MÉXICO: ¿REPÚBLICA O MONARQUÍA?
Carlos Arce Macías
El tema es como se trasmite y controla el poder. Las sociedades se organizan constituyendo gobiernos. Para gobernar, se da poder, a un grupo de personas o a una sola, sobre los miembros de toda una sociedad. El poder se puede transmitir por herencia, o bien por designación. Para ello, se han inventado, principalmente, dos modelos: la monarquía y la república.
El modelo monárquico, se basa en el poder unipersonal, se trata de un individuo, que durante gran parte de su vida gobernará a una sociedad, y que a su muerte, heredará el puesto a uno de sus descendientes. Cuando el monarca no tiene instituciones que lo limiten, como un parlamento, el soberano puede actuar a voluntad. Estamos entonces, ante una monarquía absolutista. Este tipo de reyes podían hacer lo que quisieran, sin que nadie les impidiera nada. Podían gastar a contentillo el dinero del reino, sin rendirle cuentas a nadie.
Tampoco requerían permiso para nombrar a sus colaboradores. Bastaba su voluntad, para imponer en el cargo deseado a amigos, compadres, incondicionales y sobre todo familiares.
Y no hablemos de adquisiciones y contratación de obras públicas. Estos reyes podían ordenar la construcción y compra de lo que les viniera en gana, sin freno alguno a su designio contractual.
Una de las ventajas de este tipo de monarquías era que no se requería congraciarse con la ciudadanía. Sin voto de por medio, no había necesidad de partidos políticos, sino solamente de apoyadores a su causa, que se identificaran como incondicionales, acríticos de sus acciones gubernamentales, y dispuestos a realizar, contra viento y marea las instrucciones que recibieran del soberano.
Cuando al rey le hacía falta dinero, no tenía problemas, acudía a sus banqueros para que le otorgaran préstamos contra futuros impuestos y que acabarían pagando sus súbditos. Los montos no importaban, podían elevarse significativamente. Total, el que luego heredara la corona, sería el que debería de pagar.
Finalmente, el rey dejaba a su heredero, y el riesgo era que el nuevo gobernante fuese peor que el rey anterior. Porque así, poco a poco, podría irse deteriorando la calidad del gobierno del reino, hasta tener verdaderos imbéciles como monarcas.
Pero , al transcurso del tiempo, el pueblo ya no soportó esta forma de régimen caprichosa y arcaica y se rebeló. La Revolución Francesa marco el final de la monarquía absolutista y se reinventó una nueva forma de gobierno: la república. El sistema republicano es aquél, en que el poder se otorga periódicamente a un grupo de funcionarios y representantes del pueblo. Cuando se hace a través de elecciones, se dirá que se hace por un método democrático. El poder se distribuye entre tres ámbitos de gobierno: el ejecutivo, el legislativo y el judicial. La idea, es que ninguno acumule tanto poder, que impere sobre cualquiera de los otros. Así se establecen pesos y contrapesos para evitar que uno prime sobre los demás. Se trata, pues, de una república con división de poderes, que evite las distorsiones y abusos de los malos gobernantes, que sucedían constantemente en la monarquía absolutista.
Por eso, México optó desde su Constitución de1824, la primera, por un sistema republicano que garantizara un gobierno prudente, profesional, acotado entre sí por el balance entre los poderes. Su base es la representación política de los ciudadanos, en el Congreso, al cual deben de rendir cuentas, anualmente, quienes presiden los demás poderes.
En la república, los gobernantes van siendo seleccionados por organizaciones partidistas, en las que la competencia interna va cribando a los mejores hombres para administrar y gobernar. Las camarillas internas y los juegos cortesanos son eliminados por la promoción de las virtudes republicanas de los integrantes de los propios institutos partidistas.
La república nos protege de la irresponsabilidad de los gobernantes al ejecutar el gasto público. La deuda siempre estará controlada, a fin de prevenir desastres financieros en que pudiera caer el estado, elevando el déficit a niveles peligrosos para la estabilidad económica.
Con la república, el gobierno es profesional, evitando la contratación de familiares, amigos e incondicionales, que puedan formar grupos en el seno de la administración para controlarla y obtener ganancias indebidas. La competencia laboral de los funcionarios, es la guía de su acceso y permanencia en la administración.
En la república, los cargos no se heredan. Son los perfiles y la experiencia de los futuros candidatos a los puestos, lo que hace que estos sean electos libremente por los ciudadanos, o bien reelectos por el correcto desempeño en sus cargos. Lograr la confianza de la ciudadanía, es lo más importante.
Eso es lo correcto e inteligente, la historia nos vuelve a enseñar como el proceso civilizatorio no se detiene, e inventa formas, más perfectas, para gobernarnos. Porque ¿se imaginan el desfiguro que sería, establecer un sistema republicano, más caro, y que requiere tantas complejidades institucionales para evitar el abuso del poder, y que este no funcione como se tiene previsto?
Sería inimaginable una república con división de poderes, en dónde el presidente o los gobernadores de una entidad federativa, pudieran sobre-endeudar a la nación o a sus estados, nombrar a sus familiares, amigos o incondicionales a los cargos administrativos, contratar obra pública a contentillo, adquirir bienes sin acreditar su correcto precio y calidad, formar camarillas internas en los partidos políticos, para controlar las designaciones, y sobre todo, gastar el dinero de los ciudadanos, sin transparencia y sin rendir cuentas, ante los congresos, de los gastos devengados.
Porque si así sucediera, cosa impensable en México, la verdad es que saldría más barata la monarquía absolutista que la complejísima estructura republicana. ¿No lo creen? Seríamos unos tontos, pues.
Twitter: @carce55
Artículo publicado en el periódico AM LEÓN, el 20 de noviembre de 2016