¿POR QUÉ NO SE VAN?

Carlos Arce Macías

Semana aciaga para los guanajuatenses. Nos atiborramos de malas noticias. La violencia continúa imparable, ahora se expresa también con el descubrimiento de tétricas fosas en Salvatierra y Cortázar, con cerca de 100 cadáveres. Las irregularidades en compras públicas menudean. Adquisiciones amañadas de computadoras y de placas para automóviles. Violaciones flagrantes, a la vera del Congreso estatal de una zona de preservación ecológica para beneficio del suegro del alcalde capitalino… en fin, no paramos.

Muchos muertos…

Pero en contraste, Guanajuato se significa por ser un estado con nula corrupción. La aspiración ilusoria del jefe del ejecutivo federal, aquí se ha hecho realidad. Si no, solo consulte con el fiscal anticorrupción del estado. ¿Sabe cuántos corruptos hay en las cárceles guanajuatenses? ¡Cero! ¡Albricias! En esta noble entidad, hemos erradicado de tajo cualquier deshonestidad de políticos y funcionarios. Puras blancas palomas. Hemos construido el paraíso de la incorruptibilidad.

¿Qué sucede entonces? Algo pasa ante la obviedad de la incongruencia. Una avalancha de hechos terroríficos y trágicos, frente a un panorama jurídico y de persecución del delito, hueco e ineficaz. La gravedad de esta circunstancia nos debe de llamar la atención. Expliquémosla. 

Todo tiene un mismo origen: detentar el poder. La clase política, más allá de cualquier color, debe de continuar prevaleciendo en los cargos públicos a cualquier precio, repito: a cualquier precio. 

A partir del año 2000, el sistema electoral cambió. De la simulación de votos (falsificación de actas e introducción de votos falsos en las urnas), transitamos a la obtención de votos directamente de los ciudadanos. En un ambiente democrático, sería por medio del convencimiento, evaluando la pertinencia de las candidaturas, los programas y propuestas. Pero todo se desvirtuó. La compra de voto a los grupos más vulnerables de la sociedad, nos condujo de la virtud cívica del sufragio, a la perversidad de la compra venta inmoral de votos y la degradación de los ciudadanos, los cuales pierden dignidad. La pobreza no justifica este hecho, hay que decirlo con todas sus letras.Quienes lo hacen y lo propician deberían de estar tras las rejas.

Compra de voto impune

Al poder comprar el voto en las narices de los reguladores de las elecciones: INE, IEG, Fiscalía Especializada en Delitos Electorales, etc., todo el panorama político se trastoca. Las campaña se vuelven carísimas, a tal grado que solo unos cuantos tienen acceso a la participación política, lesionando derechos fundamentales de los que quedan fuera por no contar con sumas millonarias de efectivo. Esto hace que para poder participar, solo lo hagan quienes posean cantidades inmensas de dinero, ya que, o son ciudadanos multimillonarios que pueden darse ese lujo, o bien funcionarios que ocupan posiciones destacadas en la administración pública, y que extraen dinero de los presupuestos públicos mediante contratos simulados, sobreprecios pactados para obtener moches y empresas fantasmas para desviar recursos presupuestales. Es más, las candidaturas, en los partidos se deciden por los fondos que garanticen los precandidatos para captar sufragios vendidos, no por sus capacidades y talentos. Mucho dinero habrá de distribuirse el día de las elecciones. ¡A comprar votos por montón!

Una vez verificado este vergonzoso hecho, es necesario contar con la cobertura de la institución encargada de perseguir estos delitos, que son los mismos que combaten los crímenes violentos . Quienes tienen pactos inconfesables para brindar ese escudo de impunidad, deben de ser ratificados y asegurados en el puesto. De ello depende que exfuncionarios de alto nivel, no acaben con sus huesos en la cárcel.

¿Cuántos corruptos hay en la cárcel en Guanajuato?

Por eso no es de extrañar que todo siga igual en Guanajuato. Los asesinos no son sometidos, las fosas clandestinas aparecen, los funcionarios desleales permanecen impunes y los políticos que se sostienen bajo este sistema, siguen mandando. Por eso no se van… mientras toleremos la compra de votos y no reduzcamos el costo de las campañas electorales. Sencillo.

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GUANAJUATO, EL REGRESO DE EL SANTO

Carlos Arce Macías

Es indiscutible que el súper héroe mexicano por excelencia es El Santo, el cual posee el reconocimiento de los guanajuatenses, desde que en 1970 acudió a la ciudad a rescatarnos de las malévolas momias que asolaban la ciudad colonial. Con gran eficacia, y bajo el lente de Enrique Wallace y la dirección de Federico Curiel, quedó evidencia para la posteridad, de los fieros combates entre luchadores y los cuerpos áridos producidos en el panteón de Santa Paula. A los 15 años y desde el balcón de la casa de la plazuela del Baratillo, en donde vivían mis tías abuelas, fui testigo de una de las aguerridas peleas, que se desarrolló en ese sitio. El Enmascarado de Plata, salvó a mi pueblo del mortífero ataque de los seres de ultratumba.

Pelea en la Plazuela del Baratillo

Pero ahora, ante las terribles amenazas que vive nuestra entidad, requerimos nuevamente la intervención inmediata de nuestro héroe autóctono. ¡Ya si no! Las calamidades que caen sobre los indefensos pobladores de estos lares, son tremendas. 

El crimen organizado, ha fincado sus reales en estos territorios, en donde las autoridades, con más de 10 años de experiencia en el cargo, han sido incapaces de revertir el fenómeno criminal que padecemos. Somos campeones en homicidios a nivel nacional, y ni el gobierno federal y menos el estatal son capaces de combatirlo eficazmente. Los muertos se cuentan por miles, ante la mirada atónita de nuestros egregios legisladores, que decidieron ratificar al fiscal, por instrucciones del gobernador. Punto.

Pero las malas noticias siguen precipitándose sobre nosotros. En esta semana el Instituto Nacional de Estadística y Geografía, presentó su Encuesta Nacional de Calidad e Impacto Gubernamental (ENCIG), en la que se muestran cifras alarmantes para Guanajuato: de 2017 a 2019 la tasa de corrupción ¡aumentó 80 por ciento! La más alta, convirtiéndose en el estado en el que con más rapidez se impone esta perversión social. Casi nada ha hecho nuestro gobierno estatal para combatirla. Cada día es más claro que el esquema fue adoptado, implementado y perfeccionado a plenitud, durante la administración de Miguel Márquez, y prevalece en el actual gobierno. ¿Anticorrupción? Gracias, no.

Simulando la Anticorrupción

Asombroso, el modelo parece estar tan desgastado, que ya resultó imposible sostener, en una subsecretaría, a un exalcalde sobre el cual pesaba una larga auditoría, que lo involucra en conductas ilegales. Se trata de un virus que ha infestado a casi todos los políticos guanajuatenses (existen excepciones meritorias) a cargo de los gobiernos locales. Nuestros miembros de los ayuntamientos, se resisten a aceptar un postulado categórico: no se hacen negocios desde el gobierno. Al contrario, su involucramiento en el funcionariado público se debe a su convicción de que desde el poder, se generan las más altas utilidades, a través de trampas, extorsiones y moches.

Y a partir de esta calamidad, se lanza el grito desesperado de los guanajuatenses a El Santo, para que regrese y combata estos horribles despojos de la corrupción, empezando por el actual alcalde de la ciudad que vive entre cerros y montañas, bajo la égida del autoritarismo, la torpeza y los trinquetes de su gobernante.

Las momias malas de Guanajuato

Ahora la última aventura del presidente municipal que padecemos, encuentra repercusiones a nivel nacional, cuando no puede contar satisfactoriamente la cantidad de cuerpos áridos que pueblan la ya famosa colección de momias guanajuatenses, viajeras y sedentarias ( ya contamos con esa nueva clasificación). Y es que se sabe que el muestrario de cadáveres estaba siendo saqueado y tuvo que ser repuesto de urgencia, cuando una palomita soltó la noticia.

Deseamos que El Santo regrese a liberar a los guanajuatenses de la corrupción que los desgobierna. Debería comenzar por despacharse al alcalde que tan poco respeto muestra por las conocidas y famosas momias. Sería un buen principio. Ojalá y El Santo lo entienda.

Voy para allá

UN BARRIO DE CHIHUAHUA

Carlos Arce Macías

 

Durante el evento para dar a conocer los resultados de su Segundo Informe de Gobierno, Javier Corral lanza una de sus primeras frases: Para nosotros las personas son sujetos de derechos y no simples beneficiarios pasivos que reciben dadivas. El enunciado transforma completamente el enfoque que impera desde el gobierno federal y postula la idea fundamental de la Iluminación (Siglo XVIII), de entronizar la dignidad humana por sobre todo lo demás. Es el avance civilizatorio que hoy se intenta detener por medio de la limosna gubernamental. La imagen que esa política nos genera es ridícula: el rey lanzando monedas a los siervos. En el caso del actual gobierno, tarjetas de monedero electrónico cobrables en Banco Azteca. ¿Se dará cuenta el presidente que acabará, al final, atrapado por la mezquindad de una estrategia social tan denigrante? Recordemos, la nobleza acabó perdiendo la cabeza, en su momento.

 

El gobernador de Chihuahua sabe, que para contrabalancear al gobierno de Obrador, se deben evidenciar los contrastes. No se puede enfrentar una idea desde la similitud, como lo han venido intentando muchos de los gobernadores de bando diferente a Morena. O son muy torpes, o se encuentran atrapados por sus rémoras y negocios. Insisto: no tienen alas para volar.

 

Asumiendo ese contraste Corral señala: “Sin simulaciones ni engaños, nuestro gobierno ha promovido y respetado la división de poderes. Hoy vuelve a ser una realidad en Chihuahua, la autonomía de cada poder”. Entiende el gobernante fronterizo que la dinámica republicana, se convierte en el contrapeso más emblemático, frente al populismo ramplón. Mediante la inteligencia, facultad de los humanos, se ha superado históricamente esa etapa. Volver a ella es dar cientos de pasos en reversa, significa ubicarnos a la cola de la evolución. México no lo merece.

 

Y apunta con vigor el gobernante: “Tenemos un nuevo Auditor Superior del Estado y una nueva Fiscal Anticorrupción, auténticamente independientes que llegaron a estos puestos por méritos propios”. Asume así el gobierno de Chihuahua, que el sistema anticorrupción no será eficaz sin una fiscalía y una auditoría que, gracias a su independencia, investiguen, persigan y atrapen a los corruptos; desde ex gobernadores deshonestos, funcionarios y munícipes desleales, empresarios voraces y prestanombres embozados. Hay que liquidar la impunidad de manera seria, eficaz e inteligente. Todo ello frente a la promesa fácil del milagro absurdo sobre la eliminación de la corrupción por simple cambio en la titularidad del ejecutivo. Se debe de trabajar en ello bajo un esfuerzo constante hasta limitarla a su mínima expresión.

 

“Hemos reconstruido la relación del gobierno con la sociedad civil. Hemos hecho de nuestra alianza con la sociedad civil uno de nuestros mayores logros y es una de nuestras fortalezas(…) Ahora trabajamos de la mano de muchas organizaciones de la sociedad civil que eran ninguneadas, estigmatizadas, descalificadas o incluso perseguidas. La participación ciudadana en el gobierno, es una de nuestras reconstrucciones más importantes”. Corral entiende a cabalidad, que ante la asonada federal en contra de toda organización civil, de las que pregonan los alcances de la dignidad humana a todas las áreas de nuestra vida; el contrapunto de un gobierno diferente, consiste en potenciar el tejido social, la organización de asociaciones, no dependientes y manipuladas desde los gobiernos, sino que surjan espontáneamente para accionar sobre la realidad de su comunidad y entorno.

 

Javier Corral va pasos adelante en su lectura de la política mexicana, porque comprende que es la democracia y la vida republicana, ayudada por la ciudadanía activa y consciente, la única fórmula que será capaz de frenar los intentos de masificación y clientelismo servil, que se pretenden imponer. Los caminos son diferentes, siglos de historia, así lo demuestran. La ecuación es nítida: República-Anticorrupción-Participación.

 

Al día siguiente del informe de gobierno, Andrés Manuel arribó a Chihuahua. En el evento en donde promovía las Tandas para el Bienestar, reconoció el temple del gobernante norteño, franco y directo. Así lo dijo el presidente: “Saben qué, podemos tener diferencias, porque eso es la democracia, es pluralidad y no pensamiento único. Si Javier Corral hace un cuestionamiento al presidente o al gobierno federal, está en su derecho a disentir, y se le va a respetar siempre. Es más, merecen más respeto los opositores, que los abyectos”. Ya sabrán otros gobernadores donde ubicarse, y la imagen que de ellos, y de sus gobiernos, tendrá López Obrador.

 

Al finalizar el Segundo Informe de Corral, tuvimos el gusto de encontrarnos, en un fuerte abrazo con Francisco Barrio Terrazas, funcionario de larga trayectoria. Alcalde de Ciudad Juárez en 1983, gobernador de ese estado en 1992, secretario de la Contraloría en 2000, diputado federal hasta 2003 y embajador en Canadá entre 2009 y 2012. Luce en espléndida forma. Lo vimos por el largo pasillo del Centro de Convenciones caminando al lado de Corral mientras palmeaba su espalda en señal de aprobacióndel mensaje que acaba de pronunciar. Sentir el beneplácito de su tutor político, dejaba satisfecho al gobernante. Destaco la usanza norteña, siempre se hablan de usted, como buenos «bárbaros del norte».

 

En la frugal reunión, posterior al evento multitudinario, ambos chihuahuenses platican e intercambian opiniones. Llama la atención la serenidad de Barrio Terrazas. Sus palabras y frases caen como gruesas gotas de agua sobre el árido suelo del norte. Esta en su mejor momento. Prudente, apacible, sin presiones, con una madurez política que solo se alcanza desde la lejanía de los asuntos coyunturales, para evaluar con precisión las cuestiones torales que enfrentan Chihuahua y México.

 

Escuchándolo y atestiguando su interlocución, se nos agolpan las reminiscencias y surgen las preguntas en nuestra mente: ¿dónde quedó el partido que produjo un político de tan buenas hechuras como Barrio? ¿Qué hizo  tan mal el PAN para cambiar la manufactura de buenos, honestos y prudentes gobernantes, por una conjunción de funcionarios abyectos y cobardes? En esta nueva era, por lo menos queda un puñado, destacando entre ellos Javier Corral. Muchos esperamos que mantenga el paso.

ANTICORRUPCIÓN, GRAN ESTRENO

Carlos Arce Macías
 Esta semana ha entrado en vigor la nueva normatividad estatal, para iniciar la puesta en marcha del sistema guanajuatense anticorrupción. El poder legislativo, identificó a partir de la reforma nacional, los dispositivos legales que debían ser reformados, así como el diseño de una nueva legislación, la Ley del Sistema Estatal Anticorrupción de Guanajuato. Hecho el trabajo, adoptando una posición conservadora, y evitando innovaciones que posicionaran al estado más allá de lo que la reforma central aconsejaba, ha llegado el momento de accionar las reglas recién expedidas.

 El reto no es sencillo. Se trata de combatir uno de los sistemas mejor aceitados y coordinados que resquebraja a la sociedad mexicana: la corrupción. El mecanismo funciona como relojito, prácticamente en todos los rincones del país, y alcanza los diversos ámbitos de gobierno: federal, estatal y municipal. Funcionarios públicos, empresarios y ciudadanos comunes, se ven inmersos en esta práctica degradante, día a día.


 Precisamente por esas razones, el desarrollo e implementación de los órganos anticorrupción deben estar bajo el escrutinio social, para identificar de inmediato cualquier desvío de los fines que se les ha encargado cumplir. La arquitectura legal que se escogió, resulta muy barroca, plagada de comités y comisiones, necesitados de una puntual coordinación, en la que conviven ciudadanos y funcionarios. No estará fácil la tarea, si no se cuenta con una certidumbre común a todos: la voluntad de combatir la maldición que vive el país, llamada corrupción, tope donde tope, y descartando cualquier indicio de impunidad.

 La labor es titánica, y mas, si no se ha cumplido con la designación del fiscal anticorrupción, como es el caso, la única pieza del sistema, cuya función depende de un solo individuo. Este es el personaje encargado de poner a los corruptos tras las rejas. Y vale prevenir, resultaría impensable mantener al actual director general de la persecución de delitos cometidos por servidores públicos, cuyo gris perfil, se encuentra muy lejos de asemejarse a un feroz cancerbero, implacable persecutor de corruptos, que es lo que ahora necesitamos.


 Paradójicamente, el destino parece cebarse sobre Guanajuato. Si no fuera suficiente el desafío constructivo que impone la reforma aprobada, precisamente al iniciar su vigencia, se producen dos casos paradigmáticos en cuestión de corrupción: la develación periodística de que el secretario estatal de Desarrollo Social y Humano, hacía mal uso de los recursos a su disposición, para promover su candidatura a gobernador; y el de un funcionario de la secretaría de Desarrollo Económico, que desde hace tiempo, pactaba el pago de “moches” con los beneficiarios de apoyos federales, tramitados por la secretaría en cuestión.

 El primer caso, presenta enormes complejidades, sobre todo de índole político, tanto para el ejecutivo estatal, como para todo su equipo. La delación periodística provocó la inmediata separación del cargo del implicado, así como de parte de su grupo promotor. Y si no estuviera de estreno el sistema anticorrupción, las cosas no pasarían de tener esas someras consecuencias. Más ahora, la investigación sobre los hechos debe de ir a fondo, si no se quiere evidenciar la falta de voluntad para combatir la corrupción, convirtiendo de inicio, la propuesta de anticorrupción guanajuatense en una deplorable caricatura.

 La Secretaría de Transparencia y Rendición de Cuentas, es la encargada de recabar los datos del hecho denunciado, de manera puntual y meticulosa por el diario AM de León. Hay identificación de participantes, fotos de los autos oficiales utilizados, número de involucrados y testimonios del modus operandi de los encuestadores para promover al secretario involucrado. Seguramente, -ni nos atrevemos a dudar-, se ha llamado a testificar a los reporteros y se han solicitado mas videos, fotografías y detalles del evento, incluyendo la declaración del ahora ex secretario y sus ad láteres. La investigación debe de contener los relatos referentes a los hechos, de las autoridades municipales y sus respectivas contralorías, sobre la participación de diversos funcionarios locales, de los cuales no se entiende su involucramiento en el levantamiento de una supuesta encuesta en Celaya. Integrar al expediente la opinión del propio secretario de gobierno, sobre la participación de un subsecretario y funcionarios de esa dependencia, esto será vital para la indagatoria de la Secretaría de la Transparencia. De toda esta evidencia, y si se comprueban los hechos publicados por el diario leonés, se deberá rendir parte al Tribunal Administrativo para que imponga las sanciones administrativas correspondientes, a la vez que se haga la denuncia de carácter penal, a fin de que un nuevo fiscal, agresivamente inquisitivo, capaz y de profunda convicción anticorruptiva, inicie la cacería de los presuntos culpables de delitos contra la administración pública. Si se manda esta clara señal, quisiéramos ver quién será el temerario funcionario que en el futuro ose utilizar los presupuestos de los guanajuatenses para fabricarse una candidatura.


 El otro asunto, pone en la mira del nuevo sistema, la vieja maña del “moche”, tan utilizada por los diputados federales de la LXII Legislatura, de un sinnúmero de constructores, así como de funcionarios públicos, convertidos en facilitadores de trámites en colusión con empresarios. La ocasión se pinta propicia para que el novel mecanismo, ponga coto a la perversa utilización de esta mala maña. De nuevo, la exigencia de una verdadera investigación, deberá aclarar no solo la culpabilidad del funcionario acusado, sino de la posible existencia de una red de complicidades, y por primera vez, incoar a los particulares, beneficiarios de la tranza, en la causa penal que se inicie, luego de la necesaria investigación, a fondo, de la Secretaría de la Transparencia.

 En conclusión, el nuevo sistema anticorrupción, no puede debutar sembrando dudas. No hay espacio para investigaciones laxas, desganadas y superficiales, realizadas solo para solventar una dolosa impunidad, en beneficio de funcionarios “amigos”. Los romanos tenían una frase durísima: “fiat iustitia et ruat caelum” (hágase justicia, aunque se caiga cielo); así debe de ser el estreno de la política pública de anticorrupción en Guanajuato, ir hasta el fondo de los casos, “aunque se caiga el cielo”.


@carce55 

 

DIME CON QUIÉN ANDAS..

Carlos Arce Macías

Sin duda el partido Acción Nacional, se encuentra en una etapa crítica. La mezcla de viejos militantes, con una generación de jóvenes acostumbrados a desplegar carreras cómodas dentro de la política, casi exentas de riesgos, a diferencia de las viejas épocas, ha prefigurado un coctel partidista poco armonioso.

En el centro de esta realidad esta un tema fundamental para México, Guanajuato, el PAN y la próxima elección de 2018: la corrupción. Y el problema que enfrenta el partido que ha gobernado esta entidad por más de 25 años es este: ¿cómo podrá convencer a los electores, de que realmente es un partido con una profunda convicción de combate en contra de la corrupción? ¿Cómo evidenciar una internalización plena, respecto a que la corrupción es el problema más grave que en estos momentos enfrenta nuestra sociedad? ¿Cómo persuadir a los ciudadanos de que cuenta con los perfiles adecuados para encabezar esta lucha anticorrupción?

El reto es extraordinariamente complejo, porque se afronta el deterioro político, que se produce por los largos años en el gobierno y por el abandono de prácticas democráticas, que en aras de la retención del poder a toda costa, se han ido perdiendo paulatinamente.

La única forma de enfrentar con éxito la próxima elección, a fin de que gane, no un grupo de apoyadores incondicionales a un candidato, sino la ciudadanía guanajuatense en su totalidad, es revitalizar, sin recato alguno, los mecanismos democráticos tradicionales del PAN, y con esto, la reconstrucción de un gobierno republicano, de contrapesos, en dónde la labor de la oposición se haga sentir y el combate en contra de la corrupción sea el objetivo principal.

Para ello el camino no resulta sencillo, se requiere de la convicción colectiva de los militantes para transformar en organización democrática, una formación partidista que ha perdido bríos frente a la ciudadanía, por su apuesta por un corporativismo, que ahora, solo beneficia a oligarquías que operan en el seno partidista.

La forma inicial, de enfrentar tan ominosa realidad, es establecer, publicitar e introspectar en sus militantes una aversión, radical y sincera, a la corrupción y sus diversas manifestaciones. Ese sería el comienzo.

Esta aversión inicia, con algo muy sencillo y claro: no juntarse con corruptos, no aceptarlos, y si es posible, escindirlos de la organización partidista. Eso es lo que entienden los ciudadanos, y lo que deberán tomar en cuenta para emitir su voto, ante la reelección de muchas autoridades que se dará en 2018.

Bajo esta reflexión, vale alertar sobre la inexplicable tolerancia con miembros del partido que se han visto involucrados en actos reprobables, y que no obstante la evidencia de estos hechos, el organismo no haya tomado medidas para frenar su encumbramiento político. Ante la irresponsable omisión, no extraña que un grupo numeroso de militantes se proclamen corifeos de tan indignos personajes.

Siguiendo la línea de razonamiento planteada, ubicarse en la cercanía a Luis Alberto Villarreal, debería ser motivo de preocupación para cualquier panista que tenga en alto su nombre y honra. Los guanajuatenses conocemos, por diversos reportajes, las andanzas del político sanmiguelense y su involucramiento en el caso de los famosos moches. Mantenerlo en el blanquiazul y darle la posibilidad de ser consejero nacional, a través de un pacto con el supuesto delfín del gobernador, es una de las más significativas pifias del PAN. La ferviente apuesta por el combate a la corrupción de la dirigencia panista, ha quedado desmentida en los hechos, ante la nominación de Luis Alberto al órgano que se define como la conciencia del panismo, en su más pura acepción.

Pero para algunos panistas, exhibirse en las redes sociales, al lado del “señor de los moches”, resulta inexplicablemente motivo de orgullo y certeza de actuar bajo los más caros valores y principios panistas. No es esta la mejor forma de manifestar públicamente un compromiso por la honestidad y la rectitud.

Desgraciadamente, nos encontramos ante un problema que padecen muchos militantes en busca de escalar posiciones en la política. No ha anidado en ellos la aversión a la corrupción, y con ella, a interactuar con los corruptos. El silencio partidista y la falta de denuncia pública, han permitido que avancen sus afanes por obtener el poder a cualquier precio, pensando pragmáticamente, que el fin justifica los medios.

Habrá que invitar, con comedimiento, a todo el panismo guanajuatense y nacional, a realizar un profundo examen de conciencia para rescatar sus valores originales y ponerlos en práctica. Deben de enmendarse muchas conductas, y discernir que las malas amistades no son propicias para lograr una carrera política, basada en el ejercicio de las virtudes cívicas.

Remato recordándoles, el viejo refrán: “Dime con quién andas y te diré quién eres”. En política, hay que tenerlo siempre presente.

Twitter: @carce55

Publicado en el periódico AM LEÓN, el 18 de diciembre de 2016

 

 

 

PAN: la clave está en los MOCHES

Carlos Arce Macías

En México constatamos que cada día, hay menos políticos y más delincuentes organizados dentro del poder. Basta una ojeada a las principales notas de los periódicos nacionales, para informarnos de las carretadas de fraudes, desvíos de fondos, expoliación de recursos y prevaricación, que desde los distintos niveles gubernamentales se llevan a cabo.

Luego de los escandalosos casos de varios gobernadores, el tema más paradigmático, se da en el Congreso Federal. Ambas cámaras ya han aprobado una Ley de Ingresos para 2017, mañosamente inflada, a fin de poder disponer de 37,000 millones de pesos para repartirlo entre los grupos parlamentarios. En sus cuentas aparece la distribución de 20 millones de pesos por diputado.

El pretexto resulta insostenible: el cumplimiento de promesas de campaña de cada legislador. En sencilla traducción, el método consiste en postularse, hacer campaña prometiendo ocurrencias ajenas a su función (canchas deportivas, caminos, escuelas, plazas, centros sociales, presas, etc.), al fin que ya apoltronados en su curul, contarán con varias decenas de millones de pesos por año, para cumplir con sus electores.

Así, con gran descaro, se tergiversa la elección de representantes y se apalea la democracia. Los poco educados electores, votarán por quién más prometa, y no por el candidato más apto para representarlos en la compleja función legislativa. Bajo esta dinámica, el candidato más irresponsable, se impondrá en la contienda; y con ello el objetivo primario de su desempeño, no será el análisis de las leyes que se propongan, ni la rendición de cuentas de los otros poderes, sino la negociación de su voto por una tajada cada vez más substanciosa del presupuesto.

Ya con la mesa servida y con el voto aprobatorio comprometido por unas migajas presupuestales, la representación popular se liquida, en aras de una dotación de dinero para repartir a voluntad, y sin control alguno. Se sabe de las instrucciones directa en el interior de la SHCP, de no perturbar el desempeño distributivo de los legisladores. Al fin, salen baratos.

Y lo que evidencia todo este perverso trance, es la calaña de gran parte de los diputados electos. Todos, con excepción de los de Morena, están felices ante la inminente creación del popularmente llamado “fondo para los moches”. Y en tanto los lopezobradoristas son congruentes, el PAN, el llamado partido de la gente decente, salvo algunas excepciones como la del senador Ernesto Cordero, apoya entusiasmado el fondo de reparto.

Los panistas ven venir la tormenta y se quedan impávidos. No obstante la paliza sufrida esta semana por su dirigente nacional, con revelaciones que ponen en duda su honestidad y el origen claro de su fortuna; parece no caerles el veinte de que la decisión de restablecer el “fondo para moches”, acabará con los restos de prestigio y decencia que le podrían quedarle. En tanto el priísmo sonríe.

Tampoco toman nota de que los ojos de las organizaciones civiles, estarán enfocados sobre el manejo de los dineros del infame fondo, y su probable utilización para la precampaña presidencial de su dirigente nacional. El PAN está metido en un enredo, sobre todo si a esto sumamos el antecedente de opacidad y nula rendición de cuentas, de la bancada albiazul de la LXII legislatura, cuando el actual dirigente era su coordinador. El panorama se oscurece aún más.

Por eso, ante tal embrollo, la Comisión Anticorrupción del PAN, debe de iniciar, cuanto antes, la investigación del sonadísimo caso de los moches, que finalmente, ha sido el que más a afectado la imagen de Acción Nacional ante la ciudadanía. La Comisión, debe de llamar a cuentas a los involucrados y expulsar a los culpables. Ahí están las grabaciones que exponen el modus operandi. ¿Qué más necesitan?

Sabemos del condicionamiento a muchos alcaldes, por parte de diputados, para “bajarles” recursos a cambio de substanciosas comisiones, o contrataciones amañadas de constructoras dispuestas a compartir utilidades con los propios legisladores promoventes. Esta corrupción descarada debe de exponerse y castigarse.

Solo si el PAN investiga satisfactoriamente el caso, y ofrece a la ciudadanía y a la Procuraduría, los datos de sus investigaciones internas, para que los culpables sean indiciados; este instituto político podrá plantear a los mexicanos la conveniencia de darle su voto, para que regrese a Los Pinos. La próxima elección presidencial basculará sobre la disposición de partidos y candidatos para combatir la corrupción. ¿Se atreverá el PAN?

Twitter: @carce55

Artículo publicado en AM LEÓN, el 6 de noviembre de 2016