SER DIPUTADO
Carlos Arce Macías
“Es más fácil engañar a la gente, que convencerlos de que han sido engañados”.
Mark Twain
En mis últimos dos editoriales he tratado el tema de la elección de Ayuntamientos, y el despiste de la autoridad electoral que no pone orden, ni orienta a la ciudadanía, informándoles que esa elección es de un cuerpo colegiado denominado Ayuntamiento o Cabildo, y no solo de presidentes municipales. En fin, votarán desinformados, el IEEG y los partidos políticos así lo quieren.
También había sostenido que las campañas a diputados iban bien. Me retracto, me equivoqué, ya que ahí se están presentando serios problemas de información y engaños. Abordo el asunto: tal parece que muchos candidatos no conocen la función legislativa y proponen acciones propias del poder ejecutivo. Ejemplos: las promesas de crear infraestructura, carreteras, escuelas y canchas deportivas. Dicen que mejorarán barrios, pero también estarán a cargo de la seguridad pública. Un verdadero champurrado de insensateces.
Y es que en los últimos tiempos, y en esto el PAN ha tenido gran culpa, se ha desnaturalizado la función legislativa. El asunto de los moches, que reventó en Celaya, fue el culmen del proceso de distorsión de la actividad propia del diputado. De pronto, ante la denuncia y la filtración, supimos que los diputados federales, se habían convertido en una especie de santa closes, que visitaban municipios para acordar apoyos extraordinarios, y en muchos casos, moches para su bolsa personal. Pura corrupción. Y de esa forma, a la mala, los ciudadanos ahora creen que la actividad primaria de estos funcionarios consiste en repartir arbitrariamente fondos que ellos mismos se auto asignan. Esa, repito, no es su función.
Por otra parte, los candidatos del PAN, a manera de expiación, harían bien en comprometerse a combatir esa corrupta práctica. Hasta hoy, ningún candidato, de ningún partido, se ha manifestado en ese sentido, quizás “ya se vieron” repartiendo millones entre sus incondicionales. Mal, muy mal.
Pero también se alcanza a percibir en algunos postulantes, un simple desconocimiento de sus graves responsabilidades como diputados. Los artículos 73 y 74 de nuestra Constitución, indican el sinnúmero de facultades que poseen y los ocupa. Por su parte, el artículo 63 de la Constitución estatal, consigna una larga lista de facultades del Congreso. En ese campo incursionarán y deben de asumir a plenitud su compromiso. Pero el problema que enfrentan es que su función… no es sexy. Sí, lo bonito son todas aquéllas actividades relacionadas con el populismo chafa: repartir, dar, distribuir, asignar, y sobre todo regalar son los verbos que hacen que las endorfinas del político se sublimen.
Mala noticia, el trabajo del diputado requiere seriedad y profundidad en el conocimiento de los temas, y resolverlos con sentido común. Deben de monitorear con sensibilidad el rumbo político del país y del estado. Les corresponde sobre todo, relacionarse con la academia y la investigación, para obtener conocimientos específicos que permitan una buena aproximación a los problemas. Pero que quede claro, no son ejecutores, sino diseñadores de leyes y fiscalizadores férreos de los dineros del pueblo, que están en manos de los gobernantes. Nos representan a todos, no solo a su distrito.
Considero que es conveniente recordar, que a diferencia de los anteriores diputados, los que sean electos en junio, podrán reelegirse hasta por cuatro períodos consecutivos, o sea, 12 años. Esto propiciará muchos cambios en la dinámica política de los próximos diputados, que no deberán andar buscando otra posición, sino reelegirse en base al buen desempeño de su encargo. Novedoso ¿no?
En cuanto a una agenda, específicamente local, me atrevo a sugerir algunos puntos, para que los reflexionen los candidatos interesados:
1.- Instrumentos de aseguramiento de la calidad normativa. Institución de una Manifestación de Impacto Regulatorio (MIR) para cada iniciativa que se formule, a fin de evitar ocurrencias y sobre regulación.
2.- Identificación, a través de la academia y la investigación de la conflictividad social y las necesidades normativas de esta, para legislar con oportunidad. Los alemanes han avanzado de manera importante utilizando herramientas de la sociología del Derecho.
3.- Multipolaridad estatal. La compleja condición multiurbana guanajuatense, requiere de medidas normativas específicas para su ordenamiento. Prácticamente ninguna entidad federativa enfrenta un problema de tal magnitud.
4.- Política de atracción de inversiones y desarrollo del clúster automotriz. El análisis de esta política pública, requiere identificar los tramos normativos que son necesarios.
5.- Fiscalización y rendición de cuentas. Acciones correctivas y normatividad necesarias para garantizar el combate a la corrupción de las administraciones públicas.
6.- Una sólida agenda de transparencia interna del Congreso, que informe del uso puntual de recursos, incluyendo a las fracciones parlamentarias.
7.- Auditoría normativa. Para detectar sobre regulación y posibilidades de eliminación de muchas normas innecesarias, que establecen trámites e imponen costos a los ciudadanos. Nadie ha hecho esto hasta ahora.
¡Uff! Y podría haber más. Por lo pronto, vean que hay cosas importantes que hacer, sobre todo con una perspectiva a mediano plazo (12 años), basada, siempre, en un buen trabajo. No suplanten al ejecutivo, ni engañen a los ciudadanos. Comprométanse a hacer un trabajo consistente y serio.
Twitter: @carce55