LA FIESTA DE LA DERROTA

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Carlos Arce Macías

Los tiempos que corren entre los callejones y plazas de Guanajuato, son exóticos y extraños, por decir lo menos. Fácilmente cualquier analista puede equivocar conclusiones, si no maneja los datos más finos, que se requieren para dilucidar entre la realidad y la mentira.

Derrota de la postverdad

Es el caso de una verbena acaecida el pasado martes en la Plaza Allende, contigua al teatro Cervantes, en la capital del estado. Antes, un nerviosísimo alcalde, presentó un dramático monólogo, casi llora, en el que intentó explicar, video de por medio, como interpretaba que había cumplido con lo incumplido. Instalado en la postverdad narró su imaginaria peripecia para obtener una preciada autorización del instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), necesaria paraconstruir un adefesio de nuevo museo, en la ciudad declarada por la UNESCO patrimonio de la humanidad.

Las autoridades del INAH ni siquiera tuvieron que hacer nada para frenar al atrabancado y locuaz alcalde. Navarro ni siquiera fue capaz de construir un proyecto arquitectónico y con ello un proyecto ejecutivo, que pudiera presentarse ante esa instancia para obtener el permiso requerido. Dice que obtuvo una “factibilidad”, pero el oficio al que alude, en supárrafo siguiente consigna esta frase en negrillas: “Este oficio no es una autorización de obra, sustentada en la Ley Federal sobre Monumentos y Zonas Arqueológicos, Artísticos e Históricos…”. Necio, insiste en que posee una “factibilidad”, aún cuando no ha presentado la solicitud en el formato legal identificado con la homoclave INAH-02-002 A, y por supuesto, no cuenta con el número de expediente. Por lo tanto, no existe acto administrativo alguno que autorice o niegue dicha obra.

Un permiso que no es permiso

Y como ya lo hemos señalado en otros editoriales, instalado en el reino de las mentiras, se cargó, – con la complicidad del diputado Víctor Zanella-, a todo el Congreso del Estado, al lograr, allí sí, la autorización para endeudar al municipio por 91 millones de pesos a diez años. Grave irresponsabilidad de los legisladores, compañeros de aventuras del alcalde.

Sin el permiso del INAH, todo se derrumbó. Y Navarro cayó estrepitosamente de la nube en que andaba, al punto que, en su desesperación, preparó el montaje de toda una tragedia griega, para informar que suspendería su proyecto porque el INAH se negaba a darle un permiso jamás solicitado. Curioso, todos los cuevanenses saben que, para cualquier obra, se necesita recabar la autorización del INAH, mientras Navarro considera que el permiso debería llegar milagrosamente por el solo hecho de que él es una autoridad reelecta. Se cree el dueño absoluto del municipio, y reclama un trato privilegiado y sin apego a la ley.

Pero lo más emotivo de los sucesos narrados fue que a la salida del teatro, Alejandro se encontró con una carpa repleta de gente acarreada desde las comunidades rurales, bajo el engaño de que serían repartidos tinacos por apoyos al alcalde. En manos de personas clientelizadas a base de promesas, se veían cartulinas de respaldo, escritas todas con la misma caligrafía. Una líder de comerciantes de un Mercado organizaba las porras para el emocionado edil. Todos conocemos el modus operandi electoral y político de la indignidad: venta de votos y condicionamiento de beneficios por apoyos. Frente a la derrota, la decisión es la apuesta por la clientelización y envilecimiento de los ciudadanos más vulnerables. Se les despoja de su libertad de voto.

Pero lo más absurdo del evento, fue que el apabullado alcalde, decidió en su soliloquio, acreditarle a Morena la derrota, y luego cerrar el día con festivo convivio, celebratorio de que la 4T le ganó la partida, abriéndole sólidas opciones para conquistar la capital del estado. Morena deberá remitir al dolido alcalde, un agradecimiento por tan valiosa declaración y traspié estratégico. Nunca pensaron que la torpeza del presidente municipal albiazul llegara a cimas tan altas: reconocimiento pleno de su derrota, adjudicación de ella a sus más fieros opositores y, como cereza del pastel, celebración del hecho con un absurdo carnaval. Seguramente el PAN estará anonadado.

La fiesta de la derrota

 

 

 

 

 

 

 

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DIPUTADO DE CONSIGNA

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Carlos Arce Macías

Se anuncia que próximamente el diputado Víctor Zanella presentará una iniciativa de nueva Ley de Fiscalización, con el respaldo de toda la fracción oficialista del Congreso del Estado. Están preocupados, dicen, por mejorar el control de la Cuenta Pública del estado y los municipios, para evitar irregularidades y desviaciones del gasto público.

Preocupado por la fiscalización

Hasta aquí bien; pero más, si a la discusión se añaden otras iniciativas, como la de la diputada de Morena Alma Alcaraz. Esta parlamentaria, formada en las filas de Acción Nacional en Sinaloa, ya que fue secretaria del PAN estatal, diputada local y federal, evoca con sus intervenciones, el compromiso democrático aprendido. Al acicatear al oficialismo rampante, recuerda las legendarias participaciones de muchos panistas, que no dieron tregua para asumirse como una fiera oposición, frente a ocurrencias y dislates de mayorías avasallantes, que solo saben votar, pero le temen al debate. Es el mundo al revés, el panismo guanajuatense se ha convertido en ridículo imitador del morenismo federal. De lo que se quejan los panistas en la Cámara Federal, lo replican descaradamente en nuestra entidad, desde su grupo mayoritario. Muy triste la cosa.

Y sin pena mayoritean, por ejemplo, desechar auditorías a gobiernos e instancias sospechosas de hacer mal uso de los recursos públicos. No parece importarles los desvíos de dinero, su mala aplicación y el establecimiento de sobrecostos, a causa de no tener proyectos ejecutivos sólidos que examinar. Pero ahora se les ocurre presentarse mortificados por las malas prácticas, y desean lavar cara con una nueva propuesta de Ley de Fiscalización.

Y comienzan mal la faena. Yerran al poner a la cabeza de esta iniciativa a Víctor Zanella, sin percatarse de su pésima reputación como diputado. Y es que Zanella solo se representa a sí mismo y a sus intereses. Y también es un diputado sumiso, que actúa por consigna. Hace unos meses, bastó una llamada de sus amos, para endeudar a un municipio, sin que la solicitud cumpliera con los requisitos mínimos. Hay que reconocerlo, es un diputado amaestrado, y a causa de ello, resulta inoperante para defender una iniciativa de gran calado.

Si Luis Ernesto Ayala, el pastor de la mayoría desea preservar cierto prestigio, debería actuar con tiento y no exponerse innecesariamente al ridículo. Convertir en operador político a un elemento irresponsable que endeudó a los capitalinos al autorizar un empréstito por 70 millones de pesos para construir una ocurrencia, resulta temerario. Este congresista violentó el artículo 117 constitucional, omitiendo el análisis del destino del empréstito. También descartó cualquier comunicación con el Instituto Nacional de Antropología e Historia para conocer la situación del pseudoproyecto que le estaban presentando. La consulta pública que simuló no sirvió para nada, desoyó a todas las voces críticas que le señalaban el error que estaba a punto de cometer el Congreso. Luego desechó cualquier referencia a la Ley de Obra Pública, especialmente en sus artículos que norman los requisitos de deben contener los proyectos ejecutivos. Surge así la pregunta que se convierte en origen de responsabilidades: ¿Cómo pudo avalar una construcción que carecía de proyecto ejecutivo, y con ello de las bases para determinar el costo real de la edificación solicitada? Así, el representante popular, se convirtió en cómplice de Alejandro Navarro, el nefasto alcalde de Guanajuato Capital.

Posible traspiés

Ahora finge desazón por el cuidado de los fondos públicos. Piensa que, por haber recorrido 46 municipios, eso lo acredita para liderear una iniciativa vital para combatir, con eficacia a la corrupción, como la que encabeza su secuaz Navarro. ¿Se puede confiar en él? Seamos claridosos, con el escandaloso equívoco cometido, destruyó la de por si mermada confianza que se imputa a los actuales diputados. No cuenta con méritos para mantenerse al frente de la Comisión de Hacienda del Congreso, y menos para negociar una importante reforma que necesita del apoyo de diversas fuerzas políticas para ser funcional. Así solo condenarán la iniciativa al mayoriteo oficialista.

Por cierto, aún Navarro y Zanella mantienen endeudados a los guanajuatenses de la capital, aun cuando es obvio que el bosquejo de proyecto de museo de momias y centro comercial está muerto y enterrado. Hasta ahora, se siguen debiendo formalmente los 70 millones de pesos, porque el par de pícaros no saben cómo salir del ridículo que ellos mismos se construyeron. Vaya operador parlamentario que se ha conseguido el panismo. De vergüenza.

Cómplices

 

 

 

 

 

 

 

 

IMPACIENCIA IMPRUDENTE

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Carlos Arce Macías

Siempre a la zaga del presidente de la República, el gobernador de Guanajuato decide imitarlo. Si el ejecutivo federal destapa a sus candidatos para sustituirlo, el gobernador Diego Sinhué Rodríguez apura el paso para postular a sus favoritos, no obstante que provienen de dos organizaciones políticas diseñadas con trazos totalmente diferentes, en Guanajuato se asume la designación como la senda para nominar al próximo candidato a la gubernatura. Igual que lo hará Morena.

Para un proceso así, la política en esta entidad debería basarse en elecciones internas. Es vergonzoso que los guanajuatenses permitamos que un personaje nos imponga a un favorito. Así sucedió en 2018 y el resultado es un ejercicio gubernamental cargado de pifias. Deberíamos entender, que, si permitimos una vez más el funcionamiento de tan indigno modelo, en el mejor de los casos estaremos ante el advenimiento de un gobierno peor que el actual. Esto porque así sucede con las designaciones personales. Por eso se inventaron los procesos democráticos, para evitar la falla que ocasiona la dependencia de la voluntad individual para designar sucesores, que siempre resulta en un traspié.

Pero en esta compleja situación, hay un tema muy importante: la forma en que se está obligando competir a las mujeres frente a los candidatos de sexo masculino. Sabemos que en la empresa es 80% más difícil para una mujer llegar a un puesto directivo. Pues en la política, el gobernador les construye un obstáculo más complicado. Lo explico.

Mientras que el secretario repartidor de dinero y programas sociales ha sido enviado como el ungido, resulta que para dar buenos resultados y ser evaluado satisfactoriamente, solo debe de distribuir con ahínco vales y apoyos al por mayor. En tanto el secretario de salud deberá de seguir dando resultados luego de haber sorteado con relativo éxito la pandemia de COVID. Va en caballo de hacienda y no le resto méritos personales por su desempeño. En tanto el senador que también aspira a la gubernatura ya está en campaña. Solo debe asistir puntualmente a las sesiones senatoriales, para ser testigo de como sus compañeras de curul fabrican a diario una fiera oposición desde la Cámara Alta.

Secretario del reparto

Pero las candidatas mujeres tienen mucho más complicada su rendición de cuentas satisfactoria. La secretaria de gobierno, Libia Denisse García debe lidiar con los problemas políticos del estado y con el cavernoso tema de los desaparecidos. Por más voluntad que ponga en su duro cargo, siempre estará sujeta a todo tipo de eventualidades, su candidatura se juega todos los días. Y sus detractores lo saben, y conocen las cartas que pueden defenestrarla.

Por otra parte, Alejandra Gutiérrez y Lorena Alfaro, las dos presidentas municipales capaces de lograr la ansiada aspiración, deben de rendir frutos claros y concisos de su encargo. Para ellas la prueba es brutal. El gobierno municipal, hoy en día, es el reto más formidable para cualquier aspirante a dirigir una sociedad. En dos años y medio hay que entregar resultados de su gestión. Programas innovadores que contribuyan a la construcción de un gobierno moderno. Control mínimo de la violencia, con indicadores de mejora; obra pública bien priorizada y servicios públicos eficientes. Al tiempo que deben desempeñarse como precandidatas. La verdad es que se están estableciendo ventajas injustas a favor de sus competidores varones.

En desventaja frente a los candidatos masculinos

Y es que, al dar el balazo de salida con tanta anticipación, quienes llevan la delantera son los funcionarios masculinos, señalados por el dedo del gobernador. Ellos no necesitan tiempo para probar nada, mientras que a ellas se les escatima. Bajo presión las féminas deben redoblar el paso para poder ofrecer algunos frutos inmaduros de su gestión. ¿Pensó en ello Diego Sinhué? ¿No debería desandar el camino y permitir que la sana competencia, basada en los resultados que otorguen los atributos administrativos y de dirigencia política de los candidatos, se evalúen en los tiempos marcados por ley? De otra forma la competencia es desigual. Por lo pronto, al gobernador lo engulló una impaciencia imprudente, al ver al presidente desojar la margarita. Reflexionemos, en el 2022 ¿queremos gobernantes o candidatos?

El impaciente

 

 

 

 

 

 

 

CABILDO AZUL PARA CUIDAR LA MARCA

Carlos Arce Macías

Todo comenzó con la irresponsabilidad del Instituto Electoral del Estado de Guanajuato, que permitió que los partidos políticos convirtieran la elección constitucional de ayuntamientos, en una elección de alcaldes. Lo peor de esta transgresión normativa, consiste en que la mayoría de los ciudadanos y políticos creen, a pie juntillas, que lo que eligieron fue a un individuo cuya función es gobernar su municipio. Relegado quedó el ayuntamiento, la forma legítima de constituir un gobierno comunitario, que consiste en una junta gubernativa y por ende un órgano colectivo encargado del gobierno. Reiteramos por enésima ocasión: el presidente municipal, solo es parte, importante, pero al final parte de ese concejo (como es un órgano encargado de gobernar, no de dar “consejos”, se escribe con “c”).

El CDE del PAN controla a los síndicos y regidores

Pero toda la clase política se siente muy cómoda gobernándonos de forma unipersonal, asumen como normal que esto suceda en los municipios. Si el presidente de la República ordena que un Congreso títere apruebe leyes sin “mover una coma”, y el gobernador del estado decida mantener ad infinitum a un fiscal ineficaz controlando un Congreso conformado por marionetas, no suena extraño que los ayuntamientos se dediquen a dar espectáculo de guiñoles para aprobar, en automático, las propuestas de su alcalde. Solo para eso sirven.

Y el primero en Guanajuato en entender así la política local es el Partido Acción Nacional (PAN). Lastimoso resulta releer los textos fundamentales que rigen una organización que se concibe no sustentada “en doctrina mínima sino de exigencias máximas” como lo afirmaba Efraín González Luna, verlo ahora convertido en tragicómico remedo del priísmo de los años 90´s.

El mecanismo que han decidido utilizar en el PAN es el comisariato político. Primero convocan a una reunión que han bautizado como “Cabildo Azul”, a todos sus miembros panistas. Allí el alcalde les informa lo que deberán votar, y si alguno amenaza con emitir sus votos en otro sentido, son coaccionados por los representantes del Comité Directivo Estatal del PAN y en ocasiones por algún delegado de la secretaría de gobierno del estado para que voten uniformemente. Una vez “planchada” la disidencia, la mayoría panista, durante la sesión del ayuntamiento, obviará cualquier discusión y mayoriteará a sus adversarios en automático. Así se cancelará el debate y se propiciará la autocracia. Esa ha sido la forma de sostener, por ejemplo, al impresentable alcalde de Guanajuato Capital.

También llama la atención una frase que va y viene en esos cónclaves azules, el reiterado clamor para que se “cuide la marca”, en referencia a la frase que, en una famosa entrevista, lanzó el gobernador Diego Sinhué Rodríguez. La traducción que ha realizado la trasnochada dirigencia estatal consiste en instigar al silencio y protección de los corruptos, para evitar escándalos. Eso es lo que entienden por “cuidar la marca”. Indignante llamado para convertir a los miembros del hache ayuntamiento, en cómplices.

Sepan que el camino genuino del PAN es otro. Es formar ciudadanos con el ejemplo. Conductas que se acrisolan en el ayuntamiento, a través de deliberaciones y debates entre opuestos. Esto nutre de democracia en el cabildo, lo dignifica, al tiempo que se construye confianza entre la ciudadanía; la proteína de la política. A su vez, el alcalde es limitado a cumplir con su mandato y a rendir cuentas frente a sus pares. Y es que esta figura, concentra mucho poder y es peligroso que vaya suelto por la vida, generando ocurrencias. Se trata de establecer contrapesos. Ya verificamos que cuando no los hay, se llega al absurdo de construir museos sin permisos, endeudar a todos los ciudadanos de una comuna o instalar juegos mecánicos frente a joyas arquitectónicas protegidas legalmente. Hay que frenar los gobiernos de caprichos y abusos.

El PAN debe permitir el voto libre y razonado. Los regidores y síndicos representan a los ciudadanos y esa es su función, que no puede verse constreñida para imponer agendas partidistas cuyos intereses pueden ser contradictorios con la generación del bien común en el seno del ayuntamiento.

En otros tiempos la maquinaria azul, logró mantener gobiernos complejos, con un ayuntamiento que debatía en libertad y sin cortapisas. Sería inconcebible que ahora se dedicaran a “cuidar la marca” permitiendo la impunidad. Sería aceptar el triunfo de la maldad y la cancelación de la democracia local. No debemos tolerarlo en ningún ayuntamiento, aunque la dirigencia panícola se enmuine.

PAN, cuidando la marca.