Carlos Arce Macías
La maldita epidemia que nos tiene confinados en nuestras casas, el miedo de acabar intubados, pero también la brutal incertidumbre respecto al futuro económico de los trabajos, negocios y servicios, de los cuales nos mantenemos, hace que agradezcamos cualquier mensaje positivo que surja durante estos días.
Me refiero al anuncio de la implementación de trámites digitales en una plataforma de vanguardia, experta, que utiliza inteligencia artificial para automatizar procesos y eliminar drásticamente la intervención del funcionario público, lográndose la posibilidad de realizar el trámite completo desde un teléfono inteligente, una tableta o computadora. Esto lo está presentando el gobierno local de Chihuahua, para beneficio de su ciudadanía.

El ciberespacio es una zona segura frente al COVID-19. La digitalización de los trámites que los particulares realizan en los municipios, es el método seguro para garantizar la “sana distancia” evitando contagios generados por largas colas y estancias prolongadas en espacios cerrados, en espera del desahogo de un pago, registro, licencia o permiso. Mantener estas condiciones, resulta criminal, durante la pandemia que padecemos. Pone en peligro a los ciudadanos y a los propios empleados gubernamentales.
Por eso, la solución es ubicar el trámite en el ciberespacio, logrando que se desarrolle de punta a punta, complementado con el uso de firma electrónica avanzada, para lograr que los interesados no necesiten presentarse físicamente ante una instancia gubernamental, pudiendo realizar los pagos desde las plataformas bancarias.
Un montón de gobiernos, con descaro, presumen que ofrecen trámites digitales, cuando solo hay en sus páginas electrónicas machotes de solicitudes, para ser descargadas e impresas en casa u oficina, para luego tener que presentarse en ventanilla. Nos mienten, eso no es gobierno digital, es un embuste.
Pero descubramos la trampa completa: la mayoría de los gobiernos, salvo contadas excepciones, se resisten a implementar una política eficaz de Mejora Regulatoria. Esta consiste en la revisión concienzuda de los trámites y la regulación que los produce, para ver si cumplen con sus objetivos y si los procesos sonlegales, sencillos y amables con los ciudadanos, de tal manera que sean de fácil cumplimiento. Aquí aparece el timo. Consiste en la fabricación de procesos farragosos, complicados y tardados, que eviten que muchos particulares cumplan requerimientos innecesarios para realizar ciertos negocios, actividades o establecer empresas. Sobresalen especialmente los registros de proveedores, los trámites de desarrollo urbano, de medio ambiente y las licencias de funcionamiento. Se evita una basta competencia privilegiando a unos pocos jugadores.

La corrupción, anida en los trámites y sus normas mal hechas (a propósito). Por eso, antes de digitalizar se debe realizar un análisis profundo de mejora de cada proceso. Este es el requerimiento imprescindible para que se generen beneficios para todos, y no solo para unos cuantos.
¿Cómo saber si en su municipio hay una convicción verdadera a favor del mejoramiento y simplificación de los trámites? Es muy sencillo. La Mejora Regulatoria rechina. Se oye en toda la administración. Pone incómodos a los funcionarios. Hay destituciones del personal resistente al establecimiento de mejoras. El ambiente laboral se tensa.
Si no ha detectado ese fenómeno en sus gobiernos, entonces se encuentran en una zona de confort, que evidencia que el cambio y la modernización no interesan a su administración. Todos están contentos, y seguramente las prácticas corruptas respecto a los trámites y las ineficiencias, seguirán prevaleciendo a costa del tiempo y dinero de los ciudadanos. Si digitalizan esos tramites, será peor.
En México tenemos solo dos municipios , uno con más de 100 trámites y otro con más de 50, digitalizados de punta a punta pero carentes de análisis profundos de impacto regulatorio. Luego viene Chihuahua con un puñado, pero con un trabajo de mejora y simplificación realizado a fondo y en tramites muy complicados como alineamiento y número oficial, licencia de uso de suelo, licencia de construcción y resolución ambiental, acompañados de un plan de comunicación ciudadana. Están disponibles en celular.
No nos equivoquemos, el chiste es desterrar la mala entraña, la simulación y el contubernio con los beneficiarios de trámites complejos. Digitalizar sin mejora regulatoria no sirve.
