Carlos Arce Macías
El mundo está encarando un shock inesperado, por los cambios sufridos en Inglaterra y Estados Unidos, producidos por la combinación de hartazgo, ignorancia, fanatismo y populismo.
La política se comienza a decantar por el engaño electoral, que descaradamente ha demostrado su eficacia, en tanto no se tenga que gobernar. Luego, será otra cosa. Prometer cambios inviables, y realidades incumplibles, basados en la voluntad del populista, terminarán en un descontento masivo y mayor deterioro económico y social.
Una cuestión contra la que hay que estar vacunados, es que la fiebre populista produce reacciones equivalentes y en la misma dirección para contrarrestar el embate. Lo explico. Si el populista resuelve imponer un arancel ilegal del 30% a las importaciones, el gobierno agredido podría reaccionar imponiendo una carga equivalente. Si los Estados Unidos, encumbran a un populista dicharachero, nosotros hacemos lo mismo y convertimos a su equivalente en presidente de México.
Este tipo de respuestas son las que viralizan y complican más la cuestión. Eso se debe a que los mensajes que se envían, sobre todo para ganar las elecciones, van dirigidos a la parte del cerebro que produce las emociones. ¿Cuál debería ser pues la reacción correcta a la cauda de mentiras enviadas por los demagogos? ¿Reproducirlas y exacerbarlas? ¡No! ¡Al contrario! Hay que salirse del cerebro límbico para procesar racionalmente la agresión y la mentira, controlar la reacción imprudente y desmenuzar la falsedad. Eso se logra utilizando la zona del cerebro donde se encuentran las conexiones más sofisticadas y que nos alejan de las otras especies, el raciocinio. Hay que actuar pensando, no emocionándonos.
Solo así, las respuestas a los peligrosos retos que en estos momentos vivimos, serán las adecuadas. Por lo pronto, tratar de no reproducir el populismo, y en contraposición, reaccionar intensificando las relaciones globales, que es lo que le conviene a México.
Esa misma condición, debe de traspasarse al ámbito estatal. Ante los severos retos que enfrenta un Guanajuato que se ha industrializado en forma acelerada, que mantiene en su territorio empresas de origen diverso, tanto japonesas, alemanas, suecas y francesas; habrá que tratar de revitalizar su actividad internacional, y sus relaciones con más países, especialmente asiáticos, fortaleciendo sus programas de atracción de inversión.
La tentación de retornar a lo doméstico, nacional y aldeano, es actuar en la misma lógica de Trump. Ya habrá quién se atreva a proponer el país-insula, el estado-interior, la comunidad de “tierra adentro”, escindida del resto del mundo, mirándose al ombligo eternamente. Sería un error.
Por lo tanto, el reto será convencer con argumentaciones claras y fáciles de entender, que la apuesta guanajuatense, va en sentido contrario a lo que nuestros vecinos del norte han hecho. Debemos de ser el ejemplo, de que la apuesta global, responde a la expansión de la mente humana, que se niega a quedar apresada en unas cuantas conexiones neuronales, resistiéndose a extender su pensamiento, cada día mas lejos. La zona de confort pueblerina, ya no puede ser el destino de los guanajuatenses. Singapur tiene nuestra misma población, le ha ido bien y piensa en términos globales, porque no se ancló en su propio espacio, sino que se expandió comercialmente.
Ahora Guanajuato crece muy por arriba de la media nacional. Sus condiciones están cambiando. Contamos con ciudadanos binacionales, que han aprendido a ampliar su visión y sus capacidades. Dallas es la segunda ciudad de nuestro estado.
Por eso considero, que los partidos políticos tienen que ser muy cuidadosos al escoger a sus candidatos. Habrá de todas las tendencias, por supuesto, hasta los populistas, decididos a ganar las elecciones prometiendo milagros inimaginables, solo porque ellos lo proponen y porque suena bonito plantearlos.
Por eso consideramos, que no habiendo milagros a la vista, la guía del estado, debe de recaer sobre un perfil con visión amplia, internacional, que conecte con los miles de americanos-guanajuatenses, que no tenga temores de viajar a zonas ignotas del mundo en pos de atraer inversión y proponer asociaciones benéficas para Guanajuato. Que no dude en vincular el estado con el mundo, frente al neo-nacionalismo rampante que muchos norteamericanos y su presidente pretenden.
Ante eso, los guanajuatenses debemos de ser cautos en elegir como próximo gobernador de nuestro estado, a una persona de bien, honesta y sin antecedentes de corrupción sobre sus espaldas, que llene el perfil descrito. El reto es extraordinario, y no nos debemos de equivocar, porque hay demasiados peligros a la vista.
@carce55