CASA NUEVA

Carlos Arce Macías

El día de hoy, el Congreso de Guanajuato estrena casa. Con el tiempo, las funciones que tiene encomendadas, requirieron de mayor espacio y una cantidad superior de personal a su cargo. Esto propició la necesidad de construir una nueva sede en el principal acceso a la capital del estado, que demanda de cuidado y protección ambiental, y un claro compromiso por el cuidado del entorno natural que rodea a la ciudad de Guanajuato. Si no hacen esto los diputados, comenzarán mal.

El costo de la nueva casa, nos deja muchas dudas a los guanajuatenses. Parece haber evidentes conflictos de interés en la gestión de la obra, que precisaría de una pesquisa para descartar trafico de influencias en algunas de las contrataciones efectuadas en anteriores legislaturas, por los responsables de la asignación de la obra. Se debe garantizar la honestidad, con firmeza y sin temor.

La antigua sede, no puede ser olvidada ni descuidada. Es deber de esta legislatura prever un destino adecuado para el dignísimo edificio erigido por Don Luis Long a finales del siglo XIX. Deberán cuidar que su futuro uso sea el indicado, ya que la ciudad de Guanajuato, Patrimonio de la Humanidad, no puede permitirse la utilización inadecuada de tan emblemático inmueble.

Que el estreno de un edificio que pregona arquitectónicamente la luz y la transparencia, signifique el avance decisivo para el derecho de la ciudadanía a saber todo los que tratan y resuelven sus representantes. La perspectiva de una política de parlamento abierto, debe de ser la guía para establecer una relación de confianza entre el ciudadano y su congresista. Ha habido avances substanciales, pero se requiere asentar las acciones de transparencia y rendición de cuentas de cada diputado, de cada comisión, del Órgano Superior de Fiscalización y del Congreso en su conjunto.

En ese rumbo, celebramos la iniciativa de el Consejo Coordinador Empresarial de León, de iniciar un seguimiento de la labor de los diputados de ese municipio, para contar con referencias objetivas sobre el desempeño de los legisladores. La posibilidad de reelección, conlleva la necesidad de calificar, por parte de los electores, el trabajo de estos funcionarios y, por lo tanto, el merecimiento de un nuevo voto a su favor. Aconsejamos más acciones equivalentes en las demás ciudades de nuestra entidad.

Sin regresar a remotas épocas históricas, hay que recordar que el moderno parlamentarismo, se fraguó en el combate al absolutismo de los monarcas europeos de los siglos XVII y XVIII. Frente a los reyes ilustrados de esas épocas, los pueblos, España a lo último, fueron sacudiéndose la férrea mano del César omnipotente, que consideraba que su reinado era producto del designio divino. El humanismo acabó con la vieja teoría medieval, y se establecieron contrapesos a la actuación de los soberanos. El Congreso fue el principal freno.

Refiero el antecedente para destacar, una vez más, que la construcción de la república y con ello, del Estado Constitucional de Derecho que nos rige, requiere de la decisiva acción de un Congreso, que limite al Ejecutivo y norme al Judicial. Una actitud sumisa de los legisladores con los otros poderes, no propicia el funcionamiento republicano, lo distorsiona y falsea. Los diputados deben cuidar su independencia, dignidad y honor.

La visión más avanzada del Derecho, es el Estado Constitucional, que construye garantizando los derechos fundamentales de los ciudadanos, como lo afirma el eminente jurista italiano Luigi Ferrajoli: “maximizando las libertades y minimizando la arbitrariedad e impunidad de los gobernantes”. Ese debe de ser el camino que fije para Guanajuato un Congreso renovado y en casa nueva.

Para nuestros diputados será más fácil fortalecer su voluntad de contrapeso a los demás poderes, inspirándose en los enhiestos farallones de La Bufa, seguramente declarada zona de conservación, y rodeados de un paraje guanajuatense sin parangón, en el que se desarrolla la flora y fauna endémica de la región; protegidos de los excesos de la naturaleza por una edificación nacida de la imaginación de un afamado arquitecto, como el recientemente finado Teodoro González de León, que la definió como “una conjunción de modernidad, transparencia y apertura”.

Sirva pues esta mudanza material, para hacer un alto en el camino, reflexionar y consolidar la función moderna del poder legislativo, enfocándose especialmente en la rendición de cuentas, la fiscalización de los demás poderes y municipios, y la transparencia plena de su actuación, logrando así una mudanza espiritual, que propicie las libertades ciudadanas y  contenga  injusticias.

Editorial publicado el domingo 25 de septiembre en AM LEÓN.

Twitter: @carce55

 

 

 

 

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2 INDEPENDENCIAS 2 CONSTITUCIONES

Carlos Arce Macías

En el vértice entre los siglos XVIII y XIX, ocurrieron las independencias de las provincias inglesas situadas en América del norte y la independencia del rico virreinato de la Nueva España, hasta entonces parte del Imperio español. Con diferencia de 45 años, un suspiro para la historia, los dos hechos libertarios, transformaron la composición política de América.

Vale la pena entender, que estos movimientos de emancipación, tuvieron una fecha de inicio, un período de conflicto, y posteriormente, el reconocimiento formal por parte de la potencia colonialista. Este proceso le llevó 7 años a Estados Unidos. Proclamó su independencia un 4 de julio de 1776, y le fue reconocida por el Reino Unido el 3 de septiembre de 1783, mediante la firma de la Paz de Versalles.

En México, el primer movimiento de rebelión inició el 16 de septiembre de 1810. Sin embargo, la aceptación por parte de España de la independencia de México, no se da, sino hasta el 28 de diciembre de 1836 con la firma del Tratado Santa María-Calatrava. Debieron pasar, largos 26 años para poder lograr a plenitud la libertad del declinante Imperio español.

Los números hablan con claridad, mientras los norteamericanos lograron negociar con los ingleses su reconocimiento en muy poco tiempo, los mexicanos requerimos de mas de un cuarto de siglo y el paso efímero de un imperio y varias presidencias, hasta que Anastasio Bustamante, presidente conservador, logro la firma del ansiado acuerdo.

Así, una nación en corto tiempo comenzó a consolidar instituciones y avanzar en la formación de un gobierno modernísimo, conducido inicialmente por personajes universales como Washington, Adams, Jefferson y Madison. En contraste, México conformó un efímero Imperio, un Supremo Poder Ejecutivo, una República Federal y una República Centralista. De todo como en botica, a causa de una clase política mediocre, sin visón de largo plazo.

Mientras Norteamérica iniciaba su independencia con cerca de 4 millones de habitantes, Nueva España tenía 6 millones de pobladores. Para 1836, había cerca de 7 millones de personas habitando México. Pero los Estados Unidos habían crecido a una velocidad vertiginosa, impulsado por una fuerte emigración europea en busca de tierra y libertades. En 1836 ya tenía al rededor de 15 millones de almas asentadas en su territorio, superando ampliamente a su vecino mexicano.

En el campo jurídico, Estados Unidos de América aprobó su Constitución, el 17 de septiembre de 1787, bajo la influencia de Montesquieu y John Locke. Pero el momento fundamental, ocurrió con la incorporación de la Carta de Derechos, en 1791, inspirada en la Carta de Derechos inglesa de 1689 y en la Declaración de Derechos de Virginia. Y todo se cocinó entre virginianos. Thomas Jefferson, entonces embajador en Francia, pugnó por la inclusión de la Carta en la Constitución, apoyado por James Madison, su redactor. La lista de libertades es larga: de expresión de prensa, de asociación, de petición, de portación de armas y …¡de religión! Pero se obvió la referente a la prohibición de la esclavitud. Así nacía un gran texto jurídico, maculado por la omisión del sagrado derecho a la libertad que todo hombre debe de poseer.

México, sumergido en una turbulencia política constante, transitó hacia su independencia plena, bajo Los Sentimientos de la Nación de Morelos, un documento muy provinciano y sin aliento de la Ilustración. Luego vino la Constitución de Apatzingán, posteriormente el Plan de Iguala, para al fin abrir paso a la Constitución Federalista de 1824. En todos los instrumentos, con mayor o menor rigor, se enumeran un largo listado de libertades. A diferencia de Estados Unidos, la abolición de la esclavitud es clara y se festina. Pero también, en contraste con los vecinos del norte, en todas las propuestas, se establece el imperativo de que la religión católica sea la única que se profese en la nación. La libertad de creencia, queda anulada, estableciéndose un inoportuno estado confesional en México.

Así, las constituciones de ambos países nacieron con un tumor en su seno, a cual más peligroso. En los Estados Unidos, el mantenimiento a contrapelo, de la esclavitud, cuando reinaba un animo de reconocimiento de derechos para los ciudadanos. En México, en pleno auge de libertades garantizadas en los textos constitucionales, se omitió descaradamente la libertad de creencias, manteniendo la anticlimática influencia, en la vida pública, del poder religioso.

Con el tiempo, México padeció el lento crecimiento de su población, entre otros motivos, por restringirse la afluencia de inmigrantes que no profesaran el catolicismo. Esto tuvo como consecuencia el contrastante crecimiento de los Estados Unidos, y el débil aumento poblacional de México. Finalmente no fue posible resistir la presión demográfica de los norteamericanos y acabó perdiendo la mitad de su territorio. Para colmo, ante la eliminación en la nueva Constitución de 1857, del catolicismo como religión de Estado, y el establecimiento de la laicidad, se desató una brutal conflagración intestina: la Guerra de Reforma que duró 3 años y costó multitud de bajas.

Mientras, por la abolición de la esclavitud, los Estados Unidos iniciaron una de las guerras civiles más sangrientas de las que se tenga memoria. Entre 1861 y 1865, la Guerra de Secesión produjo más de medio millón de muertos.

No cabe duda, que resistirse al avance de las libertades, incluso, bajo la bandera de la creencia religiosa, no lleva al paraíso, sino a los fuegos infernales de la violencia entre hermanos. Las lecciones históricas están ahí, de nosotros depende hacerles caso o no.

Twitter: @carce55

SODOMA Y GOMORRA, mito con consecuencias

SODOMA Y GOMORRA

Carlos Arce Macías

En el Génesis capítulo 19, esta asentado el relato bíblico referente a la destrucción de las ciudades de Sodoma y Gomorra, directamente llevada a cabo por Yahvé. Indignado el dios judío, por el mal comportamiento de los habitantes de esas ciudades, y motivado por sus esparcidas inclinaciones hacia la homosexualidad, ese par de comunas, fueron abrazadas por fuego y azufre hasta ser consumidas totalmente. El dios estaba enojado. Solo Lot, sobrino de Abraham se salvó junto con sus dos hijas, ya que su mujer, desoyendo las instrucciones angelicales, en la huida volteó a ver el cataclismo y se convirtió en estatua de sal.

Aún cuando hay otras referencias de las escrituras sobre el “abominable” pecado de la homosexualidad (Levítico 18:22), el castigo ejemplar sobre esos dos pueblos, constituye el mito fundacional de la condena de varias religiones en contra de las preferencias sexuales por miembros del mismo género.

Repasando las diversas religiones, se puede verificar la sanción brutal desde el judaísmo, el cristianismo, salvo ciertas excepciones, y por supuesto, el Islam, en contra de la homosexualidad. Las nuevas religiones, como la cienciología, encasillan la opción gay como un trastorno que puede ser curado mediante las prácticas de interrogatorio en las cuales se basa esa religión.

Estas referencia contenida en la Biblia, luego trasmitida en los colegios, por los padres, el entorno familiar y las diversas prácticas religiosas, han interiorizado en enormes estratos de la sociedad, la reprobación del sexo con individuos del mismo género. La persecución, el asesinato, el acoso y la segregación de aquellos miembros de la sociedad con preferencias homosexuales, se ha registrado a lo largo de la historia por doquier. El salvajismo con el que se ha aplicado castigo a los diferentes, en materia de preferencia sexual, debería de horrorizarnos, y obligarnos a reconocer la ceguera y brutalidad con que se ha procedido en esos casos.

Y lo que más llama la atención, es que prácticamente todo, devenga de una historia bíblica, que es una mera fantasía. La gran mayoría de los exégetas bíblicos concuerdan que el texto sagrado de diversas religiones, debe de interpretarse y no tomarse de forma literal, en diversos pasajes, como el que nos ocupa.

¿Quién puede creer, en sus cinco sentidos, una historia tan fantástica como la narrada en el Génesis? Fuego celestial, ángeles anunciantes de desastres, estatuas de sal, azufre y páramo producidos por la personalidad iracunda de una divinidad brutal, comparable con otros dioses feroces de civilizaciones del medio oriente.

Tal parece, que las verdaderas intenciones de la narración, era evitar la participación del pueblo judío, en las adoraciones paganas de las festividades primaverales de conmemoración a la fertilidad, procreación y al placer sexual, que incluían el sexo sin límite a las preferencias de los participantes. La gran idea, fue convertir todas estas costumbres en pecado, y sancionarlas drásticamente.

El sexo en Grecia y Roma, abarcaba relaciones homosexuales de manera normal. Los dioses del placer pululaban por el Olimpo. Los griegos, por ejemplo, iniciaban en la sexualidad a los núbiles jóvenes, sosteniendo relaciones con hombres maduros, independientemente de sus preferencias sexuales.

La Biblia, contiene historias increíbles y extraordinarias, que responden a su tiempo, entre el 900 y 700 A.C., pero que no pueden ser referenciadas como bases para proceder jurídica y políticamente en sociedades abiertas y respetuosas de los derechos humanos, en pleno siglo XXI.

Llamo a reflexionar, independientemente de la religión que se profese en la superstición y fanatismo creado por un mito bíblico, utilizado por una sociedad antigua, ubicada en el medio oriente, para enfrentar religiones paganas. No es posible tomarlo en serio y proceder a introducir el enfrentamiento y la violencia en una sociedad de suyo plural.

Finalmente, la ciencia ha podido explicar con toda precisión el complejo suceso de la conformación del sexo y la preferencia sexual, como una circunstancia natural, que no puede ser controlada a voluntad. Continuar con la locura que significa escarmentar y perseguir a las minorías que asumen opciones sexuales diversas a las del grueso de la sociedad, es el verdadero pecado de cualquier creyente. Debemos parar esta sinrazón.

Twitter: @carce55

Editorial publicado en AM León, el 11 de septiembre de 2016.

 

THE WALL, los muros no sirven

Carlos Arce Macias Blog
En el pasado, cuando un pueblo se sentía amenazado, no faltaba el buen consejo de levantar un muro para protegerse. Así las murallas rodearon a las ciudades desde tiempos inmemoriales. La edad media multiplico pequeños entornos, coronados por un castillo, y altas cercas rodeando los villorrios.
Sin embargo, la construcción de largas murallas, significaba una empresa de otra dimensión. Solo grandes y poderosas civilizaciones han acometido tan singular reto. Los chinos de la dinastía Qin, fueron los iniciadores de la construcción de La Gran Muralla, el ejemplo histórico de cómo un pueblo trató de evitar la incursión de sus vecinos dentro de su territorio. El desafío era muy discreto, solo se requerían, inicialmente, cerca de 6000 kilómetros de muralla para defender el reino.
Durante las siguientes dinastías chinas, especialmente la Han y la Ming (S.XVII), se construyeron más de 21,000 kilómetros de murallas, la empresa constructiva más espectacular en la historia de la humanidad, que abarcaban desde el desierto de Gobi, hasta el río Yalú, en la frontera con Corea.
El Imperio Romano, palidece frente al poder de la capacidad ingenieril china. El emperador Adriano, que gobernó entre el 117 y el 138 de la era actual, ordenó la construcción, en el año 122, de un gran muro en una zona de la isla de Britania, para proteger a los romanos de las incursiones de las tribus bárbaras del norte de la actual Inglaterra. El muro tenía una extensión de 117 kilómetros, con fortalezas distribuidas por toda su longitud. No cabe duda que los pictos y escoceses eran grandes guerreros que asolaban a los pueblos controlados por los romanos.
Finalmente, el muro mas famoso del siglo XX, fue el de Berlín, construido para dividir la ciudad entre las zonas controladas por los americanos, británicos y franceses, del resto de la capital de Alemania, conquistada por las tropas soviéticas. Las imágenes más reveladoras de la Guerra Fría, se sintetizan en el serpenteante muro, de 45 kilómetros, que dividía el mundo socialista del capitalista encabezado por los Estados Unidos, que siempre reclamaron la ignominia de separar a la sociedad construyéndole barreras.
El actual candidato republicano a la presidencia de Norteamérica, Donald Trump, es un personaje del mundo de los negocios, formado, inicialmente por los jesuitas en la Universidad de Fordham, en las afueras de Nueva York. Posteriormente cursó estudios en la célebre Escuela de Negocios Wharton, de la Universidad de Pensilvania. Hijo de un empresario de bienes raíces, decidió continuar las actividades de su progenitor y especializarse en administración y negocios inmobiliarios. Ha sido un exitoso y controvertido empresario, que cuenta con una Licenciatura en Ciencias Administrativas.
Quizás su educación, tan especializada en negocios y finanzas, no le hayan permitido profundizar en cuestiones históricas. Ignoro que tanto sepa de China y de Roma, más allá de sus intereses inmobiliarios en el país asiático y sus negocios europeos. Pero debería saber, que el enorme esfuerzo de las diferentes dinastías chinas, no impidieron, por más murallas que se fueran construyendo, que finalmente, sus enemigos mongoles, al mando de Kublai Kan, se apoderaran de China y comenzaran su propia dinastía. Ahora, La Gran Muralla, vista desde el paso de Juyong, a 80 kilómetros de Beijing, es un atractivo turístico excepcional. Caminar de torre a torre por su ancho pasillo, es una experiencia de vida que se guarda y atesora.
Restos del Muro de Adriano, aún son visibles en algunos de sus tramos. Es uno de los vestigios arqueológicos más importantes de Inglaterra. En el 383 estaba totalmente abandonada luego de haber sido horadado en múltiples ocasiones por las tribus caledonias y pictas. No funcionó.
El Muro de Berlín, solo sobrevivió 28 años, de 1961 a 1989. Su caída marco el fin del período de la Guerra Fría. Con ello, el mundo occidental y el capitalismo, corroboró su potencialidad económica, liderada por los Estados Unidos; así como la inviabilidad del comunismo. Uno de los momentos más emotivos de su caída fue aquél en que el famoso violoncelista Mstislav Rostropovich, tomó una silla y se puso a tocar a Bach junto al muro, en tanto los berlineses destruían a marrazos el ignominioso paramento. Fue totalmente demolido.
Una pobre cultura universal y su focalización excesiva en las transacciones comerciales, son probablemente la causa por la que el señor Trump, no alcance a comprender la idiotez que significa gastar dinero y esfuerzo en algo que históricamente ha demostrado su ineficacia. Alzar una barrera entre Estados Unidos y México, de poco servirá. Su gran muro, siempre podrá violarse con imaginación.
Por otra parte, su preparación en Wellesley College y posteriormente en la famosísima Escuela de Derecho de la Universidad de Yale, así como su Licenciatura en Artes, permiten que Hillary Rodham Clinton tenga una visión más acabada de los problemas entre la Unión Americana y México. La cultura universal ilumina su perspectiva. Ha trabajado también, desde su juventud profesional, en el tema de inmigración bajo la supervisión de la acreditada activista Marian Wright Edelman, así como en el comité senatorial encabezado por Walter Mondale, ex vicepresidente de los Estados Unidos. Hillary, conoce el tema migratorio al dedillo.
En tanto el mundo está más intercomunicado que nunca antes. Los países profundizan sus relaciones. La civilización está en momentos de expansión y la interculturalidad, finalmente muestra sus ventajas, aunque haya problemas. La historia, por otra parte, nos enseña que las murallas no sirven. Todas, finalmente, han caído. ¿Para qué construir otra de 3,150 kilómetros? Es tonto.
Twitter: @carce55
carlosarcemaciasblog

Editorial publicado en AM León, el 4 de septiembre de 2012

 

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