DIEGO ¿UN TIRO EN EL PIE?

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Carlos Arce Macías

Como conmemoración al 83 aniversario de la fundación del Partido Acción Nacional, el gobernador de Guanajuato acudió al evento “Origen y Futuro de Acción Nacional”. Allí habló en tono crítico sobre algunos problemas que enfrenta su instituto político. Resaltamos dos temas importantes: burocracia y aviadores, y la escasez de militantes jóvenes.

Regaño

Subrayo la forma que usó el Ejecutivo estatal para tocar el tema de la burocratización del PAN y la aviaduría, ya que lo hace asumiendo que se dirige a miembros del gobierno y no a ciudadanos. El aviadurismo es ese fenómeno que consiste en ocupar una plaza en la administración pública, y simplemente cobrar sin trabajar. El partido, hay que ser claros, se ha transformado en una organización conformada sólo por burócratas. El PAN podría llamarse PBG (Partido de Burócratas Guanajuatenses). Fíjense bien: de ser el ejemplo a finales del siglo XX de un partido de ciudadanos, que logró conquistar la presidencia de la República, la dirigencia partidista estatal lo ha transformado en un mecanismo de captura de chambas administrativas y puestos gubernamentales. El ganar una elección ha significado apoderarse del gobierno para repartir posiciones entre militantes oportunistas. Así el PAN se ha vaciado de ciudadanos para quedar en manos de un grupo de burócratas y funcionarios dedicados a preservar sus posiciones y a escalar la pirámide jerárquica de la política guanajuatense. Este es el camino que siguió Baja California, y ya conocemos el resultado.

Por otra parte, la torre de control advierte sobre las aviadurías. ¿Por qué hay muchos que cobran y no trabajan? Por dos causas: privilegio e incompetencia. Unos saben que el premio a sus talentos como operadores electorales para clientelizar, condicionar y comprar el voto de los ciudadanos más vulnerables, consiste en su adscripción a un puesto de trabajo durante los siguientes tres o seis años, sin la obligación de cumplir con alguna carga burocrática, una beca, pues. En otros casos se trata de la repartición de puestos, para personas incondicionales, que no cuentan con los perfiles adecuados, pero que están siendo retribuidos por su desempeño en la campaña electoral. En ambos casos el resultado es la ineficacia de la administración pública y la excesiva carga burocrática sobre la nómina gubernamental. Imposible gestionar políticas públicas complejas con esos cuadros improvisados.

Y el gobernador regaña, pero no asume sus responsabilidades para poner freno al desenfreno de sus correligionarios. La solución la tiene a la mano. Esta consiste en institucionalizar y convertir en un sistema funcional, al servicio profesional de carrera dentro de la administración pública. Es ese servicio profesional, compuesto de funcionarios escogidos por sus capacidades administrativas, financieras y técnicas, la pieza fundacional de un buen gobierno. Por eso, hasta ahora, el PAN no ha sido capaz de entregarle a los guanajuatenses gobiernos modernos y confiables, comprometidos en la construcción del bien común. También se explica la degradación de los servicios que presta la gerencia pública, cuando toda la atención y formulación de políticas, se centra en el reparto de dádivas, como lo hace la secretaría encabezada por el desabrido precandidato Jesús Oviedo, porque sin imaginación ni talento, es la única forma que conocen, también la más primitiva y deshonesta, para ganar una elección. Sin darse cuenta, Diego Sinhué tocó uno de los puntos álgidos de la problemática que él debería corregir de inmediato. Aconsejamos que, para no darse un tiro en el pie, el gobernador asuma el reto del cambio.

Hablemos de los jóvenes. De menos de 300, pasamos a 650 en unos meses. Pero no son militantes activos y de peso social. Son solo afiliados por los padroneros del PAN y algunos vivales en busca de una primera chamba. ¿Qué joven en su sano juicio se enrola en un partido inquisitorial, de mordaza, sin debate ni discusión y sin vías de acción política que impliquen nuevos ideales y rebeldía creativa? El Smart Phone les brinda mayor entretenimiento. La invitación a un joven es uno de los conjuros que solo manejan los buenos políticos, los que ponen por delante las ideas que mueven las almas, que instigan a la acción virtuosa y apasionada que provoca seducción. Esas cualidades nunca las encontrará el gobernador en la actual dirigencia, designada a dedo, para gobernar al PAN de Guanajuato. El cambio debe de ser rupturista y radical, para ampliar horizontes, pizcar ideas y abrir espacios de diálogo, y así abandonar el burocratismo pernicioso y el envejecimiento enfermizo. Por lo pronto, la cabeza la traen echa bolas y no encuentran el camino. Están pasmados.

¿Un PAN de burócratas?

 

 

 

 

 

 

 

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GUANAJUATO Y LA REINA

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Carlos Arce Macías

Lo que ahora es México, posee una tradición republicana construida durante los últimos 200 años, a partir del derrocamiento del emperador Agustín de Iturbide. Antes este extensísimo territorio fue un reino: Nueva España, que estuvo vigente durante 300 años. Nuestros monarcas pertenecieron a las casas de Habsburgo y Borbón. La monarquía está menos lejana de lo que parece para nosotros.

Nuestro último rey

Sin embargo, en América hoy somos poco sensibles a entender el sistema monarquíco, que está acotado por una Constitución y un parlamento. Este tipo de organización ha evidenciado superioridad sobre estructuras republicanas, si analizamos que los países más desarrollados poseen regímenes monárquicos, como Noruega, Suecia, Dinamarca, Holanda, Bélgica, España, Japón y el Reino Unido (Gran Bretaña).

Los reyes simbolizan a su país, y es por ello, por lo que sus actuaciones son tan cuidadas y vigiladas. Sin lugar a duda, la realeza británica destaca por la importancia histórica y geoestratégica de este imperio. La fama, especialmente de la reina Isabel II, no tiene parangón. Los medios electrónicos, las imágenes digitales, la comunicación instantánea de nuestros días, hizo de la imagen de Isabel II, la más potente entre todos los monarcas de la historia. Ha habido otros más importantes y trascendentes sin lugar a duda, pero la más reconocida es su efigie, su historia y la de su familia.

La reina de Inglaterra visitó la ciudad de Guanajuato en abril de 1975, invitada por el presidente Luis Echeverría. Su estancia resultó trascendental para la ciudad que luego sería declarada “Patrimonio de la Humanidad” por la UNESCO. Desde el punto de vista turístico la presencia real, difundió la belleza de la ciudad minera por todo el mundo, desatando el interés por conocerla. Ese es el vínculo poco apreciado entre nuestra comuna y la reina recientemente fallecida. Ninguna campaña publicitaria se acercó siquiera a la noticia de esta regia visita: las imágenes de la reina contemplando la ciudad desde El Pípila, las estudiantinas rodeándola, el pueblo volcado en las calles, su recorrido por el Mercado Hidalgo… incluso su interés por un pequeño perro callejero que displicentemente se le acercó, quizás olfateando su cariño por ellos.

La reina y el perrito

El gobernador Luis Ducoing preparó con esmero la visita. El licenciado José Santibañez, director de turismo en esos años, fue enviado a Londres para obtener a través del secretario privado de la monarca, toda la información protocolaria que requería la gira de la realza inglesa por las tierras del Bajío. Doña Irene Buchanan, colaboradora cercana de Julio Hirschfeld Almada en la recién creada Secretaría de Turismo federal, fue designada para coordinar hasta los más pequeños detalles. Desde la presidencia municipal, el alcalde Juan Villaseñor y su oficial mayor Fausto Alzati hermosearon la ciudad arreglando parques, jardines, la Explanada de la Alhóndiga, el mirador del Pípila, y todo el trayecto de la carretera panorámica. La ciudad relucía.

Las autoridades locales y estatales entendían muy bien el significado y ventaja que se obtendrían de la estancia de la reina Isabel en la ciudad. Sería la mejor campaña promocional y el inicio de una época de esplendor para Guanajuato, que había comenzado en 1974 con la reunión de científicos, intelectuales y estadistas de todo el mundo en el Club de Roma (instigador de la OCDE). Luego vino la visita de la reina, el inicio del Festival Internacional Cervantino y del Coloquio Cervantino.

Meses después de la visita, la reina invitó a una cena en el Palacio de Buckingham a los altos funcionarios, encabezados por el secretario de Relaciones Exteriores Emilio O. Rabasa, que estuvieron encargados de organizar su visita a México. Allí recordó el pollo en pipián que la empresa “Zonura”, había cocinado para el gran banquete que se ofreció en su honor, precisamente en el “Jardín de la Reina” de San Gabriel de Barrera. Fue un reconocimiento a la hospitalidad mexicana reafirmada en Guanajuato.

Se inició una nueva era. Pero el destino juega malas pasadas. Ahora a casi cincuenta años de estos eventos, el paisaje y la fisonomía de la ciudad peligran, el FIC apenas se sostiene, y el Coloquio agoniza. Su gobierno local naufraga, sin aquilatar la joya que administra y el pasado que atesora. Esperamos que pronto un nuevo ciclo comience y la urbe vuelva a florecer. En tanto aprovechamos para despedir de este mundo a Isabel II reina del Reino Unido de la Gran Bretaña e Irlanda del Norte y de sus otros Reinos y Territorios, Jefa de la Mancomunidad de Naciones; agradecidos por su histórica visita a nuestra ciudad.

Más curiosos que monárquicos

 

 

 

 

 

 

 

 

LA PLUMA Y LA EXPULSIÓN

Carlos Arce Macías

El pasado 8 de agosto se me notificó la resolución de expulsión del Partido Acción Nacional, por parte de la Comisión de Orden y Disciplina Intrapartidista del Consejo Nacional. Por supuesto la reacción y respuesta a esta sentencia ha sido la de entablar Juicios de Protección de los Derechos Político-Electorales del Ciudadano ante las instancias jurisdiccionales competentes. Litigaremos el asunto, porque la substancia es la prevalencia del derecho a opinar de los miembros de un partido, frente a la facultad de las partidocracias para expeler a militantes incómodos. Esos son los hechos. Paso ahora a las reflexiones que deseo compartir con mis lectores.

La acusación que se me formuló por la Comisión Permanente del Consejo Estatal y firmada por Eduardo López Mares, me imputa la conducta de deslealtad al PAN, consistente en mis reiteradas opiniones críticas, compartidas a través de mis redes sociales y editoriales en contra del candidato a presidente municipal de Guanajuato en 2021, Alejandro Navarro Saldaña. Dicha conducta por resultar, según ellos gravísima, conlleva la pena de expulsión.

Algunas consideraciones: la instancia que solicitó la más fuerte sanción, la Comisión Permanente del Consejo Estatal, tiene como uno de sus miembros a Samantha Smith, la esposa de Alejandro Navarro, la cual votó, no obstante que tenía conflicto de interés, para que se me sancionara. La votación fue unánime. Ni un solo panista levantó la voz en mi defensa, no obstante, los 35 años de militancia en esa organización y el conocimiento que alguien pudiese haber tenido de mi desempeño en el partido. Esto significa que la decisión no se tomó desde la instancia partidista, sino desde ámbitos superiores, para exigir mi separación del PAN. Desde hace tiempo, la dirigencia del partido se ha acostumbrado a recibir instrucciones.

El expediente, remitido a la Comisión de Orden Nacional, en la cual participa la guanajuatense Rubí Laura López Silva, se aceleró a partir del fracaso del proyecto estandarte del alcalde Navarro, el Nuevo Museo de las Momias (MUMO) del cual he sido un crítico constante y frontal. El munícipe capitalino se sintió agraviado por el golpe mortal asestado al esbozo de proyecto con el que intentaba endeudar a los ciudadanos de Guanajuato Capital en más de 100 millones de pesos. Esta sanción que se intenta imponerme es, en parte, una venganza local, pero combinada con otra circunstancia más grave: la intolerancia a cualquier tipo de crítica directa al gobierno.

Convalidan lo anterior las supuestas pruebas que se ofrecen para intentar comprobar mi deslealtad al PAN, destacando los editoriales publicados en mi columna dominical de AM: “Voto y no Voto”, “Frenar a Medina”, “El PAN como partido soviético”, “¡Les Valió!”, “Alineación Astral”, “Plebiscito, porque no se mandan solos”, “Neo Moches”, “Política y Klan”, “El PAN, por encima de la marca”, “El Nacimiento del PAN como tapadera”, “El PAN como tapadera”, “El PAN como defensor de lo indefendible”, “Ahora, a chantajear empresas”, “Ocurrencias”, y “Libertad de Expresión y Opinión” (*). Infieren que en esas piezas periodísticas está concentrado un cúmulo de deslealtades a mi partido, y por ello debo de ser desterrado de él, no obstante que su circulación por redes y chats panistas ha sido bienvenida, respaldada y reproducida con entusiasmo.

Ciertamente he sido constante en las críticas mordaces a dirigencias y gobiernos que no cuidan a la institución y no actúan en congruencia con los ideales que establecen sus principios de doctrina. Los reproches han ido encaminados a denunciar a los pésimos gobernantes que utilizan el escudo blanquiazul para cometer fechorías. Van en contra de organizar, como sucede en Guanajuato Capital ciudad patrimonio de la humanidad, no un gobierno, sino una red de corrupción dedicada a extraer rentas de los presupuestos públicos y de la gestión propia del poder.

Y para sorpresa de todos, son precisamente los funcionarios del PAN estatal los que brindan cobertura política a un desaseado alcalde que carga sobre sí decenas de denuncias, especialmente por violencia de género. Protegen, desde el Comité Directivo Estatal (CDE) a un grupúsculo de funcionarios dedicados a distribuir dádivas y regalar diversos obsequios para clientelizar a los ciudadanos, despojándolos de su libertad de voto. ¿Les parecen este tipo de actuaciones algo muy propio del ideario panista? Sin embargo, la respuesta en el CDE del PAN es el silencio cómplice y el apoyo al gobierno botín que ha construido Alejandro Navarro en la capital de un estado, emblemático por su lucha por las libertades, entre ellas, las de expresión.

Termino compartiendo con ustedes una convicción: primero está la libertad de pensar y expresar esas reflexiones escribiendo y comunicando, que la pertenencia a una noble organización, ahora degradada en sus ideales por malos dirigentes y peores gobernantes. Es una tragedia que cuando más se requiere la acción nacional de un PAN genuino, cuando se hacen llamados a fortalecer la unidad para enfrentar a un peligroso enemigo, lo que se decide es expulsar a quienes nos atrevemos a hacer críticas, advirtiendo que nuestros gobiernos más cercanos, equivocadamente, actúan en la misma línea del federal, eliminando la división de poderes y estableciendo autoritarismos zafios. Y la crítica les duele más cuando se genera desde un periódico o a través de las redes sociales. Finalmente, lo que quieren es nuestro silencio, y eso no lo van a obtener. Prefiero la pluma.

(*) Todos los editoriales se pueden leer en las ediciones dominicales de AM o desde mi Blog: carlosarcemacias.wordpress.com.

Manuel Gómez Morín, defensor de la libertad de cátedra y de expresión