«LOS ACUSO DE LADRONES, NO DE PENDEJOS»

CANDIDATOS AZULES

Carlos Arce Macías

 

El Partido Acción Nacional inaugura un nuevo método de elección de la fórmula de presidente nacional y secretario general del partido, a través del voto de sus 217,545 militantes. Antes se hacía en el seno del Consejo Nacional constituido por 300 influyentes electores y un puñado de miembros ex oficio. El cambio es muy trascendente.

 

A diferencia de otros tiempos, todos los panistas deben meditar con responsabilidad su decisión de voto, entre dos fórmulas: Ernesto Cordero-Juan Manuel Oliva, Gustavo Madero-Ricardo Anaya. Otros importantes panistas como Josefina Vázquez Mota y Juan Carlos Romero Hicks, depusieron sus aspiraciones ante la borrascosa perspectiva electoral. ¿Por quiénes votar?

 

Algo muy grave ha pasado en el partido azul que ha alterado de manera peligrosa la brújula interna. Las opciones que se postulan, presentan, en alguno de sus integrantes de fórmula, historiales y apoyos políticos de dudosa valía ciudadana y sobre todo ética. Esto conduce a una cuestión: ¿ cuál es la virtud principal que el líder de Acción Nacional debe tener?. Esta cuestión no ha sido desentrañada, pero desde aquí trataré de hacerlo.

 

Observen. El PAN ha tenido 22 presidentes. De 1939 a 2005, sus dirigentes nacionales, contaban con una cualidad muy especial, independientemente de sus capacidades intelectuales, políticas o de liderazgo. Nadie, repito nadie, dudaba de su honestidad y rectitud. La integridad de estos presidentes nacionales fue intachable; comenzando por el ideólogo principal, Manuel Gómez Morín, y destacando algunos como Juan Gutiérrez Lascuraín, Adolfo Chrislieb Ibarrola, Efraín González Morfín, Abel Vicencio Tovar, Luis H. Álvarez, Carlos Castillo Peraza, y concluyendo con Luis Felipe Bravo.

 

Luego de 2005 las cosas cambiaron. La vida interna del partido entró en una caída continua hasta nuestros días. Los siguientes dirigentes no poseían, o no acreditaron durante su gestión la condición de templanza y honradez de sus antecesores, ese fue el punto de quiebre. Y a partir de ahí, todos han rendido malas cuentas de su gestión, y no me refiero a los resultados electorales, sino al compromiso del partido con las mejores prácticas democráticas y la defensa de los intereses de los ciudadanos, el bien común; que al final es lo que importa.

 

Las historias que corren por los pasillos del PAN, reconocen un proceso corruptivo de varios de sus más altos dirigentes. ¡Pruebas, pruebas, pruebas! Gritarán enjundiosos algunos de los señalados y sus corifeos que los apoyan. Quizás olvidan que en ese reclamo probatorio se basaba la defensa del PRI frente a las severas acusaciones de corrupción que se le hacían en el siglo pasado. No en balde, el constituyente Don Luis Cabrera acuñó la célebre respuesta acusatoria que reza así: “los acuso de ladrones no de pendejos”.

 

Ahora cada uno de los panistas decidirá su voto, y apoyará así a la fórmula que consideren idónea. Pero solo existe una estrella guía que pueda llevarlos a puerto seguro, y que esta probada en la historia de la institución: rectitud y honestidad, no solo personal, sino del equipo que los rodea y apoya. Si no convencen, anular el voto.

 

La lenidad, es la blandura para exigir el cumplimiento de los deberes o en castigar las faltas. Y es la lenidad, precisamente, la condición que ha marcado a las dirigencias de la institución desde 2006, y que la están escorando y hundiendo. Sus nuevos líderes deben frenar de tajo la corrupción interna que por ahora impera. ¿Tienen calidad moral y credibilidad para hacerlo? Sin honestidad todo esta perdido, para el PAN y desgraciadamente, para México.

 

P.D. La próxima semana pienso escribir sobre un tema doméstico: la propuesta de la autoridad municipal de conectar Pozuelos con el Acceso Diego Rivera en Guanajuato Capital, que revalorizaría los terrenos de La Bufa. Agradeceré información y opiniones.

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PARA VIAJAR DESDE EL DF ¿CUAL ES LA MEJOR OPCIÓN?

VIAJAR A GUANAJUATO

Carlos Arce Macías

 

Comienzan las vacaciones de la Semana Mayor y los mexicanos que tienen un ingreso suficiente para tomar asueto, viajaran por diversas rutas para divertirse y disfrutar esta oportunidad. Pocos, muy pocos, registrarán la celebración religiosa, lo importante es la pachanga, en tanto que el ritual languidece. Nuevos tiempos.

 

Pues bien, Guanajuato Capital es un destino turístico importante de éstas vacaciones, y por eso vale la pena transparentar los costos de traslado a ésta ciudad para identificar la opción mas conveniente para transportarse desde la Ciudad de México. Comencemos.

 

Por carretera:

En automóvil. Para comenzar a viajar, usted deberá primero lograr llegar a la caseta de Tepozotlán. El reto no es sencillo, ya que la vía México-Querétaro es una de las más transitadas durante el período vacacional. Una segunda aduana será la caseta de Palmillas, en la que se acumulan filas de varios kilómetros de vehículos, que hacen lentísimo el tránsito. Ahí se puede perder hasta una hora, y el trayecto carretero le llevará al menos 5 horas. En cuanto a costos, solo de peaje se deberán erogar $754.00 pesos más el combustible. Total: $1534.00 pesos aproximadamente por ir y venir.

 

En autobús de pasajeros. Hay dos opciones, en ETN y en Primera Plus. En ETN el viaje redondo cuesta $991.00. Se trata de un servicio de lujo con solo 3 asientos por fila. El problema es que no hay corrida directa a Guanajuato, hace escala en Irapuato, aumentando cerca de 1 hora el tiempo de viaje . Aparte, contando con autobuses modernísimos en otras rutas, la empresa le garantizará viajar en el autobús más viejo y traqueteado de la compañía; ese es el que viene a Guanajuato. Si es amante de Cantinflas, podrá disfrutar de algunas de sus películas clásicas en vetustas pantallitas de plasma.

Primera Plus cuenta con unidades más modernas en su ruta a Guanajuato. Sus asientos son un poco menos cómodos, pues son 4 por fila, pero el mantenimiento es sensiblemente mejor que el de ETN. Podrá disfrutar de una selección de buenas películas americanas en pantallas LED de alta resolución. Si se pone atención en la elección del viaje, logrará abordar un autobús que lo traslade directamente a Guanajuato sin paradas intermedias, ahorrándose una hora de trayecto. El costo es menor al de su competencia, ¡$892.00 por ida y vuelta!

 

Por aire.

Malas, muy malas noticias. A aquellos que no creen en la competencia, el mejor ejemplo para que se vuelvan decididos promotores de ella, es el caso de Aeroméxico en su ruta al Bajío. La aerolínea no tiene competidor, y se encuentra en una posición monopólica en éste mercado. Si bien, llegar a la terminal 2 del Aeropuerto de la Ciudad de México no es sencillo, lo más remoto será que el avión despegue a tiempo. El servicio es pésimo. ¡Cuidado con escoger el último vuelo, ya que éste acumula todas las incidencias y retardos del día! Puede acabar llegando después de la una de la mañana al Aeropuerto del Bajío, a lo que habrá que añadir 30 minutos de traslado a Guanajuato Capital y una cuota de $400.00 pesos de taxi. ¿Porqué no hay servicio de autobuses de la ruta León- Guanajuato que paren en el aeropuerto? El servicio exclusivo de taxis, impone un costo excesivo a los turistas que arriban vía aérea. ¿No se dan cuenta de eso las autoridades de Turismo? Ahora bien, ¡agárrese! durante la Semana Santa el viaje redondo está cotizado en ¡$7388.00 pesos! Una buena noticia es que Interjet reiniciará operaciones al Bajío a partir de mayo. Su precio será, ojo, de $3100.00 el viaje completo.

 

En fin, así están las cosas. Escojan la opción que más les convenga y buen viaje.

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¿COMO PODEMOS EVITAR LOS MOCHES?

RECETA CONTRA EL MOCHE II

Carlos Arce Macías

 

Para Luis Gutiérrez y Gerardo Flores, ingenieros “locales”.

 

En mi colaboración dominical de la semana pasada, sostuve que la única manera eficiente de evitar los tradicionales diezmos y moches en la contratación de la obra pública, era a través de establecer una verdadera competencia. Mi propuesta tuvo algunos detractores, creyentes aún, de que privilegiar a los gremios locales es bueno, por lo que sugieren sostener ésta política de asignación de obra pública. Insisto, están totalmente equivocados.

 

Lo primero es definir empresa local. Y es que legalmente no existe definición al respecto. ¿Hay un padrón gubernamental de empresas “locales”? No. Y si lo hubiera como requisito de asignación, sería ilegal. Y es que constitucionalmente, existe la garantía de igualdad, todos los mexicanos somos iguales ante la ley, y el establecer privilegios a algunos sobre otros, significa discriminación. Las empresas son mexicanas y no se les puede imponer límites estatales o municipales para ejercer su actividad. Hacerlo es discriminar.

 

Pero no solamente eso, muchas empresas “extranjeras” son mexicanas. Los tratados internacionales como el de América del Norte, Japón y Unión Europea contienen la cláusula de “trato nacional” para personas físicas y morales que desempeñen actividades en el país. Esto amplía totalmente el concepto de “nacional”. La competencia es global, y la tenemos en las narices.

 

Ahora bien, los gremios constructores están actuando contra la Constitución, específicamente el artículo 28, que prescribe la libre concurrencia y la competencia en el ámbito económico. Todos los constructores y empresas constructoras pueden competir en el espacio estatal y local por una obra pública. Las empresas constructoras “locales” no pueden estar sobre las asentadas en otros estados o municipios, todas son mexicanas, punto. Privilegiar, en los términos que proponen los Colegios de Ingenieros y otros gremios constructores, significa trampear las licitaciones, cancelar la competencia, o preferir la asignación directa, abriendo la puerta a la corrupción. Miren, resulta sencillo, bajo el pretexto de “privilegiar” a la empresa local, otorgarles discrecionalmente la obra pública, moche y diezmo de por medio, a compadres, amigos, patrocinadores e incondicionales. No nos hagamos, el mecanismo es profundamente corrupto y corruptor.

 

Muchos empresarios mexicanos se resisten a competir. Están acostumbrados a extraer rentas de los presupuestos públicos, en éste caso, del destinado a la obra pública. Por otro lado los alcaldes insisten en primar las obras sobre la gestión de servicios públicos, marcadamente el de seguridad pública. De los servicios es más difícil extraer rentas. Es más cómodo coludirse con sus amigos constructores. El panorama es obscuro, obscuro, obscuro… para los ciudadanos y sus impuestos.

 

 

Actuemos, es hora de frenar la exigencia de las organizaciones de constructores de que el gobierno “les de y asegure obra”. ¡Qué compitan! Y mientras más intensa sea la competencia y más competidores haya, el dinero del pueblo será mejor gastado. No hay pierde. Pero eso, precisamente, es lo que no quieren, sino que desean conservar sus utilidades, presionando a los gobiernos a que les garanticen rentas anuales del presupuesto público. ¡Que fácil!

 

Los ciudadanos debemos combatir el falaz argumento de los constructores. ¡Al demonio! Que se vayan con su demagogia a otra parte. Debemos exigir a las autoridades que construyan un verdadero mercado de contratación de obra pública, abierto, sin barreras, que lo que privilegie sea la libre concurrencia, para que ahí compitan, a través de licitaciones, todos los constructores que quieran; y que gane quién ofrezca mejor precio y calidad, sin importar que sea de Querétaro, Nuevo León o Guanajuato.

 

Obra pública bien construida, cumplida a tiempo (sic), comerciada a los mejores precios es lo que se debe de exigir a los gobiernos, cortando de tajo, por inconstitucional, antieconómico y corrupto, el sistema de “privilegio por ser local”. No nos traguemos el engaño.

carlos.arce.macias@gmail.com

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