PAN-QUÍMETROS O COMO PERDER GUANAJUATO

Carlos Arce Macías

 

Todas las cartas están echadas para el 2021. Es necesario acotar el desgobierno federal y enderezar el rumbo, para evitar una catástrofe económica nacional. El actual presidente, ilusionado dentro de una fantasía alternativa, nos ha llevado en pocos meses a un crecimiento nulo, de cero. Lo que viene puede ser mucho peor para todos.

 

Es momento pues, de que se sincronicen todos los dispositivos políticos a nuestro alcance, con la finalidad de que la oposición compita con fuerza y logre obtener la mayoría de los distritos federales, para restarle fuerza a los dislates del ejecutivo mañanero.

 

Pero por desgracia, no parece ser el caso en Guanajuato Capital. Acaso pocos se dan cuenta del gobierno de cuarta a que nos ha sometido Acción Nacional en la capital del estado. El gobernador Rodríguez, no se da por aludido de las torpezas constantes del alcalde Alejandro Navarro, personaje digno de un relato de Jorge Ibargüengoitia. Está a punto de dejar a Guanajuato convertido en ruinas.“Estas ruinas que ves”, podremos afirmar.

 

El último yerro del alcalde es la peregrina idea de implantar parquímetros en las cuatro calles que tiene la ciudad. Y es que miren ustedes, para quién no lo sepa, y Navarro parece desconocerlo, la ciudad colonial, patrimonio de la humanidad, no fue concebida para ser andada en autos. Su caprichoso urbanismo, desarrollado dentro de una profunda cañada, a la vera de un turbulento río, que más de una vez devastó la ciudad, fue surgiendo por necesidad de habitar cerca del área minera. Guanajuato se crea por sus riquísimas minas, que dieron enormes beneficios a la corona española. Pero se ubica en un lugar ingrato para hacer ciudad. Uno de sus principales retos fue el transporte del valioso mineral, desde las minas situadas en la sierra norte del centro urbano, hacia lashaciendas de beneficio ubicadas a lo largo del rio de Guanajuato. Esto se hacía a lomo de mula, la forma más eficiente de transporte, en esa época, a través de empinadas veredas, labradas sobre enhiestos cerros. Basado en estas características, el querido y legendario maestro universitario, Alfredo Pérez Bolde,  afirmaba que Guanajuato era una ciudad erigida para ser transitada por burros y personas, nunca por autos. 

 

Sin tener referenciado con precisión el grave problema que se enfrenta, se comprende que no le encuentren el hilo que nos conduzca hacia la solución. Tenemos una comunidad, hoy en día, que tiene más automóviles que hijos, pero quiere estacionarlos dentro de una población, acotada por cerros, que solo posee cuatro vías vehiculares.

 

Pues bien, en lugar de pensar en los serios problemas de movilidad que se enfrentan, en la necesidad de un transporte público eficiente, en la posible utilización de teleféricos y de que las pocas calles sean usadas para el tránsito de personas, ahora se intente convertirlas en estacionamiento, cuando deberíamos de suprimir la mayor cantidad posible de los aparcamientos en la vía pública para llevar los vehículos, paulatinamente, a estacionamientos fuera del entorno urbano. ¿Se imaginan el congestionamiento que se generará al colocar inmovilizadores en los autos que tendrán que ser remolcados por grúa, como sanción para aquellos que rebasen el límite de tiempo pagado? ¿ Permitirá el glorioso Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) pintarrajear las calles de la ciudad patrimonio de la humanidad para limitar, con precisión, los cajones de estacionamiento?¿Destinaremos los recursos del departamento de tránsito para ser empleados de la concesionaria y dedicarse a levantar las multas?

 

La actual administración capitalina ha sido absolutamente ineficiente. Los servicios han sido mal administrados y las quejas son constantes. De seguridad mejor ni hablamos, los índices de homicidio han crecido, y ha sido imposible llenar las plazas vacantes de policías. Los malos gobiernos no construyen buenas instituciones policiacas. El colmo, no ha podido siquiera, imponer el orden en las mesas y sillas que los restaurantes y cantinas ponen en los pocos espacios públicos. ¿Van a poder procesar, con la ciudadanía en contra, el tema de los parquímetros?

 

Y lo más importante: el aspecto político. Ya el gobernador y el presidente estatal de Acción Nacional deberían saberlo, y es que el olfato se nos ha vuelto sensible a los guanajuatenses, y el caso de los parquímetros nos huele a corrupción pura y dura.

 

Todos sabemos que el presidente municipal de San Miguel de Allende, personaje paradigmático entre los ejemplos de políticos de mala reputación, es el inspirador de muchas de las acciones de su clon, Alejandro Navarro. Como se ha intentado poner parquímetros en San Miguel (debe de ser muy buen negocio), es hora de instalarlos en Guanajuato. Y el procedimiento para lograrlo,  a estas alturas se encuentra totalmente desacreditado. Se le ha negado a los ciudadanos cualquier información sobre el estudio de prefactibilidad para la implementación de parquímetros, encargado y pagado por el municipio, reservándolo ilegalmente por cinco años. Toda la información respectiva permanece en la más completa opacidad. Y cosa por demás sospechosa, es la actitud de los regidores de oposición, tan poco proactiva en oponerse a una acción antipopular como esta.

 

Como la torpeza es la característica más destacada del obtuso alcalde, al tomar como ejemplo San Miguel, descarta el descontento ciudadano que enfrenta la autoridad municipal en aquél terruño, y no le da el cacumen para recapacitar sobre una diferencia fundamental entre aquella población y Guanajuato: el número de calles. La carencia de vías de comunicación en la capital del estado es tal, que su desagüe tuvo que ser habilitado como calle, para darle una mínima posibilidad de habilitarla para el paso de automóviles. 

 

Así las cosas, la política del PAN, tolerando un gobierno tan desordenado y poco capaz, pinta terrible. Pero si a eso le sumamos la rabia que se empieza a producir entre la población, por la introducción del cobro de estacionamiento en la vía pública, la pérdida electoral del municipio, es muy posible que quede asegurada para la próxima elección.

 

Y peor les cuento, el tufo a negocio sucio, bajo el diseño de un contrato leonino y una asignación de la concesión amañada y reducida a la invitación de tres empresas (ya se sabe cual ganará), sería la causa determinante para que los votantes abandonen totalmente la causa panista. ¿El dirigente estatal albiazul se da cuenta de este desastre? ¿No le importa la capital del estado al gobernador? Ya lo veremos. El 2021 se acerca ya. Pocas cosas más significativas para la destrucción de la oposición, que la caída del estado que derrotó a Morena en 2018. Empezar por su capital, sería un buen presagio… para ellos. Abran los ojos, reaccionen, todavía hay tiempo para componer el desastre.

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LA LOCURA

Carlos Arce Macías

 

¡Noticia bomba! En Guanajuato existe un déficit del 45% de policías. Sí, escudados en una estrategia temeraria y costosa, el anterior gobierno estatal permitió que el déficit se incrementara y que nuestro estado y sus municipios fueran deteriorándose en cuanto a nivel de operatividad contra la delincuencia, por escasez de policías . Ante los hechos, solo hubo, y hay, silencio; ningún reclamo directo de los encargados de hacer rendir cuentas a las autoridades en la materia.

Al estado le faltan por lo menos 8000 policías para alcanzar los promedios internacionales, que indican que deben existir 3 elementos de seguridad por cada mil habitantes. Solo tiene 9,484 y deberían estar enrolados por lo menos 17,600. Al problema se le suma una segunda circunstancia crítica, Guanajuato es la entidad puntera en policías asesinados: 60. De esa manera, nos hemos sumergido en un círculo vicioso mortal. Ese es el tamaño de la negligencia.

Efectivamente, los semáforos se fueron prendiendo paulatinamente, pasaron de verde a amarillo y luego al rojo, en tanto en las áreas de seguridad, con inusitada indolencia, todo continuaba con pasmosa tranquilidad, como si la entidad no tuviera gravísimos problemas de violencia criminal, en aumento acelerado. 

 

El ejecutivo optó por la explicación más torpe y tramposa: son los malos matándose, decía. Como si el homicidio doloso no fuera una conducta punible, por el solo hecho de que suceda. Si es entre sicarios y matones… adelante, no pasa nada, mientras que ciudadanos comunes, descuidados e indefensos no se encuentren en medio de las ráfagas de AK-47.

 

¿Cómo llegamos a esta espantosa locura criminal? ¿Por qué no se fincan responsabilidades a los negligentes? Esas son las preguntas que nos debemos hacer, y las responsabilidades que debemos exigir como ciudadanos. Iniciemos la autopsia del patético tema.

 

Los trágicos sucesos comenzaron por el desgaste del sistema democrático ante una partidocracia ruin y expoliadora. En los partidos políticos, sin la auténtica y libre participación de su militancia, se barajan y entregan puestos de representación popular, a los amigos incondicionales del sátrapa gobernante y de los circunspectos dirigentes partidistas. Ese es el mecanismo por medio del cual se somete a la voluntad autocrática, al poder legislativo, que debería ser independiente, y cuya función principal, no solo es hacer leyes, sino implementar la rendición de cuentas y generar contrapesos políticos. En nuestra realidad, la política se reduce a acuerdos cupulares y reparto de prebendas. Toda la arquitectura constitucional, ha caído por tierra.

 

A estas alturas, el anterior Congreso, salvo los débiles balbuceos de unos cuantos diputados, no exigió ninguna investigación, seria y profunda, a las instituciones de seguridad del estado. Sin reacción alguna ante las alarmas, se pudo llegar a faltantes de policías, del orden cercano al 50%. Hasta ahora, nadie se inmuta ni nadie reclama. El bozal está apretado. Las instituciones democráticas apabulladas. Maniatada, la representación popular, se nos muestra envilecida y sojuzgada. No en vano, un diputado me comentaba: 

 

 Es que todo les molesta allá arriba, no quieren ruido, cualquier estridencia y de inmediato nos regañan (sic).

 

Bajo tal presión, el sistema de control sobre el ejecutivo se ha desbielado, y no hay órgano que le exija responsabilidades sobre el baño de sangre que se extiende por todo Guanajuato, propiciado por su carencia de elementos de seguridad, entre otras causas. ¿Entendemos ahora por qué es tan importante contar con un Congreso funcional y diputados autónomos, que honren su condición de representantes del pueblo?  La partidocracia no solo liquida la democracia, sino permite la irresponsabilidad y la impunidad de pésimos gobernantes, que permitieron el quebranto de los cuerpos de policía.

 

Pero el problema no acaba allí, se prolonga al nuevo entorno gubernamental. El actual Congreso, no solo no equilibra, sino que nace humillado por el ejecutivo, al ser obligado a ratificar al procurador, como nuevo fiscal carnal de Guanajuato. El panorama no podría ser más negro. Cada diputado con su voto, se les advirtió, signó un obscuro futuro. Hasta hoy, no son dignos de representarnos.

 

Y las consecuencias se exacerban. Solo silencio de nuestros diputados, ante la escandalosa denuncia de esta semana, sobre el criminal déficit de policías, que propicia que los guanajuatenses padezcamos una inseguridad y violencia de locura y terror. Pregunta: ¿qué no deberían los diputados estar formando, urgentemente, una comisión de investigación sobre responsabilidades, con respecto a la actuación policiaca de los últimos cinco años?¿No hay cuestionamientos que hacerle al ineficiente funcionario que mantenemos como secretario de seguridad estatal? ¿No es hora de convocar a los alcaldes y jefes de policía de los municipios, a que rindan informes puntuales ante el Legislativo? ¿No es momento de investigar responsabilidades a un ex ejecutivo sonriente y bonachón, pero omiso y apático? Su negligencia, ahora lo constatamos, resultó funesta.

 

¿Sabemos en cuanto tiempo y que costo tendrá la formación de los policías faltantes? ¿Cuántas vidas costará el descuido? Y eso que no entramos al caso de la carencia de fiscales, que habrá que dejar para otra ocasión. Ahí, el déficit es también escandaloso.

 

Pongamos atención sobre el origen de estos problemas. Mientras nuestros representantes no sean genuinos, y sus compromisos se pacten, tan solo con los dirigentes de sus partidos, estos no asumirán su obligación de representación popular, y nunca iniciarán el reclamo de responsabilidades políticas y administrativas, permitiendo, así, la impunidad. En tanto, el panorama de seguridad en Guanajuato solo nos depara llanto y tristeza. La locura criminal prevalecerá, gracias a la falta de democracia interna de los partidos y con ello, de independencia de los poderes, que es la condición necesaria para poner coto a los malos gobernantes.

 

¿Queremos paz? Iniciemos por exigir una reforma política profunda al sistema de partidos en el estado y el fin de la impunidad a gobernantes irresponsables. Los diputados, hasta ahora floreros costosos, deberían investigar con seriedad las conductas dañinas de todos los funcionarios involucrados en el déficit de policías. Repetimos: urge terminar con la impunidad y, en su caso, fincar responsabilidades. Hay que dar los pasos iniciales para poner fin a la locura.

 

 

INGENIERÍA Y CIENCIAS ¿EL FEDERALISMO AL RESCATE?

Carlos Arce Macías

 

Luis Herrera Estrella es uno de los científicos más prominentes del país, especializado en las áreas de genética y biología molecular. Formado en el Centro de Investigaciones y Estudios Avanzados del Politécnico (CINVESTAV) y doctorado en la Universidad de Gante, fundó en 1986 en la unidad de Irapuato, el Laboratorio Nacional de Genómica (LANGEBIO). Es Premio Nacional de Ciencias y Artes 2002, Medalla de Oro al mejor inventor de la OMPI y es miembro de la Academia de Ciencias de Estados Unidos, entre muchas otras distinciones. Él y su equipo han generado 14 patentes. Entre los que conocen a profundidad el mundo de la investigación, saben que se trata de uno de los científicos mexicanos más cercanos al premio en ciencias más ambicionado a nivel mundial: el Nobel.

 

Pues bien, el doctor Herrera Estrella nos abandona. Deja Guanajuato, no sin el compromiso de seguir cercano, al ya famoso LANGEBIO de Irapuato. Parte a la Universidad de Texas Tech (TTU), en donde han conformado un gran laboratorio para el destacado científico mexicano: el Centro de Genómica Funcional del Estrés Abiótico. La construcción del Centro requirió de la disposición de un fondo de diez millones de dólares, compuesto por aportaciones de la TTU y de una bolsa del gobierno estatal llamada: Iniciativa de Investigación Universitaria del Gobernador de Texas (GURI). Esta agresiva política científica, implementada por el ejecutivo texano, pretende trasladar a ese estado, a los mejores investigadores del mundo en las áreas de ciencias, tecnologías, matemáticas, medicina e ingenierías. No se andan por las ramas, y están dispuestos a gastar lo necesario para mantenerse en las mejores posiciones mundiales en el ámbito de la ciencia, tecnología e innovación.

Herrera es una estrella en el campo de la biología, y dentro de ella, de los transgénicos. Su más reciente aportación ha sido el descifrado del genoma del aguacate tipo Hass. ¿Para que sirve esto? Sencillamente se trata de la generación de una “plataforma tecnológica”, que con base en el conocimiento del genoma del aguacate, podrá mejorare el cultivo de este producto de manera exponencial. Por ejemplo, se puede diseñar un árbol más resistente a las plagas, así como el mejoramiento de la calidad del fruto, haciéndolo más competitivo a nivel mundial. Las ventajas para nuestro país, con el desarrollo de esta tecnología, pintan un futuro promisorio.

 

El doctor Herrera es el modelo de científico que mas hace falta, no solo en México, sino en el mundo. Con sus patentes ha producido conocimiento, pero también valor agregado. En pocas palabras, ha generado riqueza.

Y hace bien el destacado académico en buscar la paz y libertad de un laboratorio avanzadísimo en Texas, en tanto pasa el feroz ataque del presidente de México en contra de los científicos y tecnólogos mexicanos. Mientras que en otras latitudes se apuesta por cuantiosas y constantes inversiones en ciencia y tecnología, nuestro presidente se extasía ante una vetusta prensa de madera (trapiche), accionada por la fuerza de una mula, para extraer el jugo de la caña, anunciando que ese es el tipo de esfuerzos que su gobierno apoyará, en tanto recorta presupuesto a las universidades y centros públicos de investigación.

Y mientras el tabasqueño acompaña a la mulita a dar vueltas al rechinante molino de madera, la directora del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (CONACYT) arremete contra los científicos, recorta programas y persigue a sus colegas expertos en transgénicos. Así lo hizo al defenestrar a la doctora Beatríz Xoconostle como directora del Centro de Investigaciones de Yucatán (CICY), por dedicarse a la biotecnología de transgénicos. También trae guerra declarada contra los miembros del Foro Consultivo Científico y Tecnológico, por su posición crítica en contra de una exótica iniciativa de Ley de Ciencia y Tecnología, impulsada desde el propio CONACYT. 

 

Para Álvarez Buyllá, científica ideologizada por un credo new age, que apuesta por los conocimientos ancestrales y la producción orgánica; el desarrollo de los organismos genéticamente modificados es pecado. En otro flanco, su aspiración es el desarrollo de una ciencia nacionalista, confinada a los esfuerzos internosdel país, que solo provocará la destrucción del sistema de ciencia y tecnología de México y su desvinculación con el exterior. La ciencia es global.

 

Ante tal desvarío, solo el federalismo mexicano, presenta una oportunidad de actuar, para rescatar parte de desarrollo científico de avanzada y la innovación. Así como el gobernante texano Gregory Abbott ha reaccionado al reto que nos plantea el futuro, en México, los gobernadores de los estados que han fincado su economía en el comercio internacional y la manufactura de punta, tienen una oportunidad de oro, para impulsar proyectos y atraer a los  científicos herejes de la ciencia oficialista, que, en la línea del doctor Herrera Estrella, produzcan valor agregado con sus investigaciones. 

 

Hoy en día, acumular capital científico es una de las mejores inversiones de un gobierno. Pero salir a festinar un cambio de modelo para pasar de la manufactura a la mentefactura, es una temeridad, en una sociedad que no reúna altas capacidades en ciencias e ingenierías. Desgraciadamente, hemos aprendido que solo la religión predica milagros; en el mundo real, las transformaciones de fondo, requieren largos procesos de capacitación y enseñanza, imposibles de realizar de la noche a la mañana. Hay que formar una élite de científicos e ingenieros que sostengan el cambio y la innovación que se pretende, o importarlos de otros países y permitir su adaptación, que no será rápida, a las condiciones de cada región.

 

Pongo un ejemplo: la industria automotriz. En los próximos cinco o diez años, el automóvil sufrirá grandes transformaciones. Pasará de ser una máquina de combustión, a transformarse en un motor eléctrico rodeado de software. Esto significa un cambio radicalen la producción de automotores. Las potencias tecnológicas mundiales nos llevan décadas de ventaja. ¿Cómo enfrentará esta transformación la región  Centro-Bajío-Occidente (Jalisco, Guanajuato, San Luis, Aguascalientes y Querétaro), sin el suficiente capital humano, que cuente con capacidades científicas y de ingeniería, para tomar el paso de las nuevas invenciones en el sector?

 

El problema resulta difícil de resolver. A nivel del gobierno central, poco habrá de rescatable, aparte de los trapiches tradicionales y las ceremonias a la madre tierra. Ellos tienen otros datos. Por su parte, los estados engarzados a la economía mundial, altamente exportadores, deberán invertir en generación de capital humano, que pueda solventar el reto, y fundar las bases de una emergente economía del conocimiento, asentada en sus territorios.

 

Greg Abbott , el gobernador texano, lo otea asertivamente desde Texas; no se si los mexicanos, especialmente los de la Alianza Centro-Bajío-Occidente, adviertan con claridad el reto y decidan intentar acrecentar los núcleos de ciencias e ingenierías en su región . Si quieren seguir haciendo lo mismo, desde gobiernos tradicionales, huraños y medrosos, concentrados en la obra pública habitual, y bajo la influencia anticientífica de un gobierno central autoritario y torpe, poco se avanzará. 

Por lo pronto, despidámonos, agradecidos, del doctor Herrera Estrella, deseándole que cultive muchos éxitos. Ojalá la apuesta por la ciencia, la tecnología y la innovación, fueran prioridad para nuestros gobiernos federal y estatales. Sin embargo el panorama es tenebroso y desesperanzador. Así estamos, hasta ahora, no hay valientes en el horizonte.