CIENCIA A CONTRAPELO, UNA SALIDA

Carlos Arce Macías

 

Bajo angustia y presión, el Foro Consultivo, Científico y Tecnológico A.C., órgano autónomo de consulta del Poder Ejecutivo Federal, advierte al presidente de la República: Se verán afectadas por los recortes al gasto, las investigaciones llevadas a cabo por personal altamente calificado, como las relacionadas con la salud en general, las enfermedades infecciosas y crónicas, la diabetes, la obesidad; la salud mental y las adicciones; los derechos humanos, la migración y las presiones demográficas; los estudios de riesgo geológicos, sísmicos y meteorológicos; el cambio climático, su prevención y mitigación; la generación de energías limpias; la alimentación, el agua y la agricultura; la enseñanza y la educación; la preservación de nuestro patrimonio cultural, histórico y arqueológico; los materiales avanzados; la extracción mejorada y eficiente de hidrocarburos; el cómputo, la inteligencia artificial, las matemáticas, las telecomunicaciones y la aeronáutica, entre muchas otras.

 

El párrafo no tiene desperdicio. Alcanza a darnos una idea general del impacto que la toma de decisiones, torpes y desinformadas, del presidente de México, está produciendo en diversos rumbos de la administración. Recientemente, un especialista en temas científicos me revelaba:

Si hoy se pudiesen reparar las pésimas decisiones en materia de política científica y tecnológica, y se procediera a rescatar el CONACYT de las tinieblas que ahora lo acosan, bajo una pésima dirección,  la nueva directiva tardaría por lo menos dos años en recomponer los daños provocados. 

 Traducción: en menos de seis meses, en temas de ciencia, tecnología e innovación, ya nos retrasaron dos años. ¿Cómo acabaremos este dramático sexenio? ¿Con que rezago? Pero aparte, el nuevo gobierno contribuirá a hacer al país más dependiente de la ciencia y tecnología extranjeras. En pocas palabras, estará contribuyendo a lograr exactamente lo contrario a lo proclamado en el discurso oficial. La llamada ciencia “nacionalista” acentuará la necesidad de pedir y suplicar al exterior, ayuda para resolver nuestros problemas, en poco tiempo. Absurdo.

 

Inmersos en esta necedad, los dirigentes a cargo de la maltrecha nave científica, por ejemplo, han decidido que resulta innecesario que los científicos mexicanos viajen fuera del país. Bastante hemos tenido con que muchos de ellos hayan cursado maestrías y doctorados en el extranjero, en dónde solo han aprendido cosas malas y perversas, afirman. Ahora se requiere del permiso especial para viajar bajo los auspicios gubernamentales. Así acabarán con la participación en convenciones y reuniones de especialistas, en trabajos de investigación interdisciplinarios y en experimentación en diversos laboratorios con grupos de científicos internacionales. En fin, una locura.

 

Por lo pronto, los centros de investigación han sido duramente golpeados, al cancelar los contratos por honorarios (es imposible conseguir una plaza en el gobierno federal desde hace años), al retirarles los seguros de desempleo y de gastos médicos mayores y reducir los estímulos diversos, como los de publicaciones y libros.

 

Pero el ataque no para ahí. Por lo pronto la cuatroté, ya desmembró a la Universidad Autónoma Metropolitana, manteniéndola en una larga y letal huelga. Ahora, apoderarse de sus despojos será fácil. Pero también van por la UNAM. Es más que sabido en el medio, que ya cuentan hasta con prospectos para encumbrar a algún incondicional como rector confiable. Se trata de un objetivo estratégico, para su plan de control político y adoctrinamiento. Pronto asistiremos a esta desgastante lucha, de la que, difícilmente, la principal institución universitaria del país, saldrá bien librada. Mientras el área de ciencias y educación superior se pudre y carcome, las cien universidades patito del plan gubernamental, sin rigor académico alguno, se establecerán como clubes y centros de apoyo, reclutando a la juventud maleable.

 

Por lo pronto, los gobernadores que posean un poco de dignidad y valentía, deberían combatir por la sobrevivencia de sus centros de investigación, situados en cada uno de sus estados. Llamo especialmente la atención en el caso del centro del país, el Bajío y el occidente, por sus necesidades de investigación y desarrollo, vinculadas a la potente industria asentada en cada entidad. Para Guanajuato, Querétaro, Jalisco, Aguascalientes y San Luis Potosí, es vital la conservación de la infraestructura en investigación y conocimiento de punta.

 

Ante la revolución de la industria 4.0, que implica el uso de inteligencia artificial, y sumergidos en la economía del conocimiento, cada día se requiere mayor número de investigadores y científicos, pero también de ingenieros. Los ingenieros son la parte más sensible de la ecuación que resuelve el paso de la manufactura a lo que han dado en llamar mente-factura o innovación radical. En este punto hay malas noticias para México: no hay ingenieros que detonen esos procesos. 

 

Los ingenieros innovadores, que transforman radicalmente la realidad se forman en grandes centros de conocimiento, como es el caso de Harvard, Stanford, MIT y el Technion de Israel. Nuestros ingenieros no llegan a esos niveles. Doy un dato: el MIT tituló en 15 años cerca de 16,000 ingenieros, muy pocos. Pero estos formaron empresas innovadoras que sumado su valor, serían la economía número 17 del mundo. Ese es el poder de la innovación en su máxima expresión.

 

Entre tanto en México nos encontramos inmersos en un combate por la sobrevivencia de un delgado y titubeante sistema de centros de investigación, frente a la pseudociencia, el fanatismo ideológico y la ignorancia. Habría que encontrar santuarios para los investigadores de universidades y centros de investigación, que bien pueden ser las ciudades y los estados mas vanguardistas, en entidades sensibles a las necesidades de conservar competitividad internacional y proclividad por la innovación.

 

Para concluir, no estaría mal atreverse a iniciar un proyecto de largo plazo para la formación de ingenieros de altísima calidad, de élite, que contraste con la masificación y medianía académica que pretende la política de la cuatroté. Consiste en la formación de una institución regida por los más altos estándares de calidad educativa, con 1000 estudiantes de licenciatura y 250 de posgrado, 100 profesores, contratados, exclusivamente, en las 50 mejores universidades del mundo, con laboratorios de punta, salones de clase, conferencia y dormitorios. Áreas para viviendas de profesores y ubicado en las cercanías de algún centro urbano que garantice buena calidad de vida. No se trataría de un proyecto gubernamental, más que inicialmente; su viabilidad se cimentaría, como en el caso de grandes instituciones educativas, en la constitución de fondos patrimoniales, soportados por el gremio empresarial, verdaderamente comprometido con el progreso del país. Un proyecto que se convierta en el ejemplo de lo que México escapaz de realizar, aún con vientos en contra. Para iniciar no se requieren más de 100 millones de pesos y un terreno adecuado.

 

Debemos estar listos para entrar en acción, no confrontando ni peleando con rijosos, sino construyendo los arquetipos que el futuro nos reclama. Es una posición políticamente más inteligente, basada en la inteligencia y que plantea problemas que solo con inteligencia se resuelven, no con ideologías.Apostar por el imperio de la razón. Piénselo quien lo deba de pensar y pueda asumir un reto de esa magnitud.

 

 

 

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CONSERVADORES

Carlos Arce Macías

Después de su fusilamiento, el cadáver del general Miguel Miramón fue trasladado a la Ciudad de México. Sufragados los gastos por su hermano, Bernardo, y sin la presencia de ningún miembro del clero, por cuyos privilegios tanto guerreó, fue sepultado en el panteón de San Fernando. El general Santiago Blanco, se acercó a la viuda, Doña Concha Lombardo, para decirle:

 La muerte del general ha sido una gran pérdida para el Partido Conservador.

Con enojo y firmeza la viuda le respondió:

-Todos ustedes están enterrados en esta tumba.

(La Derrota de Dios, José Luis Trueba Lara pag.32 Ed. Suma de Letras)

 

El tema de los conservadores viene a cuento, porque el presidente de México, transformado en historiador matutino, insiste en construir molinos de viento para combatir contra ellos. En varias ocasiones sus aspas lo han atrapado y vapuleado. Cree saber de historia, cuando solo conoce y le interesan relatos ideologizados. 

 

Inmerso en su mundillo provinciano, no cuenta con elementos de historia universal, que le aporten una perspectiva más amplia que el simplismo de relatos comunes. Esto lo lleva a equivocarse constantemente. Es como querer explicar las matemáticas, conociendo solo la resta.

 

El conservadurismo se perfila como una respuesta a la derrota de Napoleón durante el periodo denominado de la Restauración, en el que Rusia, Austria y Prusia procuran el rescate y conservación del viejo orden, basado en gobiernos de corte monárquico. Los intentos de preservación de las monarquías, cundieron por muchas regiones. Pero el frágil equilibrio europeo duró muy poco, pronto renacieron las revoluciones y movimientos políticos.

 

Nueva España no fue la excepción. Primero se evitó la independencia promovida por el propio virrey José de Iturrigaray, luego se liquidó la revuelta de Hidalgo y Morelos. Para 1820, cuando ya todo estaba bajo control, surge la amenaza de que la Constitución de Cádiz de 1812, entrara de nuevo en vigor, ante el triunfo de los liberales españoles encabezados por Rafael del Riego. Los grupos novohispanos dominantes, al mando de Agustín de Iturbide reaccionaron velozmente decretando la independencia, garantizando así sus intereses. Nace  entonces, el  primer Imperio Mexicano.

 

Los conservadores, luchaban por el mantenimiento del orden tradicional, basado en el predominio de los intereses de los peninsulares y criollos, del ejército, pero sobre todo, de la Iglesia Católica Novohispana. Su divisa: Religión y Fueros. Siempre encontraron durante esta época apoyos europeos, derivados de las monarquías más potentes. En toda ocasión su sostén fue Europa.

 

 Mientras tanto, los liberales, organizados a través de las logias masónicas (yorkinas y del rito nacional mexicano), promovieron cambios estructurales basados en la desamortización de los bienes del clero y el reconocimiento pleno de la garantía de libertad religiosa, que conlleva la construcción de un Estado laico. Siempre fueron inspirados y respaldados por la nueva potencia hemisférica: Estados Unidos. 

 

De esa manera el juego geopolítico se planteó entre los intereses europeos y norteamericanos, México siempre fue víctima de esta condición, ya que el triunfo de conservadores o liberales, significaba a su vez la victoria de europeos o estadunidenses, y por consecuencia,  la consolidación de un poder hegemónico sobre el continente americano. Juárez por ejemplo, pudo sostener su lucha contra el Imperio de Maximiliano gracias a los apoyos de nuestros vecinos del norte, mientras los conservadores combatían apoyados por las bayonetas francesas.

 

No es recomendable recrear sangrientas guerras civiles, y tampoco asumirse como parte de un bando decimonónico, ya que, fuera de contexto histórico, se genera una cadena de incongruencias mayúsculas, que restan confianza y certidumbre al discurso presidencial. La congruencia es el punto neurálgico, ya que el ejecutivo federal se asume liberal, pero en muchas ocasiones acaba coincidiendo con posiciones conservadoras. Veamos.

 

El conservadurismo tuvo como línea de acción primigenia la reivindicación del cristianismo y pez Obrador profesa en una de sus sectas. Por otra parte, los conservadores mexicanos, apostaron todo en defensa de otra rama del cristianismo: la Iglesia Católica. Ambos coinciden en la defensa de la religión, mientras para los liberales lo religioso queda en el ámbito interno de cada persona.  Confundir pues, la tribuna presidencial con púlpito, resulta profundamente conservador.

 

Los conservadores siempre fueron seducidos por la monarquía, en tanto los liberales se decantaron por la república. Mientras el monarca concentra el poder, el liberal intenta su dispersión. A los primeros, el voluntarismo monárquico y el autoritarismo, no les incomodaba, así como nuestro tabasqueño presidente, no parece sentirse angustiado concentrando el poder. Alejarse del ánimo republicano, intentando imperar sobre el legislativo y judicial, no lo perturba; acomodándose a una práctica típicamente conservadora.

 

El fuero militar ha sido otro de los pilares del conservadurismo. Mientras que el control del uso de la fuerza, supeditándolo a la autoridad civil, fue la bandera de grandes liberales como Ignacio Vallarta; el camino recorrido hasta hoy por el nuevo presidente, es el de la entrega y empoderamiento ilimitado de las fuerzas armadas, como desde hace mucho no lo habíamos visto. Otra política totalmente conservadora.

 

 El movimiento que encabeza Andrés Manuel, contiene grandes inconsistencias. Por un flanco sostiene líneas de compromiso con la libertad individual, materializadas, hoy en día, en el apoyo al matrimonio igualitario y el aborto, mientras pacta alianza con el Partido Encuentro Social, cuya ideología conservadora, que se origina en las creencias de agrupaciones cristianas, en torno a La Biblia. Su actitud resulta muy poco liberal.

 

Pero también se estrella en sus conferencias mañaneras, al atacar al Porfirismo, que es otra de sus fobias. Apunto: Porfirio Díaz, junto con Mariano Escobedo, fueron los sables liberales que derrotaron al Imperio de Maximiliano. Mientras Escobedo rendía Querétaro, Díaz conquistaba Puebla y recibía la rendición incondicional de la Ciudad de México. ¿Conservador Don Porfirio? Al fin de la guerra de intervención, fue el general liberal más famosos, aparte de pertenecer a una logia masónica del rito nacional, en grado 33 (Porfirio Díaz. Su vida y su tiempo I. Pag.151. Carlos Tello Díaz).

 

Para rematar, tranquilicemos el estridente ambiente en que vivimos ahora. El partido conservador fue sepultado con Miramón. Su viuda, Concepción Lombardo, dejó unas extraordinarias “Memorias”, en las que plasmó estas frases: “El Partido Conservador naturalmente inepto y desalentado, después del drama de Querétaro, fue acabando poco a poco, hasta que desapareció por completo” (Una mirada femenina: Porfirio Díaz visto por Concha Miramón. Patricia Montoya Rivero. UAM pag. 70). 

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Por medio del discurso mañanero, López Obrador intenta resucitar a un muerto, para construir un mito,  y sobre este, fincar una épica que termina en caricatura. Así, cada madrugada, continuará girando enganchado en las aspas de sus molinos de viento. Preciado tiempo presidencial, irresponsablemente desperdiciado.

 

 

EL MUNICIPIO EN LA CUATROTÉ

Carlos Arce Macías

 

El municipio es un ente olvidado en la visión de cambio de la llamada cuarta transformación. La concentración de poder en el presidente, hasta ahora su principio y final, su alfa y omega, su ser, su todo, impiden la promoción de ideas, más allá del voluntarismo desplegado por el ejecutivo federal.

 

El Estado mexicano, en su concepción descentralizadora, presenta tres ámbitos de gobierno: el central, el estadual y el municipal (Federación-Estado-Municipio), de los cuales el menos desarrollado es este último. La contienda en el siglo XIX entre el poder central y los estados, dejó su marca la hasta nuestros días. Por su parte las autoridades municipales no han sido capaces de construir acciones concertadas para reclamar sus fueros. Han sido continuamente ninguneadas por la federación y sus propios estados.

 

El gobierno central siempre ha sostenido que en aras del artículo 116 de la Constitución, los municipios son tema de los estados, algo parecido a pensar que la entidad federal es la mamá de unos pollitos llamados municipios. Nada más iluso.

 

México aún no parece despertar a nuestra realidad actual. El país está poblado en derredor de ciudades. El 80% de la población vive en núcleos urbanos. El campo se ha despoblado paulatinamente en el transcurso del siglo XX. Las ciudades marcan hoy la pauta, sin embargo, ha sido un proceso poco atendido por parte del Estado mexicano y sus congresos.

 

En el año 2000, con el triunfo del PAN, las perspectivas eran muy halagüeñas para los municipios. Vicente Fox construyó su victoria, no por estados conquistados, sino por ciudades ganadas. El PAN dominaba las grandes ciudades mexicanas. Las había gobernado muy bien, durante el último decenio del siglo XX. Guadalajara, Monterrey, Tijuana, Ciudad Juárez, León, Torreón, Tampico, entre otras hasta que se logró la victoria en lo que se llamó el corredor azul en el Estado de México. Allí comenzó la debacle. Todo lo que se relacione con el EDOMEX, se contamina con corrupción. Es infeccioso. 

 

En aquél momento se esperaba una época dorada para el gobierno de las grandes ciudades. La enorme derrama de recursos hacia los estados, preveía presupuestos robustos que se utilizarían para modernizar los centros urbanos. En muchos casos esto ocurrió, pero en otros, lo que se empezó cimentar fue una organización mafiosa dedicada a la expoliación de los gobiernos locales.  Obtener una posición como alcalde, síndico o regidor, significaba la garantía de realizar cualquier negocio y traficar influencias. 

 

Los estados, salvo unos cuantos, acrisolaron bandas de funcionarios, dirigidas por los propiosgobernadores, dedicadas al saqueo. Las administraciones panistas no solo no fueron capaces de combatir y transformar ese entorno, sino que aprendieron y copiaron,  muchas de las mal mañas de sus adversarios priístas.

 

En el 2012 los atlacomulcas, una tribu salvaje, depredadora de las arcas públicas, llegó al gobierno federal. Colonizaron, en posiciones clave la administración, y saquearon impunemente municipios, estados y a la propia federación. No se entiende, pues, el manto de impunidad que se ha garantizado, desde el nuevo gobierno, para la perniciosa pandilla saliente.

 

Hoy, motivados por el hartazgo a gobiernos deshonestos, dejamos atrás la esperanza de un verdadero cambio, y comenzamos a vivir la peor gestión económica y administrativa de los tiempos modernos. El gobierno federal depende de la voluntad mañanera del presidente. Solo lo que el ordena en sus publicitadas comparecencias ante medios, se intenta realizar. Es un gobierno hermético a las ideas externas. Únicamente lo que sanciona el presidente es acometido por su ineficaz y rala burocracia. Y lo que realmente interesa, es construir, no gobernar. A las pruebas me remito: Santa Lucía, Trenecito Maya y Refinería de Dos Bocas.

 

Pero si bien, muchos estados han sido los precursores de esta forma personal de gobernar, los municipios no parecen haberse quedado atrás, aunque sean de distinto partido. La obra pública, la que genera moches, es lo que realmente importa. En el camino quedan olvidados el caudal de servicios, comenzando por el de la seguridad pública, que deben prestar. Lo interesante es construir lo que sea, pero construir.

 

Ahora surgen muchas críticas a la conducta bravucona y ocurrente del nuevo presidente. Se detecta la paja en el ojo ajeno, pero no la viga en el propio. Nuestros gobiernos locales, están sujetos, no a los planes y programas que garantizan la gobernanza municipal, sino también a ocurrencias que pueden competir, en su escala, con las de AMLO. 

 

En mi pueblo por ejemplo, mientras se incendia un tiradero municipal que contamina con lixiviados los cuerpos de agua de nuestro entorno, donde la basura se recolecta ineficientemente, el alumbrado público es inexistente en muchas zonas, el transporte público es de los peores en el estado, pero sobre todo, en donde la seguridad pública se ha visto menguada a un nivel intolerable, por la simple y sencilla razón de que no contamos con un cuerpo de seguridad profesional, la prioridad de nuestro miope gobiernito local, es la construcción de un museo para las célebres Momias de Guanajuato y rehabilitar una deteriorada plaza de toros de propiedad privada. Olé. Allí están nuestros santa lucías y Dos Bocas. Igualito que el Peje. Hacer obra pública para que deje dividendos obscuros.

 

El caso de las momias, lo he sostenido hasta la saciedad, me parece un esperpento. Que una ciudad base su turismo en la exposición de cadáveres al público, resulta indignante. Propongo una idea: podríamos complementar la macabra exposición con una buena selección de fotografías de momentos agónicos de parientes de los miembros del ayuntamiento. Sería una elegía al morbo, como todo lo relacionado con esa perturbadora exposición. Todo para vender chácharas en un tianguis anexo. Degradante.

 

Gestar un cambio profundo en las administraciones municipales no está en la visión de la cuatroté. Por eso, si en algo se debe de centrar el contraste con gobiernos de otra marca, debería de ser por el predominio en la técnica para gobernar y tomar decisiones pertinentes, de operación eficiente, de transparencia y rendición de cuentas. En un gobierno verdaderamente diferente, debería privilegiarse la planeación, programación, monitoreo y auténtica participación ciudadana. Las organizaciones de la sociedad civil, deberían estar en auge. Pero eso no pasa en mi pueblo. Solo imitan al presidente. La misma gata…

PENSAR EL MUNICIPIO, EL CITY MANAGER

Carlos Arce Macías

 

En recuerdo de Eliseo Martínez, gran alcalde de León

 

Corría el año de 1993, cuando desde la Asociación de Municipios de México (AMMC), conformada principalmente por las grandes ciudades mexicanas, se iniciaron relaciones con la International City/County Management Association (ICMA). Esta potente agrupación, que cuenta con más de 8000 afiliados a nivel mundial, posee la experiencia, capacidad técnica y rigor ético, para coordinar un gremio cada vez más importante en la vida de los ciudadanos que aspiran a ser bien administrados: el de los gerentes de municipios, condados, pueblos y ciudades.

 

Luego de una visita a Alemania, destacaron las iniciativas de dos alcaldes: Humberto Rice y Eliseo Martínez, los cuales impulsaron la primera asociación de municipios, así como la vinculación con asociaciones de otros países (España, Chile y Argentina) y con iniciativas globales, del ámbito municipal, como la Unión Internacional de Autoridades Locales (IULA). Allí se acrisoló el primer contacto con los gerentes profesionales norteamericanos y canadienses de la ICMA.

 

Existe una larga tradición de asesoría en materia de administración de ciudades desde Estados Unidos y Canadá. Incluso, ICMA mantiene una representación permanente que opera desde Guadalajara. Su función es asesorar a municipios en cuestión de ética pública, y el diseño y adaptación del arquetipo de City Manager para México. 

 

La adopción de un modelo de administrador de ciudad, es una idea en busca de un ayuntamiento innovador y un alcalde audaz y visionario, que tengan como meta la evolución de la administración a un estatus superior. Reflexionemos… tenemos décadas haciendo lo mismo,  repitiendo el modelo medieval que nos fue heredado por Castilla. La ciudad de Veracruz, recién acaba de cumplir los quinientos años de su fundación, por Hernán Cortés. Desde entonces la estructura de gobierno comunal ha sido la misma, no ha variado, produciendo los mismos resultados.

 

El modelo de City Manager surge en Estados Unidos, entre 1890 y 1920, como parte de las reformas más profundas a nivel administrativo, provocadas por la crisis moral y ética, en que la corrupción se apoderó de las administraciones locales, teniendo como causa la industrialización, los monopolios, la urbanización explosiva y la inmigración acelerada. La respuesta fue un movimiento político denominado Progresismo”. Liderado por políticos de gran calidad como Theodore Roosvelt, Robert La Follette, Woodword Wilson, Grace y Edith Abbott; el gobierno de las ciudades americanas se transformó radicalmente, dando pie a la estructura de grandes y pujantes comunidades, bien administradas, por una burocracia profesional. Si se analiza el mapa de Estados Unidos, nos daremos cuenta que el país se puede resumir a una densa red de ciudades en el este, y a lo largo de su costa del Pacífico. En síntesis, Estados Unidos es un conglomerado de pujantes y briosas ciudades.

 

Aunque el movimiento comenzó en 1908, fue hasta 1912 cuando se nombró el primer City Manager en Sumter, un pequeño pueblo del estado de Carolina del Sur. Hoy la ICMA da servicios a más de 11,000 ciudades, pueblos y condados en diversas partes del mundo. El modelo es replicable y ha probado con creces su éxito.

 

En México se han dado pasos temerosos en pos de adaptar el esquema a la administración pública mexicana. Sin embargo se ha  experimentado en Tijuana, Texcoco, Ciudad Juárez y Puebla. El problema que se enfrenta para la sobrevivencia y preservación de este buen modelo, es que obliga a la formación de un servicio profesional de carrera, dentro de la administración municipal; liquidando el actual modelo de gobierno-botín que impera, hasta hoy, en nuestro país. Efectivamente la herencia feudal del gobierno local mexicano, parte del supuesto de que la administración es un patrimonio de los políticos que se encumbran en cada localidad, un botín a repartir. Así el partido que triunfa electoralmente dispone de puestos y chambas para sus militantes. En tanto, los funcionarios tienen abierta la puerta para sobornar, hacer negocios y traficar influencias. León y algunas contadas ciudades han dado la batalla contra este deplorable fenómeno. Pero pocos municipio se salvan.

 

El paso a una administración profesional, bajo el control de un funcionario experto en gobierno, que planea, programa, ejecuta, monitorea y evalúa las políticas públicas acogidas, significa un largo paso hacia el buen gobierno al que casi todos aspiramos. Si se desea establecer un claro contraste con otras fórmulas de gobernarnos, esta es una opción excepcional.

 

El temperamento del prototipo de City Manager, va desde la concepción de un simple Auxiliar Administrativo, hasta un verdadero y poderoso Jefe de la Administración de un municipio. De poco sirve la primera opción, porque resulta menos potente que el tradicional Oficial Mayor. Se debe de aspirar a modelar una figura intermedia, bien definida normativamente, que controle casi toda la administración. Así el alcalde quedaría parcialmente liberado de la parte administrativa, para dedicar sus afanes al área política y de comunicación, y sobre todo a los problemas de difícil solución e implementación, como el gobierno metropolitano y la relación con las autoridades estatales. Su potencia política se incrementaría, al poder disponer de mas tiempo para reflexionar e interactuar a nivel estadual, e incluso, federal. El administrador piensa en el día a día, el Presidente Municipal en el futuro.

 

Confiamos en que el ayuntamiento de León y su alcalde, se aventuren a rebasar el tedio cotidiano. El reto es trascender, descollar, e innovar en la forma de enfrentar los problemas. Lograr una forma eficiente y eficaz de construir el bien común. Por eso la valentía se agradece y premia. Así sea.