EL PAN COMO TAPADERA

Carlos Arce Macías

El pasado lunes tuvo lugar un evento muy significativo en el Comité Municipal de León del Partido Acción Nacional. Allí se dieron cita los exalcaldes de la ciudad más grande del estado. Solo faltaron tres. Dos ya no están entre nosotros, y se les extraña: Eliseo Martínez y Vicente Guerrero. El tercero emigró a otro partido.

No seamos cómplices

La sesión se destacó por los sugerentes reclamos al partido, para que evolucione a una organización diferente a la que hoy opera, basada en fines electorales y burocráticos. Ganar elecciones para conservar puestos públicos y privilegios, a cualquier costo no resulta ético y por lo tanto propicio para seguir siendo el hilo conductor de Acción Nacional. Por eso se sentenció con dureza: “cada vez nos parecemos más a lo que criticábamos en el pasado … el partido no es cómplice obligado, el partido tiene que liberarse de sus propios gobiernos” (Carlos Medina Plascencia); “sean honestos, no busquen servirse de los puestos públicos” (Ricardo Alanís); “la dignidad de la persona solo se puede construir en la libertad y para ello solo hay un camino, el de la democracia, cuando creemos que por la unidad y por la gobernabilidad sacrificamos la pluralidad y la diversidad, vamos en contra del dogma de nuestro instituto… debemos de aprender a estar unidos dentro de la diversidad…nos encerramos y nos volvimos soberbios…debemos regresar el poder al ciudadano (Héctor López Santillana)”.

Frente a esas expresiones fuertes y directas, se encontraba Eduardo López Mares, un deslegitimado presidente del Comité Ejecutivo Estatal, nombrado a dedo, sin un ejercicio de democracia interna que lo avale, todo por antojo de la dupla que maneja este estado y a la estructura formal del PAN, y que ha escorado en el autoritarismo más grosero. Son una vergüenza.

Producto del dedazo

Y es que empieza a quedar claro, que dentro del PAN existen dos tendencias: la de los evolucionistas, quienes buscan los cambios necesarios para construir buenos gobiernos, y cuya inspiración se alimenta de los esfuerzos de alcaldes potables, que ayudaron a construir un León próspero. De aquellos que expandieron sus ideas- fuerza a todo Guanajuato y cuya visión trasciende a Acción Nacional, para anclarse en la sociedad y sus organizaciones, intentando establecer conexiones valiosas para acompañarse mutuamente. Quien con mayor compromiso y claridad asume esta posición es MedinaPlascencia, pero atrás basculan los demás exalcaldes, asociaciones y activistas ciudadanos, convencidos de que se deben generar cambios profundos para acceder a gobiernos de vanguardia, de alta intensidad administrativa, libres de corrupción y firmemente comprometidos con la ciudadanía, abocados a recomponer el tejido social. Por ahí pasa una agenda modernizadora, plagada de libertades y democratización. Oxígeno puro.


En la contraparte está la obscura camarilla que gobierna al partido azul en Guanajuato. La que promueve un PAN como tapadera, como instrumento de cobertura de una red de corrupción que se alimenta de los negocios desde el poder, aliándose con las manifestaciones más nefastas como la del gobierno panista de Guanajuato Capital, convertido en un pesado lastre político y cultural, enfocado en comercializar cadáveres exhibiéndolos. La apuesta de este grupo es continuar en la inercia de una organización clientelista, dedicada a extraer dineros públicos para mantenerse en el poder y expandir sus negocios, al costo que se requiera. Su pragmatismo desemboca en la amoralidad. Sus ideales aparentes, son las rancias posiciones de ultraderecha que clausuran avances, atacan la libertad de opìnión, intentan acallar a la prensa y se refugian en un clericalismo rancio y trasnochado. Son émulos de Vox, solo basta revisar sus propuestas legislativas, con las que intentan limpiar cara, ante la corrupción en la que están inmersos.


Y en tanto, allí está Sinhué, uncido al segundo agrupamiento; débil, en deterioro constante, sirviendo de red de protección a un fiscal carnal, terco en recorrer el sendero baja californiano y capturado en la red política manejada desde las tierras del Rincón. Mientras esto sucede, por lo pronto el PAN no convence a nadie, vean la tragedia: de un poco más de 14,000 socios en Guanajuato, solo están inscritos 373 jóvenes (dato de Luis Ernesto Ayala), ese es el verdadero drama. Un partido sin alma, sin pasión por carecer de ideales, sin el fuego de la juventud, conducido por un dirigente de verbo famélico, un florero. Se explica el rechazo, nadie quiere un PAN tapadera.

P.D. El dueño de Facebook, Mark Zuckerberg, ante los datos del abandono de su plataforma de millones de jóvenes por los escándalos provocados por conductas poco éticas, ha decidido emprender una reforma total de Facebook. Hasta el nombre le combió, se llamará Meta. Busca una nueva forma de conexión entre las personas y para ello implementa una nueva tecnología: metaverso. Así de profundo es el cambio que experimentamos. Insólito, mientras esto ocurre, otros tiran el ancla para no moverse.

Fuera de Facebook

 

 

 

 

 

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PREDIAL

Carlos Arce Macías

Dentro del capítulo de ingresos que cobran los gobiernos, se encuentran las contribuciones, y relativas a estas, aparecen los impuestos, los derechos y las contribuciones de mejoras. No lo digo de memoria, sino repasando los apuntes de Derecho Fiscal de uno de mis mejores maestros de la Universidad de Guanajuato: el doctor Miguel Ángel García Domínguez. Pues él nos enseñó que los impuestos tienen como objeto, la búsqueda de signos de riqueza. Se trata de una acción justiciera, en la que se identifican condiciones que revelan un caudal monetario y por lo tanto, un situación de prosperidad de ciertos grupos, por encima de otros contingentes de la sociedad. Los que exteriorizan una mayor riqueza contribuyen solidariamente al bienestar de toda la comunidad, cobrándoles impuestos.

El más conocido es el Impuesto sobre la Renta (ISR) que afecta el capital de una persona, también el famoso IVA, que grava el consumo. Quién más compra, más rico se estima que es, y, por lo tanto, más contribuye. En el nivel municipal, el impuesto más popular es el predial, referido a las propiedades que una persona posee. Es un síntoma obvio de riqueza, y por lo tanto se ve afectado por un impuesto que cobra el municipio y que contribuye de manera directa a solventar los gastos generales de la administración local.

Pues bien, resulta que, sorprendentemente, se devela que el club social y deportivo más exclusivo de la ciudad de León, el Campestre, cotiza para efectos de ese impuesto con valores ridículos, por haberse hecho pasar como un predio agrícola. Me dicen los que saben, que la diferencia entre pagar lo correcto y la trampa maquinada para defraudar al municipio, significa una cantidad ridícula al año para cada uno de los socios, todos personajes descollantes de la sociedad leonesa, ahora expuestos a la burla pública.

¡Escándalo!

Quien diseñó la estafa, debe de ser un pícaro. Quién la permitió desde el municipio, un corrupto que debe de ser sancionado de forma ejemplar. Y esto significa no solo analizar oficios y sus firmas, sino identificar órdenes e instrucciones precisas, giradas por algún funcionario, para llevar a cabo el timo.

Pero el momento es esperanzador, pues se da justo al inicio de una nueva administración. Urge pues que despejen dudas e inicie el esclarecimiento del enredo y se aplique la sanción para los que sean culpables. ¿Se dan cuenta que con hechos como este corroboran el discurso justiciero de AMLO? ¡Vaya manera de darse un tiro en el pie! Cualquier día puede haber opinión de esto en la mañanera. Morena se los debe de agradecer.

La administración del impuesto predial es delicada. Su finalidad no solo es recaudatoria sino también regulatoria. El gravamen es utilizado para evitar la especulación y propiciar la baja de los precios de los bienes inmuebles en beneficio de los consumidores. Permitir que en zonas estratégicas de las ciudades permanezcan grandes extensiones de predios baldíos, capitalizando la urbanización de la ciudad, y obligando a extender la mancha citadina innecesariamente, concede un beneficio injusto para unos cuantos terratenientes. Hacia allá debe dirigir sus esfuerzos el nuevo cabildo.

Pero en esto de los prediales, en todas partes se cuecen habas. Como es el caso de Guanajuato Capital, en donde el cavernario alcalde que padecemos, ha ordenado hacer avalúos de gabinete, para ilegalmente aumentar el próximo impuesto predial a los capitalinos.

Para imponer un nuevo valor a un terreno se deben cumplir los siguientes requisitos: ordenar el avalúo; hacerlo, mediante una visita al predio de los valuadores municipales; formular una propuesta; notificar esa propuesta al propietario; y si no hay inconformidad que despejar, alterar los valores vigentes, para que, en el siguiente cobro, se haga con fundamento en el nuevo avalúo.

Pues he aquí que el celebérrimo munícipe decidió elevar los valores hasta en 400% en sus pseudoavalúos chafas, lo cual se verá reflejado en los cobros de enero del impuesto predial. Algo debería hacer la oposición en el ayuntamiento, pero más el Congreso al revisar la Ley de Ingresos del municipio, no solo inspeccionando la tasa impositiva, sino el incremento de valores fiscales del suelo. Otra deshonestidad más, del gobierno-botín que padecemos.

La caja suena

Para terminar, ahora que la animosidad se cierne sobre el Comité de Participación Ciudadana del Sistema Estatal Anticorrupción, el cual pienso que comienza a hacer un buen trabajo, no sería mala idea que gestionaran un estudio detallado del comportamiento de los municipios en la aplicación del impuesto predial. Podrían comenzar por León y Guanajuato. Habría muchas sorpresas, y los ciudadanos lo agradecerían.

Más dinero para ocurrencias

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

PROFECO EN EL DILEMA

Carlos Arce Macías

La Procuraduría Federal del Consumidor (PROFECO) se encuentra en un dilema. Su actual procurador prefiere defender a la CFE y no a los consumidores. Su obligación no es controlar precios, está proscrito con excepción del gas, sino evitar abusos.

Antes, con colores “no oficiales”

Ahora paso a un relato biográfico que les puede interesar. Mi primer contacto con la Comisión Federal de Electricidad (CFE) fue durante mi participación en el LVII Legislatura Federal, cuando casi al final del trienio, el presidente Zedillo mando un mensaje al grupo parlamentario del PAN: había posibilidades de sacar la Reforma Eléctrica y nos conminaba a hacerlo. Pero el grupo se encontraba exhausto, las duras batallas por cambios legales, aprobaciones de presupuesto y el FOBAPROA, habían consumido al batallón panista que le había tocado inaugurar los gobiernos sin mayorías absolutas a nivel federal. ¡Cuántos problemas nos hubiéramos ahorrado, y cuantos cambios hubiéramos propiciado, de haber logrado procesar esa reforma doce años antes! Le hubiéramos ahorrado al PAN los moches.

Mi segundo asunto con la CFE se dio desde la Comisión Federal de Mejora Regulatoria (COFEMER), la cual dirigía. La corporación eléctrica intentaba, a sangre y fuego, la aprobación de un decreto para aumentar las tarifas. El problema es que se negaba a compartir la fórmula para establecer dichos cobros. La receta era secreta, claro, en perjuicio de los usuarios. Nos negamos a permitir su publicación, estableciéndose una relación muy hostil con su director, que en perjuicio de los consumidores acabó logrando su aprobación por “orden superior”. La explicación era sencilla: CFE se resistía a evidenciar los costos de su ineficiencia y de las enormes cargas de pensiones que se veían reflejadas en la fórmula. Así las cosas.

Desde marzo de 2004 a noviembre de 2006, me hice cargo de la Procuraduría Federal del Consumidor. Allí asumimos la defensa de los compradores. De inmediato enfrentamos una dura realidad. Los peores agravios y abusos contra los particulares se cometían desde el gobierno. Los dos monopolios, la Comisión Federal de Electricidad y Petróleos Mexicanos(PEMEX), eran el origen de la mayoría de las conductas abusivas generadas por los proveedores. Contra los discursos oficialistas, hay que ser muy claridosos y no permitir el engaño. Las empresas estatales, concentran tanto poder de mercado, cuando no son acotadas por una competencia eficaz, que destrozan a los consumidores sin piedad. Son soberbios y delirantes. Capaces de doblar al mismo Ejecutivo Federal.

Así, por ejemplo, nos vimos las caras con PEMEX que era el primero en no surtir litros de a litro a su red única de gasolineras. Luego estas recuperaban con creces la merma, robándoles a los automovilistas mediante la alteración electrónica de las bombas, para que surtieran de menos. Los transportistas se vengaban de estas acciones prefiriendo consumir en el mercado informal un nuevo tipo de combustible adulterado, que luego fue bautizado como guachicol. Permitir desde la propia empresa todo esto nos condujo al desastre.

En el caso de la CFE, siempre se enfrentó la resistencia para negociar los miles de casos de reclamos por año. Hay que denunciarlo: ellos no se deben a sus clientes. Sus verdaderos dueños son sus directores, altos funcionarios y el sindicato. Anoto: en aquella época la cuestión se agravaba más porque la zona centro del país, era atendida por la infausta Compañía Luz y Fuerza del Centro y su terrible sindicato, el SME.

La empresa con más quejas

Por lo menos, durante el periodo 2000-2006, el director de CFE hizo esfuerzos para mejorar el servicio de pago y marear a sus colegas con el lema: “Una empresa de clase mundial”. En verdad, CFE se encontraba muy lejos de las grandes empresas, incluso de su tipo como “Electricité de France”, cuyos datos de regularidad en el suministro y calidad de voltaje, cotizaba muy por encima de los números de “nuestra” afamada CFE de clase mundial. Engañaron a todos.

La PROFECO, nunca será una instancia que pueda enfrentar a una corporación con poder de mercado dominante como PEMEX o CFE. Sus tres mil empleados dispersos por el territorio nacional son insuficientes para atender las quejas de los millones de usuarios. Pero lo más importante, frente al presidente de la República, el Procurador del Consumidor perderá la partida contra los directores de CFE y PEMEX, la concentración de poder que poseen es enorme y el animal que embiste, es bravo y salvaje.

Por todo esto considero que la PROFECO debería ser la más interesada en preservar y profundizar los mercados abiertos de energía, en beneficio de los consumidores. Un ejemplo está a la vista, el de las grandes corporaciones que pudieron dejar de comprarle a CFE y que pagan menos por su electricidad, ¡suertudos! Mientras el resto, sujetos a la Comisión de Electricidad cargamos con sus ineficiencias, excesivas cargas laborales y las oxidadas ideas de Barttlet. A él se le puede caer el sistema eléctrico… sabe de eso.

Verdugo de sistemas

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

NUEVOS GOBIERNOS

Carlos Arce Macías

Hoy estrena Guanajuato 46 nuevos cabildos. Como hemos intentado corregir desde este espacio, la elección fue para elegir ayuntamientos, no alcaldes. Con dolo, desde el Instituto Electoral del Estado de Guanajuato, nunca aclaró esta situación para los ciudadanos; y muchos, inmersos en la ignorancia y propaganda partidista, creen que serán gobernados por un personaje denominado presidente municipal, que hace y deshace dentro del municipio a contentillo. La arquitectura constitucional, no corresponde a esa creencia, el órgano superior de gobierno municipal es el ayuntamiento, desde ahí se define las grandes líneas que deberá seguir la administración municipal. El alcalde es un integrante del cabildo.

Ayuntamiento, gobierno por Concejo Deliberante, no unitario

Los retos que presenta nuestro estado son monumentales. El más urgente es el de la seguridad pública, policía preventiva y tránsito. Aquí los ayuntamientos guanajuatenses se debatirán entre si continúan sincronizados a las consignas del secretario de seguridad del estado, sus incondicionales y sus intereses, o asumen su autonomía y deciden hacerse cargo, directamente, de conformar una policía funcional y confiable. Recuerden: los malos gobiernos no construyen buenas policías. El destino está signado por los votos que decidieron la elección y el temple de los nuevos funcionarios.

Un tema substancial es el del control de la corrupción, desde el seno del mismo ayuntamiento, hasta el más recóndito espacio de la burocracia local. No hay posibilidad de conformar un aparato eficiente y eficaz, si no se pone empeño en evitar actos deshonestos. Ni siquiera es un asunto de moralina, es un tema de productividad de la maquinaria de gobierno. La corrupción torna improductiva la obra pública, las compras, la prestación de servicios y los trámites. Una contraloría eficaz, resulta indispensable para lograr este fin. Hasta ahora, las contralorías han naufragado ante su complacencia con los deshonestos. No sirven.

Otra cuestión toral, es la transparencia y la rendición de cuentas. Sin estas, la ciudadanía no podrá tomar decisiones adecuadas al emitir su voto. Con la opacidad se destierra la democracia y se abre un gran boquete para que arribe la corrupción organizada y campante. El Instituto de la Transparencia, el IACIP, no ha apretado las tuercas debidas, actuando con lenidad respecto a sus sujetos obligados, que, con festiva liberalidad, reservan información a los ciudadanos sin motivo ni fundamento.

La administración que no cuente con una organización profesional en el manejo del municipio, pocas oportunidades tiene de entregar buenos resultados. Las condiciones políticas han privilegiado el modelo de “gobierno-botín”, en donde se considera que el ganador tiene escriturados para sí todos los puestos del municipio, los cuales son graciosamente asignados a camaradas del partido triunfador. Es tiempo de decidirse por conformar un verdadero servicio profesional, que garantice un desempeño eficiente y eficaz. Solo así podrán sortearse los complejos retos que habrá que enfrentar.

La tecnología y la innovación de que disponga la organización harán que la velocidad de respuesta y la asertividad en las tomas de decisión, otorguen ventajas a los ciudadanos de la comunidad que adopte estas herramientas de vanguardia. No solo se trata de trámites ágiles y rápidos, sino de producción de información, que permita identificar cuellos de botella, productividad del personal y funcionamiento de los procesos mediante sistemas de alarma. Es, en pocas palabras, la implementación de nodos de inteligencia que produzcan información en tiempo real, como si fuese una auditoría de desempeño, generada automáticamente. Solo así se podrán realizar trámites digitales de punta a punta, sin la necesidad de acudir a ventanillas presenciales; tener el control en línea de servicios públicos: rutas de transporte, de recolección, de vigilancia y funcionamiento del alumbrado, utilizando el internet de las cosas y el geoposicionamiento, para verificar eficiencia y eficacia.

La administración municipal del siglo XXI esta frente a nuestros ojos. Prevemos que pocos asumirán el reto, los demás optarán por hacer del ayuntamiento un espacio de negocios personales y corrupción, un gobierno-botín, pues. Desgraciadamente este modelo ya se convirtió en una tradición de nuestros gobiernos. Guanajuato Capital es el ejemplo.

El mal ejemplo

 

 

 

 

 

 

 

 

ELECCIONES SUCIAS

Carlos Arce Macías

Se va el señor Mauricio Guzmán Yáñez. Cumple su período final al frente del Instituto Electoral del Estado de Guanajuato (IEEG), pero antes, nos sorprende con una reflexión brutal: es más fácil dirigir a los internos y custodios de un CERESO, que al IEEG. Habiendo sido director de reclusorios, posiblemente por la semejanza en los temas, arribó al Consejo General del Instituto. Funcionario de larga trayectoria en diversos puestos, relata como su trabajo lo llevaba a dormir muy poco, hasta llegar a pasar cuatro días seguidos en vela, resolviendo los agobiantes problemas que las elecciones le plantearon. Debemos de agradecer su atingencia y esfuerzo.

CERESO

Hace treinta años, luego del batidillo de la elección de 1991, el problema más crítico que tenía enfrente el gobernador Medina Plascencia era el de dotar a Guanajuato de una institución que garantizara elecciones limpias y organizadas profesionalmente. El Congreso de Guanajuato y el gobierno, se dieron a la tarea de tomar referencias internacionales para replicar buenas prácticas en la futura legislación electoral. Fue así como el politólogo americano, que estuvo siguiendo la campaña de Vicente Fox, Andrew Reding, del World Policy Institute, recomendó no tomar como referencia a los Estados Unidos (“somos muy malos para hacer elecciones” sentenció.) en cambio propuso que se volteara a ver a centro y sudamérica. Y eso se hizo.

En 1997 se estableció contacto con el Instituto Interamericano de Derechos Humanos, que dirigía Doña Sonia Picado, destacada política costarricense. Desde ahí, con la colaboración del Tribunal Electoral de Costa Rica, dirigido por Don Rafael Villegas Antillón, se preparó una visita a los órganos electorales de Costa Rica, Chile y Uruguay. Estos tres cuerpos administrativos operan de forma ejemplar la organización y fiscalización de elecciones en sus respectivos países. De esa gira se obtuvieron bibliografía, asesorías y conocimiento de buenas prácticas en materia electoral, que luego se refrendaron en un importante congreso sobre el tema, para recalar, finalmente, en una legislación electoral de avanzada. El objetivo era entregar a los ciudadanos de Guanajuato procesos electorales incontrovertibles y limpios. Y así sucedió en 1995. Las elecciones, organizadas por un Consejo Ciudadano, a cargo del nuevo Instituto, resultaron exitosas. Medina, el PAN y muchos ciudadanos involucrados en ese esfuerzo como el ingeniero Hugo Villalobos, quién presidía el órgano electoral, organizaron unas elecciones impolutas, sin mácula. Había valido la pena el esfuerzo.

Mientras el órgano electoral estuvo a cargo de ciudadanos, que interponían la honra personal como garantía de un desempeño impecable, el modelo funcionó. Pero la reforma electoral de 2014, que “profesionalizó” los órganos electorales, alejó a los ciudadanos y cinchó a los institutos electorales a estar a cargo de “especialistas” formados dentro de las propias burocracias internas. Así llegó el señor Guzmán al IEEG.

Ya desde antes todo comenzaba a cambiar. Las elecciones se salieron de cauce, los comicios de 2012 fueron un festín de compra y condicionamiento de voto, las televisoras adoptaron al copetudo candidato priísta y lo posicionaron como héroe de telenovela, en el ánimo de los electores. En Guanajuato, el gobierno decidió inyectar recursos para comprar votos y competir con las mismas armas, convirtiendo los comicios en un herradero. Ganó quien más recursos, extraídos de las arcas públicas, aplicaba a su organización, campaña y adquisición de voluntades.

Ahora, la fiesta continúa. Las dádivas se distribuyen sin freno. Las administraciones solo son la fuente de recursos ilegales para ganar elecciones a como sea. En tal desorden, en donde los contratos llevan sobreprecios y los gastos se dirigen a empresas fantasmas que luego suministran el combustible para operar campañas a punta de dinero, la democracia languidece y los partidos se corrompen a niveles inéditos. En ese trafique nos encontramos.

Las nimiedades con que tropezó Guzmán, y que le hicieron perder horas de sueño, fue tan solo el registro de candidatos; no la compra de votos, la distribución de calentadores solares, estufas ecológicas, sacos de cemento, láminas, varillas y despensas, en las colonias suburbanas de Puentecillas, allí en las cercanías del propio IEEG. De eso no se percató nunca, durante varios lustros y con la experiencia de haber organizando seis elecciones consecutivas. Y mientras él se preocupaba por registrar candidatos, los partidos políticos, continuaban, eufóricos, constituidos en una enorme red de corrupción, negociando resultados electorales, ofreciendo puestos, capturando opositores y nulificando la verdadera voluntad ciudadana. La democracia se nos fue al diablo.

 

Sin verdadera democracia