EL RETABLO DE LAS MARAVILLAS

 

 

Carlos Arce Macías

En 1615, la pluma más emblemática de la lengua castellana ya relataba la manera tan sencilla como se puede embabucar a las personas. Basta un poco de audacia, ser muy simples en los postulados que se comunican y sembrar tanta confianza en la audiencia, que acabe creyendo a pie juntillas en el burlador.

Con gran brillantez, Miguel de Cervantes describió, en el “Retablo de la Maravillas”, la facilidad con que un charlatán engaña a una comunidad, disfrazando con astucia sus falacias, y valiéndose de la ingenuidad de los aldeanos.

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Así el pícaro Chanfalla, acompañado por la Chirinos, los personajes principales de la obra, convocan al gobernador y alcaldes de la villa, a llenarles los bolsillos de plata, para poder presentarles en su retablo (pequeño teatro) cosas maravillosas: a Sansón, Herodías, osos, leones, toros… y una invasión de ratones. Pero para verlos, indica el socarrón presentador, es preciso que el espectador cumpla con dos requisitos: no tener raza de confeso, esto es, no ser judío converso, y tampoco hijo ilegítimo.

Las cándidas autoridades y sus familias caen en la trampa. Juntan el dinero requerido y pagan por adelantado la presentación. Lógico, todos ven las maravillas prometidas, aunque en realidad no vean nada, porque ningún espectador desea ser tachado de converso o ilegítimo, ¡sería vergonzoso!. Así las víctimas de la farsa siguen el juego sin interponer reproche alguno, con tal de resguardar la pureza de su nombre y el honor familiar.

El desenlace se materializa con el arribo de un grupo de soldados, cuyo capitán devela el fraude, y evidenciando la inexistencia de todas las fantasías. El teatro termina con la rápida huida de los pillastres.

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Con ingenio, Cervantes plasma, como la combinación de imaginación, elocuencia y decisión, basta para engatusar a las masas. Hoy muchos políticos, son Chanfallas , dedicados a embabucar a los ingenuos. Veamos.

El culmen de la mercadotecnia moderna es el invento de un nuevo concepto: la post-verdad, cuyo significado es la poca relevancia de los hechos objetivos frente a un discurso emotivo capaz de construir creencias personales que niegan la realidad. No encontramos, pues, ante la reedición del “Retablo de las Maravillas”.

La post-verdad, tan llevada y traída en los últimos meses, en el castellano clásico tiene un nombre, definitivo y certero: mentira. No le demos vueltas al asunto y no permitamos la utilización de un eufemismo para no llamar a algo por su verdadero nombre. No hay duda, lo que se pretende vender al incauto elector, son falsedades minuciosamente prefabricadas por un mentiroso. Veamos dos ejemplos: Trump y El Peje.

El primero logró convencer a muchos norteamericanos de que su nación padecía un verdadero desastre económico. Los países de todo el orbe, se habían aprovechado de la candidez de los políticos americanos, depauperando a su población, que se encontraría sumida en la peor depresión y el desempleo. La causa de ello, México, el cual lucra injustamente, con base en un comercio desleal con su vecino del norte. Es el primer enemigo del cual hay que defenderse erigiendo un imponente muro, expulsando a todos los latinos de su territorio, y eliminando el TLCAN.

Por absurdo que parezca, un enorme sector del pueblo americano, acepto la incoherente teoría, y bajo el conmovedor lema de “American First”, votaron alegremente por el falsario. Hoy empezamos a sufrir las consecuencias de la insensatez.

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En el caso de El Peje, ese personaje que lleva haciendo campaña política todo el siglo XXI en México, no ha dejado de mentir, intentando construir post-verdades, una y otra vez. Todo es un ambiente conspirativo, la “Mafia del Poder”, debe de ser eliminada con su espada salvadora, imponiendo la justicia y la prosperidad en el país. Su solo deseo de no ser corruptos, logrará, por arte de magia, obtener 500,000 millones de pesos para el presupuesto nacional, lo que servirá para impulsar toda clase de ocurrencias, que beneficiarán directamente al pueblo.

ANDRÉS MANUEL LÓPEZ OBRADOR

La base de las mentiras, de estos personajes, no se ha evidenciado con la fuerza o publicidad necesarias. Se trata del “Simplismo”. Todo resulta fácil de resolver, basta con ponerlos a ellos en el poder. Pretenden crear imágenes subjetivas en la mente de sus audiencias, que produzcan la convicción de que su receta es la indicada, aunque no corresponda a la realidad. Mentiras y más mentiras, lanzadas sin asomo de vergüenza.

El Simplismo, es una categoría utilizada para sustentar el engaño. Hitler prometió a los alemanes engrandecer a la nación, con una fórmula sencilla: eliminando a sus enemigos, los judíos. Todos le creyeron. Trump, reconformará una economía desastrosa (que en realidad esta en bonanza según las estadísticas), combatiendo a los mexicanos indocumentados y construyendo un muro. El Peje, por su parte, combatirá a la mafia del poder y con solo desearlo, transformará en honesta a toda la sociedad, logrando obtener ingresos adicionales inconmensurables, con los que se beneficiarán todos. Puro simplismo, engañabobos.

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Ojalá y la vida fuera sencilla y las decisiones se pudieran tomar entre blanco y negro. Pero la realidad es otra. Gobernar es muy difícil. En economía y desarrollo social, no hay milagros, hay que trabajar consistentemente y por largo tiempo, para lograr los beneficios deseados. Todas las promesas que contienen cambios milagrosos, son mentiras. Pugnemos por la verdad , y resistamos a ser parte del Retablo de las Maravillas.

Nota: si desean ver la escenificación del Retablo, acudan a “Los Entremeses Cervantinos”, en la Plazuela de San Roque, en Guanajuato.

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Twitter: @carce55

Editorial publicado en AM LEÓN el 19 de febrero de 2017

 

 

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LIBROS SATÁNICOS

Carlos Arce Macías

Para Juan Manuel Rodríguez, digno sucesor de su padre,

Don Pepe, nuestro querido bibliotecario.

 La ciudad de Guanajuato, entre sus callejuelas, plazas y vetustos edificios, guarda tesoros, que con buena suerte pueden ser descubiertos, para obtener una experiencia vital, verdaderamente enriquecedora. Ese fue el caso de la reciente visita que realicé a la “Biblioteca Armando Olivares”, de la Universidad de Guanajuato.

Se trata del acervo más importante de libros de nuestro estado, meticulosamente cuidado por nuestra universidad. Esta biblioteca, no es otra, sino la antigua colección, mejorada, del Colegio del Estado de Guanajuato. Armando Olivares, el mitológico rector de nuestra Casa de Estudios, en sus primeros años, se encargó de preservar y acondicionar el antiguo hospital de los betlemitas, para ubicar dignamente el basto compendio heredado. Por el esmero y apasionado cuidado por el tesoro adquirido por la nueva institución, la biblioteca fue bautizada con su nombre.

 

Ahí se resguardan colecciones, como las del padre jesuita Francisco Sáenz de Goya, que encargaba a Europa, a mediados del siglo XVIII, los textos más modernos de la época. La compilación del doctor José María Luis Mora, político liberal, masón, historiador y sacerdote, también se amparan en la biblioteca, así como las más preciadas ediciones del inventario de 17,000 libros que el abogado Manuel Cervantes, donó a la universidad.

 

Pero repasemos algunos de sus tesoros. Para empezar, la basta colección de libros en pergamino, del acervo conventual del estado de Guanajuato. Durante la Reforma, los libros que se mantenían en los conventos de la región, acabaron en esta biblioteca. Posiblemente, son sus joyas más preciadas.

Hay, al alcance de la vista, libros de gran belleza, impresos, en papel de algodón, en los siglos XVII y XVIII, como la “Biblia Poliglota”, en la que puede uno practicar su lectura, tanto en árabe, como en caldeo, sirio, samaritano, y latín. Curiosidad, el arameo, la lengua de Jesús no se incluyó.

Una maravilla resulta ser la edición príncipe (primera edición) de la “Poética” de Aristóteles, en su versión latina de 1563. Estamos ante un ejemplar que sirvió a la humanidad para sustentar uno de sus períodos filosóficos más destacados: la escolástica, en su intento de apoyar a la teología, con el profundo razonamiento de Aristóteles. También se expone la primera edición de “Ensayo Político sobre el Reyno de la Nueva España”, rubricado en 1811, en su versión francesa, de Alejandro de Humboldt, junto con interesantes obras de los físicos ingleses Robert Boyle y del padre de la ciencia moderna, Isaac Newton.

Poco a poco, el olor a libro, el clima controlado en temperatura y humedad del recinto, los anaqueles y secciones que poco a poco se iluminan a nuestro paso, van envolviendo al visitante y disponiéndolo emocionalmente para vivir la experiencia que produce esta gran biblioteca guanajuatense.

No tardamos en encontrarnos con la Inquisición. La parte obscura del orden católico hace presencia a través de libros expurgados. Así sucedió con el “Gran Diccionario Histórico o Mescla (sic) Curiosa de la Historia Sagrada y Profana” expurgado en 1763, esto es, cubierto con papel, para evitar su lectura, algunas de sus páginas donde se hablaba, por ejemplo, de Las Cruzadas.

Los miembros de la Iglesia, no se salvaban de la rigurosa censura eclesiástica, como en el caso del “Tesoro de la Ciencia Moral y Suplemento de las Sumas más Selectas y Modernas que Hasta Aaora (sic) Han Salido”. Cubriendo las partes inapropiadas del texto con tinta, la obra escrita en 1668 por el benedictino Fray Anselmo Gómez, fue expurgada en 1707. Lo curioso es que con el tiempo, la tinta que guarecía al lector de las ideas contrarias a la ortodoxia católica, se fue degradando, dejando a la vista, para ser leído, el texto completo del autor. No cabe duda, el tiempo y la oxidación, permiten el avance del hombre sobre los oscurantismos mas absurdos.

Para cerrar el capitulo de la prohibición de lecturas a los piadosos católicos, observamos un grueso tomo del “Librorum Prohibitorum et Expurgandorum Index”. Se trata del registro de 1640, que debía ser consultado, a fin de saber, si un libro no estaba prohibido. El Santo Oficio, vigilaba.

Pero llegó el momento de entrar a la zona de las tinieblas, al poner ante nuestra vista el “Diccionario Infernal” de Collin de Plancy , el famoso demonólogo francés que en 1818 escribió este diccionario en el que documenta temas de magia negra, seres demoniacos, adivinaciones, ciencias ocultas, supersticiones y misterios sobrenaturales. Si usted requiere un hechizo ad hoc, de pura magia negra de la mejor manufactura, puede consultar el diccionario en este espléndido claustro universitario. Suerte.

Advierto que no pude continuar escribiendo en la noche del viernes este relato, ya que las tinieblas nocturnas se habían cernido sobre mis espaldas y los espíritus chocarreros revoloteaban en mi cabeza. Belzebú estaba en guardia, los escalofríos provocados por su tridente estaban a flor de piel, por lo que reinicio esta escritura por la mañana, bajo la seguridad que brinda la luz del día.

El viaje, a través de los libros, no ha concluido. Ahora se nos presentan dos ejemplares: “Manogito (sic) de Flores, cuya fragancia descifra Los Mysterios de la Missa y Oficio Divino”, de Fray Juan Nieto, escrito en 1703, y ”Práctica de Exorcistas y Ministros de la Iglesia” de 1693, del presbítero Benito Remigio Noydens. Los posesos eran tratados bajo las indicaciones de estos manuales especializados para expulsar diversas categorías de demonios bajo la advocación de: ¡Apártete Satanás, que Dios es mi luz, Dios es mi sostén…! Al primer libro, en el capítulo de la oración, le faltan 2 páginas, que supuestamente, fueron colocadas en la boca del endemoniado, para forzar la salida de los espíritus malignos que en el habitaban.

Al final del impactante recorrido, del cual solo he narrado una parte, reservándome secretos, oraciones exorcizantes y fórmulas que solo podrán ser conocidas visitando la gran “Biblioteca Armando Olivares” , me quedo con una reflexión: Los libros de Aristóteles, Newton y Humbolt, son el verdadero exorcismo, sobre las supersticiones que anidan en nuestra mente. La ciencia acabará dispersando las oraciones contra los conjuros y sortilegios, por eso vale la pena ir de vez en cuando a la biblioteca.

@carce55

Artículo publicado el 12 de febrero de 2017, en AM LEÓN.

 

 

MACÍAS, EL CONSTITUYENTE

 

Carlos Arce Macías

 

Para José Natividad Macías Aceves, querido primo y gran médico

 

A cien años de la promulgación de nuestra Constitución, podemos afirmar que Don José Natividad Macías Castorena fue un constituyente sobresaliente. Diseñador de la propuesta de reforma de Carranza, el abogado originario de Silao había dejado la rectoría de la Universidad Nacional, para hacerse cargo de la defensa del proyecto carrancista en el seno de la asamblea constituyente de 1917.

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Siendo el más viejo de los integrantes, pues contaba con 59 años al momento de la convocatoria, era un venerable anciano de pelo blanco, y piel curtida por el sol del Bajío, de ese que cae a plomo sobre las feraces tierras circundantes a la montaña del Cubilete.

Macías siempre fue un ranchero, enamorado de los surcos y conocedor de la crianza de animales. Aún en su casa de la ciudad de México, edificada por el arquitecto Don Antonio Rivas Mercado; el segundo patio de la casa, estaba equipado para tener a resguardo palomas, conejos y gallinas. En sus cartas, dirigidas a su hermano Guadalupe, encargado de su hacienda, se consignan sus instrucciones para reparar bordos, construir canales, comprar becerros y prever heladas sobre los cultivos.

Jurista de combate, relata el insigne maestro Don Jacinto Pallares, que Natividad Macías era “uno de los abogados que más se distinguía a la hora de litigar, y uno de los que obtenía más triunfos en los tribunales, probablemente, porque en ese arte, era más distinguido que los demás abogados”. Su talento se había labrado en el claustro del Colegio del Estado de Guanajuato, en donde cursó la carrera de Derecho, graduándose en 1883. La formación que otorgaba a sus alumnos el antiguo Colegio, antecedente inmediato de la actual Universidad de Guanajuato, era destacada y de altísima calidad. La disciplina y el estudio eran la regla, las labores iniciaban a las 7 de la mañana y paraban hasta el anochecer. Su trabajo como ayudante en la biblioteca del Colegio, le permitió el acceso a importantes lecturas, tanto en español como en latín, lengua que dominaba con singular fluidez, desde sus estudios preparatorios en el seminario de León.

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Apenas concluida su carrera, se hizo cargo del juzgado civil, llegando a la magistratura en muy poco tiempo. Luego estableció su propio despacho, convirtiéndose en uno de los litigantes más importantes de toda la región. Su relación con el ex presidente Manuel González, en ese entonces gobernador del Estado; y el pleito jurídico que sostuvo contra el gobierno de Don Porfirio Díaz, en defensa de la Hacienda de Mayorazgo en Apaseo el Grande, propiedad de la familia Urquiza, lo impulsaron a establecer su bufete en la ciudad de México, el cuál rápidamente se convirtió en uno de los más cotizados del país.

Al final del porfirismo, Macías había atesorado un importante patrimonio como litigante de altos vuelos, encargado de los intereses de empresas extrajeras asentadas en México. Su dominio del inglés, obtenido por la obligatoriedad del estudio de ese idioma para los alumnos del Colegio guanajuatense, le proporcionó un valioso instrumento para relacionarse con los extranjeros y encargarse así, de los negocios legales de consorcios muy importantes.

Tiempo después, admirado por sus dotes jurídicas por el círculo porfirista, llegó a la XXV Legislatura de los diputados en 1910 y a la XXVI en 1912 (había reelección). Ahí se afilaron sus conocimientos parlamentarios, y trabó amistad con el inquieto senador Venustiano Carranza.

Con la caída del régimen de Porfirio Díaz, los boyantes negocios de Don Ramón Alcázar, uno de los hombres más ricos de México, se desplomaron. Macías aprovechó esa situación para adquirir en 1911 las 7000 hectáreas de la Hacienda de Chichimequillas, que incluían gran parte del cerro del Cubilete. Así su ánimo rural y campirano se apaciguaba y satisfacía, con la añorada adquisición agrícola.

Lanzado el Plan de Guadalupe en 1913, Natividad Macías se unió a su amigo Venustiano Carranza, que se levantaba en armas contra el traidor Victoriano Huerta. En 1914 fue nombrado director de la Escuela de Jurisprudencia de la Universidad Nacional. Su experiencia previa, como maestro de derecho romano y civil, en el Colegio del Estado, y su prestigio como litigante, lo acreditaban para el puesto. Tan solo un año después, Carranza lo nombraba rector de la Universidad Nacional, cargo que abandonó en 1916, por un corto período, para intervenir en la creación de la nueva Constitución de México.

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En el constituyente ocupó una posición estratégica en el llamado “núcleo fundador”, luego de haber sido la mano redactora del proyecto reformador de Carranza. Durante los trabajos en Querétaro, intervino de manera fundamental en la redacción de los importantes artículos 27 y 123. Meses antes, en preparación para las propuestas en materia de trabajo, junto con Luis Manuel Rojas viajó a Estados Unidos, con el fin de analizar los avances de la regulación laboral en varios estados de la Unión Americana.

Dos debates sobresalen en el constituyente, en el que tuvo más de cien intervenciones. Uno de ellos, es una larga y sofisticada discusión académica, con su paisano Hilario Medina, sobre el artículo 18, que trata del sistema penitenciario. El silaoense se asumía como conocedor del tema, luego de haber permanecido preso en la cárcel de Belén, como miembro del la legislatura maderista. Así se enfrentaron el más joven de los diputados, el leonés Medina de tan solo 25 años, contra el más viejo. En una parte del debate Macias declara: “…permitidme dirigir una calurosa felicitación al señor Medina, que se ha revelado como un gran jurista, y como un verdadero hombre de ciencia. Me siento orgulloso de tener un paisano tan inteligente”.

Pero el debate que conmocionó a la asamblea constituyente, fue el que se sostuvo el 11 de diciembre de 1916, respecto al artículo 3º de la Carta Magna, que modificando la propuesta original, prohibía a las iglesias impartir educación primaria, en la línea anticlerical que perfilaría luego, con mayor claridad, el artículo 130. Ahí, Macías ganó el titulo de “monseñor”, por la apasionada y documentada defensa que hizo de la libertad de enseñanza, argumentando que esta no debía ser conculcada, como lo pretendía hacer el dictamen que se presentaba a discusión y votación. De ahí se deriva la imprecisa visión de un constituyente dividido entre moderados y jacobinos, luego transformados en carrancistas y obregonistas. No hubo tal, los números de las votaciones posteriores, indican una propensión clara hacia la unanimidad. La verdad es que casi todos los diputados eran leales a Carranza, en ese momento, pero privaba en ellos el sentimiento de revancha contra el catolicismo político, que había apoyado el golpe contra Madero.

Por su parte, Natividad Macías, trataba de evidenciar el peligro de dar pretexto a Estados Unidos para intervenir, una vez más, con la excusa de haberse desatado una persecución religiosa en México. Consideraba imprudente y políticamente riesgoso, enfrentar al clero mexicano, cuando apenas se empezaba a apaciguar el país. Aparte apelaba a la penetración de la religión católica, y la imposibilidad de desterrarla de la mente de los mexicanos, a través de los métodos que proponían los incendiarios constituyentes radicales como Múgica, Monzón, Colunga y Baca Calderón, entre otros.

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Macias siempre se auto definió como liberal. El fuerte sello de la formación recibida en su alma mater, el Colegio del Estado de Guanajuato, fundado por Don Manuel Doblado, había quedado sólidamente impreso en el rector-constituyente. En el debate del artículo tercero advirtió: ”Hay un hondo sentimiento religioso en este pueblo, y es natural, ha sido la educación de muchos años… las costumbres de los pueblos no se cambian de la noche a la mañana; para que un pueblo deje de ser católico, para que el sentimiento que hoy tiene desaparezca, es necesaria una educación, y no una educación de dos días o de tres; no basta que triunfe la revolución, el pueblo mexicano seguirá tan ignorante, supersticioso y enteramente apegado a sus antiguas creencias y sus antiguas costumbres, si no se le educa… y a medida de que el pueblo tenga instrucción, que la luz penetre a todas las consciencias, ese día, señores, las costumbres se modificarán, y entonces vendrá efectivamente, la renovación que todos esperamos”. Pero la inflamada camada de diputados radicales se impuso, y el ánimo anticlerical prevaleció.

Terminada la importante encomienda legislativa, Don José Natividad, regresó al claustro universitario, permaneciendo en el de 1917 a 1920. Acompañó a Carranza en su huida a Veracruz. Fue apresado y confinado durante una temporada en Lecumberri, excarcelado y obligado al destierro. Viajó por Europa, y se refugió, como muchos otros, en San Antonio, Texas, hasta que pudo regresar a México a finales de 1921.

A partir de esa fecha, continuó ejerciendo su profesión de abogado. Entre otros casos, patrocinó a la empresa inglesa “El Águila”, en contra de la expropiación petrolera de 1938, en un sonado y famoso juicio de amparo que gestionó. Finalmente, el 19 de octubre de 1948, la muerte lo sorprendió mientras leía apaciblemente, a los 91 años, en la terraza de su casa. Feliz final.

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Pero hay que advertir, que no partió sin antes cobrar cara su derrota parlamentaria sobre el artículo 3º de la Constitución. Así el 24 de abril de 1922, había accedido a la petición del obispo de León, Emeterio Valverde y Téllez, para que en la cúspide del cerro del Cubilete, ubicado dentro de su propiedad, en la Hacienda de Chichimequillas, se construyera una basílica o un monumento dedicado al Sagrado Corazón. Conociendo los aires liberales que colonizaban la cabeza del experimentado abogado, sospechamos que se trató de una respuesta a sus enemigos obregonistas, que habían asesinado, impunemente, a su amigo Carranza. Lo que Macías no podía adivinar, fueron los hechos que ocurrieron luego de la construcción del primer monumento a Cristo Rey: el bombardeo de la estatua erigida, la expulsión del nuncio apostólico, la confrontación con la Iglesia y el comienzo de la desgastante guerra cristera. La sangre seguiría corriendo. Ya lo había advertido el talentoso y perspicaz abogado guanajuatense. Pero no le hicieron caso.

Twitter: @carce55

Artículo publicado  en el AM  LEÓN,el 5 de febrero de 2017