AYUNTAMIENTO, PANTERAS Y LOBOS
Carlos Arce Macías
Conste que en su momento, desde este espacio editorial lo advertí: la elección de un gobierno municipal, consiste en una votación para elegir un Ayuntamiento, no un Presidente Municipal.
Durante las campañas electorales, desde el IEEG, contestaron mis críticas afirmando que era intrascendente que los partidos políticos solo anunciaran y publicitarán el cargo de presidente municipal. Ahora, la cultura política de los guanajuatenses hace agua, y el caso de León pone en evidencia el yerro de la autoridad electoral, al no obligar a los partidos a presentar sus planillas postuladas para conformar el Ayuntamiento. Creen que el presidente municipal es el que manda y gobierna exclusivamente.
Reitero por centésima vez, el municipio se dirige por una junta de gobierno, denominada Ayuntamiento. El presidente municipal, es un personaje destacado de esa junta, pero no es el equivalente ni al gobernador, ni al presidente de la República, pero en chiquito. En los municipios, el mando del ejecutivo, es compartido, a través de comisiones, con los síndicos y regidores.
Una forma de explicarlo es la siguiente. Si nos trasladáramos al mundo de los animales (zoología), convendría observar a las panteras. Estos felinos acechan a sus presas desde la soledad de su escondite, esperan el momento propicio y atacan. De la misma forma, cual panteras, los ejecutivos de los gobiernos federal y estatal funcionan de manera individual y por separado, tienen la facultad de mando unipersonal.
En el gobierno municipal, el caso es diferente. Este está compuesto de lobos, que acorralan a su presa actuando en manada, con funciones definidas dentro del grupo, pero siempre sujetos a la colectividad. Dependen del conjunto y de sus movimientos coordinados para cazar. Creo que este es un buen ejemplo que explica la diferencia entre el gobierno dividido (federal y estatal) y el gobierno por concejo (municipal).
La sujeción al agrupamiento, significa un modo de actuar y resolver los problemas públicos y de funcionamiento interior, totalmente diferentes al proceder del solitario poder ejecutivo de los otros niveles de gobierno. Mecánicas, rutinas y conductas de los integrantes de un ayuntamiento, son por lógica diferentes a las del gobierno unipersonal.
Para León, los principales partidos políticos, se supone, enviaron a sus mejores elementos a sus planillas de miembros del ayuntamiento que fueron votadas en la última elección. Ese fue el caso del PAN, que integró a personalidades destacadas de la ciudad. El resultado combinado, ha sido la conformación de un Cabildo que sería un lujo para cualquier ciudad importante de México. Panistas y opositores, poseen muy buenos perfiles que debieran garantizar un correcto desempeño del gobierno local. Los opositores harán su trabajo de desgaste y critica sobre las decisiones de la mayoría, apoyando exclusivamente propuestas muy trascendentes para la localidad.
Por su parte, el grupo panista, compuesto por presidente, síndicos y regidores, deben de coordinarse para dirigir con sensatez y asertividad los destinos de la mayor ciudad del estado de Guanajuato. Pero esto no quiere decir, que estén sujetos a unanimidades obligatorias. Como junta gubernamental, las discusiones son válidas. Lo que pasa es que la pobre tradición democrática mexicana, no esta acostumbrada al debate serio de los asuntos, sino a los acuerdos discretos y herméticos entre sus miembros. Hay que exigir la discusión de propuestas en el seno de los ayuntamientos. Los planteamientos que ahí surjan, serán muy enriquecedores.
La exigencia de una conducción dictatorial por parte del presidente municipal, es absurda. No posee las facultades para ello, insisto, no es un gobernadorcito. Héctor López Santillana es un coordinador del Ayuntamiento, un facilitador de acuerdos y resoluciones que se toman en su seno, no es un tirano que pueda imponer su designio. La ignorancia de muchos, la mala fe de otros, la critica lógica y mordaz de los opositores, tratan de vendernos una imagen equivocada de la función edilicia. Los debates y puntos de vista dentro de esta junta, deben transformarse en normalidad, aunque no sea sencillo de digerir para algunos, por falta de ejercicio democrático. Pero hay que dar un paso adelante.
Es el Ayuntamiento, el lugar óptimo para el debate y la propuesta, que debe de ser el origen de la vida política, intensa y participativa. Es ahí en dónde debemos centrar nuestras expectativas. ¿Les infunde temor la controversia entre los síndicos Medina y Ayala por la política de seguridad pública que debe de instaurarse en León? ¿De verdad? A mi me parece interesantísimo el tema, e invitaría a que fueran más explícitos en sus posiciones, debatieran, pero eso sí, llegaran a resultados, bajo la guía de López Santillana, y conjuntamente con todo el Ayuntamiento, para instaurar una política pública sólida y consensada en el municipio. Eso no se debe arreglar en lo obscurito.
Abundo; díganme si no vale la pena una buena e inteligente discusión sobre dos modelos de seguridad municipal: uno, el de un mando único de facto, propiciado desde el gobierno estatal; y otro el de un mando policiaco propio, definido, instrumentado y operado principalmente por el gobierno local, asumiendo sus responsabilidades. No son cuestiones fáciles de resolver, pero los ciudadanos tienen derecho a ser informados, a través de las discusiones dentro del Ayuntamiento, de la problemática de seguridad y sus posibles soluciones.
Finalmente, sería un error, convocar a una prudencia mal entendida a políticos que deben de hacer gala de inteligencia. No nos encontramos en las obscuras épocas de alineación al designio partidista. Hay que enriquecer la vida política local, construir ciudadanía con ejemplos de debates serios e inclusivos, y actuar civilizadamente. Así se hace ciudad.
Twitter: @carce55