, habilitado por su juego independiente y solitario, la organización de Dante Delgado pudiera convertirse en el fiel de la balanza y cobrar altos dividendos por reventar a la coalición opositora, apoyando algunas propuestas trascendentes para Morena. El intercambio se puede plantear, por ejemplo, por apoyos para Jalisco y buen trato para diversos funcionarios naranjas y contratos a recomendados. Dante Delgado ha sacado a la venta su franquicia, y como lo constatamos en Guanajuato Capital, es capaz de tostonearla al más impresentable político que le ofrezca algunos euros (Moneda oficial de Andorra, capital de lavado de dinero en Europa).

Existe pues, una fisura muy peligrosa en la composición de un bloque opositor que pudiera enfrentar con valentía y decisión las locuras y bravuconadas matutinas del presidente. Dante no es un opositor, sino un oportunista que analiza condiciones para obtener réditos. Incluso ahora, pepena escoria en la capital guanajuatense.

Pepena

Pero, si esto no fuera suficiente, la construcción de una organización cameral opositora enfrenta retos más difíciles. Me refiero a la calidad de los candidatos de la verdadera oposición que están asignados a pelear una curul federal. No obstante la presión ejercida por organizaciones ciudadanas y empresariales, para que los partidos abrieran sus candidaturas a nuevos perfiles, todo quedó en promesas incumplidas. La partidocracia opero como relojito, y encumbró a sus camarillas de incondicionales en esos puestos.

Muchos de estos personajes, son viejos conocidos del ámbito legislativo y no son confiables. Y es porque les gusta mucho el dinero, y seguramente sus aspiraciones más sentidas, enfatizarán la reedición del fondo de participaciones del ramo 33 y el restablecimiento de bolsas presupuestarias para “bajar fondos” a los municipios. Aquí en Guanajuato vivimos directamente el numerito de los moches en Celaya (el más escandaloso), pero estaban involucrados muchos más municipios en la operación conjunta con constructoras de Sonora. Este grupo de políticos-legisladores, lo que desean son negocios, no ser oposición. Son sinvergüenzas y no se van a jugar el pellejo, los comprarán con migajas.

Pero si esto no fuera suficiente, la cosa se pone peor al analizar las biografías de muchos protegidos de gobernadores y dirigentes partidarios. La cola de roedores que poseen es tan larga, que será muy sencillo doblar sus ánimos oposicionistas, si lo intentan, denunciando sus abusos del pasado, y llevándolos ante la justicia, aunque medie el fuero. Ese tipo de opositores, son de azúcar. De un bocado serán engullidos.

Oposición derrotada

Así pues, dejo para la reflexión: construir una verdadera oposición requiere de políticos de temple, de los cuales su característica primigenia sea la honestidad. Sin estas condiciones primarias, la argamasa será de una fragilidad tal, que se derrumbará al primer empujón. Hay que votar para tener diputados honestos, no experimentados caza fortunas políticos, que se pisan su larga cola. Eso no funcionará, será peor, no sean ingenuos.

PARTIDOS POLÍTICOS Y REDES DE CORRUPCIÓN

Carlos Arce Macías

Una de las revelaciones que nos ha aportado el gobernador Javier Corral mediante el caso de César Duarte en Chihuahua, ha sido la manifestación de la corrupción, a partir de una organización en red. No se trata como el común de las personas piensan, de conductas antisociales aisladas, donde individualmente, empleados o funcionarios desleales, expolian presupuestos públicos. No, no es así.

La corrupción es un sistema bien estructurado, aceitado, con múltiples derivaciones, que requiere la comisión de varios delitos, y que termina con el lavado de dinero, a fin de blanquear sumas muy considerables del dinero público pillado por la organización. Claro, siempre hay cabecillas, que se encuentran guiando la comisión del serial de irregularidades y violaciones que se necesitan cometer, para que opere adecuadamente la red.

Así sucede con las actividades ilícitas que se ejecutan en los gobiernos municipales, estatales y federal. Pero también alcanzan otros ámbitos del entorno público, como son los partidos políticos. Estas organizaciones han sido parte esencial de la corrupción que ha colonizado a los gobiernos, y sufren el mismo proceso de expoliación, que las administraciones públicas. Hagamos un repaso.

De la misma manera en que una red de corrupción se incrusta en un gobierno y lo convierte en una víctima a la que se le extrae recursos constantemente, los partidos son instrumentos claves para implementar la red, controlando el acceso al poder, garantizando de esa manera a los corruptos, los cargos públicos y de representación que se necesiten para ser eficaces. Por ejemplo, controlar las auditorias de los congresos es muy importante para no propiciar amenazas sobre la operación extractiva de la red. Los diputados incondicionales, serán los miembros de la comisión encargada del análisis de las cuentas públicas. En el caso de los ayuntamientos, tendremos ahí a los síndicos y regidores que están integrados al sistema corruptivo.

Pero paradójicamente, las propias organizaciones partidistas, son las primeras víctimas de este agresivo cáncer social, siendo rápidamente capturadas por las bandas de depredadores políticos. La presa es apetitosa. Los partidos reciben en México, cantidades inmensas de dinero, que los colocan, por ingresos, en las mismas coordenadas que muchas de las grandes empresas del país, pero con una diferencia, las finanzas internas pueden ser utilizadas con gran discrecionalidad desde los puestos de mando partidario. Un botín suculento para un grupo de vividores de las arcas públicas.

Los partidos recibirán casi 5000 millones de pesos para 2019. A cada uno le serán entregados cientos de millones de pesos. Pero sus bancadas federales también obtendrán una millonada. Para tener una idea, la LXIII Legislatura de diputados recibió, aparte de sueldos, por concepto de “subvenciones”, 3500 millones de pesos. La coordinación de cada grupo parlamentario manejó con total discrecionalidad la distribución de esa millonaria partida. Luego tenemos al Senado con cantidades muy importantes, más las aportaciones estatales a los partidos, que varían dependiendo de cada entidad. Total, un montón de dinero, susceptible de ser privatizado.

Si a estas particularidades le agregamos la negociación por la aprobación de leyes, tanto a nivel estatal como federal, o bien reglamentos municipales, los negocios por autorizaciones y permisos, el tráfico de influencias y los sobornos, advierto que nos encontramos ante la presencia de un anchuroso sistema de redes de corrupción.

Una cosa importante: los políticos honestos, también tienen un papel importante en el sistema. Sirven de cobertura. Dan un halo de virtud y siembran un poco de confianza en los ciudadanos. Lo importante es que sean sumisos y se adapten al rol asignado. No nos sorprenda entonces ver allí, a algunos perfiles de políticos que alcanzan a conservar buena fama, estos son imprescindibles para camuflar las operaciones expoliatorias de la red. Se les siembra estratégicamente, se les conserva y se les da exposición mediática. Pero al final, solo son una careta, que mal cubre el desfigurado rostro de la corrupción rampante que acosa a los partidos.

Debemos tomar consciencia de esta cruda realidad, y del modus operandi del tejido corrupto dentro de los partidos políticos. Solo así podemos entender las fuertes y duras luchas internas, que importantes agrupamientos de militantes, cansados de tanto escarnio, han iniciado con motivo de las disputas internas por la dirigencia partidista, como es el caso del PAN. La denuncia reiterada de la corrupción y la reivindicación de los ideales y principios, no son gratuitos. Son el antídoto del pragmatismo, forma de hacer política, que ha permitido toda clase de negociaciones, así como la rendición de los principios que norman a la organización.

No por nada, lo que más incomoda a estas redes profesionales de la extracción ilegal de rentas desde los presupuestos públicos, son los miembros rebeldes que actúan dentro de los partidos. Más, si son estridentes e irreverentes y denuncian la comparsa de dirigentes y militantes entregados a los malos manejos y al enriquecimiento individual. Hay que sostener el grito sonoro. Que cale y duela para que los ciudadanos se abstengan de votar por corruptos.

Finalmente, en estas semanas, en las que los panistas deberán elegir nueva dirigencia, será importante que militantes y ciudadanía tomen nota de cómo funciona la operación de redes de corrupción dentro de los partidos políticos. Servirá para definir el voto y saber, al final de la contienda, si la red fue por fin derrotada. Estén atentos.

HUACHICOL, SEGURIDAD INTERNA Y FISCALÍA

Carlos Arce Macías

Como catarata se han venido los temas de interés, en este cierre de año. Durante la presente semana se agolparon importantes cuestiones que reclaman atención. Intentaremos un rápido acercamiento a cada una de ellas.

HUACHICOL.- Es sabido que el crimen organizado ha encontrado en el robo de gasolina, desde los ductos de PEMEX, el producto más rentable, incluso, que el tráfico y distribución de droga. De esa forma, la gasolina robada impacta de manera directa en el baño de sangre que sufre el país, especialmente Guanajuato, en dónde converge un nodo de distribución importante desde la refinería de Salamanca.

PEMEX y autoridades participan en el crimen organizado, de ahí que su calificativo de “organizado”, presupone el contubernio con autoridades. Se trata de la operación de un gran negocio negro, en el que participan personal de la empresa, huachicoleros y gasolineros. Estos últimos, logran enormes ganancias indebidas, al comercializar gasolina robada, que adquieren al 50% del costo y venden al precio general. Resultado: negocio redondo.

El involucramiento de los empresarios ha quedado a la vista, a manera de ejemplo, para enviar un mensaje al gremio, de que ha sido detectada su complicidad con los huachicoleros, y que deben detener su participación o atenerse a las consecuencias.

La estrategia más efectiva para acabar de forma contundente con el desgarriate, es la conformación de un mercado de hidrocaburos funcional, en el que la competencia, inhiba las malas prácticas generadas en el sector. Sin embargo se empiezan a detectar maniobras para evitar dicha competencia, desde el propio PEMEX, discriminando el suministro de gasolinas a las nuevas empresas entrantes al mercado, que han decidido a actuar de manera leal con los consumidores. Por lo pronto, desde la terminal de abastecimiento de Irapuato, se privilegia a las estaciones de servicio que aún detentan la franquicia PEMEX, en detrimento de las gasolineras de grupos empresariales distintos a la corporación estatal, obligándolos a suspender el servicio temporalmente, por causa de desabasto de gasolina, premeditado y doloso.

El combate a la huachicoleada fracasará, si las autoridades no obligan a PEMEX, a cumplir los términos de la reforma energética, con el fin de construir un mercado eficiente de gasolinas, en beneficio de los ciudadanos. ¡Cuidado!

SEGURIDAD INTERNA.- La presión gobernamental para aprobar las incursiones del ejército en las calles en labores que no le corresponden, estalló en los últimos días, forzando la aprobación, en la Cámara de Diputados, de la nueva Ley de Seguridad Interior.

La iniciativa, que pasará al Senado, presenta gravísimas deficiencias y contraviene derechos humanos. En el centro del debate, está la habilitación de las fuerzas armadas, para realizar una función para la cual no están preparadas: la seguridad. El encargo del ejercito es la defensa del país, frente a potenciales agresiones externas. Los soldados están entrenados para guerrear y matar enemigos, no para cuidar a los ciudadanos del crimen. Esa acción corresponde a las policías.

Por eso vuelvo a recordar la sentencia del jurisconsulto Ponciano Arriaga, constituyente en 1857: “Cuidar de la paz y seguridad pública, administrar la justicia y la hacienda, reprimir los crímenes y delitos, en fin, gobernar la sociedad, son atribuciones  de la autoridad que obra en nombre de la ley; la ley es expresión de la voluntad popular y los funcionarios militares nada tienen que hacer, por sí y ante sí, si  no son requeridos, mandados o autorizados por las potestades civiles en todos los negocios que no tengan  íntima y directa conexión con la disciplina de obediencia que es su primitiva ley”.

Mala idea, dotar de condiciones de discrecionalidad al Ejército y a la Marina, para realizar actividades propias de los civiles, la historia documenta el peligro de ubicar a los militares, tan cerca del poder político. Eso no es bueno ni correcto.

Quizás por ello, la mayoría de los diputados federales de Guanajuato, se abstuvieron de votar a favor la perniciosa iniciativa; pero también revelaron la influencia sobre ellos del gobernador del estado, que seguramente envió línea para no votar en contra del proyecto, y así parar la intentona militarizante. Insisto: queda a la vista la sumisión de los representantes populares, que deberían velar, antes que nada,  por los intereses de los ciudadanos, que por respaldar incondicionalmente la línea dictada desde el Ejecutivo estatal. Desnudemos la cuestión: diputados medrosos, sin fuerza propia, que dependen de la designación interna de los partidos, que rompe la dependencia con las bases militantes. A los electores se les prefiere repartir cachuchas, gallinas, tinacos y láminas, a garantizarles buenas leyes. Así estamos.

FISCALÍA ANTICORRUPCIÓN.- Y hablando de diputados, pasemos a los agobios de nuestros representantes estatales, metidos en un callejón sin salida, por haber fallado en el diseño de una ley fundamental para combatir de manera eficiente y eficaz la corrupción galopante, que coloniza nuestra sociedad.

La reelección hay que ponerla por delante. Se equivocaron, y permitieron el tránsito por el Legislativo, de una mala ley que acota el espacio de elegibilidad para los candidatos a ser fiscales anticorrupción. Solo los funcionarios que se han desempeñado como subprocuradores o ministerios públicos, fraguados dentro de la Procuraduría de Justicia del Estado y bajo la influencia del “Señor Procurador”, son elegibles para el cargo. Así lo determina la ley.

Bajo la nueva legislación aprobada, se torna imposible, el buen funcionamiento del Sistema Estatal Anticorrupción. Los diputados armaron su propia jaula, se metieron en ella, pusieron el candado y están a punto de arrojar la llave fuera de su alcance. Necesitan patear el tablero, ser disruptivos, reconocer a plenitud su equivocación y convertir con ello, en improcesable políticamente el nombramiento del próximo fiscal.

Iniciar una reforma exprés, que modifique las condiciones actuales de elegibilidad, se hace urgente, para evitar pagar, a través de la negativa a su reelección, los costos de sus errores legislativos. Es el precio de la falta de concentración en los temas que son de su ámbito, y en lugar de ello, estar enfocados a la gestoría de obras, construcción de canchas deportivas, giras con el gobernador para inauguraciones y descuentos de casetas de peaje. A quedar bien con el Ejecutivo, pues, en lugar de convertirse en el filtro, que garantice la calidad de la legislación, como lo mandata el sistema republicano.  Ese es el problema, conste que se los advertimos a tiempo.

@carce55

PAN: la clave está en los MOCHES

Carlos Arce Macías

En México constatamos que cada día, hay menos políticos y más delincuentes organizados dentro del poder. Basta una ojeada a las principales notas de los periódicos nacionales, para informarnos de las carretadas de fraudes, desvíos de fondos, expoliación de recursos y prevaricación, que desde los distintos niveles gubernamentales se llevan a cabo.

Luego de los escandalosos casos de varios gobernadores, el tema más paradigmático, se da en el Congreso Federal. Ambas cámaras ya han aprobado una Ley de Ingresos para 2017, mañosamente inflada, a fin de poder disponer de 37,000 millones de pesos para repartirlo entre los grupos parlamentarios. En sus cuentas aparece la distribución de 20 millones de pesos por diputado.

El pretexto resulta insostenible: el cumplimiento de promesas de campaña de cada legislador. En sencilla traducción, el método consiste en postularse, hacer campaña prometiendo ocurrencias ajenas a su función (canchas deportivas, caminos, escuelas, plazas, centros sociales, presas, etc.), al fin que ya apoltronados en su curul, contarán con varias decenas de millones de pesos por año, para cumplir con sus electores.

Así, con gran descaro, se tergiversa la elección de representantes y se apalea la democracia. Los poco educados electores, votarán por quién más prometa, y no por el candidato más apto para representarlos en la compleja función legislativa. Bajo esta dinámica, el candidato más irresponsable, se impondrá en la contienda; y con ello el objetivo primario de su desempeño, no será el análisis de las leyes que se propongan, ni la rendición de cuentas de los otros poderes, sino la negociación de su voto por una tajada cada vez más substanciosa del presupuesto.

Ya con la mesa servida y con el voto aprobatorio comprometido por unas migajas presupuestales, la representación popular se liquida, en aras de una dotación de dinero para repartir a voluntad, y sin control alguno. Se sabe de las instrucciones directa en el interior de la SHCP, de no perturbar el desempeño distributivo de los legisladores. Al fin, salen baratos.

Y lo que evidencia todo este perverso trance, es la calaña de gran parte de los diputados electos. Todos, con excepción de los de Morena, están felices ante la inminente creación del popularmente llamado “fondo para los moches”. Y en tanto los lopezobradoristas son congruentes, el PAN, el llamado partido de la gente decente, salvo algunas excepciones como la del senador Ernesto Cordero, apoya entusiasmado el fondo de reparto.

Los panistas ven venir la tormenta y se quedan impávidos. No obstante la paliza sufrida esta semana por su dirigente nacional, con revelaciones que ponen en duda su honestidad y el origen claro de su fortuna; parece no caerles el veinte de que la decisión de restablecer el “fondo para moches”, acabará con los restos de prestigio y decencia que le podrían quedarle. En tanto el priísmo sonríe.

Tampoco toman nota de que los ojos de las organizaciones civiles, estarán enfocados sobre el manejo de los dineros del infame fondo, y su probable utilización para la precampaña presidencial de su dirigente nacional. El PAN está metido en un enredo, sobre todo si a esto sumamos el antecedente de opacidad y nula rendición de cuentas, de la bancada albiazul de la LXII legislatura, cuando el actual dirigente era su coordinador. El panorama se oscurece aún más.

Por eso, ante tal embrollo, la Comisión Anticorrupción del PAN, debe de iniciar, cuanto antes, la investigación del sonadísimo caso de los moches, que finalmente, ha sido el que más a afectado la imagen de Acción Nacional ante la ciudadanía. La Comisión, debe de llamar a cuentas a los involucrados y expulsar a los culpables. Ahí están las grabaciones que exponen el modus operandi. ¿Qué más necesitan?

Sabemos del condicionamiento a muchos alcaldes, por parte de diputados, para “bajarles” recursos a cambio de substanciosas comisiones, o contrataciones amañadas de constructoras dispuestas a compartir utilidades con los propios legisladores promoventes. Esta corrupción descarada debe de exponerse y castigarse.

Solo si el PAN investiga satisfactoriamente el caso, y ofrece a la ciudadanía y a la Procuraduría, los datos de sus investigaciones internas, para que los culpables sean indiciados; este instituto político podrá plantear a los mexicanos la conveniencia de darle su voto, para que regrese a Los Pinos. La próxima elección presidencial basculará sobre la disposición de partidos y candidatos para combatir la corrupción. ¿Se atreverá el PAN?

Twitter: @carce55

Artículo publicado en AM LEÓN, el 6 de noviembre de 2016