INGENUIDAD

Carlos Arce Macías

Muchos de los detractores del actual gobierno, plantean una ecuación simplona e ingenua, sin hacer una reflexión profunda, sobre la forma de hacer política que impera en nuestro país, mediante un sistema de partidos profundamente deteriorado, y al mando de personajes de muy dudosa calidad ética.

La propuesta se plantea así: si quieres detener al actual presidente con todas sus ocurrencias y barrabasadas, vota por cualquier partido que no se Morena. Con esta fórmula lineal, será suficiente para dislocar el paso acelerado hacia la Cuarta Tiranía (La primera fue Santa Anna, la segunda Don Porfirio y la tercera Victoriano Huerta).

Y vemos con preocupación la aceptación del enunciado en nuestro entorno, sin analizar las complejidades y retos que significa la conformación de un bloque opositor en la Cámara de Diputados. Intentaré expresar algunos matices, que ya advertía la analista Ana María Salazar en un reciente editorial de El Financiero.

Ana María Salazar

Luego de verificar la forma de operación del actual gobierno, no existe ninguna certeza de que el ejecutivo federal acepte las reglas que le pretenda imponer una nueva mayoría. Seguramente se resistiría, incluso por vía de hechos, a ser acotado por sus adversarios. Los caminos institucionales le son ajenos.

Pero una cuestión que no ha sido puntualmente observada es que Movimiento Ciudadano, no va en el conjunto opositor que plantean PAN, PRI y PRD. De tal forma, habilitado por su juego independiente y solitario, la organización de Dante Delgado pudiera convertirse en el fiel de la balanza y cobrar altos dividendos por reventar a la coalición opositora, apoyando algunas propuestas trascendentes para Morena. El intercambio se puede plantear, por ejemplo, por apoyos para Jalisco y buen trato para diversos funcionarios naranjas y contratos a recomendados. Dante Delgado ha sacado a la venta su franquicia, y como lo constatamos en Guanajuato Capital, es capaz de tostonearla al más impresentable político que le ofrezca algunos euros (Moneda oficial de Andorra, capital de lavado de dinero en Europa).

Existe pues, una fisura muy peligrosa en la composición de un bloque opositor que pudiera enfrentar con valentía y decisión las locuras y bravuconadas matutinas del presidente. Dante no es un opositor, sino un oportunista que analiza condiciones para obtener réditos. Incluso ahora, pepena escoria en la capital guanajuatense.

Pepena

Pero, si esto no fuera suficiente, la construcción de una organización cameral opositora enfrenta retos más difíciles. Me refiero a la calidad de los candidatos de la verdadera oposición que están asignados a pelear una curul federal. No obstante la presión ejercida por organizaciones ciudadanas y empresariales, para que los partidos abrieran sus candidaturas a nuevos perfiles, todo quedó en promesas incumplidas. La partidocracia opero como relojito, y encumbró a sus camarillas de incondicionales en esos puestos.

Muchos de estos personajes, son viejos conocidos del ámbito legislativo y no son confiables. Y es porque les gusta mucho el dinero, y seguramente sus aspiraciones más sentidas, enfatizarán la reedición del fondo de participaciones del ramo 33 y el restablecimiento de bolsas presupuestarias para “bajar fondos” a los municipios. Aquí en Guanajuato vivimos directamente el numerito de los moches en Celaya (el más escandaloso), pero estaban involucrados muchos más municipios en la operación conjunta con constructoras de Sonora. Este grupo de políticos-legisladores, lo que desean son negocios, no ser oposición. Son sinvergüenzas y no se van a jugar el pellejo, los comprarán con migajas.

Pero si esto no fuera suficiente, la cosa se pone peor al analizar las biografías de muchos protegidos de gobernadores y dirigentes partidarios. La cola de roedores que poseen es tan larga, que será muy sencillo doblar sus ánimos oposicionistas, si lo intentan, denunciando sus abusos del pasado, y llevándolos ante la justicia, aunque medie el fuero. Ese tipo de opositores, son de azúcar. De un bocado serán engullidos.

Oposición derrotada

Así pues, dejo para la reflexión: construir una verdadera oposición requiere de políticos de temple, de los cuales su característica primigenia sea la honestidad. Sin estas condiciones primarias, la argamasa será de una fragilidad tal, que se derrumbará al primer empujón. Hay que votar para tener diputados honestos, no experimentados caza fortunas políticos, que se pisan su larga cola. Eso no funcionará, será peor, no sean ingenuos.

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PELÉ Y LA POLÍTICA

Carlos Arce Macías

Me referiré al interesante documental sobre la biografía de Pelé, el mejor futbolista de todos los tiempos, que se puede ver en la plataforma Netflix, el cual aborda los retos que tuvo que enfrentar el inventor del “jogo bonito” para triunfar sin discusión, en su carrera deportiva.

El documental

El magnífico guion se basa en la consecución de los tres títulos mundiales de Brasil, y por consecuencia la obtención de la histórica copa Jules Rimet. Remata con la participación en el campeonato mundial de 1970, en México, del que hace una descripción pormenorizada de los momentos claves que les permitieron llegar a la final y levantar el trofeo mas preciado del orbe futbolístico.

Eso me lleva a rememorar la enorme suerte que tuve de ser testigo directo de parte de esa hazaña, ya hace cincuenta años, en el Estadio Jalisco. Los emotivos juegos que presencié contra Checoslovaquia, Inglaterra y Rumanía. Los cuartos de final contra el Perú de Cubillas y Chumpitáz y la durísima semifinal contra el más temido adversario: Uruguay con Mazurkiewicz, Matosas y Esparrago. El documental no refleja a plenitud el ambiente mexicano a favor de los brasileños y Pelé. Pero recuerdo las prácticas del equipo, semanas antes, en la cancha Nieto Piña de la ciudad de Guanajuato. También el partido amistoso jugado contra el Irapuato, en donde ganó Brasil por un discreto 2-1. La afiliación popular a la simpatía que irradiaba el Rey Pelé, siempre sencillo y alejado de escándalos mediáticos. Un jugador profesional en toda la línea.

En el estadio Jalisco el apoyo a los brasileiros era incondicional. Estaba acompañado de la “Torcida do Brasil”, que apoyaba a su selección en los momentos más intensos de los encuentros, con el ritmo cadencioso de sus tambores. Parecía como si marcara el ritmo del equipo. Era entonces cuando la pantera número 10 comenzaba a mover espectacularmente al conjunto, utilizando los ataques como ráfagas de sus ofensivos: Jairzinho y Rivelino, mientras Tostao enervaba a las defensas enemigas y Gerson amagaba con fuertes disparos de media distancia. Un concierto de futbol ofensivo, jamás antes visto, cuyo recuerdo resulta un gozo para aquello que tuvimos la suerte de presenciarlo directamente en el estadio.

El equipo del “jogo bonito”.

El documental toca un tema delicado, la relación del fútbol con la política. El regreso triunfante de la verde esmeralda a Brasil y el apoteótico recibimiento a los dueños de la copa mundial, frente al oportunismo del sangriento dictador Emilio Garrastazu Médici, con el fin de aprovechar la victoria deportiva para ganar popularidad y apoyar su cruento gobierno.

Siempre sucede. Los políticos, intentan utilizar a los dioses del estadio, para manipular a la ciudadanía, urgida de triunfos y victorias. Nada nuevo bajo el sol, la misma receta del circo romano. Intentan entender la mecánica del futbol, la verdadera religión popular, que no ofrece el paraíso, pero si parte de la gloria que concede Niké, la diosa griega de la victoria. 

El deporte le pone alas a la casa comunal, y acredita a la localidad como algo valioso, especialmente para los depauperados. Para una urbe, poseer un equipo destacado es invaluable; veamos el caso de Münich, Mánchester, Londres, Madrid o Barcelona, sus equipos son su principal símbolo y representantes globales.

Pero el olfato de los políticos por ganar adeptos y utilizar al deporte como un acicate para obtener simpatizantes y ganar elecciones fallan. Como es el caso de Brasil 1970, y el intento del dictador de utilizar a Pelé y a los campeones del mundo, como apoyos solidarios. De nada sirvió, pues el pueblo sabe que los partidos los ganan los jugadores, no los gobernadores ni los políticos oportunistas. Los dioses del estadio son autónomos y se comunican directamente con el aficionado, son más prácticos que la religión institucional. El Club León, Davino, Tita, el Chapo Montes, y menos la Tota Carbajal, representan hoy a ningún partido político y menos el voto por quien pueda disponer irresponsablemente, en tiempo de una mortal pandemia, de 735 millones de pesos para adquirir un estadio con fondos públicos, que fue arrebatado por la mala, al pueblo de León.

Los dioses del fútbol

Es tiempo de dignidad y valentía, de poner en su lugar a los políticos de cualquier signo que intenten manipular a los ciudadanos a través de los divinos símbolos deportivos. Los dioses futboleros son otra cosa, más vale que los respeten, porque pueden convertirse en enemigos terribles y llevarles la destrucción a sus organizaciones políticas, por abusivas. Mejor vayan con cuidado.

Quiere comprar, en el peor momento.

EL GOBERNADOR DE LEÓN QUIERE ESTADIO

Carlos Arce Macías

En total imitación de la política besibolera del presidente de la República, que compra estadios mientras la pandemia de COVID cala hondo entre los ciudadanos y la crisis económica impacta con crueldad; el supuesto gobernador de Guanajuato propone la compra del vetusto estadio de futbol de la ciudad de León y sus terrrenos circundantes. Intenta arreglar asuntos privados con dinero público.

Quiero el estadio.

Al tanto de la trágica pérdida, a traves de un largo juicio que tuvo como base la mala fe y la vileza de los actuales dueños, que terminaron arrancando de la propiedad del municipio el preciado inmueble; resulta absurda la propuesta del gobernador, de pagar el rescate exigido para recuperar el bien.

Un gobierno serio, en contraste a lo que hace Morena, no puede cometer el abuso de esquilmar los presupuestos públicos del estado y del municipio, para volver a poseer un estadio caduco. Menos cuando existe un proyecto futurista y moderno, que ya ha sido presentado y festinado, y que se sumará a la nueva era de estadios asimilados a centros de diversión, comercio y compras. 

Quizás sea por el remordimiento de conciencia del gobernador Rodríguez el que lo induzca a precipitarse y ser devorado por los tiburones. Todo porque en su tiempo, siendo regidor del ayuntamiento, votó a favor de la extinción del fideicomiso, que resultó ser la causa de la pérdida del estadio. Debe asumir con humildad sus millonarios equívocos, y abstenerse de continuar carganodolos a las cuentas públicas. Sería potenciar y multiplicar su error.

Los dueños del equipo León, a falta de estadio, pueden llevarlo a jugar a cualquier lugar. A la misma ciudad de Pachuca si fuera necesario, y no caer en el chantaje que se le dirige ahora al gobierno local. Es más, sin mayor problema podrían trasmitir sus juegos desde el vecino estadio de Irapuato, cuyo equipo se encuentra actualmente en la tercera división del futbol. Sería un buen negocio para la trinca fresera. Al fin y al cabo, los juegos son a puerta cerrada, y si en algun momento se requiere, el traslado de los inchas panzas verdes a Irapuato no es problema. Que el gobernador hable con el Club Irapuato y fabrique la solución. Seguro se le atenderá.

Estadio Irapuato

Salvada la emergencia deportiva, el tiempo pasará. Las condiciones para construir el nuevo estadio iran ocurriendo, mientras el Nou Camp abajeño se torna en ruina, y los hoy felices poseedores del valioso predio, pagan sus impuestos correspondientes, luego de los reavaluos de rigor.

La propuesta de compra en 735 millones de pesos de los terrenos litigiosos, son una trampa mortal para los actuales gobernantes. Así lo han olfateado sin duda el alcalde leonés y sus conpicuos miembros del ayuntamiento, opositores a la ocurrencia del Ejecutivo, que sospechan de obscuros acuerdos entre los dueños del equipo de primera división y el rijoso propietario del estadio. Su postura rebelde dentro del Cabildo, oponiéndose a la compra, ya ha sido avalada con anterioridad, si recordamos que la actual síndica, fue la única en votar en contra de la extinción del fideicomiso envenenado, durante la administración presidida por Vicente Guerrero. Ella sí hizo lo correcto.

De los ingleses, que han sido grandes y ventajosos negociadores, se dice que ellos negocian bajo el fuego de sus cañones, sin dar la ventaja de una tregua en momentos azarosos. Con esa estrategia oportunista, pretenden postrar al ayuntamiento y a un bisoño gobernador, los pícaros que se quedaron con el malogrado estadio. Estamos a un paso de las elecciones, y por torpes, ya le cedieron el saque al principal retador. De los buenos resultados de Morena en el estado, serán responsables el gobernador de León y los funcionarios sumisos a las lerdas decisiones cupulares. Le estan abriendo las puertas de par en par al candidato de López Obrador.

Abriéndoles la puerta

Y para el resto del estado, resultará ser un agravio el uso de recursos públicos, que deben ser utilizados en beneficio de todos los guanajuatenses, en épocas aciagas, para adquirir bajo chantaje, un arcaico estadio para los leoneses. Por eso al actual gobernador, ya se le conoce con el mote de “Gobernador de León”, el resto del estado no existe para él.

GUANAJUATO 88’

Carlos Arce Macías

Para los que vivieron estos hechos

Hace treinta y tres años el Partido Revolucionario Institucional sentía encontrarse en el apogeo de su poder. Aún cuando había pequeñas señales que predecían su caída, en su interior, alrededor de la figura hierática de Rafael Corrales Ayala, la camarilla tricolor se sentía invulnerable.

Rafael Corrales Ayala

Las estratagemas desde el poder, los instrumentos gubernamentales, los premios y castigos que se distribuían desde la cúspide, los negocios que se sustentaban desde el tráfico de influencias parecían garantizar la permanencia del vetusto partido político, jamás abierto a la competencia interna, carcomido, por un revoltijo de intereses de toda calaña. Lo único que lo mantenía en el poder, era la creencia de que no podía ser derrotado precisamente porque el largo tiempo de permanencia en el gobierno, así lo corroboraba.

Cuando el poder se concentra, teniendo incluso la posibilidad de nombrar a un sucesor a modo, poco a poco se construyen los cimientos de una enorme torre de marfil en donde se recluye el gobernante absolutista, del cual depende el poder legislativo, ejecutivo, judicial, y cualquier otro. Nada se mueve si no pasa a través de la voluntad del ejecutivo mandón. Frente a tal aglutinación de poder, cualquier intento de crítica se nulifica. De esa forma, los consejeros áulicos no expresan mas reflexiones que aquellas que el gobernante quiere oír. El puesto les va en ello.

Consejeros áulicos

De tal manera, muy pronto las fuertes murallas concebidas como defensa se transforman en cárcel. Adentro se vive una realidad alternativa, que poco tiene que ver con la vivencia diaria del resto de la sociedad. Todos los ámbitos políticos entran en crisis, no hay operadores decentes, fuertes y con autoridad, solo incondicionales y aduladores. El barco hace agua.

Hace mas de treinta años, el 4 de diciembre de 1988, Corrales Ayala, perdía el municipio más importante de Guanajuato: León. Una sociedad harta de la primacía de un partido autista, ensimismado, cuya acción solo se entendía revisando la cauda de favores de su camarilla, resultaba vencido por una nueva generación de políticos, decididos a cambiar la forma de gobernar, evitando los múltiples abusos que se cometían a diario. Había que democratizar la vida pública. Abrir las ventanas y ventilar el espacio comunitario, para luego compartirlo con todos.

Dentro del sistema imperante, se materializaba la peor pesadilla del gobernador Corrales Ayala. Ahora debería enfrentar a una nueva casta, formada sólidamente en los valores democráticos. Los combates serían a campo abierto, sin robo y embarazo de urnas. Los altos muros del palacete ya no lo resguardarían del golpeteo diario, de una nueva forma de hacer política, contraria al claustro y a los acuerdos inconfesables.

Corrales Ayala, perdía presencia frente al vigor de nuevos políticos acompañados por viejos y pacientes luchadores. Era el principio del fin. Se posicionaba un liderazgo diferente frente al representante de un vetusto sistema. Un gigante con pies de barro, tambaleante, grosero e insostenible, por la incondicionalidad requerida entre su membresía para accionar y moverse. Sería cuestión de solo dos años para que la torre de marfil priísta se desmoronara totalmente. Es el destino de los partidos políticos que no solo no se adaptan al cambio, sino que persisten en gobernar desde las soledades del salón del trono, rodeados de voluntades torvas, acotados por intereses y negocios.

La potencia de un alcalde de oposición, desde la ciudad más importante del estado, acompañado por un ayuntamiento competente, bien dotado, con un gobierno que se despoje de los intereses urdidos en su entorno y que inicie una cruzada, seria y verdadera, en contra de la corrupción y los abusos, no puede ser resistida por un gobernador en conserva, rodeado de arlequines y bufones, dispuestos a hacer reír y agradar al soberano.

Jaque mate, el PRI perdió el poder el 3 de noviembre de 1991. Esa es la historia, ojalá sirva de ejemplo.

Corrales, Salinas y Medina