Carlos Arce Macías
El tema Chihuahua sigue “in crecendo”, motivo por el cual me veo obligado a seguir tratando ese conflicto en esta columna. El impacto que este nuevo e imprevisto fenómeno pueda tener en las campañas, resulta imposible de predecir. Conforme pasan los día, y las investigaciones avanzan, se revela nueva información sobre más personas involucradas en el grave expolio que sufrió el estado norteño.
La diferencia para lograr descubrir los minuciosos detalles, de las maquinaciones para extraer dinero público, es el enfoque con el que se dirige la investigación; mientras en otros estados, las autoridades se orientan en buscar a algunos funcionarios señalados como peculadores, para identificarlos, extraditarlos y ponerlos tras las rejas, en Chihuahua se tomó un rumbo diferente: aparte de perseguir a los sospechosos de peculado, construyeron bases de datos, cruces de información, identificación de cómplices y otros actores, para obtener un complicado mapa de la red de corrupción que operaba en el estado.
Durante la pasada semana, con meticulosidad, fue explicado este proceso a los integrantes de la “Red por la Rendición de Cuentas”, una coordinadora que incorpora a órganos autónomos, organizaciones no gubernamentales y organismos internacionales, dedicados al seguimiento de las políticas de transparencia, rendición de cuentas y anticorrupción en México. Al evento acudió el gobernador Javier Corral, acompañado de su ya famoso fiscal César Augusto Peniche y de la siempre asertiva secretaria de la Función Pública, Stefany Olmos. Poco a poco, los chihuahuenses fueron revelando el rostro del monstruoso fenómeno que campea por todo el país.
-“El que quiera combatir la corrupción en México, se peleará con el mundo” -, espetó al inicio de su comparecencia el envalentonado gobernador norteño.
Y así lo fue evidenciando, al mostrarnos el esquema de relaciones con que opera el intrincado y profuso sistema de la corrupción. Esta se expande y coloniza muchísimas áreas de la administración, dedicándose a extraer recursos del erario estatal. Pero la aportación más importante al estudio de la organización de redes en torno a la corrupción, es el conocimiento de un segundo sistema, que encubre, provee protección, y garantiza la impunidad. Lo describo.
CIRCULO DE CONFIANZA.- Inicialmente, el sistema opera desde el primer círculo de confianza del gobernante. Este se compone por familiares o amigos incondicionales, que han comprobado lealtad a toda prueba. Estos son ubicados en puestos claves de control de flujo de dinero. Desde ahí se ordenan y coordinan las diversas acciones de “extracción” de recursos públicos
NEUTRALIZACIÓN Y COPTACIÓN DE ÓRGANOS DE CONTROL.-Desde ese primer círculo, con cuatro o cinco incondicionales, se desagrega la red a todo el gobierno. Un punto muy sensible son los órganos internos de control. Estos deben de ser neutralizados y cooptados, para que se integren a la red de corrupción. De esa forma se brinda la seguridad necesaria para evitar cualquier investigación o auditoría, garantizando la impunidad de las acciones expoliadoras. En Chihuahua, gran parte de las operaciones obscuras, contaron con la colaboración de las áreas de contraloría y auditoría gubernamental.
LOS MEDIOS DE COMUNICACIÓN.- La capacidad de controlar a los medios de comunicación, resultó vital para permitir la tranquilidad de todos los participantes en el saqueo del erario chihuahuense. El gobierno de Duarte gastó 1107 millones de pesos anuales, para distribuir entre la prensa y medios electrónicos y digitales, logrando anular cualquier denuncia o investigación periodística, que evidenciara el desvalijamiento del patrimonio público o propiciara el ejercicio de una prensa libre.
CONTROL DE LA OPOSICIÓN.- Prohijar partidos de oposición sumisos al poder del gobernador Duarte, resultó ser una garantía para operar con tranquilidad la realización de peculados dentro del gobierno, sin temor a ser descubiertos o denunciados. Someter a los opositores requirió de la compra de incondicionalidad a través de dinero y prebendas. Solo el voto de aprobación del último endeudamiento multimillonario, fue pagado a mas de 2 millones de pesos por diputado.
PARTIDO GOBERNANTE.- El control absoluto de su partido, fue el postulado sobre el que se actuó durante el reinado de César Duarte. A fin de tener formas eficientes de premiar la incondicionalidad o castigar el disenso, se llevó a cabo una minuciosa operación sobre el PRI local, para mantenerlo sujeto a la voluntad del Ejecutivo, y colaborar en el encubrimiento de todas las maniobras tendientes a permitir la extracción de fondos gubernamentales. Las transferencias de apoyos y fondos fueron cotidianas.
COBERTURA PARTIDISTA NACIONAL.- Duarte logro una íntima coordinación con la dirigencia nacional de su partido, a la cual proveyó de fondos para enfrentar diversas batallas electorales. Bajo esas circunstancias, siempre contó con la complicidad de la instancia partidista nacional, que le aseguraba realizar el desfalco sin correr riesgo alguno.
De esta dramática narración del caso Chihuahua, presentada por el gobernador Corral y sus acompañantes, podríamos encontrar varios indicadores, que de resultar positivos, que pudieran advertir a la sociedad sobre la posible operación de una red de corrupción en su gobierno. Para ello, elaboramos el siguiente test:
CUESTIONARIO PARA IDENTIFICAR LA OPERACIÓN DE REDES DE CORRUPCIÓN EN UN GOBIERNO ESTATAL
1.- ¿Hay identificados dentro del círculo de confianza del gobernador, familiares o amigos incondicionales, con influencia sobre la administración pública estatal?
2.- ¿Existen síntomas de neutralización de las áreas de auditoría, control y fiscalización del gobierno, patentizando un ejercicio desganado, carente de iniciativa, que indique la posibilidad de desvío de recursos dentro de la administración pública, sin que haya reacción alguna?
3.- ¿Se actúa con opacidad y se identifican gastos desmedidos en comunicación social, realizando pagos excesivos a medios de dudoso impacto en la sociedad? ¿ ¿Hay criterios objetivos de contratación de publicidad oficial, que garanticen la eficacia de comunicación de los mensajes y campañas del gobierno?
4.- ¿Se advierten signos de control y manipulación del Congreso desde el Ejecutivo, mediante la captura de los diputados de oposición, así como la incondicionalidad de los diputados del partido gobernante? ¿Considera que el titular del ejecutivo ha logrado un total control, que brinde cobertura a la corrupción, desde el Poder Legislativo? ¿Desde el Congreso se avalan consejeros anticorrupción incondicionales, designación de fiscales manipulables, nombramiento de magistrados a modo, para lograr intervenir a plenitud en el Poder Judicial?
5.- ¿La voluntad del gobernador define la designación de diputados y miembros de los ayuntamientos, borrándose cualquier síntoma de independencia en el seno del partido oficial? ¿Posee el poder omnímodo para designar a su sucesor, logrando el encubrimiento de los desvíos realizados durante su gestión? ¿Tiene asegurada una relación de colaboración y apoyo mutuo con las instancias partidistas nacionales, para que encubran, de ser necesario, cualquier crítica o acción punitiva sobre desempeño local?
Si usted identifica algunas de estas condiciones en la vida pública de su entidad federativa, preocúpese, es muy probable que en ese gobierno se encuentre operando una red de corrupción, expoliando, cómodamente y sin riesgo alguno, los dineros públicos que deberían utilizarse para mejorar las condiciones de la población, impulsando el desarrollo de la comunidad y construyendo el bien común; en vez de utilizarse para el enriquecimiento de funcionarios o engordar “cochinitos” para sostener carísimas campañas electorales. Póngase alerta, porque cuando los contrapesos institucionales y los controles internos de un gobierno, son nulificados, la corrupción reinará.
Texto de la columna publicada el 28/1/2018, en AM LEÓN.
@carce55