Carlos Arce Macías
La política no es una aventura, sino una ciencia difícil, una moral rígida, una ardua misión.
Manuel Gómez Morín
El voto. En la capital del estado de Guanajuato, el Partido Acción Nacional (PAN) presenta la candidatura de Juan Carlos Romero Hicks para diputado del IV Distrito Federal de Guanajuato. Este político se ha conducido con seriedad y pulcritud en el desempeño del cargo, mostrando magníficas cualidades como contrapeso del partido oficial en la Cámara de Diputados. Romero ha sido un destacado diputado de oposición. Quienes consideramos que el Ejecutivo Federal, por su mala gestión y ansias autoritarias debe de ser acotado, debemos votar por esa opción, es la mejor.

El no voto. Hay algunas cuestiones que paso a enumerar en el caso de la elección de ayuntamiento para Guanajuato Capital, que nos conducen a no votar por el PAN. La principal razón es que su candidato a alcalde y algunos miembros de su planilla no inspiran confianza ni respeto. El munícipe que pretende la reelección no es persona proba que se hayan conducido con honestidad en los cargos públicos que ha ostentado.
Muchos no concordamos con el proyecto de convertir a Guanajuato en una gran cantina, un antro perpetuo, que derrame ganancias solo al sector turístico, en lugar de respetar su naturaleza de centro cultural, construido desde su universidad y riqueza histórica y patrimonial que dignifica a nuestra comuna y expande sus luces sobre la zona central del Bajío, como lo ha hecho tradicionalmente.
Me resisto a votar por un plan que no respeta el entorno ecológico y paisajístico de nuestra sierra y macizos rocosos. Desde la actual administración, se ha intentado agredirlos constantemente, en complicidad con algunos urbanizadores voraces. Solo los negocios conectados al desarrollo urbano, basados en la compra de terrenos de reserva ecológica para luego cambiarlos a habitacionales, es lo que les interesa; a fin de obtener altas ganancias especulativas entre empresarios y políticos indecentes.

Esta planilla, salvo algunas dignísimas excepciones, evade el principio toral para realizar un buen gobierno: la prohibición de hacer negocios desde el poder, desde el seno mismo del ayuntamiento. Contra ello, devela la intención manifiesta de convertir al cabildo en una junta de distribución de ofertas comerciales, para patrocinar transacciones familiares y empresariales a cambio de sustanciosas e ilegales dádivas.
No se puede apoyar a un candidato a presidir el ayuntamiento, que ha banalizado la política, convirtiéndola en un circo dirigido por el payaso mayor, dedicado a prometer la repartición de calentadores solares, despensas y otro tipo de regalos, por cierto, ilegales. No está en su esencia darle contenido ético al quehacer público, construyendo ciudadanía. Al revés, sus afanes se significan por tratar de corromper a los ciudadanos, coartando la libertad al condicionar y comprar su voto, no convenciendo por su buena gestión gubernamental, sino por el sinnúmero de regalos y promesas de obra que compromete a sabiendas de los escasos recursos con que contará. Eso no es el PAN, más parece una versión local del lopezobradorismo, populismo ramplón.

No obstante, las continuas advertencias realizadas a la dirigencia estatal panista, para evitar candidaturas vergonzantes, todas fueron desatendidas, permitiendo, de ganar esta opción, la conformación de una cleptocracia (gobierno de ladrones) en la administración local de la capital del estado. Estas conductas, revelan la complicidad de los dirigentes y el gobernador con el postulante a alcalde, que deberá ser saldada con el desprestigio personal por el oprobio hacia la ciudadanía, que desesperada, busca gobiernos limpios para procurar tener un buen gobierno.
Total, porque el candidato a presidir el ayuntamiento y sus incondicionales, no son buenas personas; tampoco dignas de gobernar esta comuna, porque traicionan los principios de su partido, Acción Nacional que considera en sus Principios de Doctrina que “El municipio es la forma primera de la sociedad civil, con autoridades propias y funciones específicas, cuya misión consiste en proteger y fomentar LOS VALORES de la convivencia local y prestar a la comunidad los servicios básicos que la capacidad de las familias no alcanza a proporcionar. El municipio, base de la organización política nacional, debe de ser COMUNIDAD DE VIDA y no simple circunscripción política, fuente de apoyo de libertad, de EFICIENCIA en el gobierno y de LIMPIEZA en la vida pública”. Por su incongruencia con estos ideales, no se debe votar por ellos.
