TU QUOQUE FILI MI? Julio César

TU QUOQUE FILI MI?

 

Carlos Arce Macías

El encabezado de este editorial, “¿tú también hijo mío?”, corresponde a la famosa frase latina, enunciada con el último aliento de Julio César, al sorprenderse de que uno de sus múltiples asesinos que clavaban puñales en su cuerpo, era su hijo adoptivo Marco Junio Bruto. Así el 15 de marzo del 44 A.C., César moría traicionado en el Senado, a los pies de la estatua de Pompeyo, al cual había traicionado el propio César.

Los políticos deberían tomar cursos intensivos de historia, para no repetir errores que se encuentran documentados en ella hasta la saciedad. Y es que la historia nos revela los secretos de la mente humana, cuando de ejercer el poder se trata. Los hechos corroboran una y otra vez diversas conductas de los políticos, y formas de reacción de los mismos, ante el temor y la amenaza de perder el poder.

La historia nos enseña las bajísimas posibilidades de quienes detentan el poder, de entronizar a algún pupilo, para garantizar un retiro tranquilo e influir en futuras decisiones gubernamentales. Siempre fracasan.

Prácticamente todo aquél que ha pretendido imponer sucesores a modo, acaba traicionado. Y el rompimiento es mucho peor que cuando son sucedidos por adversarios o simples reemplazos que no pertenecen a su circulo de colaboradores incondicionales. No se han dado cuenta de esto, porque los libros de historia los tienen arrumbados y no han tomado nota de tan importantes hechos.

En política, la lealtad es muy limitada. Es más fácil de encontrarla entre personas lejanas al centro del poder, que entre el círculo de allegados. Por eso Maquiavelo prevenía a su príncipe, para que se anduviera con mucho cuidado. La historia universal es un largo listado de cortes sembradas de conspiraciones y de nobles y reyes traicionados. La Iglesia, no se salva, ni por la gracia de Dios, de la traición consuetudinaria, como tampoco los grandes imperios asiáticos.

En el caso de México, y acotando las referencias a la historia reciente, podemos verificar como durante la revolución, todos sus cabecillas se mataron entre sí. De compañeros de armas, devinieron en enemigos. Cárdenas, en un ambiente más civilizado y menos violento, acabó desterrando a Plutarco Elías Calles, su promotor político. Echeverría sacrificó en el 68 a su jefe Díaz Ordaz, para erigirse en candidato. López Portillo acabó enviando a Australia a su viejo amigo de la universidad: Echeverría. Salinas sufrió la persecución de Zedillo, aún incrédulo de cómo se esfumaba todo su poder, tan pacientemente acumulado.

En cambio, Zedillo fue respetado por Fox, y a este no le fue mal con Calderón, más allá de ciertas descortesías. Están distanciados solo por sus fuertes personalidades y opiniones confrontadas. Pero Fox no puso a Calderón, ni este le debió la candidatura al guanajuatense. Por otro lado, tampoco puede quejarse Felipe Calderón del trato recibido por Peña Nieto. Siendo de diferentes partidos, no hay compromisos de camaradería.

En el ámbito estatal, las confrontaciones también menudearon entre los priístas, pero por motivos diferentes, porque prácticamente ningún gobernador tenía la posibilidad de promocionar a su heredero, este venía designado desde la Ciudad de México por el presidente.

En el panismo, la transición entre Medina y Fox, se dio sin problema alguno. No estaba en manos del gobernador interino la próxima candidatura. En cambio, la siguiente elección terminó en disputadísimos comicios internos, insuficientemente regulados. Pero luego, Juan Carlos Romero Hicks, pudo dejar el poder sin problemas, porque no intentó imponer candidato. En cambio, en el reciente período gubernamental el rompimiento entre el candidato y el gobernante en turno fue estrepitoso. El ex gobernador acabó confrontado y sin influencias, y su equipo disuelto.

Ahora pasemos al ámbito partidista. En el PAN, leemos severas declaraciones del diputado Gustavo Madero, quejándose del incumplimiento de acuerdos entre él y Ricardo Anaya, para que él fuera quién ocupara la Presidencia de la Cámara de Diputados. ¿De que se extraña Madero?¿A él no lo entronizó Calderón, para luego combatirlo virulentamente desde su posición? Ahora es Anaya quién debe de preocuparse, ya que de su círculo de incondicionales saldrá su próximo verdugo. El que a hierro mata a hierro muere.

Finalmente el gobernador Márquez debe de andar con pies de plomo. Más le vale no ir contra la historia, y permitir que su partido político resuelva internamente la próxima candidatura sin su injerencia. ¡Cuidado! Todas las voces de a su alrededor, responden a intereses futuros y personales, y por lo tanto no son confiables. Solo debería exigir derecho de veto, para evitar un despropósito mayúsculo, pero no más. Que no pretenda ser factótum, para evitar pronunciar la frase de Julio César: “tu quoque fili mi?”.

Twitter: @carce55

Editorial publicado en el periódico AM León el domingo 28 de agosto de 2016.

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UG, LA VERDAD OS HARÁ LIBRES

UG, LA VERDAD OS HARÁ LIBRES

Carlos Arce Macias

Las universidades, más allá de centros de saber, deben ser ejemplos para la sociedad en donde están incrustadas. Difícilmente encontraremos un espacio más adecuado para pilotear políticas públicas innovadoras, que no sea el ámbito universitario.

El viejo Colegio de la Santísima Trinidad, habilitado en 1732 por la Corona española para que los jesuitas impartieran clases, transformado en 1828 en Colegio de la Purísima Concepción, luego convertido en Colegio Nacional de Guanajuato en 1867, y en 1870, tras la Reforma triunfante, con Don Manuel Doblado a la cabeza en Colegio del Estado, son los antecedentes de nuestra máximo centro educativo.

En 1945, la institución se convierte en Universidad de Guanajuato (UG), mi universidad, que ha sido el recinto de la formación profesional de miles de guanajuatenses provenientes de todas las zonas de la entidad federativa. En los años setentas, de la pasada centuria, ahí convivimos igual los hijos de ricos empresarios leoneses, que de humildes agricultores del sur, artesanos del norte o hacendados del rico Bajío. Guanajuato era el crisol de una sociedad en donde las clases sociales se nulificaban en las aulas universitarias, aprendiendo a convivir, bajo la mirada de egregios profesores, alumnos de todas las clases sociales.

De la dictadura de un rector omnipotente, nombrado por el gobernador en turno, con mayor fortuna que pena, hay que reconocerlo, pues de ahí descollaron grandes personalidades como Don Euquerio Guerrero, Don Eugenio Trueba y el Dr. Hernández Ornelas, entro otros destacadísimos académicos de esa época; inició, tras el impulso del gobernador Carlos Medina Plascencia y del rector Romero Hicks, la autonomía del centro académico, a partir de 1994.

La Universidad ha seguido su marcha, modificando sus rutinas y estableciendo nuevas formas internas de gobierno, especialmente luego de una radical transformación, mediante la expedición de una nueva Ley Orgánica de la Universidad de Guanajuato en el año 2007.

Ahora vayamos al ámbito internacional. A partir de los años sesenta del pasado siglo, las universidades más importantes del mundo han cambiado radicalmente, ante las políticas de transparencia que se han desarrollado desde que la Freedom Information Act, norteamericana entró en vigor en 1967. Las universidades, acicateadas por la necesidad de evidenciar su desempeño, sus condiciones internas de gobierno y resultado de sus programas, se convirtieron en caja de cristal. La transparencia anidó en ellas.

Y es que solo a través de imponer un acceso pleno a toda la información institucional, centros de conocimiento como Harvard, MIT, Stanford, las Ivy League (grupo de las principales universidades de Norteamérica), pueden acceder a los enormes fondos de apoyo filantrópico de diversas fundaciones y donadores privados de los Estados Unidos y del mundo entero. Así captan cientos de millones de dólares por año.

Hoy, las principales universidades venden confianza, confianza en sus programas, resultados y buen uso de los recursos que les son suministrados. El gran desempeño olímpico de nuestro vecino del norte, por ejemplo, esta basado en los proyectos de alto rendimiento de las universidades. Son exitosos.

Pero pasemos a México y analicemos la transparencia universitaria. Aquí nadie se salva, porque se desempeñan en la opacidad y no rinden cuentas, no solo las públicas sino también las privadas. Tec, Ibero y Anáhuac, por ejemplo, son cajas negras para el ojo extraño, en contraste con lo que sucede en las universidades privadas americanas, ansiosas de recabar fondos privados. La UNAM y la UDLA, presentan pequeñísimos avances en ese ámbito, mostrando apenas atisbos de transparencia en su gestión.

Pero lo que más indigna, es el grado de opacidad que muestra mi universidad, la Universidad de Guanajuato. No cumple ni siquiera con las obligaciones de transparencia de oficio que impone la normatividad en la materia. Si se trata de acceder a los datos más comunes, como sueldos, no están publicados, sino que la página de transparencia de su portal, nos conduce a una solicitud de información. Es vergonzoso lo que sucede en el seno universitario guanajuatense. Urge un acondicionamiento radical de su política de información pública de oficio y de rendición de cuentas, así como la intervención inmediata del Instituto de Acceso a la Información Pública de Guanajuato (IACIP) como órgano garante del tema.

Probablemente en la obscuridad de su información, se encuentre el origen del deterioro que se evidencia en diversos sectores de nuestra universidad, en donde obscuros directivos usan los recursos de la institución para comprar voluntades de maestros y alumnos en beneficio de futuras candidaturas. Urge encontrar la verdad liberadora, pregonada por la Universidad estatal, para saber que pasa en esas aulas, corredores y oficinas, y como se utilizan los inmensos recursos públicos de que dispone. La verdad os hará libres, pero primero hay que conocerla.

Twitter: @carce55

Editorial publicado el 21 de agosto de 2016 en AM León.

 

 

 

DIAGNÓSTICO para Don Porfirio

DIAGNÓSTICO PARA DON PORFIRIO

Carlos Arce Macías

Amanecía el siglo XX, cuando el viejo dictador mexicano, Don Porfirio Díaz, no se sentía cómodo apoltronado en la silla presidencial. Luego de 30 años en el poder mediante 3 interinatos y 6 períodos ininterrumpidos en la presidencia de la República; en el verano de 1906 estaba inquieto por los movimientos oposicionistas que empezaban a surgir en México. Requería con prontitud un diagnóstico de la situación.

Rafael de Zayas Enríquez, era un culto veracruzano, que había vivido en Estados Unidos y Europa, estando una temporada en Alemania, asentándose posteriormente en Barcelona, en donde se movió dentro de los círculos intelectuales catalanes. A su regreso al país, en 1868, ganó el respeto de los grandes liberales de la época como Ignacio Ramírez, Guillermo Prieto, Justo Sierra e Ignacio Manuel Altamirano. En 1872 viaja a Lima, donde se casa, regresando a Veracruz en 1873 para publicar una revista literaria, en la que colaboraba el poeta Salvador Díaz Mirón, que luego se convirtió en un instrumento de propaganda de la candidatura de Porfirio Díaz. Acabó encarcelado en Campeche, pero a partir del triunfo de Plan de Tuxtepec, su suerte cambió. En 1903 fue nombrado cónsul de México en San Francisco, puesto que dejó en 1904. En 1906 fue llamado por el presidente Díaz para que preparara un informe confidencial sobre las condiciones políticas del país. El historiador Antonio Saborit, nos proporciona parte del texto escrito por Zayas a Porfirio Díaz:

En casi todos los estados del país reina el descontento, el que emana de la perdurabilidad de algunos gobernadores de los estados y del grupo que rodea a cada uno de ellos, lo que mata las aspiraciones legítimas de los demás ciudadanos, que se creen con derecho a tomar participación directa en la gestión de la cosa pública, ya para realizar ideales preconcebidos, ya para satisfacer ambiciones de poder, ya, en fin, para contentar su vanidad. Y los que no tienen tales aspiraciones, al menos desean el cambio, creyendo que lo que venga después será mejor que lo que ya tienen.

Si al presidente Díaz se le hace algún cargo, es únicamente el de mantener en sus puestos a hombres que se condena por inútiles y, a algunos, hasta por nocivos; llegando a decir que nuestra sociedad está dividida en dos castas: la una privilegiada, dirigente, sagrada, para la que son el poder, las prebendas, los negocios, los títulos y los honores; y la otra carne de cuartel, materia prima para el industrialismo, estancada, esclavizada, sin esperanzas ni porvenir, a la que toca la faena, la miseria y las penalidades.

Encuentro:

*  cansancio, por la inmovilidad de muchos de los funcionarios y empleados;

*  irritación, originada por abusos de algunos o de muchos de ellos;

*  impaciencia, de parte de los que se creen con derecho a ocupar altos puestos públicos y cifran todas sus esperanzas en un cambio, siquiera sea parcial;

*  odio, hacia cierto círculo político que ha sido y es considerado, con razón o sin ella, como adueñado del país y director exclusivo de los negocios públicos, que tiene acaparados los negocios pingües, y aparece como la espada de Breno,(líder galo que tomó Roma, y que al solicitar rescate, puso su espada sobre la balanza para incrementar el pago) inclinando el platillo de la balanza en que cae; y

*  queja, contra las autoridades, porque poco o nada se preocupan del pueblo, sino que cada cual piensa sólo en enriquecerse y en enriquecer a sus favoritos.

Noto que hay fermentación abajo y alarma arriba. Esto sólo puede conjurarse por la acción enérgica y patriótica de quien
se encuentra en el vértice de la pirámide social. Por usted señor Presidente.

La única manera de combatir y de destruir la idea revolucionaria, es demostrar el error de su origen, como he tenido la honra de exponer a usted en otra ocasión. Pero cuando ya la idea está tan avanzada que raya en hecho, o ha empezado a convertirse en hecho, la única manerade dominar la revolución es encabezarla.

Si Luis XVI hubiese conocido esta verdad y hubiese sabido llevarla a la práctica, la Gran Revolución Francesa sería hoy conocida en la historia con el nombre de “La Gran Evolución” (*).

Así, en 1906, el general Díaz, contaba con un diagnóstico preciso, que predecía el estallido de la revolución. No hizo caso, apostó por mantener a su grupo político, y todos acabaron en el precipicio, hundiendo a México en la violencia.

Llamo la atención, en que cualquier parecido entre el ambiente social y político que se vive en estos momentos en el país, con el analizado por Rafael de Zayas, en los albores del siglo XX, es pura coincidencia.

(*) Modifiqué un par de proposiciones, así como la puntuación de algunas frases y la organización de los párrafos para lograr mayor claridad, cuidando siempre no alterar el sentido de las oraciones.

Artículo publicado en AM León el domingo 7 de agosto de 2016.

Twitter: @carce55